Son shoot 9: "La Bella y la bestia" Concurso "Notas de amor"

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Nombre: La bella y la bestia.

Interprete: Porta.

Álbum: Trastorno bipolar.

Autora: Mary  Cullen

Pareja: Edward y Bella.

Raiting: M

Es sólo una historia más...

La bella y la bestia

Ella era bella,

Frágil como una rosa,

Él era una bestia

Esclavo de sus impulsos

Único día que les ataron esposas

Ya no eran niños,

Crecieron, se hicieron adultos juntos…

-Yo los declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia-.   Había indicado el padre. Mi ahora esposo  Edward se acercó a mí y me beso, ese beso significa el sello de nuestra unión.

Edward  y yo nos conocíamos desde pequeños, ambos éramos muy jóvenes pera ya no éramos unos adolescentes. El día de hoy habíamos decidí unir nuestras vidas, con el sacramento del matrimonio, el cual indicaba que nuestra unión estaría presente para amarnos en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, pero sobre todo nos indicaba que lo nuestro seria por siempre y para siempre, o al menos eso creía yo. En lo económico estábamos muy bien,  ambos teníamos bueno trabajos y estudios.  Sin dejar el detalle de que los Cullen eran  una familia muy reconocida y extremadamente rica, mucho muy rica. Y amor era lo que más teníamos, nos amábamos demasiado. Así que para mí esas son buenas razones para tener un matrimonio exitoso.

-Te amo-.  Habían sido las palabras de ambos al separar nuestros labios. .

Al salir de la iglesia los pétalos de rosas y el arroz no se hicieron esperar y cayeron  sobre nosotros. Nuestros familiares y amigos estaba muy emocionado por el momento que no pudieron resistir pedir otro beso, y se lo concedimos.

-Beso, beso, beso, beso-.  Alardeaban todos. 

-Te amare por siempre, te lo prometo-. Me había susurrado Edward después de que termináramos de besarnos.

Después de todas las fotos con la familia y demás invitados nos trasladaos hacia donde sería la recepción. Un salón sencillo, pero a la vez elegante. Ni mucho ni poco, perfecto para nosotros.

Bailamos nuestra primera pieza como pareja. La fiesta paso muy rápido para nuestro gusto. Pero ni modos, así son las cosas, por lo que ahora nos retiraríamos para ir a nuestra luna de miel, cuyo destino no conocía, Edward me decir que sería una sorpresa.

Nos despedimos de todos lo que quedaban, prácticamente la pura familia, los demás invitados se había retirado un rato antes.

Todo marchaba bien,

Eso parecía en su primera luna de miel

Juró serle de por vida fiel

Y ella a él,

Una historia como otra cualquiera

Quién les ve y quién les viera…

-Que les vaya muy bien chicos, disfruten mucho su luna de miel-.  Nos había deseado Esme, la madre de Edward.

Nos dirigimos al aeropuerto en el coche de Edward, una de sus hermanas vendrían luego por él. Abordamos nuestro avión cuando anunciaron el vuelo, el cual no pude escuchar porque mi esposo no lo permitió. Unas horas después estábamos aterrizando en un aeropuerto extremadamente grande y muy lujoso. Aquí era de día por el cambio de horarios. Mi paciencia se agotó y pregunte donde estábamos.

-Amor, ¿Dónde estamos? Me muero por saber-.

-Estamos en Dubái preciosa-. Me dijo muy fresco.

¡Dubái! ¡OH POR DIOS!.  Este hombre quería matarme de un ataque al corazón.

Nos hospedaríamos en el Hotel Burj Al Arab, uno de los hoteles más caros y lujosos del mundo.  Dejamos nuestro equipaje en la habitación y el resto del día la pasamos visitando muchos lugares que me dejaron con la boca abierta. Ambos esperábamos con ansias nuestra noche de bodas, aunque no sería la primera vez que estaríamos juntos, seria nuestra primera vez como marido y mujer.

Así que terminamos nuestro tour por Dubái y regresamos al hotel. La habitación estaba adornada el estilo luna de miel, lo cual habían hecho en nuestra ausencia por que el llegar no estaba así.

Ambos sabíamos lo que vendría a continuación, pero de cierta manera estábamos algo nerviosos, esta vez seria… diferente.

Edward se acercó a mí de manera lenta, pude ver en esos ojos verdes todo el amor me tenía para darme.

-He estado esperando todo el día para poder hacer esto- me dijo estando ya muy cerca de mí.

-Yo también amor-. 

-Esta noche te hare el amor como mi esposa, como Isabella Cullen-.

Edward tomo mi rostro entre sus manos y me dio un profundo y dulce beso, fue distinto de todos los que alguna vez habíamos compartido. No tenía la prisa que por lo regular había cuando estábamos juntos. Me beso con mucho amor.

-Eres hermosa…-dijo acariciando mi mejilla.

Le  sonreí de forma muy sugerente, mientras pasaba una de mis manos sobre su pecho. Tome los botones de su camisa y los comencé a desabrochar muy lentamente, sin dejar de mirarlo a los ojos, deslice la prenda por sus hombros y brazos hasta deshacerme de ella por completo. Después hice lo mismo con sus pantalones, dejándolo solo en bóxer. Su miembro ya estaba muy duro, listo para mí.

-Es mi turno-murmuro contra mi boca.

Edward hizo lo mismo que yo hice con él. Me desnudo con una lentitud extrema dejando besos por donde sus manos pasaban.

Nos dirigió a ambos hacia la cama, nos recostamos y Edward empezó a besar todo mi cuerpo, yo no me quede atrás y comencé a recorrerlo todo con mis manos.

Estaba ansiosa por sentirlo en mi interior que restregué toda mi intimidad contra la suya, el aún tenía el bóxer y yo estaba desnuda, así que lo solucione de inmediato y se los quite. Él se dio cuenta de mi acción.

-Tranquila cariño, ten paciencia-. Me dijo.

Su boca trabajo de forma muy meticulosa en mi mandíbula, luego en mi cuello y bajo el lóbulo de mi oreja. Esa zona era me volvía loca y él lo sabía.  Lograba sacarme unos extraños sonidos cuando hacíamos el amor.  Posteriormente se apodero de mis pechos que reclamaban su atención desde hace un rato, lamio y chupo esa parte con mucha dedicación y concentración. Me estaba matando.

 -Edward…me estas matando-gemí con la voz entrecortada.

-Y eso es solo la entrada amor-sonrío con pequeños besos en mi vientre.

Un segundo después logre girarlo para quedar sobre él, hice lo mismo que el conmigo y bese cada parte de su hermoso cuerpo.  Casa vez me sentía más excitada, así que no lo dude más, tome su duro miembro y estaba dispuesta a introducirlo en mi pero Edward me lo impidió.

-Aun no amor…-.  Me informo y se apodero de mi sexo con su  mojada lengua.

Sus dedos abrieron mi intimidad y su lengua comenzó a hacer el trabajo. Grite sin ningún reparo cuando sentí que succionaba mi clítoris y me hacía sentir cosas increíbles, después introdujo algunos dedos y empezó a moverlos dentro y fuera. Me llevo al orgasmo como nunca antes lo había hecho.

Después de recuperarme de mi liberación me dedique a consentirlo a él. Me senté de nuevo sobre él y sin más tome su erección y me hundí en ella. Ambos gemimos al contacto.  Acelere el ritmo de mis movimientos para buscar el orgasmo tan esperado por ambos. Edward llego primero y luego me ayudo a llegar al mío.

-Te amo Bella, te prometo que voy a estar siempre contigo-.  Me dijo mi esposo.

-Yo también te amo Edward, y estaré siempre a tu lado-.

Los dos queríamos seguir pero estábamos agotados. Así que nos entregamos al mundo de los sueños.

Por la mañana partimos hacia otro destino. Edward me dijo que sería algo así como un tour por La India, el Líbano, Barcelona, y muchas otras ciudades más que colindaban unas con las otras. El resto de la luna de miel fue maravilloso, sin dejar de lado el magnífico cierre que le dábamos en las noches, o a veces en el día.

Pero el tiempo pasa

Y las relaciones se agotan

Se cansan,

Ella ni lo nota

Porque esta ciega,

Ciega de amor

Pero  el no aguanta la monotonía

Ya no quería ser dueño de una sola tía…

Habían pasado cinco años, cinco años desde que Edward y yo nos habíamos casado. Desde el principio habíamos intentado tener un bebe, pero simplemente no lo conseguíamos, Había conseguido embarazarme pero tuve un aborto a los cuatro meses y después de eso me detectaron  un problema en la matriz que me dejaba inhabilitada para concebir. Ese había sido el motivo de muchas discusiones entre nosotros.

Últimamente estábamos muy alejados, Edward se comportaba muy distante conmigo y hasta actuaba muy extraño. A veces ni siquiera me tocaba durante la semana. Sentía que lo nuestro se estaba convirtiendo en algo rutinario, una monotonía.

-Qué demonios dices Bella, es solo una mala racha, todos los matrimonios pasan por eso, tu amas  a Edward y él te ama a ti-  me decía una voz interna en mi cabeza.

 -Pero si es así, porque a veces ni siquiera te toca, llega de madrugada a casa y se comporta como si no estuvieras-  contrarrestaba la voz contraria de mi mente.

-Eso es solo porque llega cansado del trabajo, y si llega tarde es porque tal vez se queda con unos amigos-.  Contestaba la otra. Tenía razón Edward trabaja mucho a veces, no es que lo necesitáramos pero él quería hacerlo y si llegaba tarde es porque seguro se quedaba con unos amigos, el que este casado no quiere decir que tenga que estar atado a mi todo el tiempo, también tiene derecho de divertirse.

Con esos pensamientos me dormí una vez más sola en mi cama. Edward aun no llegaba. Como ya dije, lo más seguro es que este con sus amigos.

Bella estaba ciega

Pero no era tonta,

Ya dudaba

Tantas noches sola

Hasta altas horas de la madrugada…

Las llegadas tardes de Edward a casa cada vez se estaba haciendo más frecuentes, es más, había ocasiones en las que no llegaba a dormir y no sabía nada de él. No me parecía que se quedara siempre con sus amigos debía haber algo más. Tenía que ser algo más. Y lo iba a averiguar.

La primera vez fue la más dolorosa,

Te regaló una infidelidad por cada rosa

Y es que el perdón será tu debilidad

Pero lo que pasa una vez

Siempre sucede  una vez más...

Hoy había decidido que le daría una sorpresa a Edward. Lo iría a recoger a su trabajo, cosa que nunca había hecho.  Me duche y me puse lo mejor que encontré en mi armario. Me maquille y peine con más dedicación de lo normal, me perfume y salí  hacia la oficina de Edward. Cuando entre vi extrañamente que el cubículo de su secretaria estaba vacío, según  por lo que mi esposo me contaba ella jamás dejaba su puesto vacío. En el resto del lugar tampoco había gente.  Por lo que me dirigí directamente a su oficina, ya estando cerca pude ver que la puerta estaba entreabierta y de ella provenían unos ruidos muy extraños, me acerque aún más y lo que vi me cayó como un balde de agua fría y mis lágrimas no se hicieron esperar.

Edward estaba teniendo sexo con su secretaria, la chica estaba sobre el escritorio completamente desnuda y abierta de piernas  con Edward fallándosela sin ningún remordimiento, es más hasta parecía que lo estaba disfrutando. 

Tenía que salir de aquí, no podía seguir presenciando esto. Al intentar hacerlo  mi torpeza hizo acto de presencia y no ayudaba que las lágrimas nublaran mi vista, me caí a mitad del pasillo llevándome conmigo un pequeño  estante. El ruido alerto a Edward junto a esa que estaba con él,  unos segundos después salieron. Edward solo se puso sus pantalones y la chica salió semidesnuda de la oficina, nos dejó a él  y a mi solos.

-Así que esto es lo que haces cuando no llegas a casa, me engañas con esta puta ¿verdad?-.  Grite entre lágrimas. El no respondió nada.  – ¡Maldita sea Edward, contéstame!-

.

-No amor, te lo juro, es la primera vez que pasa esto, no sé por qué lo hice-. Se defendió el, desesperado por encontrar las palabras adecuadas para explicarme esto.

-No te creo Edward, entonces dime que haces todas las noches que llegas tarde, o cuando no llegas a dormir, dime-.  Logre decir con voz quebrada.

-Me quedo a trabajar, o me voy con mis amigos-.   Lo seguía mirando con cara de no te creo.

-Te lo juro mi amor, esa noche que no llegue a dormir fue porque me quede en casa de Jasper-. 

-¿Por qué lo hiciste Edward? Si hay algo que no esté haciendo bien sabes perfectamente que me lo puedes decir-. Seguía, mis lágrimas habían cesado un poco.  El acorto la distancia que había entre nosotros.

-Bella mi amor, no sé porque hice esto, perdóname por favor, te lo juro que no vuelve a pasar, perdóname por favor, por favor-. Me suplicaba.

-¿Me lo prometes?-.

-Te lo prometo, te lo juro-.  Me tomo de ambas manos y dejo un beso sobre ellas.

Después de eso regresamos a casa y nos dormimos enseguida aunque aún era temprano.

Dime que esto no ha pasado

Tú dime que lo abre olvidado

Mañana todo habrá cambiado

Y esto será sólo un horrible recuerdo

Sé que me quieres mi vida

Yo sé que no habrá más heridas

Mañana será un nuevo día

Y otra vez seremos felices de nuevo

Después del suceso ocurrido en la oficina de Edward las cosas habían vuelto un poco a la normalidad, llegaba a una buena hora a casa, incluso me llevaba flores y otros detalles.

Pero sin embargo unas semanas después las cosas regresaron al mismo rumbo de antes, a pesar de que Edward me había prometido no volver a hacerme daño otra vez, lo había hecho, y lo peor es que fue  en varias ocasiones.

Pero siempre lo terminaba perdonando, un simple te amo y un lo siento era suficientes para reconfortar mi corazón.  Yo sé que lo olvidare, sé que mañana todo esto cambiara, que solo será un horrible recuerdo, porque yo sé que él me ama, mañana será un nuevo día  y otra vez seremos felices de nuevo.

Empiezan las discusiones,

Parece que a él no le gustan,

Se vuelve insensible y agresivo

Y a Bella le asusta

Lágrimas caían, tras un empujón

Y el primer puñetazo,

Te conformas con un perdón

Y un simple abrazo…

Las cosas empeoraban aún más, no podía seguir soportando esto. Edward ya no solo llegaba muy tarde a casa, si no que llegaba muy tomado y eso lo ponía agresivo.

Esto me dolía, me dolía mucho y no puede evitar llorar como tantas noches atrás lo había hecho. Sentía que mi matrimonio se estaba cayendo a pedacitos dolorosa y lentamente,  simplemente no había nada que yo pudiera hacer.

-Edward, ¿Por qué me haces esto? Me prometiste que todo esto se acabaría-.

-Si no te gusta lár…lárgate, la puerta está muuuuy grande Isabella-.  Me dijo arrastrando las palabras, efecto del alcohol que corría en su sangre.

-¿Qué? ¿Edward que te está pasando? Tú no eres así-. Dije llorando.

-A mí-no-me-pasa-nada. Y yo voy a ser como se me dé  la gana-. Dijo cuidadosamente. La mirada de Edward cambio repentinamente, una mirada fría, sin sentimiento alguno, realmente me asusto.

-Como que no pasa nada, ¡¡me estas corriendo de mi propia casa!!-.

-Tu eres la que está reclamando, ya te dije, si no te gusta ¡vete!-. Me señalo la puerta.

-Pero Edward...-.  

Se acercó peligrosamente a mí, me tomo bruscamente del cabello y me sacudió muy fuerte.

 -¡Maldita sea Isabella ya cállate la puta boca!-Me escupió al momento en que sentía su  duro puño  sobre mi mejilla y un líquido resbalar por mi labio y nariz, mi cuerpo estaba contra el piso.

 Esto no podía estar pasando. Sabía que las cosas estaban mal pero no al extremo para Edward llegara a golpearme, nunca me espere eso del, jamás. Llore  aún más.  Limpie la sangre que había surgido del golpe que me dio Edward con mi mano. Él se acercó a mí.

-Mi amor, mi amor, mi amor, perdóname por favor no quise hacer eso, no fue mi intención, perdóname-.  Me decía repetidamente mientras me ayudaba a levantarme del suelo, me abrazo, me beso y me ayudo a limpiarme.

Después de eso él se quedó dormido, no podía estar en la misma habitación que el al menos por esta noche. Tome una almohada y un cobija, me fui al sillón de la sala y ahí llore, llore como nunca antes en toda mi vida, sin poder creer lo que había pasado.

No quieres darle importancia

Porque no quieres perderlo

Pero sientes impotencia

Y a la vez pánico y miedo

No puedes creerlo todavía,

Después de tantos años

‘‘Si te preguntan di que te has caído en el baño”

Sabía que no tenía que darle importancia a esto, había sido un accidente provocado por mí y mi imprudencia, tal vez si no le hubiera dicho nada a Edward cuando llego nada de esto hubiera pasado. Sin embargo tengo que admitir que me dio mucho miedo su comportamiento.

A la mañana siguiente al golpe se me hice un feo moretón.

-Edward ¿Qué voy a decir si me preguntan que me paso?-. Le cuestione antes de que saliera a su trabajo.

-No lo sé, di que te has caído en el baño-. Respondió sin más y salió de la casa.

El silencio no te ayuda,

Sé que no sabes que hacer,

Sabes que fue la primera

Y no será la última vez

Ese  mismo día mi amiga Alice me había venido a visitar de sorpresa, no me la esperaba.

-Hola Bella-. Me saludo Alice, por fortuna no pudo ver el golpe tan pronto. Mi suerte no duro mucho. -Dios mío Bella ¿Qué te paso?-. Exclamo asustada al percatarse del notorio moretón de mi cara.

-Hola Alice, no te preocupes no es nada, solo me caí en el baño, ya sabes que a veces soy torpe-.  Que pésima mentirosa era, espero que me haya creído.

-Bella, eso no parece una caída en el baño, soy tu amiga, dime la verdad sabes que puedes confiar en mi-.

-Es la verdad Alice, me resbale cuando me bañaba-.  Le insistí.

-No te creo Bella, ¿Edward te golpeo verdad?-. 

-No-.

-¿Bella..?

Agache la mirada, me había descubierto. Alice comprendió al instante que sus sospechas eran ciertas, me abrazo y me eché de nuevo a llorar.

Créeme sé que no quieres más problemas

Pero no te quedes en silencio

Si tu marido te pega

Créeme sé que no quieres más problemas

Pero no te quedes en silencio

Si tu marido te pega

Porque no le perteneces,

Te mereces mucho más

Sobre ti no tiene autoridad

Se la das y él se crece

No puedes detenerle,

No puedes defenderte,

No puedes hacer más que rezar por tener suerte…

-Bella, tienes que denunciarlo, él no te puede tratar así-. Dijo Alice.

-No Alice, además fue mi culpa, yo lo provoque-.

-Mira Isabella, no quieras echarte la culpa de lo que paso, no puedes quedarte callada-.

- Alice, ya te dije la verdad, fue mi culpa, si no quieres creerme es tu asunto, además no quiero discutir ni tener más problemas con Edward-. Le dije, me estaba enojando, la situación se salía de control. Ahora estaba mejor, la que decía ser mi mejor amiga venía a mi casa sin ser invitada y lo pero era que quería decirme lo que tenía que hacer.

-Pero esto no lo puedes dejar, no te tienes que quedar callada, por favor Bella reacciona-.  Dijo ya exaltada también.

-Alice si solo viniste a esto, por favor te pido que te retires de mi casa-. Dije lo más calmada que pude.

-Si esto quieres, está bien. Pero el día de mañana te acordaras de mis palabras, eso te lo aseguro. Sé que no quieres escucharme, pero siempre contaras conmigo-.  Alice tomo su bolso y se acercó a mí para despedirse, lo hizo tan rápido que no pude devolverle el gesto.

Genial. Mi matrimonio prendía de un hilo, mi marido me había golpeado y encima había peleado con mi mejor amiga, las cosas no podían ser peor.

Cada día más normal

Pasar del amor al odio,

Se convirtió en algo habitual

Otro mal episodio

Bestia no te quiere

Pero quiere que seas suya

Para siempre

‘‘¡Si no eres mía, no serás de nadie entiendes!''

Esto no mejoraba. Edward y yo peleábamos cada vez más conforme pasaban los días. Solo hablábamos lo esencial. Buenos días y buenas noches eran solo las palabras en las que no encontrábamos ninguna razón para pelear. De ahí en fuera  cualquier situación era motivo de una discusión.

Edward seguía golpeándome a veces sin razón alguna, lo hacía cuando estaba muy tomado. Las infidelidades seguían y había ocasiones en las que no sabía nada de el  ni se aparecía por la casa durante días.

-Edward, esto no está funcionando, las cosas están muy mal-. Había intentado tener una conversación civilizada con él en su sano juicio.

-¿Qué estas insinuando Isabella?-.

-Esto mismo Edward, entre nosotros ya no hay nada, nada funciona como debería, yo creo que será mejor que nos separemos-. Dije con la voz temerosa sin ser capaz de mirarlo a los ojos porque sabía que me encontraría con esa mirada que es capaz de helarle la sangre a cualquiera.

-Estás loca, eres mi esposa y tu lugar está a mi lado-. Dijo con  voz dura y autoritaria.

-No tiene caso que sigamos juntos, somos como dos extraños bajo el mismo techo-.

-Mira Isabella ¡¡¡¡Si no eres mía no serás de nadie,  entiendes!!!!-.   Edward se paró de mueble en el que estaba sentado se abalanzo sobre mí y de inmediato presagie lo que vendría a continuación.  Una golpiza más.

Tras los primeros golpes intente escabullirme de  él, como pude me pare y corrí detrás de un mueble pero Edward fue más rápido que yo, me halo del cabello y me tiro de nuevo al piso.

-Eres una inútil, no sirves  para nada, ni siquiera te puedes embarazar, no sirves…-  me insulto. Esas palabras me hirieron demasiado.  “Maldita sea Bella, ¡¿Por qué no te puedes embarazar?!”,  me reproche a mí misma. De haber sido lo contrario todo esto no estaría pasando.

-Edward para por favor, no lo hagas de nuevo-. Suplique.

- ¡¡Cállate!!-.  Me dio una bofetada. -Y encima me quieres dejar-.  Dijo de nuevo.

Edward no se apiado de mi ni por un segundo, sentí un golpe brutal sobre mis costillas, un grito desgarrador salió de mi garganta acompañado de más lágrimas. Me dolía hasta el alma. Me retorcía en el suelo de dolor, inhabilitada para siquiera intentar escapar, lloraba y le suplicaba a Edward que parara, pero nada parecía ablandar el corazón de la bestia en la que se había convertido mi marido. No sé cuánto tiempo más poder aguantar.

Bella no podía más,

El cada vez era más bestia

Cuando ella quiso hablar

Ya era demasiado tarde,

Se dio cuenta que vivía junto al mal

'La Bella y la Bestia''

Prefiero no contaros el final…

Edward me golpeo, me golpeo como nunca antes lo había hecho, no solo puñetazos, también patadas y con diversos objetos que tenía a su alcance. Me repetía constantemente que no lo tenía que dejar porque era su esposa y tenía que hacer lo que él me ordenara.  Mi mente y cuerpo se bloqueaban en esos momentos y no era capaz de emitir reacción alguna, excepto llorar y rezar para que todo esto acabara pronto y lograra salir viva de esto.

Dolía, dolía demasiado, tanto física como emocionalmente. Edward no estaba ni por todo esto después de casi matarme, el muy cobarde había huido al dejarme ahí medio muerta. Me sentí tan impotente. Muy estúpida. Como mis músculos me los permitieron intente llegar al teléfono, cada movimiento que daba se sentía como navajazos que desgarraban todo mi interior. Llame a la única persona que me podía ayudar en estos momentos, Alice, marque su número y contesto al instante.

-¿Diga?-.   Respondió ella. Yo apenas y podía hablar, cada vez que intentaba tomar aire sentía una presión en mi estómago, como si me cayera una tonelada encima.

-Al… Alice, soy yo-. Logre decir con dificultad.

-¡¿Bella que pasa?!-. Dijo alterada.

-Alice, por fav…favor ayud…dame-.

-¿Estas bien?-. La escuche decir.  Mi cuerpo no resistió más, solté  la bocina. Lo último que mi memoria registro fue la alterada voz de Alice saliendo por el auricular diciendo que iba en camino antes de quedar  hundida en la oscuridad

Cuando desperté todo estaba muy luminoso a mí alrededor. Era un cuarto  de hospital. Alice se encontraba  a mi lado.

-Alice perdóname, yo lo siento, tú ten…-.  Me corto. Le intentaba decir que lo sentía.

-Ssshhhh-.  Me detuvo.  –No digas nada,  te dije que te apoyaría sin importar nada y eso es lo que estoy haciendo, solo  diré que… te lo dije-. Termino.

-Yo  lo sien…-.  Me corto de nuevo.

-Era broma Bells, solo quería acerté reír un poco-.

Y lo logro, no pude evitar sonreír un poco, cosa de la que me arrepentí al instante porque me dolió todo el cuerpo.

Según me informo Alice, tenía varias costillas rotas, muchos hematomas por todo el cuerpo y un fuerte golpe en la cabeza que fue lo que me dejo inconsciente.

                                              

Tu filo atravesó mi alma en sólo un compás

Callaste mis lamentos con brutalidad

Me has convertido en un triste número más

Tu triste corazón fue tu perdición

Es demasiado tarde para ir hacia atrás

No volveré a tener otra oportunidad

Seré sólo un mal día en la prensa local

Pero mi dolor será tu prisión…

A pesar de que no iba a morir, tenía fe en eso, no pude evitar hacer un recuerdo de toda mi vida; el día que Edward me dijo que me amaba, cuando me propuso matrimonio, nuestra boda, la luna de miel, las imágenes fueron cambiando poco a poco hasta llegar al pozo en el que se había convertido mi vida; Edward siéndome infiel, la primera vez que me golpeo, sus gritos y maltratos, me vi a mi misma, inconsciente e indefensa tirada en el piso rogando por seguir con vida.

Era demasiado  tarde para retroceder el tiempo, lo hecho está hecho y no hay como remediarlo. Lamentablemente solo era una más, un número más en la lista de mujeres que son abusadas por sus maridos.

 Y si yo ahora pudiera cambiar en algo tus miserias

Daría todo porque entendieras

Sólo un segundo de mi sufrimiento

Espero que al menos mi historia

No quede sólo en la memoria

Y  traiga una nueva trayectoria,

Que no se repita jamás este cuento…

Si al menos yo pudiera hacer algo, cambiar algo de todo esto, daría lo que sea, lo que sea, incluso mi propia vida para que Edward pudiera sentir una milésima de lo que sentía. De lo que yo había sentido cada vez que lo veía llegar a casa borracho, lo que sentía cuando se trasformaba y emergía esa bestia que tenía dentro de él, cada vez que sentía su puño acercarse a mi cara o a cualquier otra parte  de mi cuerpo. Pero eso era imposible, no podía cambiar los hechos, al menos espero que esta historia, mi historia no sea sola una más y cambie en  algo la vida de otras personas.

Yo sé que muchas mujeres pasaron, pasan y pasaran el infierno que yo viví.

Este cuento no es eterno

Debo ponerle un fin

Ser más fuerte que esa bestia

Quiero salir

Quiero vivir

Sé más fuerte que esa Bestia

Debes salir,

Vuelve a vivir…

Afortunadamente logre salir  del todo  este infierno, Alice se había encargado de darle su merecido a Edward, ahora él estaba tras las rejas con los cargos de violencia intrafamiliar y consumo y posesión de drogas. Eso último me sorprendió, Edward tomaba alcohol pero nunca pensé que se drogara, de ahí su comportamiento tan agresivo y cambios de humor tan repentinos, era muy posible que las  utilizara pero  nunca paso por mi mente.

Alice estuvo para mí todo este tiempo. Me acompaño a terapias para poder salir del trauma en el que me había hundido.

Fui más fuerte  que esa bestia, logre salir y volví a vivir.

Tiempo después mi amiga me ayudó a crear una institución para ayudar a las mujeres que pasaban por la misma situación que yo, o en dado caso aconsejarlas  para que al primer indicio o intento de violencia de cualquier tipo no que queden calladas y hablen, que sepan que no están solas y hay  mucha gente  para apoyarlas.

Por desgracias yo entendí ese mensaje demasiado tarde, cuando me vi con el agua hasta el cuello me percate de mi situación, la que siempre estuvo frente a mi ojos, pero yo estaba ciega, ciega de amor por esa bestia,  y yo era como la bella que manejaba a su antojo. Como el cuento de La Bella y la Bestia.  El cuento que describía perfectamente mi vida. Desperté de ese cuento cuando estuve al borde del precipicio.

Tú, que eres mujer, ya seas hija, esposa, hermana, madre, etc.  Si te sientes abusada de alguna manera, siempre recuerda…

Sé más fuerte…

Camina hacia adelante…

No te rindas…

 Pero sobre todo  NO TE QUEDES EN SILENCIO…

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Muchas gracias Mary... con solo escuchar el tema quedé con la lágrima en el ojo... mucha suerte!!!