Capitulo 8: Indomable, En el nombre del padre

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Indomable

Mi cuerpo era un despojo sin vida y cansado casi hasta la muerte, me dejé caer en el asiento de avión y cerré los ojos luego de colocarme el cinturón. Estuve tres días en Forks, suficiente tiempo como para inundar mi alma de diferentes sentimientos y romper mi corazón… una vez más. Miedo, tristeza, dolor, desasosiego, cariño, nerviosismo, incertidumbre y ahora… desaliento.

Siempre era lo mismo, siempre… nunca cambiaba, nunca se movía. Era algo de nunca acabar, Rene mi madre me miraba al escucharme, me quedaba mirando sin reconocerme, sus ojos vacíos, su mirada nublada por una imagen que quedó allí en su mente y que nunca iba a dejar ir, la manta en su regazo, envuelta entre sus brazos… sosteniéndola siempre, en cada una de mis visitas, sin dejar de acunarla, sin dejar de mirarla para mirarme a mi… su hija. Ya sabía que su mente enferma me había olvidado, a mí y a mi papá… que solo vivían eternamente dos personas en su corazón, dos imposibles.

Y eso me rompía en mil pedazos… su vida arruinada, la mía…

Esto me hacía renovar fuerzas para concretar lo que quería hacer, mi plan con Carlisle, arruinar su vida como él, aún sin saberlo arruinó la mía y la de mi familia. Pero cada vez era más y más difícil… porque él parecía tener, a pesar de todo, un buen corazón.

Sequé una lágrima solitaria de mi mejilla con el dorso de mi mano y sorbí mis mocos mirando hacia la ventanilla, era de noche fuera. Solo se veía la oscuridad de la noche y las luces del ala del avión, titilantes e hipnotizantes. Cerré los ojos y sonreí pensando en lo bueno que tenía en Forks… lo que había quedado de mi familia, mis amigos, mi padrino y los suyos… a quienes tanto amaba. Jacob y su esposa, mi amiga Leah… siempre allí para sostenerme cuando volvía de las visitas a mi madre, Billy… siempre tan intenso con sus palabras, sus concejos, sabiendo lo que yo quería hacer, repudiándolo… pero aun aceptando mis decisiones. Y finalmente Sue… la madre que me hubiera gustado tener, la que me dio cariño cuando la mía propia me tenía olvidada, la que me levantó del suelo y acarició mi cabello, secó mis lágrimas y me sostuvo cuando parecía que mi mundo se caía abajo.

Agradecí a quien fuera que me los hubiese puesto en mi camino, estaba cerca del cielo, solo un poco… alguien debía escuchar. Pero no agradecí ver a mi madre siempre igual… y una nueva lágrima rodó por mi mejilla.

_¿Me recuerdas mamá?... soy Bella_ ella solo me miró como si viese un estanque de aguas profundas, no me reconocía. Carraspeé tratando de alejar el nudo en mi garganta y sonreí vacilante tomando su mano, la que tenía envuelta en esa manta _te extraño… no sabes cuánto._ ella seguía mirándome sin decir palabra, sus ojos azules nublados, oscurecidos por una niebla que no la dejaba verme _te traje algo que sé que te gusta_ saqué de mi bolso la pequeña caja de bombones y se extendí, ella se quedó mirándolos para luego desviar la mirada hacia la ventana.

Tragué saliva y miré a Carmen que seguía a mi lado, ella tomó la caja con una sonrisa triste,

_Se los daré de a poco Bella, le gustara_

Asentí con una leve sonrisa de agradecimiento y miré nuevamente a mi madre, ella comenzó a mecerse de adelante hacia atrás en su mecedora, tarareando una canción que reconocí… suave, melancólica, que en mi infancia me hacía feliz. Mi canción de cuna… mi nana, pero ella ya no me la cantaba a mí, acariciaba su manta.

No lo pude soportar…

Me levanté del suelo rápidamente y saqué un pañuelo que extendí en mis manos y puse sobre mis ojos… mierda! No quería llorar!

Sentí la mano de Carmen en mi hombro y negué con la cabeza haciendo alusión a que en realidad, me sentía bien.  Aunque mi corazón volvía a romperse en pedazos. Quería irme… pero no quería al mismo tiempo, una parte de mí quería quedarse allí y solamente sostener su mano, quería tener esperanzas y que ella me recordara….  Y la otra parte de mí quería irse y acurrucarse en un rincón de mi gran camioneta y llorar… llorar hasta destilar el líquido en mi cuerpo.

Simplemente me quedé allí, sentada en su cama, mirándola como algo que nunca iba a volver a tener, recordando nuestros momentos juntas antes de que todo se viniera abajo. Acariciando uno de sus edredones que había hecho en esa época de su vida en que se ocurrió tejer a crochet. Sonreí antes el recuerdo y su empeño de enseñarme a mí…

Recosté mi cabeza en la almohada sintiendo su perfume en las sábanas, suspirando hondo y tomando lo que podía de él en mis pulmones. Sequé mis lágrimas con el pulgar y me dejé llevar por su canto suave y calmo, que aunque no estaba dirigido a mí, lo tomaba de todas maneras de una manera egoísta.

_Te amo mamá… a pesar de todo, te amo mucho y te extraño_ susurré antes de cerrar los ojos. Dormité escuchándola hasta que Carmen movió mi hombro… el horario de las visitas había llegado a su fin.

Desperté con un fuerte dolor de espalda, la voz de la azafata estaba sonando por los altoparlantes anunciando el inminente aterrizaje sobre Nueva York. Me había quedado dormida pensando en mis días en Forks.

Me acomodé en el asiento y  respiré profundo, miré mi reloj, eran las cuatro de la madrugada. Tendría que tomar un taxi a casa, a la única que le había avisado de mi llegada era a Alice, pero le hice asegurarme que no se molestaría en venir a buscarme… igualmente no confiaba que mantendría su palabra.

Bajé rápidamente del avión cuando se detuvo del todo y abrieron la compuerta y salí hacia la sala de equipaje, entre bostezos y tropezones busqué mi maleta y la arrastré sobre sus ruedas caminando hasta la salida. Saqué mi celular del bolsillo y lo encendí, durante el vuelo lo había tenido que apagar antes la llamada de atención de la azafata, así que cuando lo encendí de nuevo comenzaron a llegar las alertas de nuevos mensajes y llamadas perdidas.

Había tres mensajes, uno de Alice y otros dos de Carlisle,

De: Alice Brandon

A: Isabella Swan

Hey!... mira Jasper me vino a buscar para salir a un club a bailar, no estaré en casa cuando llegues pero, no les más comida a Perla, hice lasaña y solo comí una porción, el resto se lo di a ella y te dejamos una porción en el microondas, bienvenida a casa y cuando llegue me cuentas cómo te fue!

Reí negando con la cabeza, después de todo Perla la pasaba bien. Abrí el mensaje de Carlisle deteniéndome levemente para acomodar mi bolso de mano en mi hombro, caminé mientras leía,

De: Carlisle Cullen

A: Isabella Swan

Mi amor, Alice me contó que vienes hoy a la medianoche, trataré de hacer lo posible por llegar a recogerte, pero no prometo nada, estoy en una cena importante de la compañía… espero salir temprano para ir a tu departamento, besos… te amo…

Suspiré mordiéndome el labio, aún me costaba pensar que en verdad este hombre me amaba,

Abrí el otro texto mientras iba aproximándome a la salida del aeropuerto, a través de las puertas de vidrio vi la fila de taxis esperando por pasajeros,

De: Carlisle Cullen

A: Isabella Swan

¿Ya llegaste?... mira amor, estoy aún en la cena, pero envié a alguien por ti, Edward se ofreció. Estaré en casa lo antes posible, le pedí que te llevara allí, te veré en cuanto llegue o si estas ya dormida en la mañana temprano, te amo…

Me detuve en seco. Repasé una y otra vez el mensaje de Carlisle, mi mano comenzó a temblar… Edward iba a venir por mí?... ¿Iba a pasar la noche en su casa? ¿Cómo podía hacerme eso Carlisle sin consultarme?...no, no, no…

Alcé la cabeza y vi la fila de taxis, comencé a caminar hacia la salida guardando mi celular en la chaqueta, pero cuando solo di tres pasos, dos enormes manos taparon mis ojos desde atrás, lo que me hizo detenerme…

Sentí una electricidad familiar recorrer la piel de mi cuello y luego el lóbulo de mi oreja, mi respiración se tornó errática y en ese momento maldije a mi cuerpo por tener que reaccionar así,

_Bienvenida Isabella…_ murmuró él en mi oído, su cálido aliento me hizo estremecer _¿quién soy? ¿lo sabes?_

Me mordí el labio para no dejar salir su nombre, en cambio obligué a mis manos reaccionar y las llevé hasta las suyas que me tapaban la visión. Me aferré a sus manos y traté de sacarlas de mí, pero el tapó bien mis ojos y me empujó a su cuerpo, mi espalda chocó contra su pecho…

_Dí mi nombre Isabella… dilo… ¿quién soy?_ preguntó en mi oído. Mi respiración se agitó y los bellos de mi piel se erizaron.

Mierda!... no podía dejar que él monopolizara todas las sensaciones en mi cuerpo, tenía que, por un poco de dignidad, tratar de ser inmune a él.

Dejé de luchar… y tomé un gran respiro. Sentí que sus manos temblaban mientras detrás de mí se reía de diversión. Maldito…

_Si ya terminaste de reírte a mi costa con estas estupideces de adolescente Edward, ¿podemos ir a casa? Tengo sueño y estoy cansada… y en serio muero por ver a Carlisle_ murmuré con cansancio. Él detuvo su risa recostando ambas manos en mis hombros con un gesto indescifrable. Lo sentí suspirar detrás de mí y luego de unos segundos de silencios, en los que pensé que iba a salir con otras de sus astucias, me soltó y tomó mi bolso de mano que había dejado caer al suelo, con la otra mano tomó mi maleta y sin decir una palabra, comenzó a caminar sin esperarme.

Me tragué el orgullo y las palabras que estaban tentadas de salir por mi boca y no tuve más remedio que seguirlo, con mis planes frustrados de tomar un taxi hacia mi departamento. Al salir al exterior del aeropuerto miré la fila de taxis, tentada a tomar uno e irme de allí pitando… lo hubiese hecho si no fuera porque mi bolso de mano con todas mis pertenencias importantes estaban en su poder.

Él no dijo palabra mientras yo lo seguía detrás. A un lado de la acera, estacionado en la calle, las luces de un Aston Martin negro parpadearon y él se dirigió detrás del auto a guardar las maletas en la cajuela. Me quedé esperando de brazos cruzados a un lado de la puerta del acompañante, sin su permiso no pensaba subir a ese auto, pero una vez que colocó el equipaje en el maletero, me miró y caminó hasta la puerta del conductor,

_Sube… ¿qué pretendes? ¿Qué te habrá la puerta?_ murmuró divertido negando con la cabeza, noté el gesto de sarcasmo que vestía sus facciones al decirlo.

Bufé y abrí la puerta para meterme dentro, apenas me senté, él arrancó el auto y salimos de allí hacia las calles iluminadas con luces de neón de Nueva York. No hablamos por un buen momento, como si hubiera mucho de qué hablar, las preguntas que tenía para él, me las reservaba para cuando decidiera portarse como un buen niño.

Las calles de Nueva York estaban tranquilas y concurridas, al menos las del bajo Manhattan. Me preguntaba qué estaba haciendo Alice en ese momento, esperaba que no teniendo sexo en el sofá de la sala, ni en mi habitación. Recé en silencio que si lo estaban haciendo en algún lugar de mi departamento no fuera delante de Perla.

_Si hubiese sido tú me quedaba en Seattle_ dijo de repente el hombre de cabellos bronces a mi lado. Lo miré mientras sus palabras resonaban en mi cerebro entumecido y en vez de responderle con una respuesta rápida y sagaz, solo me quedé mirándolo…

Mandíbula afilada, que seguramente  provocaba la atracción de todas las miradas femeninas, piel suave y con una tonalidad algo bronceada, claro… él había estado en Brasil, me negué a pensar en los placeres que ese país le había dado, los brazos tonificados con las manos aferradas al volante y los nudillos blancos, el puñado de suave vello en el pecho que sobresalía por  su camisa entreabierta, por ultimo su cabello… un hermoso desastre cobrizo, con tonalidades rubias, seguramente por su exposición al sol brasilero.

Junté mis muslos e inconscientemente apreté mis manos en puños, tenía la tentación de barrer mis dedos entre sus cabellos y tratar de peinarlo… sin embargo así, se veía increíble.

Saqué la mirada de él y la puse enfrente, en las calles de Nueva York.

_No me molesta que me sigas mirando… solo cuida que Carlisle no te vea haciéndolo._

Me mordí el labio… mierda. Tendría que aprender a ser más disimulada si iba a continuar con esto. Volteé hacia él con mi mejor cara de despreocupada,

_No te preocupes, solo estaba tratando de memorizar tus facciones por si algún día necesito que la policía haga un croquit tuyo_ volteé la cabeza hacia la ventana antes de que él me mirara.

_Auch!... boca inteligente además de ser hermosa, me gusta… me gustas mucho Isabella Swan_

Si claro… te gusta mi cuerpo, pero me odias Edward Cullen.

_Si…_ reí con incredulidad y negué con la cabeza.

_¿Qué?_ preguntó él mirándome, lo vi por el reflejo de la ventanilla. La suave luz azulada del salpicadero se reflejaba en su rostro, haciéndolo ver como un espectro o algo totalmente increíble y hermoso. _¿No me crees?... ¿Crees que esa noche en el club solo te busqué porque en serio quería joderte la vida?... bueno, estoy muy orgulloso de mí mismo por haberlo hecho, pero realmente te busqué porque me gustaste. Eras como una maldita visión en medio de la pista de baile… y yo no podía encontrar un momento más en mi mente que hubiera envidiado más a mi padre, no podía creer que tú fueras la Isabella Swan de la que él me había hablado, como si estuviera jodidamente enamorado… en realidad no lo culpo_

Tragué saliva… todas esas palabras, que tendría que haber dejado que entrara por un oído y saliera por el otro, solo se quedaron allí, dando vueltas en mi mente.

_Al parecer solo me culpas a mí_ repliqué tratando de mantener mi voz estoica.

_Y a mí mismo…_ dijo más para él que para mí, luego sacudió la cabeza minuciosamente y respiró profundo _¿qué quieres con él Isabella? ¿Qué buscas?_ preguntó con vehemencia _mi padre tuvo cientos de mujeres, cientos como tú… no sé qué vio en ti, en realidad, te veo y no veo su estilo de mujer. A demás si él te preocupara como parece que a él le importas, ¿no te parece que al menos hubieses tenido la gentileza de mantener las piernas cerradas para no engañarlo con otro hombre?_ rió sin humor _le estoy diciendo esto a una mujer que fue a pasar un fin de semana sola quién sabe dónde y con quién_

_No me insultes_ respiré envarada _ si, tuve sexo contigo, un total desconocido en un club… ¿me vas a condenar por eso? Solo fue sexo… sin gracia, sin más que un buen orgasmo, y te lo agradezco… no significó nada más. Sigo sintiendo lo mismo por tu padre y el sigue sintiendo lo mismo por mí, cometí un tremendo error y si tengo que pagarlo lo haré, pero no soportaré que andes rondando a mi alrededor como un verdugo buscando humillarme en cada momento que se te presente_ vi de reojo que él entraba a la casa Cullen, solo quería salir de ese auto e irme a descansar, cerrar mi mente de él y no tener que lidiar con él.

_Entonces ¿no te interesa que él lo sepa?... ¿que tu “error” te avergüence o te humille mil veces peor? Porque créeme… aún no conoces a Carlisle Cullen_ dijo con voz gruesa, a quien no  conocía era al hijo, sabía la clase de hombre que era el padre. Sin embargo, a juzgar por lo poco que había tratado con el hijo, parecía que estaba frenando su enojo y odio hacia mí con mucha dificultad… _créeme… a mí no me costaría nada ir y decir lo que su hermosa Isabella es_

_Entonces ve y dile!_ grité desbordada. Él manejó hasta la entrada de la casa y yo me saqué el cinturón _si tanto asco te doy y si me odias tanto ve y dile a tu padre que tuve sexo contigo! Eres un patético egocéntrico que no busca más que su propia satisfacción, hazlo… destruye todo lo que tenemos y satisface tu ego retorcido. No entiendo por qué no lo hiciste ya… si realmente hubieses querido sacarme de su vida lo hubieses hecho, hazlo maldita sea!_

Él se detuvo finalmente con la cara de piedra sin decir una palabra, abrí la puerta y bajé rápidamente, fui hasta el maletero y lo abrí torpemente, saqué mis maletas mientras escuchaba el cerrar de la puerta del conductor, dejé abierto el maletero y me apresuré a caminar hacia la escalera del porche y cuando estaba por llegar a la puerta de la casa, sentí que él me tomaba de la cintura deteniéndome, sentí un escalofrío cuando pegó su boca a mi oído,

_No lo hice aún porque de hacerlo… sucederían dos cosas. Primero él no me lo perdonaría porque sabe que soy un patán insensible que se divierte con las mujeres y seguramente pensará que jugué contigo y segundo y mucho más importante… tú me odiarías y créeme Bella, no quiero eso, porque yo no lo hago_ su mano rodeó mi cintura subiendo por mi estómago, debajo de mi chaqueta y de mi blusa, la corriente eléctrica estaba allí, subiendo por mi piel, chispeando y haciendo cortocircuito entre su piel y la mía  _No quiero eso_ repitió antes dejar un suave beso en mi cuello y dejarme ir.

Justo cuando él me soltó tomó mis maletas de mis manos y caminó delante de mí para abrir la puerta del tablero de seguridad, cuando lo hizo las luces del vestíbulo de la casa se encendieron y nos quedamos paralizados en la entrada. Carlisle estaba parado en medio de la sala quitándose el corbatín para luego sacarse la chaqueta de su esmoquin, volteó al escuchar la puerta abrirse.

Una sonrisa suave y amable se instaló en su cara cuando posó sus ojos en mí, así que obligué a mover mis piernas de su parálisis momentánea y caminé velozmente hasta que él me atrapó en sus brazos, colgándome de su cuello.

_Hey cariño_ susurró apretando sus brazos en mi cintura. Oi la puerta cerrarse de un golpazo detrás de mí _ no me importaría separarnos por unos días más seguido, si al reencontrarnos reaccionas así_ rió suavemente.

_Te extrañé_ murmuré lo suficientemente alto como él y alguien más detrás de mí lo escuchara.

_Yo también_ dijo Carlisle apartándose de mí un poco para verme la cara, le sonreí con cariño y me levanté en puntillas de pie para besar sus labios. El gimió de sorpresa y satisfacción tomando mi rostro entre sus manos y profundizando el beso.

Nos separamos cuando oímos un carraspeo en la sala, al voltear hacia donde había provenido, vi a Edward aún con mis maletas en sus manos parado detrás del sofá, miraba a su padre con la mandíbula apretada,

_¿Dónde dejo estos?_ preguntó entre dientes.

_Oh… hijo, gracias por traerme a Bella. Déjalos aquí que los subiré a nuestra habitación en unos minutos_

Me tensioné un poco al escuchar “nuestra” habitación, pero me relajé levemente al sentir la mano de Carlisle haciendo suaves círculos en mi baja espalda.

Edward asintió y dejó caer mis maletas al suelo, me miró un segundo antes de decir un seco “buenas noches” y subir la escalera de dos en dos.

Miré a Carlisle que había tomado nuevamente mi rostro entre sus manos y sonrió suavemente al verme.

_Estas agotada_ susurró recorriendo mis círculos oscuros debajo de mis ojos con sus pulgares, _tienes que descansar, dormirás y mañana te despertaras con una sorpresa_ alzó las cejas con una sonrisa de lado. _Ya verás_ me besó suavemente nuevamente y tomándome de la mano me llevó escaleras arriba.

**O**

Sentí que aplaudían cerca de mí, al principio se había hecho parte de mi sueño. Estábamos en la Opera aplaudiendo de pie a los tenores que habían interpretado a la perfección una escena del Fantasma de la Opera, pero al mirar a mi lado… en vez de ver a Carlisle, como había sucedido en la realidad, tenía a Edward. Aplaudiendo mientras me miraba con sus ojos verdes penetrantes y feroces.

Me desperté sobresaltada abriendo los ojos descolocada y confundida. Estaba en una habitación amplia y luminosa, entrecerré los ojos para percatarme que era la habitación de Carlisle. Era grande, una cama King size en medio de ella, sábanas blancas de seda y edredón de plumas en blanco también, almohadas a los pies de la cama y un juego de sofás cerca de la ventana que ocupaba toda la pared, en el que también había un LCD empotrado en la pared lateral sobre un mini bar. La alfombra blanca inmaculada que parecía suave como nubes de algodón me tentaba a pisarla y en la pared contraria un pequeño corredor que ocultaba la puerta de entrada  y un muro de vidrio del que, al otro lado, había un gran baño de diseño moderno, me preguntaba si se podía ver desde la cama a quién estuviera dándose una ducha?... al parecer sí, porque el muro blanco solo cubría la pared hasta la mitad, el resto era solo vidrio transparente.

_Hey!... al fin te despertaste!_ mi cabeza volteó a quién aún seguía aplaudiendo. Alice. ¿Qué hacía Alice en la habitación de Carlisle y solo en lo que parecía ser un bikini rosa bebé y una falda corta de jean?. _Carlisle me dijo que no te molestara, pero tienes que prepararte. Levántate perezosa, sácate ese pijama y date un baño, son las once del mediodía y estamos todos esperando abajo._

_¿Todos?_ gemí refregando mis ojos. _ ¿quiénes son todos?_

_Bueno ya veras, pero es solo Carlisle y sus hijos… nadie más_ dijo saludando con la mano, algo en ella me dijo que ese nadie más no era tan así.

_Dormí demasiado_ gemí frotándome las sienes con ambas manos, de la noche anterior solo recordaba a Carlisle hablándome de su cena de negocios mientras me sostenía en sus brazos sobre la cama luego de que me había puesto mi pijama. 

Alice se acercó a mi lado y se sentó en la orilla de la cama, sonrió tristemente.

_Estabas muy agotada dijo Carlisle, yo sé cómo resultan tus viajes a Forks Bella. Sé que es un suplicio para ti ir allí… pero, hoy trata de despejar esa cabecita tuya, tengo tu atuendo preparado_

Oh no…

Alice saltó de la cama y fue hasta una silla cercana, trajo una bolsa hasta la cama y sacó todo lo que había dentro, solo reconocí un bikini de dos piezas y un pantalón corto de jean… y un par de sandalias de verano.

_Alice…_ gemí dejando caer mi cabeza entre las manos _no estoy de humor para usar eso_

_Lo estarás… el día está hermoso y Carlisle tiene una piscina envidiable, además tu hombre está haciendo una barbacoa que parece como para chuparse los dedos, vamos!_ aplaudió sacando el cobertor y las sábanas de mi cuerpo.

Media hora después, luego de una ducha rápida y de ponerme lo que ella me había traído, estaba frente al espejo estirando el cuello para mirar mi trasero, que se marcaba jodidamente bien con el short de jean. Debajo solo estaba usando mi bikini azul y el top a juego, nada más… oh y las sandalias.

Mi lado perra se moría por ver la cara de Edward mientras abrazaba a su padre y lo besaba.

Pero mantuve la compostura y minutos después estaba saliendo de la habitación con Alice dándome bloqueador solar,

_Luces jodidamente sexy… pero no lo arruines con tu piel de leche enrojecida por el sol_

_Ok_ murmuré rodando los ojos caminando detrás de ella. Abrí el pote y me coloqué bloqueador mientras caminábamos hacia el patio.

Me tensé cuando oí la música, luego vi gente cerca de la piscina y a Carlisle frente a una gran parrilla, usando un par de bermudas con sandalias de hombres y una camiseta azul blanca, ya entendía el color de mi bikini. Sonreí ante la vista, él conversaba con entusiasmado Jassper, que comía una especie de sándwich.

Salí a través de las puertas francesas hacia el patio soleado, aún persistía el buen tiempo en Nueva York, por lo que estaba dispuesta a disfrutarlo… tal vez broncearme un poco y nadar, la piscina se veía exquisita, el agua azul turquesa y trasparente.

Carlisle me saludó levantando una mano en mi dirección sin dejar de mirarme, nerviosamente caminé hacia él y miré a mi alrededor. Edward no estaba… pero estaba su melliza, Rosalie sentada en una reposera luciendo como una modelo de ropa interior, cuando la miré ella me saludó asintiendo la cabeza, pero en sus ojos vi que no era muy de su agrado mi presencia allí. En la piscina había un hombre grande y musculoso que hacía largos a través del agua, era rápido y fuerte… no se detuvo hasta hacer cinco largos en una piscina que debía tener al menos diez metros de longitud.

No vi a Edward en ninguna parte.

_Cariño, estas hermosa_ murmuró Carlisle besando el tope de mi cabeza cuando llegué a su lado. Le sonreí y lo abracé por la cintura apoyando mi mejilla en su fuerte pecho, él bajó su cabeza hasta mi oído y me estremecí cuando su aliento caliente tocó mi piel.

_¿Entraras al agua? No puedo esperar a ver todo el conjunto entero_

Reí tontamente pegándole suavemente en el pecho, él rió conmigo y me besó en la frente una vez más.

_Hey Bella! Toma una cerveza_ volteé a Jassper y tomé la botella que él me ofrecía, estaba fría y rica, no podía ser mejor. Miré curiosa lo que estaban cocinando en la parrilla y gemí cuando vi además de la carne, brochetas de verduras asándose.

_Jas fue el de la idea de las brochetas, es vegetariano…_ dijo ella abrazando a su, al parecer, ahora novio. Sonreí por ellos y descansé sobre el costado de Carlisle cuando él me soltó para checar la carne y la temperatura de las brasas.

_¿Cuánto falta para que comamos?_ preguntó alguien detrás de mí. Volteé a ver al hombre que había estado nadando a mi llegada,

_Todo a su tiempo Emmett, no te desesperes_ lo regañó Carlisle con una mirada simpática. _Te quiero presentar a alguien_ murmuró luego tomándome por la cintura con ambas manos y colocar su pecho contra mi espalda _ella es Isabella, mi hermosa Bella y él es Emmett… mi yerno, el esposo de Rose_

_Oh_ alcé la mano con el propósito de saludarlo, pero el tomó mi rostro con sus enormes manos y besó mis dos mejillas antes de mirarme a los ojos y sonreír ampliamente.

_Bienvenida a la familia_ dijo antes de soltarme riendo por mi reacción.

_G-gracias_ mascullé recuperándome de la sorpresa. Al parecer tenía dos y dos… entes familia, dos en contra y dos a favor.

Edward y Rosalie serían un blanco difícil, pero no imposibles… tendría que comenzar a actuar para ganármelos. En especial a Rose, porque parecía que a Edward ya lo tenía ganado. Aunque no de la manera que hubiese querido.

Sonreí a Emmett cuando hizo chocar su cerveza con la mía y volteé hacia el jardín cuando oí el ruido de una moto entrando en el camino empedrado. Y por supuesto mi cuerpo entero se tensó al ver quien la montaba, era una primorosa Harley Davidson negra y plata, en ella venía Edward conduciendo y detrás de él una risueña rubia que casi dejó caer el casco de sus manos al sacárselo de la cabeza.

_¿En serio trajo a Lauren?_ preguntó Emmett señalando a su cuñado, de quien yo  no podía despegar la mirada. Él bajó de su moto con gracia y tranquilidad, llevaba unos jeans negros y una camiseta negra doblada hasta los codos, su cabello habitualmente revuelto y zapatillas converse, al parecer el señor vino templado del clima de Brasil y el hermoso día en Nueva York no era lo suficientemente caluroso como para ponerse cómodo.

_Es su amiga… déjalo, prefiero a ella que a Tanya_ murmuró Jassper dándole un mordisco a su sándwich. _aunque hace mucho que no escucho de ella… ¿Qué será de su vida?_ perdí el resto de la conversación cuando miré a Alice que escuchaba toda la conversación atentamente, ella presintió mi mirada y sonrió al verme… maléficamente.

_Bella_ saltó dando un paso adelante para tomarme la mano y sacarme del circulo que habíamos formado todos los presentes, _Vamos a nadar!... Carlisle, te la robo para ir a probar tu magnifica piscina_ entonces tiró de mí llevándome hacia el área de las reposeras. Miré por el rabillo del ojo a Edward, él estaba más lejos de nosotros, casi del otro lado de la piscina y juro que podía sentir  su mirada sobre mi piel… esa estremecedora electricidad.

_Ahora te acompaño cariño! _ gritó Carlisle detrás de mí, volteé y le sonreí con nerviosismo.

Alice dejó el bloqueador y la cerveza en una mesa pequeña a un lado de una de las reposeras y comenzó a sacarse la falda de jean que tenía puesta, me miró fugazmente y tiró la falda sobre la reposera antes de venir a mi lado,

_Vamos, quítatelo_ gimió tomando el cinto blanco de mis jeans y jalándolo, entonces reaccioné.

_Hey, espera_ susurré _¿qué estás haciendo?, no quiero nadar…_

_Si lo harás Bella… ahora, sácate ese puto short y déjale en claro al pequeño Cullen de quien es este cuerpo_ me soltó y dejó que yo misma lo hiciera.

_Ok_

Tenía sentido.

Ella corrió hacia la piscina y con un grito mohicano se tiró de bomba en el agua, reí al escuchar un “Así se hace bebé!” proveniente de Jasper y algunos aplausos y risas de los demás hombres, excepto Edward. Me atreví a mirarlo y él solo estaba tomando una cerveza junto a la tal Lauren, con sus ojos fijos en mí, desvié la mirada cuando vi la mano de esa rubia serpentear por debajo de su camiseta negra.

Entonces hice mi jugada, volví a poner mis ojos en los de él y sin dejar de mirarlo me desabroche el cinto de mi short de jean y me saqué las sandalias, desabotoné los dos botones de la prenda y lo dejé caer por mis piernas hasta el suelo. Acomodé las tiras de mi bikini sin dejar de mirarlo y acaricié mis muslos suavemente. Caminé hasta el borde de la piscina y antes de tirarme como una experta nadadora, vi que apretaba la mandíbula sacando la mano de Lauren de su cuerpo casi bruscamente.

Si!... Punto para Bella.

Cuando salí a la superficie luego de mi chapuzón, vi que era ahora Edward el que acariciaba el estómago de la rubia que lucía un bikini color fucsia, su mano subía atreves de su vientre hasta tazar uno de sus pechos.

Entonces me distraje cuando sentí el chapuzón a mi lado y el agua salpicó mi rostro, Alice gritó y yo sentí que me tomaban de la cintura, Carlisle y todos los demás estaban dentro de la piscina…

_Ya está listo el almuerzo_ murmuró Carlisle en mi oído antes acercarme a su torso descubierto. Roseé su cuello con mis brazos y lo besé profunda e intensamente.

Él gimió en mi boca y yo acaricié el cabello de su nuca, su boca se movía hábilmente contra la mía y no pude evitar bajar mis labios por su piel hasta su cuello. Él apretó mi cintura y pude sentir su excitación… entonces me separé de él, que me miró con una disculpa.

_Tengo que ir al baño… ya sabes, la cerveza_ reí. Él asintió acariciando mi mejilla, apartando mi cabello mojado de mi piel.

_Eres increíblemente hermosa Bella, no sé qué me has hecho…_ pensó en voz alta.

Lo que sea quiero seguir haciéndolo…

Salí de la piscina con su ayuda y tomé la toalla que me ofreció, me sequé rápidamente y solo me puse mis sandalias. Caminé hasta la casa, pasando por el lugar donde Edward ahora estaba sin remera, me paralicé por un momento… su cuerpo era escultural… tan jodidamente hermoso. Sus abdominales perfectos y un bronceado leve que lo hacía ver más hermoso… y que alguien me mate, tenía un hermoso tatuaje en su espalda, debajo de su hombro… lo que parecía un tribal en forma de dragón, las grandes alas caídas casi acariciaban sus costillas. Él era magnifico.

Me repuse cuando vi que él me estaba mirando con una sonrisa de satisfacción en su rostro… estúpido.

Caminé rápidamente dentro de la casa con mis sandalias resonando por el corredor que me llevaba al baño cercano a la cocina. Recordaba levemente la ubicación del día que vine por primera vez, pero igualmente tuve que seguir mi instinto.

Tomé una respiración profunda y exhalé acompañado de un gruñido de rabia y hastío. Esa sonrisa burlona era lo que me esperaba de él por supuesto… pero su infantil escena con la rubia ¿era necesario?... si yo no estaba interesada en él. ¿Él se creía que si?... ¿Qué mierda quería Edward Cullen?... ahhg!

_Malditas sandalias!_ gemí sacándome las cosas asesinas de mis pies y las llevé en mis manos hasta que vi el baño al fondo del pasillo. Maldito Edward! ¿que se creía?, ¿qué esto era un juego de adolescentes para mí?. Abrí la puerta del baño y me metí bullendo rabia, pero cuando quise cerrar una mano me lo impidió. Entonces lo único que alcancé a ver fueron sus ojos verdes oscuros antes de sentir su boca salvaje sobre la mía.

No pude alejarlo… no lo quise hacer tampoco, lo único que pude hacer fue aferrarme con ambas manos a su cabello cobrizo indomable, mientras él caminaba dentro del baño cerrando la puerta detrás de él.

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Ok... lamento haberlo cortado ahí... pero no se pone más emocionante así??  Gracias por la espera! Estoy pasando por un momento de mi vida en el que lo único que me distrae es la escritura. Un buen remedio. Gracias a todas.

Ropa de Bella

Las amooooooooo, gracias miles a mi Leymi por bancarme todos estos días, gracias por tu preocupación y tu escucha mi amor. Gracias Ada por seguir conmigo en todo esto... besotes a ambas.