Song fic "Tarde", Capitulo 1.

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SONG FIC: TARDE

Irrumpes en mi vida

_Oh Dios_ gimió ella arqueando la espalda, su cabello castaño se sacudió sobre sus hombros  y tiró la cabeza hacia atrás mientras sus pequeños pechos se balanceaban de arriba hacia abajo. Sus caderas azotando contra la mía _Ah! Edward!... mas fuerte mi amor!_

Obedecí a mi mujer 

Tomé sus caderas con ambas manos y sacudí la mía  hacia ella mientras bajaba fuertemente la suya. Eran un choque de piel… mojado contra mojado, caliente contra caliente y deseosa… hambre. Hambre de más, mucho más.

Levanté mi cabeza para atrapar uno de sus pezones erectos con mis labios, mordisqueé fuertemente y la hice gemir. Arremetió contra mí bruscamente una vez más y gimió duro cuando tuvo su orgasmo. Rápidamente la volteé sobre su espalda y la penetré con fuerza sosteniéndome con mis labios extendidos sobre el colchón a ambos lados de su cuerpo.

_Oh si bebé… lléname_ gimió abriendo más las piernas. Ella recibió mi pene ansiosa como siempre, con premura y urgencia. Arremetí una y otra vez hasta que finalicé dentro de ella.

Dejé caer mi frente entre sus pechos y traté de recuperar mi respiración mientras sus manos acariciaban suavemente el cabello de mi nuca y su pecho subía y bajaba apaciblemente.

_Tu madre nos está esperando amor_ murmuró cuando salí de ella y caí de espaldas sobre la cama. Hacer el amor con mi esposa era satisfactorio, seguro y fácil, pero a veces parecía tan… rutinario. No era que me quejara, todo lo contrario, ella era increíble y tan paciente conmigo y mis horarios. Era la mujer con quien compartía mi vida, mi cama, mi todo y me parecía que la monotonía era el precio a pagar por tenerla a mi lado, ella era mi puerto seguro.

Después de dos años de convivencia y dos de casados, nos conocíamos hasta el secreto más guardado y eso era lo que hacía nuestro matrimonio seguro, no había nada que pudiera esconder de ella… y sin embargo, a veces simplemente quería más, anhelaba más. Un tiempo libre para solo nosotros dos, solos… un tiempo al menos, para reavivar nuestra pasión.

El trabajo nos abrumaba y la vida diaria también  y solo deseaba eso para darle a ella… un tiempo solo los dos antes de que fuéramos tres.

Suspiré rendido y me levanté del colchón para inclinarme sobre mi esposa y besar su pequeño vientre expandido de cinco meses,

_Vamos Ang, mi madre nos matará si llegamos tarde_ murmuré antes de besar sus tiernos labios.

Nos vestimos rápidamente, la ayudé a hacer el nudo de su vestido en su espalda, besé su hombro y ella me ayudó con el nudo de mi corbata. Nos complementábamos tan bien ella y yo, que a veces la comodidad entre nosotros era lo que realmente me daba la paz.

Conduje a casa de mi madre, esta noche estaba libre del hospital… al fin. Ser médico era lo que terminaba por completarme, me complacía curar personas, abogar por gente enferma que buscaba el alivio de sus dolencias, sacarles al menos una preocupación menos. Me complacía llegar a casa sabiendo que no había estado perdiendo el tiempo en cosas vanas, no… mi carrera era lo más importante para mí luego de mi esposa e hijo por nacer.

Ángela era enfermera neonatal, nos conocimos en la escuela de medicina. En el primer año nos hicimos amigos, en el segundo año comenzamos a hacer citas, en el tercer año nos hicimos novios, en el cuarto nos fuimos a vivir juntos y dos años después le propuse matrimonio y finalmente nos casamos al terminar la universidad. La vida con ella era tan perfecta, mis padres la adoraban y sus padres también a mí. ¿Qué más podía pedir?.

Llegamos a la casa de mis padres, a las afuera de Chicago, casi puntualmente. Habíamos decidido armar nuestras vidas aquí, cerca de ellos, donde mi padre ejercía el puesto de cirujano en el hospital donde yo trabajaba y mi madre estaba a cargo del hogar y la familia. Era un alivio tenerlos cerca ahora que Ángela estaba embarazada, mis horarios de hospital no me dejaban mucho tiempo para estar en casa y ella había decidido dejar de trabajar menos hasta que el bebé tuviera más edad y no la necesitara constantemente.

Estacioné a un lado del audi azul, el auto de mi hermano Jassper, una sonrisa se formó en mis labios.

_Ya están aquí!_ murmuró Ángela con una sonrisa _te dije que íbamos a llegar tarde_

Mi hermano menor Jassper, de 23 años, había llegado de Londres esta mañana para asistir al cumpleaños de nuestro padre. Él era mi único hermano y se había ido el año anterior a realizar un master en historia del Arte, un deseo que como historiador era muy anhelado. Esta noche había vuelto, pero al parecer no solo.

_Hijo! Ángela… bienvenidos_ nos recibió mi madre al abrir la puerta del porche. _los estábamos esperando, Jas está aquí!... Oh! Áng… cada vez más hermosa esa panza tuya!_ abrazó a mi amor y luego la soltó para darme un beso ruidoso. _¿Cómo va ese embarazo?_

_Bien Esme_ sonrió Áng acariciándose el pequeño bulto _todo perfecto hasta ahora, creciendo y comenzando a sentirlo, creo que será un buen pateador_ dijo mirándome por el rabillo del ojos, conocía esa mirada.

_No, no… será niña y será tan tranquila como su mamá_ murmuré sonriendo antes de besar a mi esposa en su sien. Esme rió, Ángela la siguió golpeando mi pecho suavemente.

_Lo veremos en la próxima ecografía cariño._ tomé su rostro entre mis manos y la besé suavemente.

Mi madre nos hizo entrar y el olor a hogar característico llenó mis sentidos, las voces, los colores, las risas… las voces ya conocidas y una voz nueva, suave y acogedora… fruncí el seño.

_Jas nos trajo una sorpresa_ susurró mi madre mientras nos encaminaba a la sala _una hermosa sorpresa_ sus ojos brillaron y supe entonces que era algo hacía tan feliz a mi madre tanto como a Jasper _ hijo!... Jas! Mira lo que encontré en la puerta_

Entonces te vi, mi hermano se levantó del sillón donde estaba sentado y caminó hacia nosotros con su mano aferrada a tu cintura.

_Edward!_ mi cuerpo chocó con el de mi hermano en un abrazo entrañable. Él era mi hermano de sangre pero mi mejor amigo por elección, él y yo éramos confidentes, compañeros, éramos la roca de toque de uno y del otro. Volver a tenerlo conmigo después de un año era como volver a juntar las partes, un rompecabezas que estaba prohibido desarmar.

_¿Cómo estás?_ pregunté sin poder dejar de sonreír mientras veía sobre su hombro. Allí estabas tú… esa hermosa mujer que él había arrastrado consigo, acercándote lentamente detrás de él, con una suave sonrisa en tus labios y tu mirada en la mía. Una mirada tímida… una sonrisa  hermosa.

_Estas más viejo hombre_ Jas palmeó mi espalda para luego apartarse de mí, por alguna razón mis ojos continuaban fijos en ti, que estabas detrás de él, hasta que Ángela soltó mi mano y dio un paso hacia adelante para abrazar a mi hermano.

Desviaste tu mirada justo cuando un dulce sonrojo subió por tu cuello hasta colmar tus mejillas… tuve que desviar la mía de ti, que de repente me habías hechizado y fijarla en mi hermano, que acariciaba el vientre de Ángela maravillándose de mi hijo o hija. 

_Edward, Ángela_ dijo en algún momento mi hermano mientras yo seguía preguntándome qué carajo había sucedido en esa pequeña fracción de tiempo. Con el ceño fruncido cumplí con la mirada feliz de Jasper, que te tomó de la cintura posesivamente acercándote a su cuerpo y dejando un beso en el tope de tu cabeza, inconscientemente desvié la mirada nuevamente, como si ese simple acto me molestara… lo hacía, no supe por qué. Tomé la mano de Ángela _quiero presentarles a mi novia, Isabella Swan… de preferencia solo Bella_ rió él desviando la mirada a ti, su… novia _Bella amor, ellos son mi hermano Edward y Ángela, su esposa… oh! Y el pequeño Cullen_ señaló el vientre de Ángela.

_Oh cielos!... Bella mucho gusto, bienvenida_ mi esposa se apresuró a abrazarte cálidamente ante tu sorpresa, te veías tan nerviosa y a la vez tan tímida…  _Jasper! Eres malo, la tenías bien guardadita… oh cielos, que bueno tenerte aquí_ una pequeña sonrisa apareció tus labios perfectos…

Mierda.

Tragué saliva y sacudí la cabeza ligeramente antes de dar un paso adelante y saludarte, me tenías atrapado en algo que no pude identificar pero que tan pronto lo sentí ya lo odiaba. Con una mano en tu cintura y la otra en tu mejilla, sintiendo el calor de tu sonrojo, mis labios rozaron tu piel y un estremecimiento causado por una leve descarga eléctrica… me sacudió la razón. ¿Qué tenías? ¿Qué diablos tenías y que habías venido a hacerme?

¿Qué…? No tenía preguntas… más las que me hacías cuestionarme. Todo en ti me intrigaba y a penas te había visto.

_Bienvenida… Bella_ murmuré antes de alejarme totalmente. Mis manos te soltaron y en seguida las apuñé a ambos lados de mi cuerpo tratando de sofocar el deseo de tocarte nuevamente. La calidez que sentía al hacerlo, tu cuerpo caliente a través de ese ligero vestido… quemaba mis dedos. Y no podía ser. No podías hacerme eso.

¿Qué mierda Bella…?

_Gracias_ musitaste suavemente con una sonrisa vacilante.

_Qué bueno tener una cuñada!_ al menos Ángela estaba feliz por tenerte en frente. Yo… tuve que obligar a mis ojos malditos a tener fija la mirada en el suelo, por temor a verte, por temor a que reconozcas lo que me hacías con solo mirarme. Pero ya lo sabías ¿no?... cada parte de mí sabía que tú eras muy consciente _Jasper! Gracias por traerla, es hermosa…_

Y tuve que mirar, no solo para confirmar lo que mi esposa había dicho de ti, sino también porque tu suave risa me obligó a hacerlo.

¿De qué ries?... ¿Quién te regalo esa risa? Porque es el sonido hermoso que aturdió mis sentidos… quiero culparlo de hacerme tan débil… quiero culparte por hacerme sentirme así.

_Gracias, es un gusto también… felicidades por el bebé_ dijiste suavemente, tan llena de seguridad y de aplomo y al mismo tiempo con tanta delicadeza, pero me miraste nuevamente y una sombra pasó por tus ojos mientras tus mejillas se sonrojaban. _Jassper me habló tanto de ustedes, tenía que conocerlos, tenía que saber qué era lo que hacía brillar los ojos de Jas cuando hablaba de ustedes_

Y tus ojos brillaban… al mirarme lo hacían ¿por qué? ¿Por qué no te importaba mi esposa embarazada a mi lado y solo me mirabas? Por la misma razón que parecía no importarme a mí… porque no podía sacar mis ojos de ti.

_Te dije cariño_ mi hermano tomó tu cintura nuevamente y tuve que desviar la mirada por alguna maldita razón _ahora estoy completo contigo a mi lado_ 

Y como si supiera miré justo cuando él te besaba en los labios suavemente. Cuando se separaron, mi mente se negó a absorber de lo que estaban hablando y dejó que mis ojos vagaran por tu cuerpo. Eras… escultural, solo eso. Esbelta y delgada, tu vestido marcaba los que mis ojos no deberían haber visto, pero allí estaban… tus caderas proporcionadas perfectamente y tu pequeña cintura, tus pechos altos y medianos, tu espalda… aparté la mirada antes de seguir desnudándote en frente a mi familia.

Eras tan hermosa…

 Tus manos pequeñas y pálidas jugueteaban con la manga de tu vestido, tus piernas largas terminaban en ese par de tacones negros, tu cabello castaño caía a ambos lados de tu rostro enmarcándolo con esas suaves ondas, tus ojos oscuros revoloteaban entre Ángela , Esme y yo… brillantes, atentos, nerviosos…

¿Te ponía nerviosa? ¿lo hacía mi familia?... si eras bienvenida… no te muerdas el labio por favor…

Tus pestañas gruesas eran como alas de mariposas, largas y gruesas acariciando tu piel de porcelana… ahora sonrojada… tu boca…

Tragué grueso y bajé la mirada colocando las manos en mis bolsillos, ¿Qué cosas hacías en mí?... alguien palmeó mi espalda a mi lado y alcé la mirada para encontrarme con la de Jasper que me miraba expectante con una sonrisa genuina… nunca lo había visto tan feliz. Y era por ti, eso simplemente me hizo sentirme aún más mal de lo que me sentía, yo te comía con los ojos mientras mi hermano babeaba enamorado de ti.

_¿Qué te parece?_ dijo mirándote a ti a Esme y Ángela, que estaban inmersas en una charla inaudible _mamá quería conocerla, le he hablado tanto de ella…_

Dios… sus ojos, mi hermano estaba realmente enamorado de ti!

_Es… hermosa._ tragué saliva cuando lo admití en voz alta _te felicito hermano, parece que a mamá le encanta… y a Ángela_

_Es como que es su don natural, gustarle a las personas… ella es única_

Ciertamente tú eras única, la fuerza de tu belleza me había pegado como una pared de concreto a un auto a ciento veinte kilómetros por hora. No podía hacer nada más que admitirlo, al menos internamente… tú habías venido para hacer flaquear los pilares de mi vida.

Sonreí dándole absolutamente toda la razón y nuevamente no pude dejar de mirarte, eras… tan natural, absorta en lo que mi madre decía, sonriendo cuando Ángela hablaba, atenta e interesada. Y eras tan… hermosa aún siendo tan tímida.

¿Cómo eras tan perfecta?... con tu cuerpo exacto… ¿cómo es que no podía dejar de mirarte?.

Mi padre irrumpió de la cocina con nuevas copas para nosotros, para Ángela una copa de juego natural de naranja y para mí una copa de champagne, de pronto tuve la realización de que esa sola copa no sería suficiente para esta noche. Saludé a mi padre por su cumpleaños y me centré en fijar una conversación entre los hombres, ya que las mujeres estaban ocupadas en incluirte a la familia…

Sin embargo mi mirada no dejaba de vagar por donde andabas tú…

Bella…

Me gustaba cómo sonaba tu nombre en mis pensamientos… tenía que probar decirlo en voz alta y comprobar que solo era un nombre, nada más.

Resoplé casi todo el tiempo que estuve en la sala, contestando preguntas de Jasper y mi padre, escuchando atentamente a ambos, sonriendo a mi hermano cuando nos contaba de sus clases en Londres, hablando en los momentos apropiados y tomando sorbos de mi copa de champagne. Apretando mis dientes y negando con la cabeza para evitar seguir pensando en que mierda me habías hecho… me habías deslumbrado, de eso no había ninguna duda.

En varias ocasiones no pude evitar mirar hacia ustedes, que acomodaban la mesa del comedor ajenas a mi caos interior… mi madre trayendo la loza de porcelana de una de las vitrinas, Ángela acomodándolas y… tú acomodando el servicio a su lado. En dos ocasiones mi mirada coincidió con la tuya… en ambas ocasiones los dos desviamos la mirada en seguida. ¿Por qué?... bueno, yo lo hacía porque era simplemente incorrecto ¿por qué lo hacías tú? ¿También pensabas que era incorrecto mirarnos?

Incorrecto o no allí estabas… envolviéndome entre tus dedos.

Nos llamaron a la mesa y me senté junto a Ángela, colocando mi mano sobre su vientre hinchado y mirándola para llenarme de ella, para autoconvencerme que mi vida era buena así como estaba, no tenía por qué pensar en complicármela, ella me amaba y mi amor era suficiente como para tener un buen futuro juntos, o al menos de eso quería convencerme. Ella sonrió y palmeó mi mano volviéndose hacia adelante… tú estabas frente a ella, Jassper a su lado sosteniendo tu pequeña mano sobre la mesa, mis padres en los extremos.

_Cuéntenos chicos ¿cómo se conocieron?_ preguntó mi esposa con entusiasmo, no la culpes… a ella solo le gustaba saber los pormenores de una relación. En el hospital era tan amable con los pacientes, los trataba con tanto cariño que cuando algo salía mal, yo era el que debía calmar su desconsuelo. Cuantas veces había tenido que advertirle sobre su manía de encariñarse con ellos.

Ella era buena en eso y al menos agradecía que les llevara un poco de buena charla a sus pacientes. Pero ahora no sabía qué pensar, por un lado quería que hiciera su charla habitual contigo, porque quería conocerte… y al mismo tiempo no.

¿Por qué la curiosidad me carcomía? ¿por qué deseaba saber tanto de ti?... ¿Por qué al mismo tiempo quería tapar mis oídos y no escuchar tu voz?... no sabía qué era peor, si el deseo de conocerte o el de borrarte de mi mente.

_Hace ocho meses en “Sacrilegio”…_ murmuró Jasper dedicándote una mirada intensa de amor y satisfacción… por enésima vez en la noche tuve que apartar la mirada, por alguna razón ver ese amor en sus ojos me hacía sentir nauseas. _es una galería londinense y esa noche había una exposición de arte moderno. Ella estaba frente a un cuadro de Pulleth, “Los amantes”, tratando de descifrar la intensidad de la pintura mientras miraba detenidamente  ladeando la cabeza, nunca me escuchó cuando me acerqué a ella con una copa extra de vino… solo la vi y esta mujer me atrapó_

Tú sonreíste y sus mejillas se volvieron a teñir de ese pecaminoso rosa escarlata que me daban ganas de tocarte, aún así no bajaste la mirada ante mi hermano… ¿por qué? ¿por qué a él si lo dejabas verte y a mí no? ¿Realmente lo amabas?

_Y luego tú me susurraste al oído el significado de cada trazo, de cada parte de la pintura y me relataste sugerentemente una rara historia sobre esos dos amantes, no volteé hasta que terminaste de hablar y para eso… ya estaba enamorada de tu voz_ rieron todos en la mesa entre suspiros, yo no pude hacer más que bajar mi mirada.

_Solo traté de hacerte entender el significado de ese cuadro… si fue sugerente culpa al artista_

Negaste con la cabeza sonriendo y bajaste la mirada a tu plato,  alcé la copa de vino y tragué un sorbo enorme sin dejar de mirarte, conocía a mi hermano y sus tretas de conquista, no quería ni imaginarme cómo lo había utilizado en tí.

_No puedes culparla Jasper, hay que tener mucho sentido del arte abstracto y moderno para entender una obra de Pulleth, los artistas vanguardistas son a veces muy difíciles de interpretar_

_¿Dificil?_ preguntaste soltando una risa alegre. Clavé mis ojos en tus labios, no podía dejar de sonreír de lo que fuera que recordaras, me tenías hechizado _digamos que tuve bastante práctica en mi adolescencia tratando de interpretar las pinturas de mi madre. Ya saben, ella tuvo varias fases en su vida, hubo una época en la que creía que podía ser la próxima Picasso._

Sonreí con cierta ternura imaginándote ser condescendiente con tu madre mientras atravesaba esa fase de su vida. Parecías de esas mujeres que se preocupaban por los demás antes de si misma, cuidando y llevando palabras de aliento aunque se tratara solo de mentiras blancas. Tú parecías la clase de mujer que nunca herirías a nadie de manera intencional… y eso te hacía más atractiva, intolerablemente más atractiva a la vista.

_¿De dónde eres Bella?_ pregunté sin siquiera pensarlo, pero no me arrepentí… porque tus ojos sorprendidos se fijaron en los míos y no pude pensar en otra cosa que no fuera escucharte.

_De un pequeño pueblo en el estado de Washington_ dijiste con un suave sonrojo iluminando tu piel. _Forks… de no más de tres mil habitantes, de clima frio y lluvioso_ sonreíste sin dejar de mirarme, parecía que todos en la mesa se hubiesen esfumado menos nosotros dos. Entonces te mordiste el labio e instintivamente mojé los míos con la punta de mi lengua… ¿qué me estabas haciendo?. _Un pequeño planeta verde alienígena y húmedo… que a fin de cuentas amo porque fue allí donde viví la mayor parte de mi vida_ tu voz se tornó suave y casi inaudible, como si estuviera solo dirigida para mí.

Solo para mí…

De donde habías venido no era lo que importaba… era el hecho de que no podía negar que mi cuerpo sentía un deseo irrefrenable de tocarte y probarte como nunca sentí antes, era lo que me preocupaba. ¿Qué me estabas haciendo pequeña?... ¿qué es esto que hay entre nosotros y que fluye en el aire de tu cuerpo al mío ignorando todo lo que había a nuestro alrededor? Era como si se tornara insoportable por momentos… era como si todo en ti me llamara… ¿eras una maldita bruja? ¿una diosa griega empeñada en hacerme caer en el más cruel de los pecados? Porque sin duda alguna, lo que te propusieras ibas a poder lograrlo.

_Parece que tu madre es una persona muy didáctica, ya sabemos de donde saliste con tu amor al arte…_ sonrió Ángela a mi lado. Entonces parpadeé apartando la mirada de tus ojos, que volvieron a mi esposa saliendo de esos segundos de transe que habíamos compartido.

Tú sonreíste parpadeando lentamente _Si… ahora ella está empecinada en aprender Yoga, jardinería y feng shui, es una mujer de espíritu libre… me gusta eso de mi madre, ella no quiere morir sabiendo que podría haber hechos cosas y no las hizo_ tus ojos se volvieron nostálgicos y vagamente preocupados, tristes tal vez. Apreté mis puños en mis muslos para evitar alzar mi mano y borrar ese ceño de preocupación en tu rostro hasta que la conversación se desvió hacia las galerías famosas de Europa y artistas modernos.

¿Arte, fotografía, música? No era lo mío… sin duda tú lo amabas. Lo mío era la anatomía en el sentido más literal, era un buen médico y esperaba ser pronto jefe en mi área. Lo mío eran los libros, iba de la mano con el estetoscopio y el termómetro, me llevaba bien con los medicamentos y podía dar la dosis exacta de un antibiótico para frenar una infección. Tú y Jasper parecían la pareja perfecta formada en el cielo… ¿Por qué de repente esa idea me hacía sentir mal del estómago?

La noche continuó su curso, entre miradas y sonrisas furtivas. Yo tratando de distraerme lo más posible acariciando el vientre hinchado de mi esposa y tú besando a Jasper, en esas ocasiones tenía que cerrar los ojos o bajar la mirada. Era como estar metido en un situación muy íntima pero que aún así debía mirar, solo para convencerme de que no eras mía.

Mía

MÍA…

Nunca serías mía ¿en que estaba pensando?. Eras de mi hermano… Eras su novia, su novia que había conocido por ocho meses, pero aún así parecía por demás enamorado. No eras mía…

¿En qué dimensión desconocida podrías serlo?... Nunca, nunca, nuca… jamás serías mía.

Jamás iba a tocar esa piel de porcelana y esos labios tiernos, no podía permitírmelo. Pero llegaste… llegaste a mi vida en este momento, el peor. Tarde. Te vi y me viste… nos reconocimos en seguida… pero Tarde… maldita sea la hora en que llegaste, en que te vi.

Que ganas de huir… de no verte ni la sombra, de pensar que todo esto fue un sueño o una pesadilla. ¿Por qué tenías que presentarte así? ¿Tan tentadora… tan hechizante? Delante de mi vida ya formada, con un hijo por venir. Había muchas cosas involucradas como para pensar si quiera en tener un desliz contigo, un beso, un encuentro…

Un Beso…

Que ganas de besarte, de coincidir contigo en otra parte, otro lugar, otra hora… otro tiempo. ¿Por qué precisamente ahora?.

Tomé mi último trago de whisky del vaso y tragué sintiendo la quemazón de la garganta.  Cerré los ojos y gemí ahogadamente, no estaba acostumbrado a tomar, pero tú me estabas obligando a hacerlo. Miré a mi padre que tenía su insondable mirada en mí, podía leer lo que tenía en sus ojos… “no tomes… debes conducir” o algo así, pero no podía parar, era la anestesia necesaria y la única a mano a falta de no poder tocarte.

Y necesitaba… un trago que quemara mis labios mi garganta. A cambio del beso que tanto deseaba de ti.

Dejé el vaso en la mesa de té cuando te vi entrar en la sala donde los hombres estábamos fumando, bebiendo y hablando de las idioteces más triviales que podíamos hablar, te observé avanzar hasta Jasper que estaba frente a mí y te inclinaste hacia él. Tu vestido se subió un poco en tus piernas… blanca y suave te imaginé, dios… quería correr mis dedos en esa piel. Te vi decirle algo a lo que él asintió y luego te incorporaste y al voltear me miraste.

Solo fue una mirada… solo una, antes de caminar hasta las escaleras y subir…

Sola.

Y no pude evitarlo, no pude. Tú me llamabas, con tu cuerpo, tus caderas moviéndose frente a mí, tus pechos redondos y perfectos, tu boca, me llamabas aún sin emitir palabra, aún sin mover un dedo. Y era imposible no obedecer, mi cuerpo estaba en una especie de abrumador adormecimiento pero consciente, mi cuerpo y mi mente sabían que iba a rendirme y seguirte, lo sabía. Sabía que iba a traicionar.

Por lo que me levanté de mi sofá y discretamente caminé hasta las escaleras… hmmm… podía sentir tu aroma frutal en ella aún, dejando tu rastro como si lo necesitase para encontrarte, no… mi cuerpo sabía dónde encontrarte, ¿no ves que estábamos unidos por esa extraña sensación? ¿no lo sentías?...

Oh Bella… Bella…

Cuando pisé el último escalón solo continué caminando por el corredor, obedeciendo todos y cada uno de mis sentidos que me empujaban hacia ti. Caminé hasta llegar al final del corredor, donde había una puerta francesa abierta de par en par, la suave brisa mecía la tela de la cortina en la noche y pude verte… parada en el balcón, mirando hacia el jardín. ¿Me estabas esperando?... oh sí, porque parecía que me estabas esperando.

Y yo no quería hacerte esperar.

Fui a ti obedeciendo a mi cuerpo, sin vacilar, olvidando lo que había debajo esperándonos en el comedor. No importaba nada, no ahora… cuando estaba tan cerca de tocarte, cuando estaba tan cerca de lo que siempre había soñado…

Cuando llegué a ti no volteaste, sin embargo sabías de mi presencia detrás de ti, lo supe por la tensión en tus hombros. Sin vacilar y sin pensar caminé un paso detrás de ti y coloqué mis manos en el balcón, a cada lado de tu cuerpo, atrapándote… teniéndote para mí, al menos esta noche. Respiré en tu oído al acercarme y te hice sentir lo que había tratado de ocultar toda la noche empujando mi cadera en la tuya. Y no huiste… simplemente sentí que tu respiración se enganchó.

Nos reconocimos en seguida… nuestros cuerpos lo hicieron, nuestras almas… ¿qué éramos? ¿Qué podíamos ser a estas alturas sin herir a alguien? ¿Sin daños a terceros?... Nada… o todo.

_¿Qué me estás haciendo?_ gemí en tu oído. Te sentí estremecer en mis brazos pero no respondiste… ¿tal vez porque no tenías respuestas aún? Respiré como si tu olor fuera aire puro para mí _¿no ves lo que estás haciendo?... no puedo, no puedo hacerlo… pero no puedo apartarme de ti_ mi voz temblaba, no supe si por el alcohol o por el miedo, la incertidumbre, porque sabía que si daba un paso más desde aquí no iba haber un retorno.

_Yo tampoco_ dijiste…. Antes de voltear entre mis brazos y quedar frente a mí. Había tantas cosas en tu mirada, había deseo, había arrepentimiento, tal vez culpa… había lujuria… había resignación.

Y no pude evitar dar el siguiente paso para caer en el vacio… tacé tu rostro entre mis manos y te besé. 

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Aclaración: Este es mi song shoot... perrooo será en realidad un fic corto o song fic. De unos cuantos capis... y semanal. Espero que les haya gustado la primera entrega y quiero ver sus opiniones, besotes! AAAAAMOOO esta canción y esto estaba escrito desde hace meses ;)