Capitulo 10: Rendida, En el nombre del padre.

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Rendida

Sentí sus labios en mi piel, recorriendo cada centímetro de mi cuello, luego de cerrar la puerta de su habitación, detrás de nosotros. Delante de mí tenía su pecho y en mi espalda, la puerta. Cerré los ojos tratando de despejar mi mente y sentir, no había nada más que pudiera hacer ahora… si quería tener a Carlisle comiendo de mi mano iba a tener que entregarme a él.

Sus manos fueron al cinto de mi bata de raso y muy lentamente jaló de los extremos hasta que lo único que me cubría de mi camisolín que apenas tapaba nada, quedó al descubierto.

_Mmm… Bella_ gimió al mirar lo que había descubierto. _la seda luce tan bien en ti_ sus manos, que aún estaban aferrando los lazos de mi bata subieron por mi cadera hasta que ciñó fuertemente mi cintura. _No veía la hora de tenerte así… tu cuerpo, tu piel, tu entrega_

Carlisle parecía hipnotizado por mi cuerpo cubierto solo por transparencias. No parecía notar mi tensión, ni mi parálisis momentánea, ni mi intento infructuoso para quedarme tranquila y solo dejarme llevar.

Sus manos continuaron subiendo por mi camisón hasta debajo de mis pechos, sus pulgares rosaron mi piel y me estremecí en sus brazos. Entonces cuando pensé que, como muestra de una generosa caballerosidad, alejaría sus manos de mis pechos, él simplemente  las subió y tazó ambos pechos acariciando mis pezones receptivos con la punta de sus pulgares.

_Oh si.._ murmuró por lo bajo sin dejar de mirar mis cumbres erectas debajo de mi camisón de encaje, entonces bajó su boca hechizada hasta uno de ellos y puso una mano en mi espalda media, presionó con su palma allí he hizo arquearme mientras él atrapó un pezón con sus labios… con la tela de por medio.

Me  sostuve aferrándome con ambas manos a su cabello, las hebras rubias se colaron entre mis dedos sintiendo la suavidad. Cerré los ojos tratando de recibir de buena gana todo lo que él me estaba dando, pero era imposible no pensar en otros cabellos, otro par de ojos… otra boca atacando mi piel.

_Quiero saborearte…_ gimió sobre mis pezones. Sus manos subieron por mi cuerpo llevándose el camisón fuera de mis brazos y mi cabeza, cayendo en un montón a un lado, en el suelo. Solo me quedé en mis pequeñas bragas… y totalmente desnuda ante él. _Eres hermosa Bella…_ recorrió mi cuerpo con su mirada hasta fijarse en mis ojos  _La criatura más hermosa que vi en mi vida_

Jah!... ¿a cuántas les dirá eso? ¿mi madre era una de ellas?...

Me negué a matar el momento recordando mi pasado y me centré en él. Sonreí tímidamente… como a él le gustaba.

_Oh pequeña…_ murmuró desabrochando su camisa botón por botón. Su mirada nunca dejó de recorrer mi cuerpo y pronto conocí su entusiasmo, cuando relegó sus pantalones al suelo junto con sus bóxers.

Tomé un respiro… definitivamente, no podía dejar de comparar… y solo podía decir algo. La manzana no había caído tan lejos del árbol.

_Acuéstate pequeña_ murmuró el por lo bajo con una media sonrisa. Despegué mis ojos de esa zona y tragué saliva caminando hacia la cama. Me subí en ella y suavemente me recosté en mi espalda repasando mentalmente mi plan… y esto estaba definitivamente dentro del plan, era solo sexo… solo eso, nada más. Lo había hecho otras veces y sería lo mismo ahora, no sentimientos comprometidos… solo sexo, nada más.

Cerré los ojos y respiré profundo tratando de despejar mi mente de la voz que seguí molestándome allí… “Fóllalo, hazle el amor… dale una mamada, lo que sea”

No… no podía pensar en él…

Sentí los besos de Carlisle en mis tobillos desnudos y abrí los ojos para mirarlo, él levantó mi pierna hasta que mi pie estaba a la altura de su rostro y comenzó a repartir besos delicados y otros a boca abierta y lamiendo mi piel. Fijó sus ojos a los míos y fue subiendo por mi cuerpo hasta que llegó por encima de mi rodilla, dejé caer mi cabeza sobre la almohada y me aferré con mis manos a la sábana debajo de mí.

“Pase lo que pase en esa habitación, no olvides que tu cuerpo es mío, tu coño, tus pechos, tu boca… mío Bella, mío… desde un principio”

Gemí cerrando fuerte los ojos cuando sentí su boca en mi muslo, muy cerca de lo que le pertenecía a su hijo, sus manos se apoderaron de mis rodillas y me abrió las piernas ampliamente. Y sentí su aliento en mi piel, aun conservando todavía mis bragas.

_Ah…_ gemí mordiéndome el labio cuando sentí sus labios cerrarse sobre mi clítoris aún cubierto por la suave seda. Carlisle estaba jugando conmigo… se burlaba de mí, mordisqueando, lamiendo y empujando con la lengua sobre mi entrada. Sentí un suave zumbido de su pecho, como un el ronroneo de un gato al jugar con su presa. _C- Carlisle_ gemí lamentando el deseo inevitable que mi cuerpo comenzaba a sentir, arremetiendo con mis caderas contra su boca.

Entonces no lo sentí más, solo un movimiento en la cama… él tomó las tiras de mis bragas y las sacó de mi cuerpo.

_Oh Bella… créeme mi amor, sentí tu reticencia, tus nervios y dudas, pero esto…_ señaló con una mano mi entrepierna _es magnífico, estas húmeda ya para mi_

Quise cerrar mis piernas embargada por el pudor y la vergüenza pero sus manos me detuvieron. No por mostrarme desnuda ante él… sino avergonzada porque mi cuerpo pueda ser capaz de reaccionar de tal manera ante él, cuando con una sola mirada Edward sentía esa electricidad zumbante que inundaba mis bragas.

Carlisle tenía ese poder con todas las mujeres, no lo justificaba, ni a mi… pero me vi abrumada por la culpa por primera vez desde que lo había conocido, no con él… con Edward.

Cerré los ojos y mientras sentía su lengua nuevamente en mí, pero sobre mi carne desnuda, pensé en él… el hombre que había quedado en el piso de abajo, en la cocina. Con su cabeza entre sus manos, maldiciendo, proclamándome como suya, haciéndome prometer con desesperación que mi cuerpo le pertenecía.

¿Y mi alma?... ¿y mi corazón?... ¿A caso estaba destinado a naufragar solo por las consecuencias de los actos de mis padres?

Edward… no solo mi cuerpo le pertenecía…

Gemí al sentir la dolorosa intrusión de un par de dedos en mi entrada, abrí los ojos solo para ver la cabeza de Carlisle moviéndose sobre mí, lamiendo mi clítoris y sus dedos penetrándome una y otra vez.

_¿Te gusta?_  preguntó levantando su mirada, sus ojos oscurecidos por la excitación. Asentí mordiéndome el labio, tratando a duras penas de parecer satisfecha, de ser activa en la cama para él, para jugar mi parte.

Pero Bella… eres una mal jugadora.

El continuó jugando conmigo y dejé caer mi cabeza a la cama mirando el techo. En la teoría esto había parecido mucho más fácil que lo que era en la práctica.

Entonces algo sucedió.

Mis ojos se abrieron con alarma y él se detuvo cuando oímos el ruido fuerte de algo rompiéndose en el piso inferior. Mi respiración era lo único que se oyó después de eso y luego un gruñido fuerte y gutural apagado por la distancia.

Carlisle salió de la cama con rapidez y se colocó un albornoz negro de seda, parecido al mío, pero con estilo masculino.

_Quédate aquí Bella… debe ser algunos de los chicos_ dijo atándose el cinturón de seda y caminando hacia la puerta.

En seguida me senté en la cama y respiré agitadamente, no supe si por el alivio o porque en serio algo había sucedido y mi mente trataba de alarmarme. ¿Quién había sido?... ¿Edward?

Mi sangre pareció helarse ante el pensamiento de Edward en un problema.

-Bella!- escuché el grito de Carlisle desde las escaleras y salté literalmente de la cama, algo andaba mal. Corrí colocándome la bata de raso negra y cuando llegué a las escaleras bajé corriendo con cuidado de no caerme. Me detuve en seco cuando llegué a la mitad de la escalera, Edward estaba recostado en el sofá con su remera cubierta de sangre y Carlisle a su lado.

 _Oh dios!_ gemí corriendo hacia ellos. 


_Quédate con él..._ dijo Carlisle alarmado _llamaré una ambulancia, sostén aquí para detener la hemorragia_ él tenía su mano presionada contra una tela directamente sobre la herida que Edward tenía en el brazo, quien me miraba inexpresivamente con sus ojos vidriosos fijos en mí.

_No puedo…_ gemí conteniendo la respiración. Oh cielos… odiaba la sangre, la odiaba.

_Bella…_ dijo Carlisle entre dientes…

_No soporto…

_Bella!_

Me sobresalté con su grito, mezcla de gruñido y regaño y lo miré aguantando la respiración, él respiró varias veces y tragó saliva, _Pon tu mano aquí y presiona, yo llamaré a una jodida ambulancia_ su voz era fría y sin emociones.

Asentí y obligué a mis pies a moverse hacia Edward que no sacaba su mirada de mí. Había algo en ella que me hacia bajar la mía. Puse mi mano donde Carlisle me indicó y presioné con fuerza, la sangre traspasaba un poco la tela blanca que me di cuenta que era la funda de uno de los almohadones del sofá. Carlisle salió de la sala, seguramente hacia su estudio.

_Respira por la boca…_ susurró Edward. Levanté la mirada y me encontré con su mirada penetrante. _No mires la sangre, mírame a mí…_

_¿Qué te sucedió?_ pregunté dándome cuenta de mi estúpida pregunta cuando él alzó las cejas _¿Cómo… sucedió?_

Él dio un atisbo de sonrisa de lado y su mano sana se alzó para acariciar la piel de mi mejilla.

_Tropecé  al salir de la cocina… con la escultura de porcelana_ señaló con la cabeza hacia la salida de la cocina, recordaba la escultura que él decía, era una mujer desnuda de poca estatura con un tipo de recipiente de piedra sobre los hombros, ahora estaba dispersa sobre el suelo en trozos pequeños y grandes _caí sobre ella_ dijo con una risa entre dientes.

Edward aún estaba borracho. Pero parecía más lúcido que sumido en el alcohol.

Nos quedamos unos segundos mirándonos, con su mano acariciando mi mejilla suavemente, no dejaba de mirarme… me preguntaba qué era lo que pasaba por su cabeza.

_Él…_ frunció el entrecejo y apretó los dientes _olía a ti… sus manos, su aliento, olía a ti… puedo reconocer tu olor entre miles_ su mirada al verme parecía torturada, casi al bode de romperse.

_Edward… yo_ bajé la mirada. _yo…_

_Tú no quieres acostarte con él… ¿o si?_ no pude responder, él me leía… mejor de lo que pensé que alguien pudiera hacer, miré mi mano en su brazo, su sangre comenzaba a notarse más en el trozo de tela _¿por qué lo haces Bella?... puedo verlo en tus ojos, tú no lo deseas, me deseas a mí… tanto como yo te deseo a ti_

Negué con la cabeza, no podíamos tener esa conversación, no allí, menos en ese momento… no con su padre rondando en cualquier momento.

_¿Es que no ves?... ya no lo puedo ocultar, desearte me hace mal Bella… te necesito._

Mis ojos se llenaron de lagrimas, ¿Por qué mierda me afectaba tanto lo que él me decía? ¿Por la maldita culpa quizás?... ¿Por qué mierda sentía culpa?... dios, sentía una impotencia tan grande por no poder sentir lo que mi cerebro demandaba sino lo que mi corazón decía.

Y no podía sentir por Edward, no por él, era tan peligroso que por sentir por su padre.

_Edward…_ susurré derramando una lágrima traidora.

_Estoy alucinado… contigo. Perdona si me siento así… no puedo evitarlo_

_Estas borracho, mañana te olvidaras de todo_ dije rápidamente mientras escuchaba los pasos de Carlisle en la escalera. Edward bajó su mano sin antes llevarse consigo la lágrima que derramé por él y sonrió tristemente negando con la cabeza.

_No sabes nada…_ dijo por lo bajo.

_La ambulancia está en camino…_ dijo la voz de Carlisle cuando él llegó a los últimos escalones. _

_No era necesario, podría haberme ido en el Volvo_  gruñó Edward cerrando los ojos y recostando su cabeza sobre el sofá.

_Claro… así te desangrabas en el camino o mejor aún! Te matabas en un accidente gracias a lo tomado que estas ¿no? Y abre los ojos… no te duermas, soporta a que llegue la ambulancia, no quiero que caigas desvanecido, perdiste mucha sangre_

Edward rió entre dientes…

_Eso no sería un problema… podrías subir con Bella y seguir en lo que estaban ¿no?_ él abrió los ojos y los fijó en los míos. La sangre se me fue de la cara y no me atreví a mirar a Carlisle.

_Mejor cuida tu boca delante de Isabella_ gruñó Carlisle _ella no está aquí para soportar tus insinuaciones_ Con eso Carlisle caminó de nuevo hacia las escaleras, _Bella, me iré a vestir para acompañar a Edward al hospital… luego puedes volver a dormir_

Asentí sin mirarlo. Su voz se había suavizado un poco, solo un poco… pero aún podía oír la frustración en ella. Subió los escalones rápidamente.

Edward volvió a cerrar sus ojos y alcé mi mano para acariciar su mejilla.

_No te duermas… Edward_ él alzó los parpados solo un poco, como si no tuviesen fuerzas y los volvió a cerrar _Edward…_ él no oía.

Volteé mi cabeza para mirar las escaleras y no había rastro ni sonido que me dijera que Carlisle estaba cerca, miré nuevamente a Edward. Que tenía los ojos cerrados… ¿dónde mierdas estaba la ambulancia?

En un segundo de pánico e incertidumbre, me acerqué a él y besé sus labios suavemente, él movió milimétricamente los suyos, como si solo hubiese sentido una caricia. Entonces lo volví a besar y esta vez me apoderé de su cálida boca con mi lengua, degustándome con su sabor, que aunque sabía a alcohol aun tenía reminiscencias de él… ese sabor a menta y dulzón.

Entonces él gimió en mi boca y me devolvió el beso acariciando su lengua con la mía. Sentí su mano sana en mi cintura aferrándose a la tela de mi bata. Mi mano libre fue hasta su cabello y me deleité entrelazando mis dedos en su cabello.

_Bella…_ gimió en mi boca. Me presionó contra él y su mano rodeó mi cintura, yo estaba arrodillada sobre el sofá, cernida sobre él, devorando su boca como él hacía con la mía. _mierda Bella…_ gimió entre besos _¿qué me haces hermosa? ¿he?_

_Nada…_ susurré antes de besarlo nuevamente.

_Si… me hechizas, era una hechicera_ me besó de nuevo. No pude evitar sonreír en sus labios,

_Tu eres un brujo…_ dije recostando mi frente en la suya. De repente estábamos en un momento muy íntimo mirándonos a los ojos, luego de haber compartido un beso tan ardiente que podía competir tranquilamente con los que ya me había dado. _No lo hice con él… sigo siendo tuya._ tenía que decírselo, asegurarle que aun seguía siendo él. De alguna manera sus ojos se iluminaron y en sus labios se formó una hermosa sonrisa.

_Me mutilaré todo el cuerpo si eso impide que lo hagas con él…_ sonreí negando _por dios que eres hermosa Bella… te haré mía una y otra vez_

Oh cielos…

Si eso le importaba tanto como para iluminar su mirada… podía lavar un poco de la culpa en mí.

Y se oyó a lo lejos la sirena de la ambulancia junto a los pasos de Carlisle bajando la escalera del segundo tramo. Me alejé de Edward rápidamente sin debilitar mi presión en su brazo lastimado.

Edward rió entre dientes y rodó los ojos, _Estúpidos exagerados…_ murmuró refiriéndose a la ambulancia.

_Bella vuelve a la cama y espérame ahí cariño_ sentí un beso de Carlisle en el tope de mi cabeza mientras se hacía cargo del brazo de su hijo. Asentí y me quedé mirando a Edward mientras me levantaba del sofá… demostrándole con mis ojos que sucediera lo que sucediera seguía siendo suya.

Su padre lo ayudó a levantarse y yo caminé hasta la escalera. Subí paso a paso mientras observaba cómo Carlisle lo ayudaba a caminar hasta la entrada de la casa donde la ambulancia estaba estacionando. Con una última mirada de Edward sobre sus hombros me fui corriendo el resto de los escalones hasta la habitación.

Al llegar me saqué rápidamente mi bata de raso y me coloqué el pijama que Alice me había dado la noche anterior. Si Carlisle iba a volver a casa más tarde, no me encontraría dispuesta a nada, al menos no hoy.

Me recosté en la cama y debatí la idea de llamar a Alice para contarle o no, Jasper podía ir a acompañar a su padre al hospital, pero luego pensé… ¿qué tal si no era tan grave? ¿y si vuelven pronto y antes de que Jasper pudiera hacer nada?.

Decidí avisarle… por cualquier cosa, al menos para ir a buscar a su padre al hospital. Tomé mi celular que descansaba en la mesa de noche y le envié un texto a Alice, era pasada la medianoche y seguramente estarían divirtiéndose en un club o en el departamento y si estaban en el medio de algo no quería interrumpir con mi llamada.

Al, solo quería avisarte que si Jasper está contigo, 

le digas que Carlisle salió hacia el hospital con Edward, 

vino borracho a casa y tropezó con una escultura de porcelana, 

se cortó el brazo. Que no se preocupe porque está bien.

Envié el mensaje antes de arrepentirme y esperé unos minutos para ver si obtenía respuesta, como no sucedió me acomodé en la almohada y pensando en mi momento con Edward me dormí.

No supe qué hora era cuando sentí los besos suaves en mi cuello, dulces y a penas rozando mi piel. Me removí sobre la cama solo para sentir un par de brazos aferrados a mi cintura y mi espalda contra el fuerte pecho de alguien.

_Mmm… hueles maravillosa_ la voz de Carlisle me hizo tensionar. Abrí los ojos para ver las luces rojas del despertador de la mesa de noche, eran las tres de la madrugada.

Volteé para verlo directamente a la cara,

_¿Cómo está Edward?_ dije enfocando mi mirada somnolienta. Él sonrió con una mueca,

_Está bien… está en su cama durmiendo. El doctor le hizo varias puntas a la herida y le dio unos calmantes para el dolor, lo nockearon y mas su borrachera… no se despertará hasta la noche_ acarició mi mejilla y besó mi frente _no te preocupes, lo he visto salir de peores._

Eso me sorprendió… ¿a caso era común que Edward sufriera ese tipo de accidentes? ¿ o era común un Edward adicto al alcohol?

Fruncí el seño mordiéndome el labio sin saber si era oportuno por preguntar, pero quería saber. Así que me acomodé de espaldas y él recostó su cabeza entre mis pechos cubiertos con la parte superior del pijama, llevé mis manos a su cabeza para acariciar su cabello. Se veía agotado y con sueño.

_¿Emborracharse y accidentarse es algo que hace muy seguido?_ pregunté tratando de sonar indiferente.

_No… en realidad me sorprende que haya venido bebido hoy a casa, no lo había visto así desde hace mucho tiempo. Por supuesto que toma a veces, pero él sabe medirse, tal vez tuvo un mal día hoy_

_Tal vez…_ dije tragando saliva _humm… pero ¿Por qué dices que ha salido de peores?_

_Mhmm ha salido de peores_ dijo acomodándose sobre la almohada de espalda y llevándome consigo para que ahora mi cabeza descansara sobre su pecho. _Ellos… me refiero a Edward y Rose, eran pequeños cuando Elizabeth murió, contaban con cinco años de edad y era unos niños consentidos, tanto por mí como por su madre. La mayor parte del tiempo la pasaron junto a ella mientras yo trabajaba…_ sonrió tristemente, seguramente recordando algo privado _ella y ellos eran como un equipo, madre e hija pasaban las tardes consintiendo al único varón de la casa cuando yo no estaba y Edward sintió mucho la ausencia de su madre cuando ya no estaba con nosotros.

¿Por qué me parecía que Edward y yo teníamos mucho en común después de todo?

_Al morir Elizabeth, yo me refugié en el trabajo y en… bueno, otras cosas_

_Mujeres_ dije sin pensar. Él tensionó su cuerpo por un momento y no respondió, yo no necesitaba mas respuesta.

_Si…_ lo sentí tragar grueso _bueno… Edward buscó otras vías de escape._

¿Otras vías de escape? ¿Esto era a lo que se refería cuando dijo “tuvo peores”?... por dios, ¿qué había sucedido con Edward?.

_¿Qué hizo?_ dije con el temor impreso en mi voz. ¿Qué podía hacer un niño de 5 años ante la pérdida de su madre? ¿qué me habría sucedido a mí si perdía a mis padres a esa edad y no a los 15 como realmente sucedió?

_Primero se encerró en sí mismo._ sentí los dedos de Carlisle acariciar mi cabello _se aisló de los niños de la escuela, no hablaba ni conmigo ni con sus maestras… ni siquiera con Renata… ella estuvo en mi familia desde antes de casarme con Elizabeth, era como una nana con Edward._ él suspiró abrumado por los recuerdos _Elizabeth lo consentía mucho, lo adoraba y él, al quedar sin su madre… simplemente se perdió. Entró a una fase que la psicóloga llamó “Autismo postraumático”_

_oh cielos…_ susurré cerrando los ojos. Por dios… Edward y yo teníamos tantas cosas en común. Era doloroso recordar mi estrés postraumático a los quince años cuando lo perdí todo. El silencio se apoderó de la habitación, sentía la respiración de Carlisle suave en mi cabello, sabía que aún estaba despierto, pero no quería presionar… si él no quería contarme nada, lo comprendería.

Mientras tanto luche por el choque de sensaciones y sentimientos que pugnaban en mi interior. Él con 5 años sufrió lo mismo… que yo a los quince. ¿me preguntaba cuánto dolor debió sufrir  él a esa edad si para mí la desolación era tan intensa a los quince?

_Estuvo con tratamiento psicológico por un par de años y lo fue superando de a poco… mientras tanto yo trabajaba y hacía lo posible por asegurar el futuro de ellos, ya que era lo único que les quedaba y para mi trabajar significaba permanecer lejos de los recuerdos…_ él escondió su rostro en el hueco de mi cuello y respiró su aliento en mi piel _hice tan mal Isabella_

Llevé mi mano a su cuello y recorrí desde allí hasta su cuero cabelludo, suavemente, rozando mis uñas sobre su piel…

_Pensábamos que todo estaba bien, Rosalie lo había superado, Charly… mi hermana se ocupaba de ella y Jasper cuando yo no estaba en casa, Renata la ayudaba en todo y todo parecía marchar bien. Edward parecía actuar normalmente… aunque aún un poco distante, no hablaba con nosotros de sus cosas y no compartía sus experiencias con nadie mas_

Sentí que su cuerpo se tensaba… poco a poco Carlisle estaba derribando las ultimas paredes que me mantenías separada de su vida, de su familia.

_Cuando cumplió quince años Charly me llamó desesperada… yo estaba en una… reunión esa noche_ no sé por qué pero me parecía que no era una reunión precisamente _me dijo que Edward había estado con unos amigos y que aún no regresaba… la había llamado saliendo de la preparatoria para decirle que iba a la casa de uno de ellos a estudiar._ tomó aliento _me llamaron media hora después del hospital para decirme que había habido una revuelta en la entrada de un recital y que Edward había salido lesionado_

Oh cielos…

Separé mi cabeza de su pecho y apoyé mi codo en el colchó para mirarlo, él alzó una mano para borrar con su dedo, el ceño en mi frente.

_Cuando llegué al hospital Edward estaba herido, había recibido varios puñetazos… estaba levemente herido y tenía un alto porcentaje de alcohol en la sangre, a demás de niveles de mariguana…_

_Carlisle…_ susurré abrumada por todo lo que me estaba contando. Sentía que mis ojos picaban por su dolor, un dolor que era tan parecido al mío.

_Desde ese momento comenzó a comportarse de esa manera, salía con sus amigos, no volvía a casa y si lo hacía venía tomado o en el peor de los casos tenía que ir a buscarlo a la casa de alguno de sus amigos, golpeado o casi inconsciente ya sea por pelea callejera o las malas hiervas. Tenía malas calificaciones en la preparatoria y faltaba a clases_

_¿Y tú?_ susurré casi aterrada. ¿Dónde estaba ese padre que debía estar allí para su hijo?

_Yo… viajaba y lo hacía mucho, tenía negocios que cuidar… y sí, lo admito… descuidé mucho a mis hijos, en especial a él._ su voz era dura y enojada, pero no conmigo, sino con él mismo _Jasper creció prácticamente bajo el ala protectora de Renata, Rosalie bajo la protección de Charly… Edward se sentía solo. Caí en la cuenta de eso casi muy tarde… a los diecisiete él probó la cocaína y casi lo pierdo._

_Oh dios_ gemí dejando caer la frente sobre su pecho, él acarició mi espalda y besó mi frente. Yo era la que tenía que reconfortarlo y sin embargo él lo estaba haciendo conmigo.

_Dejé todo por un tiempo… mis negocios… todo. Solo para sacarlo de donde se había metido. Renata y Charly se quedaron a cargo de Rose y Jasper y yo me llevé a Edward a Londres por unos meses, casi un año. Estuvo en un centro especializado en adicciones mientras yo trabajaba y atendía mis negocios a la distancia… él lo pudo superar y pudo salir poco a poco adelante_

Me quedé mirando ese hombre frente a mí, era el mismo que había hundido a mi familia y el mismo que había salvado a su propio hijo… no sabía qué pensar de ello. Solamente tomé su rostro entre mis manos y me acerqué entre lágrimas a darle un beso suave en los labios.

Un beso de agradecimiento…

Por haber salvado al hombre que ahora tenía atrapado mucho más que solo mi cuerpo..

_Cuando volvimos él no volvió a ver a esos chicos que le hacían tanto mal, aunque las huellas le quedaron…_ rió entre dientes _luché a mano doblada para que sacara un par de pircings que se había hecho en la ceja y en la lengua_ hizo un gesto de repugnancia, reí por eso.

_Y no pudiste hacer nada con su tatuaje_ reí recordando ese hermoso dragón que acaparaba gran parte de su espalda superior. La risa de Carlisle se detuvo y quedamos en silencio unos minutos, él no había dejado de acariciar mi cabello, pero lo hizo luego de un segundo.

_¿Cómo sabes de su tatuaje?_ dijo con voz tranquila.

Mierda…

_Humm… lo vi hoy en la piscina_ susurré con indiferencia, como si fuera la cosa más obvia del mundo. ¿qué imagen tendría de mí si sabía que andaba mirando la espalda de su hijo en vez de mirarlo a él?

Tragué saliva rezando que comprendiera que era imposible no mirar una espalda así…

Él simplemente no dijo nada y me abrazó más fuerte alrededor de la espalda, me cobijé en su pecho y dejé un suave beso en uno de sus pectorales.

_Buenas noches cariño_ dijo él lánguidamente antes de besar mi frente y acomodarse más contra mí.

_Buenas noches_ contesté.

Cerré los ojos aliviada y cansada al mismo tiempo, el día había sido demasiado largo.

~o~

Me desperté muy tarde otra vez. Cuando abrí mis ojos los froté con mis manos y vi el reloj de la mesa de noche… salté de la cama cuando vi que ya habían pasado las dos de la tarde.

Carlisle no estaba por ningún lado, ¿por qué se empeñaba en dejarme dormir hasta tarde?. Tomé la ropa de verano que me había puesto la tarde anterior y una camiseta que saqué de mi maleta aún armada. Tenía que volver a casa esa misma tarde y organizar mi vida una vez más.  Me lavé los dientes rápidamente y me até el cabello en una cola de caballo.

Cuando estuve preparada salí de la habitación y bajé las escaleras casi corriendo, no se oían sonidos en la casa y el desastre de porcelana esparcida en el suelo de la noche anterior estaba ya recogida, parecía que nada hubiese sucedido.

Caminé hasta la cocina esperando ver a Carlisle allí para decirle que me iba a casa pero me detuve en seco cuando vi a una mujer que no conocía. Ella estaba limpiando unas ollas de bronce sobre la encimera de la cocina y tarareando algo que no pude descifrar.

Cuando quise hacer mi escape de allí lo más silenciosamente posible ella volteó y dejó lo que estaba haciendo.

_Oh… usted debe ser Isabella!... soy Renata_ se sacó un guante amarillo de látex de su mano y la estiró hacia mí mientras caminaba hasta que quedaron pocos centímetros entre nosotras. Tomé su mano reticente y traté de sonreír…

_Mucho gusto Renata… solo llámame Bella_ dije sacudiendo levemente su mano.

Renata era una mujer mayor, contaba con unos sesenta años bien disimulados. Tenía una sonrisa contagiosa en su rostro y un par de ojos grises suaves y amigables. Tenía su cabello castaño claro recogido en una torzada en su nuca y era de mi misma estatura.

_Bella… que bueno conocerte al fin, tenía ganas de hacerlo. Ni Carlisle ni Jasper… y hasta Edward dejan de hablar de ti_

¿Edward hablaba de mí?...

Valla… quería preguntarle pero no me parecía lo más prudente siendo la nocia de su jefe.

_Bueno… aquí me tienes, no soy una gran novedad… espero sin embargo que hayan dicho cosas buenas_ murmuré con una sonrisa, ella sonrió también y palmeó mi brazo levemente,

_Oh por supuesto mi niña… ellos están enamorados de ti…_ dijo dando vuelta sobre sus talones para caminar hasta el refrigerador.

Oh cielos… ¿enamorados?... De Carlisle lo esperaba, de hecho quería que me dijera más tales palabras para afianzar mi confianza, pero de Jasper era imposible, él ya tenía dueña, pero ¿y Edward?...

Cielos…

_Siéntate Bella… no almorzaste y tengo guardado aquí algo para ti_ sacó un plato envuelto de papel metálico  del refrigerador.

_hum Renata… en serio muchas gracias pero debo irme a casa, ¿Carlisle está en su estudio?_ pregunté caminando hacia la entrada de la cocina, Renata abrió los ojos y se apresuró a hablar.

_Oh no, no… Carlisle está en un juego de tenis que tenía con unos socios hoy, estará por la tarde. Pero puedes quedarte y esperarlo, me dijo que te preparara una merienda, a ti y a Edward si es que se levantaban tarde… y preparé un par de pays_

_Oh… gracias, en serio. Entonces…_ fruncí el ceño, no quería parecer tan ansiosa _¿Edward aún está durmiendo?_

Ella asintió preparando las porciones de tartas sobre un plato.

_No se ha levantado, el pobre debe estar adolorido, estaba esperando que lo hiciera para que tome su calmante…_

Me quedé un minuto pensando en la entrada… mientras esa buena mujer preparaba con ahínco las porciones de tarta y vasos de lo que parecía contener jugo natural y batidos_

_Mm… ¿me dejas ir a darle su ración de tarta a Edward y su medicamento? De paso quiero ver cómo se encuentra, ayer me dejó muy preocupada_ me acerqué a la encimera de la cocina sonriéndole suavemente a Renata que me veía con una ceja levantada para luego asentir levemente.

_Por supuesto… me ahorraras el trabajo de subir las escaleras con esto a cuesta_ dijo señalando la bandeja donde colocó el pay de manzana que olía delicioso. Luego de acomodar el batido y el jugo, tomé la bandeja ya preparada y salí de la cocina con mucho cuidado. No quería ser yo ahora protagonista de una caída al estilo Bella y mucho menos rodando por las escaleras.

Cuando llegué al tercer piso donde supuestamente estaba la habitación de Edward, me desvié por el corredor más largo y caminé hasta la habitación más alejada, conociendo lo poco que conocía a Edward y lo que me había contado Carlisle, me parecía que Edward estaba más cómodo durmiendo en la parte más alejada de la casa.

Abrí la última puerta antes de llagar a una ventana de doble hoja que daba a un balcón y abrí tratando de sostener la bandeja y hacer el menos ruido posible.

Y sí, esa era la habitación de Edward Cullen… lo supe por su aroma penetrante, pero no por lo que veía frente a mis ojos.

Sostuve fuerte la bandeja en mis manos mientras mis ojos recorrían toda esa habitación. Era grande, muy grande… pero parecía la habitación de un Edward adolescente, no parecía su lugar en absoluto. Tal vez tenía su propia casa y se quedaba ciertas noches aquí, como la noche anterior que no hubiese podido irse a su departamento en su estado, ni luego del accidente.

A demás de eso y de la cama a dosel de dos cuerpos, en medio del cuarto. El lugar parecía el estudio de un artista.

Nunca nos dimos tiempo de preguntarnos cosas de nuestras vidas, nos conocíamos más físicamente que otra cosa y gracias a eso, la curiosidad se encendió en mí.

En los laterales de su cuarto habían caballetes y cuadros protegidos algunos por una tela blanca y otros descubiertos, eran de distinto tamaño y ocupaban una gran cantidad de espacio de una de las paredes, estaban apilados en el suelo y apoyados contra la pared, no colgados mostrándose como deberían estar… ¿eran de Edward?... ¿tal vez de un Edward adolescente?

Quería mirarlos, pero tenía que darle su medicina también.

Caminé hacia la mesa de noche y dejé la bandeja allí, él estaba acostado sobre su espalda, sus pectorales desnudos me tentaban a tocarlo… pero obligué a mis manos comportarse. Sin embargo me senté a su lado y despejé su flequillo de sus ojos cerrados.

Él era tan hermoso.

Tenía un vendaje en su brazo izquierdo donde se había herido, su cabello estaba revuelto, como siempre y  sus pestañas largas y oscuras acariciaban sus pómulos como alas de mariposas… dios… era dolorosamente hermoso.

Acaricié su mejilla suavemente y sonreí cuando él frunció el ceño levemente, entonces me di cuenta que tal vez no lo hacía porque le molestaba mi toque, sino que le dolía su brazo.

_Edward…_ susurré acercándome mas a él, tacé su mejilla y me quedé mirando ese hermoso espécimen de hombre. Parecía estar mirándome en un espejo…

Ambos habíamos sufrido pérdidas dolorosas, aún así yo fui lo suficientemente segura de mi objetivo a largo plazo como para no dejarme llevar por la misma locura que atrapó a mi madre con sus paredes derrumbadas, había sido fuerte gracias a mi único objetivo. Carlisle.

Sin embargo él… nunca tuvo a Carlisle apoyándolo, su propio padre y eso fue lo que dejó que su vida se fuera  a pique. Por suerte tocar fondo significa tener una nueva oportunidad, algo que Carlisle no dejó pasar empeñándose a ayudar a su hijo.

No podía creer que alguien como Edward, que aparentaba ser tan fuerte por fuera, tan indiferente, podría haber sido, en algún momento de su vida, tan débil.

Bajé mi mano por su fuerte y afilada mandíbula y seguí hasta sus pectorales, acariciando la mota de bello que anidaba allí.

Entonces me sobresalté cuando una mano agarró mi muñeca y me empujó contra su cuerpo, Edward me miraba como si estuviera viendo una visión… alucinado… como él había dicho.

_Hermosa_ susurró soltando mi muñeca para entrelazar sus dedos en el cabello de la nuca y acercarme a él. Me acomodé más sobre él con cuidado de no tocar su brazo herido y recosté mi frente en la de él. Nos miramos a los ojos sin pestañear… algo estaba pasando… algo con lo que tenía que tener cuidado.

Algo que me daba miedo y erizaba cada bello de mi cuerpo… tensión. No… más que eso… electricidad… química. Y quería salir corriendo pero también era superior las ganas de quedarme…

_Cuantas veces soñé despertar y solo ver tu rostro a mi lado… gracias por hacer mi sueño realidad_ susurró antes de alzar su cabeza y atrapar mis labios con los suyos. Fue un beso suave… tierno y dulce, sin lengua… solo, ternura.

_¿Cómo te encuentras?_ dije acariciando su mejilla suavemente.

_Mejor ahora…_ me besó suavemente _mucho mejor_

Cerré los ojos sabiendo que no tenía vuelta atrás… me estaba enamorado de Edward Cullen… el hijo de mi novio.

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Gracias por la espera!!! Recuerden leer todos los song shoot, estoy gratamente sorprendida por la cantidad que entraron al concurso, muchas gracias por la amplia respuesta y espero la esten pasando super bien, besotes!!!