Autora: Pamela
Canción: Ojos así de Shakira
Pareja: Edward . Bella
Título: Amor en árabe
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Sumary: Él es un arquitecto. Ella es
una bailarina de danza árabe. Él tiene la oportunidad de ir a Arabia en busca
del mayor descubrimiento, pero nunca se imaginó que el destino tendría otros
planes para él.
Hoy era el gran día, había estado
esperándolo por mucho tiempo, tal vez 3 años o más, con gran entusiasmo y con
honores estaré a muy pocos pasos de graduarme de la mejor universidad del
mundo, La Universidad Nacional de La Plata estudiando arqueología.
De niño me gustaba jugar con mis
amigos a buscar tesoros escondidos, me ponía en el papel de Indiana Jones y por
supuesto hacia una réplica de su traje; utilizaba un chaleco cualquiera y como
látigo una soga, claro que no podía faltar el sombrero; toda su inteligencia y
valentía yo la admiraba, no eran solamente sus ropas, también era su persona,
más bien el personaje.
Fui creciendo y en mi adolescencia
me empezó a interesar la historia de las ruinas de los antiguos pueblos del
mundo, me encantaba ponerle atención a los detalles, las técnicas que
utilizaban para construir sus hogares de una tremenda emocionante belleza en
todo su esplendor, alucinaba con todas esa maravillas que veía desde el
televisor, en donde cada ruina de pirámide, castillo o edifico poseían una
historia que contar y compartir con el mundo; yo no quería solo conocer su
historia, yo quería más, mucho más, lo que yo deseaba tanto como nunca antes
había deseado en mi vida era estar parado ahí, no solo mirar por mirar, sino
que yo mismo me adentrara en otro mundo fantástico, descubriendo sus misterios
ocultos, aventurarme a lo desconocido, hasta poner mi vida en riesgo por
encontrar lo que nadie pudo ser capaz de hallar.
Suena algo loco, lo sé, pero siento
que soy como esas personas que dicen Yo
nací para hacer esto, así tan alocadamente lo sentía; y ahora estoy
estudiando lo que instintivamente añore de pequeño, entonces todo ha dejado de
ser un juego, ya me había propuesto mi futuro muchos años atrás, ese peque que
aún sigo llevando y llevare en mi corazón triunfó, bueno todavía no he llegado
a la meta, pero el arduo trabajo que he hecho hasta ahora es un triunfo que no
todos los que tienen una meta logran por cumplir, yo no soy de esos del montón
que se deja vencer fácilmente, ni aunque me tumben 20 000 veces, yo quiero
progresar, quiero saber que tan lejos puedo llegar, una meta difícil, pero no
imposible.
Relajado pero no confiado salí del
aula con el resto de mis compañeros, decidido a lo que mi futuro me revelara en
el mural de anuncios del pasillo, camine hasta ahí entre la multitud escolar y
busque la hoja donde decía Seleccionados
para el viaje rumbo a Arabia, enlistados por apellido en orden alfabético,
y entonces…
Alli estaba, allí estaba mi nombre
impreso en un simple papel que para mí me cambiaba la vida.
-Felicidades Edward-Emmet me dio un
fuerte abrazo, no lo sentí, estaba en shock y respondí a su gesto un minuto
después cuando me callo el 20-Edward, hermano ¿estás bien?
Con la mirada ida y mi voz en un
susurro le respondí:
-Estoy dentro… ¡Estoy dentro!-aun
con el murmullo de las personas mis gritos se hicieron escuchar por todo el
edificio, como si fuera el único sonido.
-Así es hermano, ven vamos a
celebrar-me invitaba mi mejor amigo, pero yo tenía otros planes.
-No, gracias Emmet, tengo algo
importante que hacer-regrese la vista al mural y mi amigo también estaba
escrito en la hoja, no entendía como se puso más contento con la noticia de que
mi nombre estuviera ahí y no por el suyo.
-Hey, Emmet, ¿Por qué no estas
contento por ti?, después de todo tú también viajaras conmigo- le dije.
-Sí, lo sé-me lo decía como sin
importancia o como si el supiera que sería uno de los elegidos, seguramente su
padre lo hizo a cambio de darle una gran cantidad de dinero a los maestros,
debía haberlo sabido, Emmet no era muy de estudiar, se la pasaba alardeando con
el grupo de chicas que lo seguían a todos lados, casi se meten al sanitario con
tal de no despegarse de él, hasta peleas por el turno de ir de su brazo por el
gran campus; claro que yo también poseía una familia rica, aunque a mí no me
gustaba hablar de eso, yo era más humilde, eso era lo que no me gustaba de mi
amigo, le faltaba mucho para llegar a eso.
-Bueno, entonces te veo luego-hice
un gesto de despedida con la mano al igual que Emmet hacia mí y sali del
edificio, luego del campus y luego tome un taxi para que me llevara al
departamento que compartía con mi amigo, pero antes le pedí al conductor que me
llevara primero a un teléfono público, el taxista obedeció a mi petición, baje
del auto, cerré la puerta, subí la banqueta, tome el teléfono, inserté las
monedas y marque el número a larga distancia, primero a Washington y luego le
pedí de favor a la operadora que me transfiriera mi llamada a Forks.
Espere… sonó el primer timbrazo,
nadie contesto, siguió el segundo timbrazo… y el tercero a punto de iniciar a
timbrar se vio interrumpido por alguien que tomo la llamada.
-¿Hola?-la voz de mama se oía a
través del auricular.
-Mama, soy yo, Edward-le conteste a
través de muchos kilómetros lejos muy emocionado de volverla a oír, hace meses
que no le marcaba.
-¡Edward! ¡Oh, Edward!, qué bueno
que hablas hijo-Esme también sonaba muy emocionada.
-Sí, perdón mama-torcí el gesto-quería
llamarte cuando tuviera noticias que contarte-le conteste.
-No es necesario hijo, pero debes
llamar más seguido-mama siempre se preocupaba demás, siempre me dice que si no
telefoneo cree que me ha pasado algo grabe, ya soy todo un universitario y
todavía no se hace a la idea de que ya soy todo un universitario y me sigue
tratando como un niñito, está bien, no le veo nada malo, pero de eso a que tome
un vuelo para venir a verme ya es demasiado, aún no ha querido soltarme del
todo. Me reí por lo bajo.
-Ya, no seas así, ya dime ¿Cuál es
la noticia?-al igual que ella yo estaba muy feliz por la noticia.
-Es que…
-Oh Edward, no era tu año hijo, otra
vez será…-que rápido se rendía mi madre y todavía no me dejaba terminar.
-¡Me voy a Arabia, mama! ¡Lo
logre!-no lo pude contener, algo así no se puede contener, escuche como que una
interferencia a través del teléfono de Esme-Mama, ¿mama sigues ahí?-se oia como
que estaba platicando con alguien, con los movimientos raros que le provocaba
al teléfono no podía oír su conversación.
-Perdón Edward, todavía sigo
aquí-nuestra platica se vio interrumpida por la operadora para que insertara
más monedas al teléfono, ahora era mama quien preguntaba si seguía al teléfono,
refunfuñando por habérseme acabado en este momento el tiempo de llamada saque
más monedas de mis bolsillos y la inserte de nuevo para que dejaran de molestar
o más bien para que no colgaran automáticamente la llamada.
-Si Esme, sigo aquí, disculpa ¿Qué
decias?
-Que estoy…-de nuevo se vio
interrumpida la conversación pero esta vez era mi padre que deseaba hablar
conmigo, mama se oía discutiendo con papa por quien tomaba el teléfono, me dio
una tremenda risita.
-Esme ya dale el teléfono a
Carslie-le decía a Esme entre risitas, rápidamente me dijo cosas atropelladas.
-Te quiero hijo llama pronto estoy
orgullosa de ti-mama dejo de oírse para que papa tomara el mando del teléfono
por ella.
-Edward, hola hijo ¿Cómo estás?
-Bien Carslie, espero que ustedes
también, creo que ya sabes la noticia.
-Así es, ¿quieres que te enviemos
dinero?
-Mmm… si, no sé cuánto gastare con
todo lo que se viene, así que si.
-Bien lo haré lo más pronto posible,
¿Cuándo te vas?
-No lo sé, yo creo que esta semana o
la otra, no estoy seguro.
-Ok, te dejo hijo.
-Cuídate mucho-se dio paso la voz de
mama-te queremos hijo.
-Yo también los quiero, adiós-colgué
el teléfono, regrese al taxi y me llevo al departamento.
Pague mi transporte, entre y subí a
mi habitación, como no podía esperar me dispuse a hacer mi equipaje, esta
semana se me haría eterna hasta que me fuera, ordene un poco de cosas y me
tumbe en la cama.
Suspire…
Ya me imaginaba haya lejos… haría
demasiado calor, eso era obvio, pero eso no importaría con tal de estar ahí,
después deje que mi mente vagara junto con una canción.
Ayer conocí un cielo sin sol
Y un hombre sin suelo
Un santo en prisión
Y una canción triste sin dueño
Mi mente viajo a ese destino donde pronto
estaría pisando, donde no sentiría mis pies en la tierra, de pronto vi a una
mujer, un chica muy guapa, su piel se veía bronceada por el fuerte sol, danzaba
un baile muy sensual, sobre todo movía mucho las caderas al ritmo de la música
que te hipnotizaba y más con esos movimientos…
Ya he ya he ya la he
Y conocí tus ojos negros
Ya he ya he ya la he
Y ahora sí que no
Puedo vivir sin ellos yo
… La
chica se acercó a mí con ese baile único en su tipo, movía brazos y piernas
junto con la cadera al compás de la música, me rodeo y nuestros cristales
oculares se dieron paso ante el lejano y caluroso paisaje…
Le pido al cielo solo un deseo
Que en tus ojos yo pueda vivir
He recorrido ya el mundo entero
Y una cosa te vengo a decir
Viaje de Bahrein hasta Beirut
Fui desde el Norte hasta el polo sur
Y no encontré ojos así
Como los que tienes tú
La
canción seguía sonando, pero llego un tiempo en el que la canción estaba
escrita en otro idioma, un idioma que no entendía
Ayer vi pasar una mujer
Debajo de su camello
Un rio de sal un barco
Abandonado en el desierto
Parecía
un espejismo, un sexy espejismo que podía jugar que ya casi me tenía de
rodilla, y si eso era lo que quería yo con gusto aceptaba con tal de estar con
ella, y es que no podía dejar de verla…
Ya he ya he ya la he
Y vi pasar tus ojos negros
Ya he ya he ya la he
Y ahora sí que no
Puedo vivir sin ellos yo
… Era
inevitable, mis ojos seguían clavados ante semejante belleza, era un arte
humano, vestía un traje que solo tapaba lo que no dejaba ver a la imaginación,
lo demás estaba cubierto por tela transparente y no calzaba zapato alguno, su
rostro estaba tapado, solo dejaba ver esos dos pozos con los que me había
dejado embrujar…
Le pido al cielo solo un deseo
Que en tus ojos yo pueda vivir
He recorrido ya el mundo entero
Y una cosa te vengo a decir
Viaje de Bahrein hasta Beirut
Fui desde el Norte hasta el polo sur
Y no encontré ojos así
Como los que tienes tú
… Quería
quedarme con ella para siempre, sus ojos me lo decían, no me quitaba los ojos
de encima y yo tampoco, no había porque hacerlo, no era necesario, no se
necesitaba despejar mis ojos de esa hermosura que se había presentado sin
llamarla, ella vino a mí, ella me llamo a través del inconsciente, tenía algo
que decirme, deseaba tanto tocarla, sentir su piel deslizarse entre mis manos…
… Su
cabello me invitaba a acercarme más a ella, volaba junto con el aire terrenal,
ella desbordaba sensualidad absoluta, lo hacía apropósito, ya no aguantaba más…
Tome su
rostro entre mis manos… y desapareció, así como vino se fue, se esfumo como el
viento, como la huellas cuando el mar se las lleva, las disuelve, las borra por
completo de la arena, como las palabras se las lleva el viento, así como el
ruido se para, como si tuviera algún motivo para escapar y me quede vacío, como
cediendo en medio del desierto.
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Gracias Pame!! suerte nena!
5 comentarios:
esa cancion me encanta, felicidades esta muy bien la historia, aunk nos dejaste con la intriga d k si la conocera o no, felicidades
Hola. Me da la impresión de que dejas el final abierto para una futura historia.
un beso y muchas suerte
interesante uso de la narrativa y la forma con la que llevas la historia. suerte
Pame! mi pollita! que has hecho?? lo dejaste asi?... noooo fue solo una ensoñación? ohhh Edward, si así lo hechizan en un sueño, no quiero ni pensar cuando en verdad la vez! Gracias amor y mucha suerte!
Pame el capí estuvo buenísimo. Me gustó mucho. Ese sueño de Edward estuvo excelente. Te deseo mucho éxito, saludos!!!
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