La chica compañía, Capitulo 21: Reencuentros

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Reencuentros

POV Emmett


Me quedé paralizado, de frente a ella, después de tanto tiempo… dios, estaba hermosa, increíblemente más hermosa. No tenía la huella juvenil ni inmadura de hace casi cinco años atrás, ella tenía todo el porte de una mujer. Una increíble mujer que ahora me miraba como si yo fuese un intruso allí. De hecho lo era… pero no pensaba salir.

_¿Qué haces aquí?_ preguntó saliendo del shock inicial de haberme visto tirado boca abajo en su jardín junto a mi hermano. Ella se veía aún más hermosa frunciendo el ceño y su boca abierta como un pez… Miró hacia atrás cuando el hombre a su lado se acercó hacia ella y pasó su sucia mano por su cintura. Ella fijó sus ojos en la puerta de la habitación donde Edward y esa chica… su Bella, habían entrado dejándonos aquí solos.

_Rose… ¿Quién es él? ¿Quieres que se vaya?_ preguntó el hijo de puta a su lado.

_No me voy a ir, estoy esperando a mi hermano… me quedo hasta que él me diga que me vaya_ dije rotundamente.

Rose volvió a mirarme cayendo en reconocimiento…  los ojos bien abiertos y parpadeando con confusión.

_¿Edward es tu hermano?_

_Si… vine a acompañarlo_ dije alzando un hombro, era obvio ¿no?...

_Y tienes el descaro de venir aquí!_ ella dio unos pasos adelante y yo di uno también, ella seguía siendo una perra fría e insensible. Mierda!... yo había conocido esa parte de ella, pero no era el Emmett tonto que había caído a sus pies, enamorado como un polluelo mojado y prematuro adolescente… Era el maldito Emmett Cullen carajo!… y ella… bueno sí, la única mujer que amé, seguía siéndolo, sin duda, a juzgar por la maldita molestia que tenia en el pecho y que dolía con cada latido de mi corazón, seguía amando a esta perra, aunque la odiara por haberme arruinado el corazón para alguien más.

_Bella no me echó, si ella no lo hace no me iré…_ me crucé de brazos sobre el pecho y me quedé mirándola.

Vamos rubia… sácame, ven y tócame…

_¿Cómo te atreves a hablarle así a Rosy?..._ gruñó el galán a su lado, rodé los ojos, no me interesaba quién carajos era, _Nena… ¿quieres que lo saque?_ la miró esperando una respuesta.

No saqué mi mirada de los ojos de ella, que me veían con una mezcla extraña de enojo y miedo… miedo ¿por qué?.

_No cambia nada…_ canturreé _siempre haciendo muy buenos amigos ¿he?_

El tipo me miró, sus ojos como dagas contra los míos. Si las miradas matasen…

_¿Qué mierda quieres Cullen?_ preguntó ella finalmente. Le sonreí acercándome a ella lentamente,

_De ti… nada, soy leal con Edward, por él estoy aquí… ¿por qué no te vas? No hagas esperar a tu cita_ asentí hacia el payaso que estaba a su lado tomado de su cintura, marcando territorio con tal alto nivel actoral.

_Idiota…_ murmuró Rosalie dándose vuelta sobre sus talones y yendo hacia el sofá a buscar un pequeño bolso, revisó su interior… tal vez haciendo tiempo y resopló.

Miré a mi alrededor llevando mi mano a mi pecho… ¿por qué mierda sentía esa… molestia punzante? Por mas que tratara de ignorarlo, la respuesta estaba allí, alta, rubia, con esos increíbles tacones rojos que podían sacarme un ojo y con su mirada hiriente.

La sala era bonita, los sofás grandes y cómodos, al parecer, había una chimenea en un lado de la sala y una mesa central baja con un montón de retratos enmarcados en ella, las grandes ventanas daban hacia el patio trasero dejando pasar la luz de la luna, mezclándose con la luz de la sala… nada había cambiado. Cuantas veces había sido yo el que había estado esperando en esta misma sala por ella… esperando verla bajar las escaleras, esperando que me bese como un idiota que se conformaba con la más mínima muestra de… afecto.

¿Cómo fui tan estupido al pensar que de ella iba a esperar amor?...

Miré nuevamente hacia ella, que me miraba expectante sosteniendo su bolso con ambas manos, su acompañante nos miraba a ambos como si estuviera tratando de descifrar una imposible incógnita. Sin darme cuenta había caminado despacio hasta cerca de la chimenea, absorbiendo con mis ojos los detalles de su lugar…

Ella vivía como una reina, sin duda todos estos años había estado ganando muy bien, desvié la mirada de ella hacia la mesa del centro de la sala, cuando otra vez sentí una estúpida punzada en el pecho, al pensar en cómo se lo había ganado todo. Y pensar que yo le había ofrecido todo…

Caminé hasta los sofás y me di cuenta que aún no se iban, no quería mirarla tampoco… mierda, no tenía que dejar caer mi careta de “Soy un Cullen, está todo más que bien…” , no quería que ella supiera lo mucho que me había marcado.

_¿No tienes un auto donde esperar a tu hermano?_ preguntó la muy…

Sonreí alzando una ceja _¿tan desesperada estas que me vaya?_ miré mis pantalones _ no estoy sucio, no embarraré tus sofás de cuero con tu mugre del patio_ me senté cómodamente en el sofá.

Ella  suspiró frustrada y dio un leve parpadeo hacia los retratos encima de la mesa del centro, fruncí el ceño y miré también…

–Rosy vamos nena, que espere aquí a su… hermano. Se nos hace tarde para la reservación  –

Pero Rosy no contestó, cuando alcé mis ojos hacia ella, me veía con ojos suplicantes, como si estuviera por entrar en desesperación, ignorando olímpicamente a su cita que mascullaba algunas idioteces atrás de ella.

_¿Rosalie?_ preguntó una mujer bajando las escaleras rápidamente, miré hacia ese lugar y vi que aún la amable Ángela trabajaba en esa casa _Nate se ha despertado, tuvo una pesadilla y pregunta por ti_

¿Nate?

Rosalie quebró su mirada hacia Ángela, cuando ella hizo lo mismo hacia mí. Me quedé mirándolas a las dos con el ceño fruncido. Ángela me miraba como si hubiese visto un fantasma y Rosalie la miraba a ella de la misma manera.

_Oh…_ gimió Ángela antes de volver a mirar a Rose.

_Y ahora esto…!_ masculló el patán que aún esperaba en la entrada, dio media vuelta sobre sus talones y suspiró exasperado mirando el techo.

Idiota

_Vete!_ gritó Rosalie sobre su hombro _vete de mi casa Royce, si no te gusta simplemente… vete_

Ella volteó hacia mí, podía ver la furia en sus ojos azules como el hielo ártico, tiró con brusquedad la cartera sobre el sofá y caminó hacia la escalera, pero antes volteó hacia el tal Royce,

_Y cierra la puerta de calle, no queremos más invitados indeseables aquí!_

Con eso se apresuró a subir las escaleras haciendo resonar sus tacones sobre el mármol del suelo, sonreí involuntariamente… mierda, nada había cambiado! La misma diabla con tacones de quince centímetros…

_Maldición…_ masculló el tipo sacando su cartera de dentro del bolsillo interior de su saco,  revisó y sacó unos cuantos billetes de cien dólares _eso me pasa por andar tras prostitutas con hijos, puta barata…_ alzó su mirada hacia mi _dile que aquí tiene su dinero y que me busque cuando termine de cambiar pañales!_  tiró los billetes sobre el sofá.

Y con eso abrió la puerta de calle y salió sin mirar hacia atrás.

Hijo de puta!... tenía la tentación de salir de esa casa y arrancarle la cabeza, pero que iba a hacer?... ¿ponerme a luchar con un tipo por una mujer que ni siquiera soporta mi presencia? Rosalie iba a tener que darse cuenta solita de la mierda de tipos con los que salía.

Espera un momento…

¿Hijo?...

_Hijo_ repetí mirando hacia el frente, ¿Rosalie tenía un hijo?... Llevé mis manos a mi cabeza y mis codos sobre mis rodillas… un hijo. ¿Acaso también estaba en pareja? ¿Tenía novio? ¿Qué clase de novio le permitía hacer esto por dinero?... ¿Acaso la explotaba? No… Rosalie no era así, ella… ella no se dejaba manejar por nadie, tal vez Bella… pero ella era su amiga.

Resoplé frustrado y levanté la mirada, ¿Por qué mierda seguía sintiendo esa jodida puntada en mi corazón?...

Algo captó mi atención, mis ojos se posaron por los retratos que había sobre la mesa de centro, habían muchos, de distintos tamaños, con varias personas en ellos. Alcé mi mano y tomé uno que parecía ser la fotografía de una familia, lo era… la mayoría eran todas mujeres, al menos seis y un hombre, reconocí a Jassper el hermano de Bella. Y también estaba ella y Ángela… y Rose, abrazando a un niño pequeño que estaba parado sobre una silla de niño con un gran pastel frente a él, con una pequeña vela azul encendida, esperando ser apagada.

Era un niño pequeño… cumpliendo su primer añito. Algo se sacudió dentro de mí al verlo. Hice una mueca y acaricié mi pecho… había un peso allí que no podía comprender. Alcé otra fotografía dejando la de la familia tan singular en la mesa, esta vez era una imagen donde pude ver a Rose y al niño abrazados mirando a la cámara, de fondo había una playa… arena blanca a sus pies y el sol brillando sobre el agua. Rose tenía el cabello mojado y el niño parecía más grande, al menos de dos años o tres… y abrazaba a su mamá como si fuera un naufrago con su salvavidas.

¿Rosalie mamá? ¿La misma Rosalie que ahora me odiaba? Tenía su lado tierno y amable al final… un lado que solo dejaba ver con alguien pequeño, que nunca dejó al descubierto conmigo.

Entonces miré bien al niño… y lo primero que me llamó la atención fue que era increíblemente parecido a su madre, rubio, algunas pecas en las mejillas, la misma nariz, los mismos labios… aunque no los mismos ojos. A diferencia de Rosalie que tenía ojos azules, este niño tenía los ojos verdes…  grandes y brillantes, un tinte verde singular… tan… parecidos a los míos.

Oh… cielos.

El aire abandonó mis pulmones… alcé mi otra mano y puse mi codo sobre mi rodilla y los dedos en mis labios, entonces comencé a morder la piel que rodeaba mis uñas mientras no podía dejar de ver a ese niño. Mi pierna comenzó a revotar en el suelo con ese maldito tic nervioso que compartía con Edward.

Mis ojos fijos en los de ese pequeño que me miraba desde ese retrato, yo mismo me reflejaba en el vidrio… eran… mis mismos ojos, mi crédulo y estúpido cerebro podía ver los mismos ojos.

_Mierda_ gemí dejando caer mi mano con el retrato pero sin soltarlo, pasé mi otra mano por mi cabello y gemí mirando las escaleras… _Estúpido_ cerré los ojos y los cubrí con mi mano.

¿Cómo podía llegar a pensar algo así?... Rosalie era… una acompañante, que cobraba por sexo, ella se cuidaba en todas sus salidas, al menos lo hizo siempre conmigo… ¿o no?...  Taladré mi cabeza tratando de recordar las noches gloriosas que había tenido hace cinco años atrás con ella y… no pude recordar todas, pero yo me cuidaba, siempre tenía un condón en mi bolsillo, pero… alguna que otra noche nos acostamos borrachos, alguna que otra noche… no nos cuidábamos.

¿Podría ser…?

Cuatro años de edad al menos. Volvi a minar el retrato que tenía en mi mano… hacía casi cinco que había dejado de ver a su madre… son nueve meses de embarazo.

Oh cielos…

No era estúpido, podía hacer cálculos mentales… a demás, este niño tenia ojos verdes, ojos… de un Cullen.

Una corriente eléctrica arrasó por mi cuerpo, llenando cada fibra de mi ser con una energía nueva, dejé el retrato sobre la mesa baja y me levanté del sofá, miré la puerta de la oficina donde Edward se había ido con Bella… seguramente estaban ocupados, muy ocupados como para recordar que yo estaba aquí. Entonces volteé hacia la escalera… y sin vacilar subí escalón tras escalón… con mi mano acariciando el centro de mi pecho y mi corazón tronando en mis oídos.

_Mierda… mierda… cuatro años… un embarazo dura nueve meses, hace casi cinco años no la veo_ no podía dejar de repetir mientras iba subiendo escalón tras escalón.

Si era así… cómo esa extraña sensación me lo decía… ¿por qué carajos no me lo había dicho? ¿Por qué carajos yo no lo sabía? ¿Cómo podía una persona ser un Cullen y yo sin saberlo?... oh por dios… tenía que saber… tenía que hacerlo, ella me tenía que decir ¿no? Tenía derecho a saberlo.

Entré aun largo corredor con varias puertas a los lados y una larga alfombra color crema que vestía el suelo de madera. La casa estaba en silencio, seguramente todos sus habitantes estaban disfrutando esta noche fuera, con excepción de Bella, Rosalie y… el pequeño.

Fui caminando despacio a lo largo del corredor escuchando atentamente  para captar algún movimiento cerca o en algunas de las habitaciones. Llegué casi hasta el final y solo quedaban unas puertas y aún no escuchaba nada, estaba por dar la vuelta para subir al segundo piso, pero una voz me detuvo.

No me habló directamente a mí…

Estaba susurrando, cantando suavemente… arrullando…

Era la voz de Rosalie… dulce, suave y de una manera que nunca había escuchado, increíblemente hermosa. Caminé despacio hacia donde provenía la suave y cadente voz, que retumbaba en mis oídos junto con mi corazón y paré  en seco cuando vi una puerta entreabierta.

Entonces los vi… primero a ella, recostada en una pequeña cama de niño, las paredes de tonalidades azules, su espalda contra la cabecera, en sus brazos el niño dormido. Era tan pequeño… rubio y pálido como ella. Rosalie lo acunaba y acariciaba su cabello lánguidamente con tanta ternura que me dolió el pecho… ¿y si él era…? ¿Cuánto me había perdido?...

Sin pensarlo mis pies se movieron como si tuvieran vida propia, me acerqué a la habitación y entreabrí un poco más la puerta, no podía dejar de mirar esa escena, no podía y no quería… me rehusaba.

Rose alzó la cabeza y sus ojos azules y… derrotados se fijaron en mí, había lágrimas en sus mejillas, lágrimas que seguramente fueron provocadas por mi presencia, dios… no quería hacerla llorar, no quería que tuviera miedo, no quería molestarla… pero necesitaba saber.

Necesitaba tanto saber…

Ella bajó sus ojos al niño dormido en sus brazos y yo me apoyé en el marco de la puerta. Metí mis manos en los bolsillos porque de repente no quería mas que ir a tomar ese niño de sus brazos y… acunarlo, abrazarlo, acariciar sus mejillas, como si en realidad… él fuera mío.

Por dios, necesitaba saber.

_Rose_ susurré suavemente no queriendo despertar al pequeño. Ella alzó los ojos y lágrimas corrían por sus mejillas, corriendo su maquillaje y tornando triste su mirada, vencida, suplicante.

Y solo eso fue lo que necesité para saber.

El dolor en el pecho… carraspeé tratando de sacar ese nudo en la garganta _Es… mío… ¿no?_ susurré lentamente con voz agrietada.

Rose bajó su mirada nuevamente, su cabello cayó como una cortina impidiéndome ver su rostro, pero el temblor de su cuerpo me dijo que sí. Ella lloraba.

Oh cielos…

_Lo…_ ella se aclaró la voz tomando un suspiro, esperó unos segundos, respiró profundo una vez mas _ lo supe un par de meses después… de esa última noche_ ella sollozó. Tragué el nudo de mi garganta… _después de dos meses de enfermedad Bella me llevó al hospital… allí lo descubrimos, tenía ocho semanas de embarazo-

Di un paso vacilante adentro de la habitación y cuando ella no protestó me acerqué rodeando la cama hasta quedar a su lado, entonces me arrodillé a su lado, despacio, suavemente… para no asustarla y para no despertar al niño…

Mi hijo…

Mi hijo…

_¿Estas… segura…-

Rosalie levantó la mirada y vio mi pregunta en mis ojos… no quería hacerlo, pero, no… él tenía mis mismos ojos, él era mío… ¿podía dudarlo?

_No estuve con nadie mas después de tí_ dijo mirando a su niño mientras acariciaba su cabello _ por supuesto tienes derecho a dudarlo, soy… por lo que soy. Estuve días enteros tratando de sacarte de mi cabeza, habías quedado muy arraigado en mí… me costó salir adelante, Bella y las demás chicas me ayudaron un montón, viajamos un poco… pero luego enfermé… y luego supe que estaba esperándolo, no pude trabajar… no hasta un año después de haberlo tenido_

Me quedé mirándola… ella lo decía en serio, sentí mi corazón agrietarse, ella había llorado por mí, ella lo había hecho?... me había arrancado de su vida y luego lloró por mí…

Miré a… mi hijo en sus brazos y me di cuenta que no sabía nada, nada de nada… desde su nombre, ni su edad, aunque la estimaba, ni su día de nacimiento. No sabía nada… ni cómo hacer para asimilar el hecho que fui padre por cuatro años al menos y nunca lo supe… no sabía como hacerlo. Pero tenía un hijo… una personita creada por mí y por esa mujer que tan loco me había vuelo, que había amado por primera vez. Que me lastimó…

Una personita de ella y mía. Un niño que se me había negado conocer… entonces sentí que algo bullía de mi interior… algo increíblemente intenso.

_¿Por que Rose?..._ ella me miró abriendo los ojos, oh sí… ella esperaba esta  reacción _ ¿Por qué nunca… me dijiste? ¿Nunca me buscaste?_

_No me ibas a creer… estabas enojado conmigo, ibas a pensar que no era tuyo de todas formas, ibas a darme dinero para que me lo sacara, eras joven y tenías una vida por delante y una carrera a penas comenzando_ ella respiró agitadamente _ y si confirmabas que era tuyo… me lo ibas a sacar, qué padre quiere un hijo a cargo de una madre prostituta?... elige una opción, cualquiera de esas iba a suceder_

Cerré mis labios y los ojos… traté de respirar tranquilo, de contar hasta diez… ¿ella podía tener razón? ¿Podría haber reaccionado de cualquiera de esas formas?...

Mierda…

Seguramente si… era joven y estúpido…

_¿Cómo se llama?_ pregunté sintiendo ese intenso dolor en el pecho.

_Nathan Hale, le decimos Nate_

_¿Que dia nació?_

_Once de Abril del 2007… tiene cuatro_

_Cuanto pesó?_

_Tres kilos doscientos gramos_ dijo dulcemente como si estuviera recordando, me gustaría tener recuerdo de eso…

_¿Es feliz?_ pregunté alzando la mano suavemente, Rose esperó que yo la posara sobre la pequeña cabeza de mi… hijo y sollozó respondiendo. Su cabello era tan suave,

_Es feliz… muy. Pero solo conoce cinco tías, una mamá y un tío… ese es su concepto de familia_

Había llegado a la edad adulta pensando que todo iba a llegar fácil en la vida, el dinero, el empleo ideal, la familia era fácil, las mujeres, los autos… las fiestas, todo era fácil, no adquiría que yo tomase ninguna decisión difícil o que arriesgara nada, solo tenía que vivir mi vida y gozar el momento… total todo era fácil para un Cullen.

Pero estaba aquí… a punto de hacer una de las decisiones mas importantes de todas, la única que alguna vez había importado.

Miré a Rose que me veía con ojos alicaídos y sonreí tentativamente… no quería asustarlas, era lo que menos quería.

_¿Puedo…_ tomé una respiración profunda empujando la emoción abajo, una vez más Rosalie me estaba demostrando que tenía lágrimas en mis ojos dispuestas a salir… _ ¿Puedo estar… en su vida?... ¿puedo conocerlo?_

Ella me quedó mirando un minuto largo… que casi me hizo perder la razón… hasta que finalmente respiró y asintió con una suave sonrisa en los labios.

_Por supuesto que sí… puedes ser parte de su vida_

Fue entonces que di el primer suspiro de alivio… el primero de toda la noche, el primero después de cinco años. Había vuelto a estar completo.

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Uff me seco las lágrimas... bueno, espero les haya gustado, amores, este fic está llegando a su fin... este capi me ostó pero salió, ojalá que los otros que quedan no cuesten tanto, besotes.