Una vida de oportunidades, Capitulo 23: Mis amores

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Mis amores

_Mmmmhh_ ronroneé sintiendo unas suaves cosquillas en mi espalda, besos pequeños y casi inexistentes en mi hombro y la punta de un dedo recorriendo mi columna desde la cintura baja hasta el lugar entre mis hombros. Me estremecí levemente y no pude evitar sonreír, aún con los ojos cerrados.

Apacible, tranquilo, suave y placentero fue mi despertar esa mañana, la suave luz matutina entraba por la venta, ¿me preguntaba qué hora era?...

Seguí sintiendo los dedos fantasmas sobre mi piel, mis omóplatos, mi cintura desnuda, mis costillas, el borde de mis pechos… suaves, sin exigencias, venerantes como si estuvieran reverenciando mi cuerpo. Se sentí tan bien. Lo mejor era los suaves besos que ahora cubrían la piel de mi espalda, bajando hasta mi cadera, casi mi coxis… tan sensual, tan erótico.

Hasta que el sonido del celular me sacó de la nebulosa de lujuria que me había envuelto, Edward se apresuró a dejar de tocarme para sacar el celular de su chaqueta que había quedado por algún lugar en el suelo, lo escuchaba refunfuñar mientras silenciaba el timbre y atendía la llamada volviendo a acostarse en la cama a mi lado,

_Alice… está durmiendo_ regañó en un susurro, sin embargo su brazo se aferró a mi cintura posesivamente _lo sé… se los daré cuando despierte_

Él depositó un suave beso en mi hombro y me removí dándole a entender que tan dormida no estaba. Él subió su mano de mi cintura hasta mi nuca acariciando mi cabello con dulzura,

_Si… fue increíble, cenamos frente al mar, bailamos, tomamos champagne… sabes que le daría mi vida entera_

Quise llorar, era tan hermoso cuando se refería a su amor por mí. Sonreí y lentamente fui abriendo los ojos y volteé la cabeza para verlo, él me estaba mirando con amor desbordante y una sonrisa en su hermoso rostro.

_Dale un besito a nuestra pequeña, no la despiertes tan temprano… ¿dónde irán?_

Miré atenta sus ojos verdes, extrañaba  horrores a mi pequeña… nuestra pequeña, pero sabía que había quedado en buenas manos. Alice era una excelente tía, de eso no me cabía duda y sabía que si Alizzé nos extrañaba ella iba a hacer lo posible por distraerla y hacerle saber que pronto estaríamos con ella y que, mientras tanto, tenía que disfrutar de su día Tía-sobrina.

_No le des tanto chocolate… ok… le diré. Si… por la noche nos iremos de vuelta a Sain Tropez a buscarlas y luego volaremos a Paris, tenemos que hacer algo antes de salir de Francia. Exacto… mi departamento… lo venderé_ su mano recorrió mi cuero cabelludo hasta mi mejilla, despejó mi cabello de mi cara y lo colocó suavemente detrás de mí oído _no lo necesito, todo lo que quiero esta en Seattle, allí contigo durmiendo y aquí en esta cama… no quiero nada mas_

Edward rodó los ojos cuando se sintió la carcajada alegre de Alice a través del auricular,

_La despertaras… no exageres_  él se acercó a mí y dejó un dulce beso en mi frente _Ok… si lo sé, te llevaré un recuerdo de Marcella_

Él rió alegremente por algo que dijo Alice y se detuvo mirándome con devoción, su mano acariciaba mi nuca entre mi cabello y sus pies acariciaban los míos,

_No, suficiente de Francia por ahora… tengo planeado volver a las playas mediterráneas y recorrer las de toda Europa, pero esa vez será para comenzar una nueva vida junto a ella._

Me quedé de piedra mirándolo, ¿estaba insinuando lo que pensé que estaba insinuando?. Su mirada penetrante e intensa me dijo que si, que era lo que pensaba que estaba insinuando.

Ciertamente yo sabía que él era un hombre de familia, la suya propia eran tan felices, Carlisle y Esme se amaban más allá de toda razón y sin hablar de sus hijos, Emmett y Rose… ellos eran la pareja perfecta, casada ya y planeando ampliar la familia y Alice… bueno ella y Jassper eran los esposos perfectos, pero querían vivir un poco más la vida matrimonial solos como para tener sus propios hijos.

Edward… él siempre estuvo solo. Él siempre esperó… me esperó. Anhelando a Alizzé como si fuera suya, preocupándose por ella, preocupándose tanto por mí a pesar de estar separados y envueltos en otras relaciones.  Yo sabía que él deseaba formar su propia familia… y yo lo amaba, no podía concebir que formara  su propia familia más que conmigo. Si me tocaba hacerlo, yo sería quién lo haría feliz. Y pondría mi vida en ello, porque él me hacía feliz.

Sonreí aun mirándolo, como dándole a entender que yo lo seguiría en su nueva vida. Lo seguiría donde fuera, ya había pasado mi vida desechando oportunidades para ser feliz, echándolas a perder… con él tenía una vida de oportunidades por delante. No las detendría… junto a él yo podía apostar a todo.

Sentí que me picaban los ojos cuando su sonrisa se hizo más amplia e increíble, sus ojos brillaban y me miraban como si fuera algo increíble. Dios… lo amaba.

_Sabes que lo haré… estuve mucho tiempo esperando por ello, ahora nada va a detenerme_

Volteé la cabeza hacia el otro lado cuando tragué duro, mi garganta se había oprimido al verlo hablar con tanto fervor y temía que hiciera LA pregunta en ese momento mientras estábamos en esa cama, no sabría cómo reaccionaría… seguramente con pánico, pero apostaba que iba a quedar muda. Y no quería eso, él se merecía un “Sí” a gritos, solo necesitaba asimilar que mi vida era junto a él… y que esta vez no iba a quedar plantada frente al altar.

Él terminó la llamada con un “Un besito a mi pequeña y dile que la extrañamos”, algo que hizo latir más fuerte mi corazón. Dejó el celular sobre la mesa de luz y sentí su brazo nuevamente alrededor de mi cintura, sus labios en la piel de mi cuello, estremeciéndome, jugando con su lengua y dándome escalofríos. Su aliento caliente sobre mi piel… haciendo estremecerla. Me removí sobre la cama sintiendo que el calor se expandía sobre todas mis extremidades, mi vientre… mi centro, excitándome y tentándome como solo él había logrado hacer en toda mi vida.

He dicho… no había tenido sexo hasta que lo tuve con Edward Cullen, nunca había hecho el amor hasta que lo hice con él,

_A ver… ¿Cómo prefieres que lo llame? ¿El despertar de Bella Swan o el despertar sexual de Bella Swan?_ susurró en mi oído, yo sonreí lánguidamente y recurriendo a mis pocas fuerzas matutinas en un movimiento rápido di vuelta para enfrentarlo y lo empujé sobre la cama, reímos mientras me trepaba sobre su cintura a caballo y me removía sobre él haciendo que el despertar de Bella Swan se transformara en el despertar de Edward Cullen.

_Mmmh..._recorrí con mi dedo el camino feliz debajo de su ombligo _esto está mucho mejor_ murmuré mordiéndome el labio. Él tenía un cuerpo perfecto, masculino, fuerte y hermoso. Su piel era pálida pero oscurecida un poco por el sol de Sain Tropez y Marcella, tenía un puñado de vello en el pecho y debajo del ombligo… su camino feliz… quería seguirlo.

Su espalda era fuerte y marcada, sus brazos… sus piernas, él era un dios griego hecho carne y lo amaba. Yo me sentía tan insignificante, era inevitable sentirme así, pero él mismo se había encargado la noche anterior de hacerme sentir la mujer más hermosa del planeta.

Bajé mi cabeza a la altura de sus labios, y tocándolos con los míos sonreí,

_Aunque te tendrás que atener a las consecuencias por haber despertado sexualmente a Bella Swan_

Entonces el tazó mi rostro con ambas manos y me besó fuerte, intensamente, con ansias y desesperación. No pude más que corresponderle con la misma intensidad. Gemí en su boca hundiendo mi lengua en allí. Me sentía poderosa sobre él y aún mucho más tomándome como si no hubiese tenido suficiente de mí… pronto lo sentí crecer entre mis piernas.

_Ahh…_ jadeé sin dejar de besar la piel de su mejilla, su cuello… pasando mi lengua por allí y recogiendo su gusto, su esencia. _Edward… ¿qué me hiciste?_ gemí.

Él arremolinó su lengua en mi clavícula degustando mi piel, con pequeños gruñidos de placer y movimientos de su pelvis. Él era tan grande… y yo me había adaptado tan bien. Me sonrojé de solo pensarlo.

_Dios Bella, me encanta eso_ susurró besando mis mejillas enrojecidas _me gusta todo de ti, todo mi amor…_ tazó mis pechos con ambas manos apretándolos ligeramente _eres perfecta Bella… tal cual te imaginé_ sonreí… reí, no pude evitarlo.

_¿Tú me imaginabas?... Edward Cullen..._ pinché su echo perfecto con mi dedo índice _¿tú tenías fantasías conmigo?_

_Cada noche… no importaba nada, no podía evitar soñarte mi amor, no puedes mandar en tus sueños_

_Pero…_

_Nada… vivías rondando en mi cabeza Isabella Swan_ él tazó mis pechos una vez más y acarició mis pezones duros con sus pulgares, alzó su cadera e hizo acomodarme mejor para recibirlo…

_Uuf…_ dejé caer mi cabeza hacia atrás mientras él se deslizaba dentro mío, duro… fuerte… grande… _Ahh… Edward_ gemí cerrando fuerte mis ojos. Dios… él era increíble. Me aferré a sus antebrazos que sostenían mi cintura.

_Muévete cariño, haz lo que quieras conmigo bebé que soy tuyo… siempre lo fui_

Oh cielos…

Comencé a mecerme al principio, suave, sintiéndolo… envolviendo cada centímetro de él, abriendo más mis piernas y dejándome caer más y más sobre él, levanté la cabeza y lo miré. Su rostro de placer era indescriptible, su ceño fruncido y su boca entreabierta jadeando, sus ojos verdes intensos no dejaban de mirarme. Su cadera se alzaba al encuentro con la mía y todo eso… me hizo más valiente, comencé a mecerme más rápido apoyando mis rodillas en el colchón, subiendo y bajando sobre su eje.

_Eso es bebé… eres mi diosa, la única… te adoraré siempre, oh cielos…_ cerró los ojos sintiéndome, él llegaba profundo dentro de mí. Nunca me había sentido tan llena… repleta de él. Ahora ciertamente estaba completa.

_Te amo_ gemí soltando sus brazos y apoyándome en su estómago. Él tomó mi cadera con una mano y con la otra mi nuca, entonces me jaló hacia él y me besó con furia mientras arremetía sus caderas a la mía. _Aahh Edward!... _ me aferré a sus cabellos con ambas manos y traté de acompañarlo con los movimientos. Pero todo lo hacía él, alzando su cadera hacia la mía, entrando y saliendo de mi interior.

Recosté mi frente sobre la suya y lo vi… la devoción absoluta, el amor, la pación en sus ojos, la intensidad del momento que estábamos teniendo.

_Yo también soy… soy tuya mi amor_ dije entre gemidos.

_¿Para siempre bebé?_ preguntó con voz gruesa y entrecortada.

_Para siempre_ repetí chocando contra él.

Podía llegar a llorar de tanta intensidad que sentía… estaba llorando entre gemidos, él tazó mi rostro y me besó nuevamente lamiendo mis lágrimas… oh cielos… cuánto lo amaba!

_Bella.._ jadeó entrecortadamente. Él nunca dejó de moverse, sus envestidas se hicieron más y más intensas y yo me sostuve de la sábana de debajo de su cuerpo para soportar la fuerza de sus envestidas.

_Dios, Edward… por favor… _

Él tomó mis caderas con ambas manos y se movió aún más rápido, mis gemidos acompañando sus frenéticas sacudidas. Cerré fuerte mis ojos y juro que comencé a ver estrellas… células que estaban a punto de estallar y morir dentro de mí, el placer era tan intenso que no podía escuchar mis propias incoherencias.

_Vamos bebé!... Bella… amor… _suplicó.

Pero yo ya estaba ahí, con una sacudida más de sus caderas, sentí el placer que me había dado toda la noche anterior, estallar dentro de mí. Calentando toda mi parte inferior y estremeciéndome con olas y olas de satisfacción. Yo no podía respirar…

Sentí su gruñido grueso junto con una nueva envestida, su pene palpitó dentro de mí, llenándome. Marcándome suya, siempre suya…

Oh cielos…

Caí contra su pecho sudoroso, sin aire… completamente sin aire… no podía respirar. Mi orgasmo me había quitado todas mis energías y había dejado el placer, intenso y abrumador. Traté de respirar y acompasar mi respiración, mientras él hacía lo mismo. Hasta que comencé a reír… risa nerviosa por decirlo menos.

Edward se rió conmigo suavemente acariciando mi nuca,

_¿Se puede saber qué es tan gracioso?_  su voz sonaba agotada, somnolienta y con un poco de diversión.

_Nunca pensé… que sería así_

Él rió suavemente entre dientes, _Te daré tanto que no tendrás punto de comparación_

Dios, si… el me estaba dando tanto ya, que a penas y me lo creía. Tenía miedo a creer… pero tenía que dejar mis miedos atrás y entregarme en cuerpo y alma, totalmente, porque él era el hombre que yo amaba. Como nunca amé a nadie… solo él. Y quería golpearme la cabeza por haber sido tan ciega y no haberlo visto antes, pero por ahí dicen que uno de los errores aprende y yo sabía muy bien, que no dejaría escapar a mi Edward, él era mi única y última oportunidad de ser feliz.

_Te amo Edward, tanto… es incontenible lo que siento… ¿por qué me haces sentir cosas así? ¿Por qué puedo hablar contigo con tanta soltura de algo que me da tanto miedo?_

_Porque me tienes confianza cariño, porque en el fondo de tu corazón sabes que yo nunca te haría daño_

Levanté la cabeza mirándolo atentamente, sabía que no lo haría, pero necesitaba ver sus ojos. Él acomodó su cabeza para mirarme y tazó mi mejilla con una mano mientras que con la otra acariciaba lánguidamente mi espalda. Sus ojos eran increíblemente intensos…

_Te amo Isabella Swan, y te lo seguiré diciendo una y otra vez hasta que me creas, que mi amor es tan intenso que si alguna vez te dañara de alguna manera, me desgarraría el corazón a mí mismo._ pestañé reteniendo las ganas imperiosas de llorar _si pudiera demostrártelo ahora mismo… bebé, no sabes lo que te pediría, pero… quiero hacerlo bien_ sonrió.

_Lo sé_ gemí escondiendo mi rostro en su cuello.

_Eres tan importante Bella, que mi vida misma._ besó mi coronilla _te amo_

_Te  amo_

Busqué sus labios que él me dio sin negaciones, lo besé suavemente y sin prisas, satisfechos uno del otro y inmersos en una burbuja de ligereza y tranquilidad. Había una cosa más que, después de toda la bruma de la lujuria, me estaba molestando. Y dudé cuando él recorrió mi entrepierna con su mano, confiaba en él… lo hacía, pero no podía dejar pasar el hecho de que con Irina no se había cuidado.

_Edward…_ acaricié su pecho con suavidad _¿puedo preguntarte una cosa?_

_Claro amor_ él acarició mi espalda y besó mis cabellos.

_Hum… yo…_ suspiré sin dejar de jugar con mis dedos en su pecho _yo me cuido… hum… pastillas. Yo, lo hice siempre desde… James_ dije casi en un susurro, su mano se detuvo y lo único que escuchaba de él fue su respiración acompasada _me preguntaba si… he tú…_

Él respiró…

_Bella_ dijo suavemente, pero podía oír la tristeza en su voz _ te entiendo amor. Pero puedo asegurarte algo_ con su dedo índice levantó mi mentón hacia él y mis ojos se trabaron en los suyos verdes _te amo perdidamente a ti y a Alizzé y nunca jamás en mi vida las expondría a algo, siempre me cuidé cariño, siempre… tuve suficiente reserva y conciencia para hacer eso, lo que sucedió con Irina fue algo que nunca me lo voy a perdonar, errores que me hicieron tomar la decisión de someterme a los estudios de mi padre y que gracias a dios, salieron muy bien._

Me pegué una patada mental…

_Son lo que más amo en el mundo Bella_ murmuró con reverencia _ lo que más amo… confía en mí_ sonrió luego torcidamente _aunque… me desilusiono un poco al saber que estas cuidándote de esa manera_

Abrí la boca y reí pegándole ligeramente en su pecho, él rió y el mal momento se difuminó. Atrapó mi mano en su pecho y me hizo sentir su corazón mientras nuestras risas se aligeraban.

_Ali estaría feliz…_ dijo en un susurro acercando su frente a la mía _yo estaría feliz… ¿tú lo estarías?_

_Pensé que…_ miré mis dedos jugando con su bello en el pecho _no querías… hijos, con Irina no estabas muy entucias-

_No los quiero más que con otra mujer que contigo amor_ susurró enfáticamente _quiero darles el mundo… a ti y a mi Ali, quiero darte una casa enorme con jardín, perros correteando por el patio, o gatos mirándome con desconfianza_ rió _ quiero darte amor las veinticuatro horas del día, viajes, hijos… quiero darle hermanitos a Ali, quiero darles el mundo bebé… déjame hacerlo algún día_ me miraba impolrante-

_Dios Edward…_ gemí abrazándolo por el cuello y escondiendo mi rostro. Nunca pensé que iba a querer eso alguna vez. La verdad es que había pasado mis años con Jacob pensando que seguiría manteniendo mi hija  trabajando en el supermercado, que llegaría a casa cansada para encontrar a Jacob dormido en el sofá con una cerveza en la mano, cansado de tanto trabajar… Ali sola, sin hermanos porque en verdad no deseaba embarazarme, solo la quería a ella, por egoísmo, miedo, inseguridad… lo que fuere. Pero ahora… que Edward me lo ponía en perspectiva, quería eso y mucho más.

Quería ser jodidamente feliz con él.

_Lo haremos…_ dije entre lágrimas _basta de negarme a vivir, aceptaré lo que me des Edward, cada cosa… cada paso lo daremos juntos, te amo tanto mi amor, perdóname por haberme dado cuenta tan tarde_

_Shh_ acarició mis mejillas mojadas con sus nudillos _nunca es tarde, nunca bebé… _

Nos besamos con paciencia y delicadeza… porque sí, él tenía razón. Teníamos todo una vida por delante. Y yo la viviría con él.

**O**

Llegamos a Sait Tropez esa noche muy tarde, luego de haber recorrido las playas de Marcella y haber caminado por las calles llenas de gente, compramos algunos obsequios y tomamos muchas fotos. Siempre de la mano, abrazándonos, tocándonos, besándonos cada vez que podíamos… parecíamos dos esposos en la luna de miel.

No podía dejar de tocarlo, parecía que esa noche había sido el inicio de algo en mí, que me había hecho más expuesta a las sensaciones y deseosa de ellas. Quería a Edward, lo deseaba y podía sentir la diferencia entre el amor que le tenía y el deseo… lo quería en todo sentido, lo necesitaba.

Pero había necesitado a mi bebé todo ese día… la había extrañado horrores, por eso cuando la vi en el aeropuerto cuando salimos del corredor de pasajeros, corrí hasta ella que me esperaba con los bracitos abiertos y la alcé para aferrarla a mi cuerpo. La besé por toda la carita que rebosaba de felicidad y comenzó a gritar cuando Edward la tomó en sus brazos y la dio vueltas en el aire tomándola de las axilas. 

Él también la había extrañado.

Esa noche dormimos en el hotel, Ali en una habitación a un lado de la nuestra y Edward y yo sumidos en nuestra burbuja de placer, conociendo nuestros cuerpos y probándonos. Esa noche tuve mi primer orgasmo gracias a su boca… y fue algo fuera de este mundo, él lamió mis jugos y se vino con solo hacerlo, derramándose en mi estómago. Fue algo increíblemente caliente.

A la mañana siguiente nos levantamos tarde y preparamos todos para ir a Paris, el vuelo salía a las tres de la tarde, por lo que almorzamos en el restaurant del hotel, Ali se reía cada vez que Edward y yo nos besábamos o nos dábamos de comer en la boca… pero ¿qué podía decir? Estaba total e irrevocablemente enamorada de él.

Paris estaba nublado y al descender del avión nos fuimos directamente al hotel a dejar a Alice y mi niña, porque Edward no quería perder tiempo en hacer algo.

Fuimos a su departamento, solos.

Tomé su mano cuando estábamos caminando por el corredor, se veía nervioso, no podía deducir por qué pero así parecía. ¿Era por qué en serio le dolía haber sido un mujeriego o porque temía lastimarme? No lo entendía… pero fuere lo que fuere tomé su mano y la apreté para hacerle saber que en realidad todo estaba más que bien.

Entramos a su departamento y me quedé parada en el medio de la sala sin poder llegar más allá, había un corredor al costado que llevaba a su habitación y aparte de eso, era como si estuviera separado del resto del departamento, la cocina estaba frente a la sala en la que yo estaba petrificada y era hermosa, en blanco y plata, sencilla pero podía notar la mano de Esme en ella y en el resto de la casa. La sala era amplia, limpia y luminosa… el sol de la tarde parisina entraba por las grandes ventanas de dos hojas que parecían que formaban una pared… los sofás eran blancos con mantillas tejidas sobre ellas y una alfombra persa hermosa en tonos azules y negros, una enorme mesa de té…

Pero no fue eso por lo que me había petrificado en medio de la sala…

Frente a mi, en todas las paredes, en todas las superficies de madera de la sala, tanto en la mesa del centro como en la encimera de la cocina habían fotos, muchas de ellas… imágenes en blanco y negro, sepias y en color. En las paredes de la sala enormes cuadros, fotografías en blanco y negro… hermosas.

Y eran mías y de Alizzé.

Sentí que mantenía la boca abierta mientras miraba las imágenes, una a una, algunas recordando el momento en que habían sido sacadas y otras no. El cumpleaños número uno de Ali, en grande, alrededor de un metro por un metro, ocupando un gran espacio en la pared. Alrededor imágenes de la mitad del tamaño, más cumpleaños, navidades, Ali en su primer día del kínder, Ali y yo el día de su nacimiento… mis ojos se llenaron de lágrimas, Ali y yo abrazándonos ajenas del mundo, algunas imágenes más grandes y otras más pequeñas… éramos su familia, pero estábamos tan lejos.

Cuando logré moverme y buscarlo con la mirada, Edward estaba detrás de mí, con sus ojos mirando la alfombra a sus pies y sus manos en los bolsillos. Con una sonrisa avergonzada…

_Eran mi única obsesión…_ alzó la mirada para clavarla en la mía y los vi brillantes y tristes _siempre las amé_

Y no pude más que correr hacia él y colgarme de su cuello para abrazarlo fuerte, fuerte… y llorar en su cuello. Nos habíamos perdido tanto!...

Sus brazos rodearon mi cintura fuertemente y suspiró en mi cabello, y lloré en sus brazos… más de lo que nunca había llorado. Mi mejor amigo, mi único amor, mi constante, mi pilar…

_Edward…_ gemí dolorosamente _¿por qué nunca me dijiste?..._

_Te veía y te oía feliz y enamorada Bella… lo más fácil fue mantenerme lejos, dolía menos_

_Oh cielos…_ gemí _te amo tanto_

_Yo también cariño_ susurró enfáticamente _eso es lo que cuenta ahora ¿no?, debemos ser felices Bella_

Asentí sin decir palabras y nos quedamos allí, en medio de su sala, mirando sobre su hombro el resto de las fotografías… tenía tantas. Tragué saliva y sonreí… egoístamente me sentía privilegiada. ¿Qué dirían sus conquistas cuando veían esta sala?...

Me separé de él y lo miré con una sonrisa…

_¿Que decían las “mon amur”?_

Edward rió y negó con la cabeza tomando mi rostro entre sus manos y sacó mis lágrimas debajo de mis ojos.

_Ella no pasaban por aquí, este era mi santuario… solo mío. No las necesitaba aquí._

Sonreí a punto de derretirme a sus pies.

_¿Puedo ver tu habitación?_ dije cautelosamente. Sentía curiosidad…

_Ve… por el corredor_ dijo con el ceño fruncido _yo buscaré algunos papeles en mi estudio, empacaré algunas cosas que necesito y nos iremos_

_¿Cómo harás con todas las cosas?_ miré a mi alrededor. ¿Quién iba a empacar?

_No necesito nada, me llevaré las fotos y algunos papeles y documentos… el resto mi ropa y mis libros serán empacados y enviados por un amigo de la Universidad, los muebles se quedaran aquí para ser vendidos con el departamento…_ alzó los hombros y sonrió _no quiero nada más._

Asentí y me alcé de puntillas para besarlo suavemente. Luego me separé de él y nos fuimos por caminos separados, él a su estudio y yo por el corredor hacia su habitación.

No vi más fotografías allí, no había nada que sugiriera que alguien había dormido allí, si quiera. Era frío, no cálido y luminoso como la sala y solo contaba con una cama doble de edredón marrón chocolate y un par de mesas de luz, un placar que ocupaba toda la pared de enfrente y una mesa simple con dos sillas.

Frio… impersonal… no había fotografías de ningún tipo, ni cosas personales de Edward. Abrí las puertas del placar y tomé una camisa de una de las perchas y la llevé a mi nariz, olía a Edward… sublime. No quise revisar nada más… no quería encontrarme con algo que no me gustara mucho. Solo tomé un pequeño cuaderno que descansaba encima de uno de los muebles cajoneros y lo abrí…

Las lágrimas se adjuntaron en mis ojos cuando leí las líneas que correspondían hacía meses atrás. Edward tenía un diario…

“No sé cómo pueda llegar a reaccionar al verla con él tomada de la mano… pero siento que ya fue mucho tiempo evitando ese dolor, no importa, trataré de superarlo…”

“… Alice dijo que ella está alta y hermosa, me mostró las fotos… dios… no puedo describir lo que siento cuando veo esa niña, si algo debo agradecerle a James antes de partirlo a patadas si algún día me lo encuentro, es que dejó que los genes de Bella actuaran… ella es tal cual a su madre, hermosa…”

Reí sonrojándome furiosamente…

“Esme quería venir a verme, para irnos juntos a los Estados unidos, pero le pedí que no lo hiciera, quiero enfrentar mis batallas solo… si me derrumbo frente a Bella, trataré de ser fuerte y levantarme por mí mismo…”

“Irina me odia… anoche la saqué de mi casa, no quiero verla más, pero es tan insistente e irritante, la vi revisando mi laptop, no la soporto…”

Sentí unos brazos serpentear por mi cintura y sus labios en mi oído,

_Eres muy curiosa_ susurró antes de besar mi cuello. Sonreí y cerré el diario, lo dejé sobre su mesa de noche y volteé a abrazarlo. _Comenzaré otro cuando lleguemos a casa, tienes permiso de leerlo_

Reí tontamente.

_¿Tienes todo?... quiero que pasemos el ultimo día con Ali… ¿dónde vamos después?_ pregunté curiosamente.

Él sonrió seductoramente y recostó su frente en la mía, _ Tu sei la donna più bella del mondo, io voglio che tu sia mia moglie._

Abrí los ojos y me quedé mirándolo, no sabía que había dicho, pero lo que fuera… oh cielos, había sido lo más hermoso del mundo.

_Italia!_

Asintió sonriente. _Mañana a la mañana tenemos boletos para el primer vuelo, iremos a Roma y a Venecia… la ciudad del amor_

Sabía que él quería darnos el mundo, pero esto se estaba poniendo de excitante y aventurero a maravilloso, cada día me hacía amarlo más, y no era justo porque ya lo amaba demasiado.

Tomó mi mano y sin mirar atrás salimos de su departamento con las cosas que necesitaba, el resto llegarían a nosotros cuando llegáramos a Seattle. Edward literalmente dejó su antigua vida atrás para unirse a la mía… y yo dejaba mis inseguridades atrás para unirme a él. 

Tu sei la Donna più bella del mondo, io voglio che tu sia mia moglie.: Eres la mujer más hermosa dle mundo, quiero que seas mi esposa.
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Bueno, acá nuevo capi... uff... mi amore!!! Ada, la Bella Italia es tuya principessa. Ti amo. Nos vemoss....