Capitulo 8: Levantandose

Tweet

Levantandose

Me desperté con el ruido del celu de mi mita, que chillaba desde algún lugar de su bolso. Ella aún dormía, parecía la princesita que aparece en mis cuentos, la Bella que se casa con la bestia.

El celu dejó de sonar y al fin dejó de hacer ese ruido chillón, por suerte mi mami no se había despertado, ella solo se acurrucó echa un obillito a mi lado, alcé mi manito y con mucho cuidado toqué el caminito de sus lagrimas en sus mejillas.

Jaiki la había hecho llorar.

Y nunca había visto a mi mita triste por algo. Algunas veces, cuando antes hablaba con mi príncipe Edward por celu y me decía que él andaba viajando por Franchia, ella limpiaba rapidito la lagrima que caía por su mejilla… ella extrañaba a mi príncipe y yo creo que él la extrañaba a ella. Sino no hubiese venido.

Tía Alice siempre me decía, como un secreto en el oído, que su hermano Edward estaba enamorado de mi mita y me hizo prometer que no dijera nada, sino me iba a quitar los vestidos que ella me había regalado y no quiero me quiten mis vestidos de princesa, son lo más bonito que tengo a parte de mi mita.

Me sonó la pancita y quería mi leche, pero no quería molestar a mi mita que sabía que estaba triste, ella necesitaba descansar, así que me levanté de mi cama y tomé a Lili del suelo y salí de puntitas de pie a la cocina. Mita no me dejaba acercarme ahí si ella no estaba, pero tenía hambre, mi pancita me rugía y dolía.

_Lili, tú te quedarás aquí, bien educadita y yo iré a buscar unas galletas_ le dije a mi muñeca rubia como mi tía Rose, la dejé arriba de la mesada alta y corrí hasta la esquina de la mesa.

Agarré la silla donde Jeiki siempre se sentaba y la arrastré bien despacito por el suelo hasta el mueble donde mita guardaba las galletas con chispas de chocolate. 

Era alto y me daba miedo, pero también quería sacar galletas para mi mami cuando despertara, tal vez si le preparaba algo rico para comer, se sentiría menos triste.

Me paré despacito en la silla, primero un pie y luego el otro y cuando estaba arriba de la silla, estiré mis manitos para alcanzar la puerta de la despensa, pero era muy alto y mis piernitas cortas, no llegaba. Así que con mucho cuidadito, puse un pie arriba de la mesada y luego otro. ¡Estaba más alto! Y me dio más miedo.

No quise mirar para abajo, porque me temblaban mis piernitas así que me tomé de la manija de la despensa y abrí… y por fin! Mis galletitas favoritas estaban allí. Tomé el paquete y lo dejé sobre la mesa agachándome un poquito, luego cerré la despensa y tuve que mirar para abajo para ver donde tenía que poner mi piecito para poder bajar.

¡Estaba muy alto!

La silla había quedado alejada y la orilla me daba un poco de miedo, no quería resbalarme y golpearme fuerte la cabeza.

_Mita…_ dije suavecito, sentí miedo… mucho, mi garganta se cerró y me picaban los ojos, _Mita! Ayúdame…_ dije un poco más alto, pero mi mami no me oía, estaba aún dormida.

Tomé la cadenita que colgaba de mi cuello, una que tía Alice me había regalado para mi cumpleaños, colgaba un pequeña hadita de ella.

“Por favor Dita. No me dejes caer. Ayúdame Dita” le susurré cerquita. A veces cuando deseaba algo se lo pedía a Dita, ella era mi pequeña amiga y a veces, cuando no tenía deseos de otros niños, me concedía los míos. Una vez le pedí que mami fuera feliz!... porque siempre la veía triste, en especial cuando miraba fotos de antes, de cuando ella era niña.  Y ella fue feliz!, unos días después me contó que Jeiki y ella se iban a casar.

Aggghh Jeiki!, ¿por qué si la quería tanto ahora la había lastimado hasta hacerla llorar?.

Cuando estaba casi por gritarle a mi mita de nuevo, oí unos golpecitos en la puerta. ¡Oh si! Dita me escuchó!...

Me di vuelta despacito para poder caminar por la mesada hasta el refri que estaba cerquita, tal vez si me tomaba de él iba a poder bajar, pero volví a escuchar unos golpecitos y me asusté. Mi pié chocó con algo y cayeron al suelo un montón de cuchillos que mita usaba para cocinar y a los que no me dejaba acercar.

Largué un pequeño grito cuando los cuchillos chocaron en el suelo,

_¿Bella?... ¿Ali?_

¡Mi príncipe!...

La voz de Edward estaba del otro lado de la puerta y solo atiné a llamarlo,

_Edwaraaard!_ dije hacia la puerta. Escuché que quería abrir pero no podía ¿Mita la había trabado con cerrojo?... oh no, iba a tener que saltar de allí para poder ir a abrirle.

_¿Alizzé?... ¿dónde esta tu mami?_

¡Mi tía Al!...

Oh oh… me regañará por haber tirado los cuchillos al suelo,

_Tiíta! Mita duerme y yo tenía hambre… no puedo bajar_  dije haciendo fuerza con mi pancita para poder hablar, por si ellos no me escuchaban.

Escuché que tía Al gritó en el pasillo y Edward hizo como un gruñido, entonces oí que daban unos golpes fuertes en la puerta hasta que se abrió. Comencé a dar saltitos en el lugar donde estaba justo cuando vi a Edward mirarme,

Tía Alice entró detrás de él buscando cositas en su bolso y sacó una pequeña llave al aire,

_Mira! Si aquí estaba_

_Pudieron entrar! Bien príncipe! Tiíta!_  dije aplaudiendo, él abrió bien los ojos y tía Alice se tapó la boca con las manos cuando vió mi desastre, ¡sabía que me iba a regañar!.  Y cuando di un último saltito pisé algo que estaba allí arriba y casi, casi me caigo, grité pensando que caía al suelo, pero Edward había corrido para sostenerme.

_Oh dios, pequeña…_ dijo abrazándome fuerte en su pecho, escuché a mita llamándome, tal vez había despertado con mi grito…

¡Tonta Ali!

_Ali!... _ gritó llegando a la cocina corriendo, de repente ya no estaba en los brazos de Edward, mi príncipe, sino en los de Alice, mi tía.

_Oh por dios!_ dijo mi mami mirándome asustada, luego miró los cuchillos en el suelo y se volvió blanca.

_Lo siento_ susurré despacito.

_Alice_ dijo mi príncipe sosteniendo a mi mita por los brazos y sin dejar de mirarla _lleva a Alizzé afuera ahora mismo, ve al Volvo_

Mi tía sin decir nada, tomó una llaves que Edward le daba y salimos al corredor rapidito… hay no!... me olvidé a Lili y segurísimo que vamos a la casa de Nana Esme a jugar…

POV Bella

Oí un grito desde la cocina y me desperté sobresaltada, miré a mi lado y mi niña ya no estaba… oh no!

_Alizzé!_ grité bajándome de la cama, tropecé con algo al salir de mi habitación y chillé, seguí corriendo y llegué a la cocina,

_Ali!_  dije de nuevo.

Edward sostenía a mi hija entre sus brazos, pude ver que mi niña estaba asustada mirándome, vi por el rabillo del ojo algo brillar en el suelo y bajé la mirada… ¡Cuchillos!

_Oh por dios…_ susurré sintiendo cómo la sangre dejaba mi cuerpo.

_Lo siento_ oí susurrar a mi niña. La miré de nuevo buscando rojo en su cuerpo, pero no vi nada porque de repente Edward no sostenía más a Alizzé, volteó hacia mí y me sostuvo con sus manos fuertemente en mis brazos, Alice tenía a mi niña…

_Alice… lleva a Alizzé afuera ahora mismo_ dijo Edward con voz dura, levanté la vista y sus ojos estaban clavados en los míos como dos dagas cercenando mi cuerpo… _ve al Volvo_

Oh-oh

Alice obedeció conociendo ese tono de voz de su hermano tan bien como yo, Edward estaba enojado. Miré una vez más a mi niña que frunció el ceño mientras iban saliendo del departamento hacia el corredor.

Sentí que Edward apretaba su agarre en mi brazo, casi lastimándome… pero cuando vio mi cara de pánico me soltó enseguida y jadeó revolviéndose el cabello, cerró los ojos fuertemente y presionó el tabique de su nariz con dos de sus dedos.

_Maldición…_ susurró luchando consigo mismo. _¿Qué… mierda…?... diablos_ jadeó. Nunca lo había escuchado tan furioso.

_Me quedé dormida, no la oí_  dije sabiendo el motivo de su enojo, él levantó la cabeza y me miró duramente.

_Tú!... revolcándote en tu miseria, ahogándote en tu dolor!... y tu hija aquí en la cocina, parada en la alacena! Buscando qué comer porque su mami no la oía! Con los jodidos cuchillos en el suelo esperando a que cayera sobre ellos… si no veníamos Bella. Mierda! Si no veníamos, la hubieses encontrado así!_

Oh cielos…

Oh no…

Sentí que mi pecho se cerraba y miré nuevamente los cuchillos… ¿qué había hecho? Dejar solita a la luz de mi vida!...

Comencé a jadear híper ventilando, Edward tenía razón, si que la tenía… mierda! Me sentía la peor madre del mundo, no merecía tener un pequeño angelito que cuidar… porque no podía cuidarme ni a mí misma.

_Oh dios…_ gemí rompiendo a llorar, tapé mi boca con ambas manos y las lagrimas inundaron mis ojos,

_Bella!... ¿qué te hiciste?_  dijo alarmado Edward tomando mi mano. No había recordado que la noche anterior, me había cortado la mano con los vidrios del portaretrato. _Bella!... oh cielos, ¿qué quisiste hacer?_

Él me jaló hasta el grifo de agua y metió mi mano bajo el agua fría, lo vi salir hacia el baño casi corriendo, revolvió algunas cosas y regresó con gasa, antiséptico y unas vendas. Dejo todo sobre el desayunador de la cocina y volvió a mí, su rostro estaba libido y frío… sin emociones.

_Ven aquí_ murmuró llevándome con él, tomó la gasa y el antiséptico y comenzó a limpiar mi herida, el corte era superficial y cerca de la muñeca… _tendré que decirle a Carlisle que te recomiende un psicólogo, a demás de pedirle que te examine en cuanto lleguemos, esto puede requerir sutura… Bella._ respiró frenéticamente, frunció el ceño y por un momento pensé que iba a llorar _no lo hagas más… no intentes hacer esto otra vez, Alizzé! Bella… tu hija, piensa en ella_

¿Qué?...

¿A caso él creía…?

Oh cielos…

_Yo no…_ comencé a decir frenéticamente, de repente sentí que sus brazos me jalaban y abrazaban mi cuerpo… no, no merecía ni una muestra de cariño si yo no podía dar lo mejor de mí para cuidar a mi hija.

_No caigas en eso Bella_ murmuró en mi oído, yo a penas podía escucharlo, estaba sumida en mi angustia_ … no caigas en la depresión por un hombre que no te merece, un hombre que no te ama como… como… te tendría que amar!_ vaciló. _no lo hiciste cuando quedaste embarazada, no lo hagas ahora y menos por él_

Sus manos acariciaron mi espalda y no pude evitar llorar… ¿él creía que podía ser capaz de quitarme mi vida? ¿por Jacob?. Hundí mi rostro avergonzada de haberle dado esa imagen, todos los sentimientos invadían mi corazón y parecía imposible poder pararlos, me sentía engañada, rota y husada, burlada… sabía que ese sentimiento de abandono tendría que irse algún día, pero ¿cómo hacer?. Parecía que todo en mi vida me iba a seguir saliendo mal, había nacido sin estrella o en todo caso, estrellada… y la estrella que se supone debía guiar mi rumbo no brillaba en el cielo, nunca lo hizo.

_Lo… lo siento, siento haber descuidado a mi… bebé_ gemí entre resoplidos, _por favor… no la alejes de mí, ella… ella es lo único que… me sostiene, yo no quise hacerme daño… créeme, sabes lo torpe que soy_

_Oh cielos, lo siento_ murmuró antes de besar mi frente con ternura _No la estoy alejando de ti Bella. Nunca podría. Pero ¿quieres que tu niña vea la angustia de su mami?_ él me apartó de su pecho y fijó sus ojos verdes en mí, acarició mi mejilla suavemente con su pulgar, él era tan gentil que no me creía y no lo iba a creer nunca, tener a alguien así en mi vida…

_No, por supuesto… que no_ resoplé. Él asintió y avergonzada de mi comportamiento escondí mi rostro en su pecho… mi refugio. Su olor varonil llenó mis sentidos y casi gemí de satisfacción, lo abracé por la cintura y él besó dulcemente mi cabello,

_Solo… soporté lo que pude, cuando ella se durmió no soporté más y pasé horas… llorando_ sentí que forzaba su agarre _no dormí bien, entre pesadillas y mi… llanto, y hoy me quedé dormida… lo siento_ traté de justificarme, Edward acarició mi espalda comprensivamente y besó nuevamente el tope de mi cabeza,

_¿Por qué no me llamaste? Podría haber venido a la hora que fuera Bella, lo sabes… siempre lo hice cuando Charlie te castigaba… ¿recuerdas cuando me quebré un brazo al caer de la ventana de tu habitación?... sabes que hago lo imposible por ti cariño_

Oh dios… por supuesto que lo sabía, pero yo era la idiota en querer alejarlo.

_Lo siento_ susurré, luego sonreí al recordar algo _recuerdo cuando… yo caí en cama con varicela y tú, tenías un partido de béisbol… no te pude ir a ver, pero tú viniste a mí y te perdiste jugar…_

Él rió y recargó su frente contra la mía, sus manos recorrieron mi espalda hasta alcanzar mis hombros y luego hasta acunar mis mejillas, él me miró fijamente y suspiró…

_Ya ves… estoy dispuesto a cargar con lo que sea por ti_

_Te quiero Edward, gracias por ser mi amigo… el mejor de los mejores_ murmuré con lágrimas en los ojos, él asintió y sonrió tristemente,

_Yo también te quiero… demasiado Bella, nunca tendrás una idea de cuanto, cariño_  acarició mis mejillas con sus pulgares y logró hacerme sonreír _ahora… vístete, toma lo necesario de Ali y vamos a casa, pasaremos la tarde allí ¿si?_ fruncí el seño ante su idea… seguramente era un desastre y no tenía ganas de salir,

_Pero…_

_Nada… tú vienes conmigo y se acabó, ¿tú crees que a mi familia le importa verte así? Lo único que desean es que este bien, Esme estuvo toda la noche preocupada y si no hubiese sido porque Carlisle la detuvo, habría venido a verte, Alice estuvo ansiosa toda la mañana y yo… bueno, yo quise matar a Emmett por ser tan suertudo de haberte visto, yo estaba preocupado…_

Asentí al ver sus ojos tristes y preocupados, él besó mi frente y me llevó hasta la habitación tomando mi cintura,

_Busca algo, haremos noche de pijamas en casa_ murmuró antes de dejarme sola en mi habitación,

Valla… hacía mucho que no tenía noche de pijamas en casa de los Cullen, más o menos desde cuando Alizzé era un bebé. 

Oí ruido de cubiertos en la cocina, Edward estaba recogiendo el desastre de mi pequeña, pasé la mirada por mi habitación y  refregué mis ojos al ver el desorden, Edward tenía razón… no tenía que dejar que la depresión me atrape. Recogí algunas cosas y busqué mi pijama, un juego de ropa interior, una ropa de recambio y luego fui al baño a buscar mi cepillo de dientes y el de Alizzé, recordé buscar los cuentos que le gustaba y metí todo en un bolso pequeño, fui hasta la cocina y vi a Lili arriba de la mesa, mi niña había dejado su muñeca.

_¿Está todo listo?_ preguntó Edward tomando mi bolso _déjame llevar esto al auto, vamos Bella… mi princesa te está esperando._

Asentí y tomé la muñeca y salí de mi departamento, Edward cerró la puerta detrás de nosotros y luego me entregó la llave.

_Tendré que cambiar la cerradura_ susurré cerrando la mano con la llave pequeña en mi palma, _Ja… él tiene una copia… no lo quiero cerca_ susurré, Edward tomó mi mano y abrió mis dedos lentamente…

_Yo lo haré mañana, ahora salgamos de aquí ¿ok?_ dijo tomando la llave y guardándola en su bolsillo. Asentí y fuimos hasta las escaleras, ya que el maldito elevador aún no funcionaba.

Bajamos hasta la salida del edificio y vi el Volvo detrás de las puertas de vidrio, Alizzé estaba en el regazo de Alice, reían juntas y jugaban a algo con sus manos, chocándolas y aplaudiendo, llegué hasta la puerta del acompañante y Edward la abrió para mí,

_Juan! Paco Pedro de la Mar! Es mi nombre así! Y cuando yo me voy, me dicen al pasar!... Juan Paco Pedro de la Mar la la la la la la la…_  cantaban ambas al unísono y rápido, para luego romper  a reír. Sonreí al ver a mi niña feliz, al menos los niños tienen esa capacidad de poder reprimir los malos recuerdos… pero el miedo quedaría y tenía que tratar con ello, Alizzé era fuerte, pero tenía que cuidarla de las emociones fuertes, no quería por nada del mundo que mi hija sufriera.

Edward condujo mientras cantaba lo mismo que cantaban Alice y  mi pequeña, él era tan fácil… mi hija lo había conquistado tan fácilmente que no se negaba a nada de lo que ella le pidiera. Algún día sabía que Edward iba a ser un padre excelente. Que suertuda que iba a ser la mujer que estaba predestinada para él,

_¿En qué piensas?_ preguntó él luego de reír junto a mi niña, su sonrisa decayó cuando yo levanté mi mano y acaricié su mejilla con el reverso de mi mano, pero sus ojos aún estaban atentos a mí y al mismo tiempo en la carretera,

_En que serás un padre grandioso algún día_ dije suavemente entre nosotros.

Él miró hacia delante y sonrió reticente, fue como si hubiese dicho algo con lo que no estaba de acuerdo. No dije más nada, solo me límite a mirar por la ventanilla… ¿qué lo tenía así? ¿a caso no pensaba casarse y tener una familia propia?... ¿a caso deseaba seguir como un soltero mujeriego siempre? Tenía que hablar con él sobre eso, no podía gastar su vida con mujeres que no valían la pena, él valía mucho más que solo para una noche de buen sexo y ya, él lo merecía todo, merecía que lo amaran, merecía amar, merecía tener niños que lo esperaban cuando llegara a casa y lo llamaran “papá”, una esposa que le dijera “te amo”…  él se merecía todo lo mejor.

Llegamos a casa Cullen y a penas el auto paró frente a la entrada de la casa salió Esme a recibirnos, parecía ansiosa y mi niña gritó “Nana!” a penas la vió. Alice le desabrochó su cinturón del baby site y Ali saltó fuera del auto corriendo hacia los brazos de Esme,

_Nana!... te extrañé mucho_

_Oh mi pequeña, yo también te extrañé mucho, Rose también y tío oso te está esperando para jugar a Twister_ dijo Esme acuclillándose a su altura,

_Ah! Le ganaré!... gracias Nana!_ besó a Esme en la mejilla y corrió a la casa.  Esme se incorporó y me miró con una sonrisa dulce, me aproximé y la abracé fuertemente,

_Mi niña, Bella… ¿por qué no dejaste que Edward te trajera a casa?_

_No quería ser una molestia con mis dramas, Esme_ susurré, Edward estaba a mi lado, podía sentir su mano en mi baja espalda y seguramente se enojaría si lo escuchaba,

_Vamos, no quiero escuchar eso otra vez_ la mujer de cabellos caramelo tomó mi mano y me adentró a la casa, en seguida el olor a familia me embargó, una mezcla de comida casera, perfume dulce de rosas recién cortadas del jardín, el perfume de Rose en el ambiente, su clásico Organza, olor a tierra mojada, por lo que seguramente Esme estuvo hace poco trabajando en su hermoso jardín, a caramelos… olor a familia.

_Ali!... noches de películas bebé! Te toca elegir!_ llamó Alice desde la sala de entretenimientos,

_Voy con ella, tú ve a la habitación y acomódate, prepararé palomitas… ¿quieres algo más?_ preguntó Edward antes de ir a la cocina,

_Hum… ¿tienen helado?_ pedí sonrojándome, comer helado en momentos de angustia, aunque sonara cliché, era lo que me tranquilizaba. Edward sonrió dulcemente y asintió,

_¿De mascarpone ¿verdad?..._  asentí a su pregunta y sonrió _ tout ce que je veux que ma belle dame _

Rodé los ojos por su hermoso francés que yo no entendía y caminó hacia la cocina mientras yo volteaba para subir las escaleras.

Era increíble cómo él aún recordaba cada cosa que me gustaban, siempre lo hizo a pesar de estar lejos, no quería pensar qué sucedería cuando él regresara a Europa, no quería perderlo otra vez, quería recuperar todo el tiempo que habíamos perdido, pero sabía que él estaría más interesado en regresar a la gran Paris, que a quedarse aquí a lidiar con mis problemas.

Subí a la habitación que estaba reservada a mi niña, Alice la había decorado como la de una princesa, con cama a dosel y un lindo tul rosa cayendo del techo, pequeños sofás estilo Luis XV bancos y de madera pintada en colores pastel, almohadas de la gama del rosa y una gran alfombra blanca mullida en el suelo. Dejé el pequeño bolso sobre el pequeño sofá y me quité mi abrigo mientras sonreía al ver la gran adquisición de libros de niños con las que Alice había llenado la biblioteca.

Con cada venida de mi niña aquí, más libros nuevo tenía, no por nada a ella le gustaba que le leyeran antes de dormir, Esme la consentía y leía cuentos para ella y podía estar haciéndolo toda la noche, mientras que yo, luego de venir de un turno cansador en el supermercado, al primer párrafo quedaba dormida…

Saqué de mi bolso lo que iba a necesitar y me dirigí al cuarto contiguo, que era el de huéspedes y en el que siempre que venía, hace tiempo, solía quedarme a dormir.  El cuarto de tonos ocre estaba impecable y aún conservaban la pequeña colección de cd´s que solía dejar cada vez que venía. Me desvestí rápidamente y entré al baño de blancos azulejos, Esme tenía muy buen gusto para la decoración de su hogar, era increíble cómo a cada habitación de la casa, le daba ese toque tan moderno y a vez tan antiguo y sofisticado.

Luego de darme un baño relajador, me puse mis pijamas y me sequé el cabello rápidamente, Ali debía estar esperando para ver su película y seguramente estaba inquieta preguntándole a Edward por mí. 

Cuando llegué a la sala de entretenimientos, ya estaba Emmett, Rosalie y Alice sentadas en los mullidos sillones de cuero blanco, Edward estaba acomodando unos platos frente a ellos en una mesa baja, había palomitas, pizza, tarta de moras, bombones, juego y gaseosas. Jasper estaba poniendo la película en el reproductor y Alizzé estaba a su lado ansiosa esperando a que presione play,

_Ponlo pronto tío, mi mita ya vino!_  Ali sacudió la mano de Jasper y este puso play entre risas _Mita!_ mi hija corrió hacia mí y  tomó mi mano, jaló de mí hasta el sofá y prácticamente me empujó a lado de Edward, ella se sentó en el puff que había en el suelo, cerca de la mesa de comidas… Edward y yo reímos entre dientes.

_Se llenará de azúcar y luego la harás dormir tú_  susurré cuando los títulos de la película comenzaron

_Con mucho gusto, a demás el plan es estar hasta tarde mirando películas, por una vez Bella, no te preocupes…_  susurró en mi oído, suspiré resignada y me acomodé en el sofá lista para ver otra película infantil.

_Mita!... mira Luis! No tiene mami ni papi, pero él es feliz!... y es lindo_  dijo Alizzé terminando la frase en un susurro y sonrojándose, Edward rió entre dientes y no pude evitar reír también. La habitación se oscureció y solo la luz de la pantalla de proyección, como si fuera un minicines, nos iluminó.

Edward rodeó mis hombros con un brazo y me jaló hacia él, me acomodé y recosté mi cabeza en su pecho, suspiré al fin tranquila, parecía que la nube negra que pasaba por mi cabeza tal vez fuera a despejarse, así lo esperaba. Él besó mi frente y nos tapó con una manta. Cruce mi brazo por su estómago y subí mis pies al sofá, era increíble sentirme tan bien luego de mi crisis.

La película estaba linda, La familia del futuro. Mi hija ni se movió de su asiento y comió palomitas una tras otra, Edward me invitó pizza y comimos de la misma rebanada, tomamos coca cola y admito, que como estaba sensible, lloré con algunas partes.  Alizzé volteó a verme cuando me sintió resoplar y saltó de su puff para colocarse entre Edward y yo, ambos la abrazamos.

_Mita… te quiero mucho, no más lagrimitas_ murmuró abrazándome por mi cintura y escondiendo su cara en mi estómago,

_No pequeña, no más…_

Entonces una hermosa canción anunció el final de la película…

Deja ya de cargar con ese peso... ya veras... se acaba el mal momento. Deja entrar, que ser claro te defina y al final solo aquello que sentimos durará. Deja ya los problemas que deprimen, brilla más y has que todo se ilumine no importa que tenga yo que ser tu apoyo está bien, lo que sientes es la única verdad.

Edward me miró y yo fijé mis ojos aguados en él, una lágrima corrió por mi mejilla, él levantó una mano y acarició mi mejilla suplicando con su mirada que no llore.

_Estoy aquí… _ susurró con su boca, asentí y volteé mi cabeza lo suficiente como para dejar un beso en la palma de su mano,

_Lo sé…_

La vida es... es un instante de maravilla que nos hace cambiar y el tiempo se va en dos instantes. en dos instantes… ohh se va,  lo que haga mal se puede corregir, mas no voy a olvidar aquello que sentí…

Recosté mi cabeza en el hombro del hombre que llenaba mi vida de la mejor manera, de mi Edward… mi mejor amigo. Ali se removió en mi regazo y chupó su dedo pulgar, lo que me indicó que estaba a punto de dormirse, acaricié su cabello y sonreí al mirarla, mi tesorito… mi bebé… mi único pilar que quedaba en pie. Alcé la vista y vi a mi amigo, sonrió genuinamente… sin lastima, sin falsedades, ni engaños… sus ojos brillaron y apartó la mirada hacia la pantalla, hice lo mismo mientras una frase final llenaba la pantalla…

"En este lugar perdemos demasiado tiempo mirando atrás.
Camina hacia el futuro, abriendo nuevas puertas, probando cosas nuevas, sé curioso. . . porque nuestra curiosidad siempre nos conduce por nuevos caminos."
Walt Disney

___________________

Johana!!!! tu regalito estará por la noche, FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!