Autor: Leymi
Pareja: Edward / Bella
Raiting: M
Canción: De que me sirve la vida (Camila)
LA MIA POCCOLA FARFALLA
Estaba
perdido en mis pensamientos, no la podía sacar de mi cabeza aunque quisiera ella
ocupaba cada rincón de ella, en estos días la veía más frágil, pálida y podría
hasta jurar que sus ganas de salir de la cama se reducían a cero. Esto era algo
raro en ella, cada fibra de su ser antes de darnos cuenta de su embarazo
gritaba hiperactividad y esta mañana cuando me marche para la oficina ni se
despertó como de costumbre para darme el beso de despedida, esta incertidumbre
me estaba matando los análisis de los exámenes que le ordeno su ginecóloga no
estarían listos hasta mañana temprano hasta ese momento tendríamos que esperar
para saber que le pasaba y por qué se le dificultaba tanto estar en constante
actividad.
—
Edward, ¿podrías prestar atención a lo que se está diciendo? — me dijo en un
susurro Carlisle. Él era el fundador de COMPANY DREAM CAR y por lo consiguiente
mi jefe y padre.
Carlisle
fue el que me enseño lo que se y era el causante de que yo fuera el gerente de
COMPANY DREAM CAR. Pero yo si sabía el significado de la palabra comenzar desde
abajo, desde que estaba en la universidad comencé en el negocio de mi padre
como mensajero, necesitaba tener algo de efectivo para poder resolver mis
inconvenientes personales sin tener que recurrir a pedir prestado o regalado a
mis padres, me gustaba tener mi independencia, sobre todo la que se relacionaba
con dinero. Desde ese punto fui escalando hasta convertirme en lo que soy hoy
en día el gerente.
Estando
en la universidad conocía a “La Mia Piccola Farfalla”, como le decía desde el
primer momento en que la vi, era un hermoso ángel todo a su alrededor
desprendía paz y tranquilidad sus pasos eran seguros, pero su mirada siempre
estaba perdida… se veía tan soñadora como si estuviera envuelta en una gran
burbuja donde no había espacio para nadie, solo para sus sueños. No me di
cuenta cuando cambio de dirección viniendo directamente hacia mí y tropezamos
sus mejillas se sonrojaron violentamente cuando todos mis libros quedaron
esparcidos a sus pies, torpemente los recogí pero no podía despegar mis ojos de
ella era hermosa.
— Señor
Cullen — la secretaria de presidencia reclamo mi atención volviéndome al
presente.
— Perdón
Anita, ¿me decías? — me disculpe con la mirada
— Señor,
después del señor Ben le toca su exposición — en ese momento una ráfaga de
viento llego a mi cara trayendo consigo el aroma dulzón de la loción de Anita,
no me di cuenta en que momento me levante apresuradamente.
Lo único
en lo que pensaba era en llegar rápido al baño para devolver lo que no pude
comer en el desayuno, cuando las arcadas cesaron me encamine de nuevo a la sala
para continuar en la reunión. Esto era algo que me pasaba a menudo, igual que
los mareos y desmayos que había experimentado hace algunos días atrás, por este
motivo no estaba asistiendo a la oficina, solo venia para cosas importantes
como la reunión que se llevaba a cabo en este momento y de la cual no había
prestado atención en lo más mínimo.
Mi
semana no podía estar peor, era un manojo de nervios. esta situación ya me
estaba sobrepasando.
—
Edward, hijo ¿te pasa algo? — mi padre por enésima vez, reclamaba mi atención.
— Eh….
Si, solo creo que no me siento bien — no era capaz de contarle lo que me estaba
abrumando de esta manera, él le contaría a mi madre y con lo que querían a mi
Bella los asustaría sin razón aparente, no quería que la debilidad se volviera
motivo para que la hicieran sentir como si su embarazo fuera una enfermedad y
no la experiencia más hermosa que puede tener una mujer en ese estado.
— ¿Te
parece bien lo que Ben nos propone para el segundo trimestre de este año?, ¿o
tienes un mejor aporte que hacer?, ¿si las acciones suben como lo tenemos
proyectado crees que COMPANY DREAM CAR tiene posibilidades de entrar a competir
en Italia contra la Ferrari? — abrí desmesuradamente mis ojos en ningún momento
escuche que se hablara de eso. En realidad mi padre me tenía atrapado, por
primera vez no sabía que responder a ese bombardeo de preguntas.
— Eh...
yo… no… — gemí por mi falta de tacto en cuanto a una situación como esta. — No
estaba prestando atención — lo último fue solo un susurro.
— Edward
puedes acompañarme a mi oficina — el que me hablo en ese momento no fue mi
padre, sino el dueño de esta compañía un tanto irritado por mi comportamiento
tan fuera de lugar.
— Si
señor, lo sigo — dije con un asentimiento de cabeza, me levante de la mesa para
seguirlo a su despacho, cuando la puerta se cerró tras de mí, el miraba
fijamente por la ventana a las concurridas calles de Seattle cuando me hablo
con una profunda calma.
— No sé
qué te pasa Edward te veo distraído, distante, como si algo muy grave estuviera
pasando, se sinceró conmigo hijo ¿pasa algo malo con Bella y él bebe? — me pase
la mano por el cabello con desesperación antes de contestar.
— Es que
ni yo mismo sé que es lo que está pasando papá, eso me tiene al límite de mi
cordura ella se ve pálida, cansada y creo que no es normal en una mujer
embarazada la ginecóloga le mando muchos estudios y eso me descoloca — dije con
toda la sinceridad que se podía, la realidad me abrumo… esto no era normal.
— Lo
mejor que puedes hacer es irte y estar a su lado, ve hijo no la descuides yo te
excusare por lo que falta de la reunión — asentí con una profunda gratitud
hacia ese hombre que tanto respetaba. Le marque rápidamente a Marx mi conductor
para cuando llegara a la planta baja él ya me estuviera esperando y no
perdiéramos mucho tiempo.
— A casa
Marx — el abrió la puerta del coche para mí. — Si señor — y tan pronto como
estuve en el interior del coche lo puso en marcha en eso momento el recuerdo
más hermoso de mi vida inundo mis pensamientos.
—
Edward, te invito esta noche a una cena en el Hotel Double Tree, te espero a
las 8 en punto — mi mandíbula se cayó al suelo en ese instante y solo pude
emitir un simple gemido, en ese instante la llamada se cortó dejándome perplejo
por la brevedad de La Mia Piccola Farfalla.
Después
de adelantar todo lo que tenía planeado en mi agenda para esa tarde, me
encamine para el encuentro con Mi Bella “un caballero nunca hacia esperar a una
hermosa dama”, eso siempre me lo decía mi padre y yo tenía la firme convicción
que eso era verdad. A la hora acordada estuve en el restaurante del hotel, el
maitre un hombre entrado en años formalmente me indico la mesa que Bella había
reservado me senté allí a esperar a que llegara la razón de mi vida. A los 10
minutos dentro ella con una radiante sonrisa, para mí era desconocido el motivo
de su alegría pero como siempre yo hacía lo mismo que ella su felicidad era
igualmente la mía.
— Hola,
La Mia Piccola Farfalla — la salude como de costumbre, lo que no me esperaba
era su reacción se abrazó tan ferozmente a mí que todo el aire abandono mis
pulmones, se lo devolví como si en ese abrazo le demostrara todo lo que sentía
por ella.
–
Edward, estoy tan feliz de que ya estés acá, te amo nunca lo olvides – su
última frase me descoloco un poco pero me recupero pronto y la mire arqueando
una ceja.
— Y eso
señora Cullen ¿piensa abandonarme? — se sonrojo violentamente y yo la mire
divertido, no era ese el motivo de su entusiasmo sino el que yo me imagine
desde que recibí esa llamada tan inesperada. Toda la tarde me la pase pensando
que se me había pasado una fecha especial pero no me coincidían ninguna con
este día solo había una opción que ella quisiera compartir una noche poco
tradicional en nuestra calendario, que tanto habíamos compartido antes de
nuestro matrimonio. — Nop… solo cállate y siéntate que nadie te dio
autorización para que hablaras — me miro divertidamente, le separe la silla
para que se sentara y luego yo hice lo mismo.
La cena
transcurrió en relativa calma, tratamos temas triviales de nuestras vidas y lo
que queríamos para el futuro, yo no podía visualizar uno donde ella no
estuviera en mi vida simplemente era imposible. Mis sueños, mi futuro y mi vida
eran ella nadie más solo ella, la amaba más que a mi propia vida y de esa ecuación
ella nunca salía era la primera. En ese momento note que se ruborizaba tan
adorablemente que me provocó una erección que dolía por todo mi cuerpo.
—
¿Quieres que nos vayamos? — fue la pregunta más coherente que logre articular
en ese momento mirando su angelical rostro.
— Si,
pero no será para nuestra casa, te tengo una sorpresa ven — me extendió su
pequeña mano que no dude en tomar. Nos dirigió por el lobby del hotel hacia los
elevadores, cuando subimos señalo uno de los últimos pisos del lugar lo cual me
indicaba que era una de las suite.
Cuando
llegamos me llevo con ella hacia la puerta que estaba a unos pasos del
elevador, paso la tarjeta por la puerta y cuando la puerta se abrió jadeé, ella
había organizado toda la habitación desde la entrada con pequeños velones
flotantes que le daban una aire romántico al lugar, cuando dimos unos pasos y
la puerta se cerró me percate de las frutas y la champan que había en la mesa
de centro de la habitación, la cama estaba cubierta con pétalos de rosas rojas
formando un corazón t en la mitad de este decía “Te Amo E”. Mi corazón comenzó
una carrera en mi pecho que se sentía en mis oídos dejándome sordo, no podía
creer que esta hermosa mujer hiciera algo tan condenadamente bello para mí.
— ¿No te
gusta lo que ves? — me dijo con sincera preocupación en sus palabras para luego
morderse furiosamente su labio inferior, eso me hizo reaccionar en ese momento.
Estaba tan anonadado con lo que veía que se me había olvidado hacer alguna
clase de alago por su bella sorpresa.
Le
sonreí para tranquilizarla antes de hablar. — Todo esto… — hice una señal con
la mano. — Es como una fantasía para mí, pequeña no tengo palabras para
expresar lo que significa. Yo también Te Amo La Mia Piccola Farfalla — con esas
palabras me incline y deje un casto beso en sus labios, el cual ella no
profundizo, pero no pude pasar por alto sus nervios y no comprendía la razón de
ellos.
—
Espérame tengo que ir al baño, no me demoro ponte cómodo — sus palabras fueron
directo a mi dolorosa erección. Sin decir más se perdió en el interior de este,
me quede paralizado en la mitad de la habitación, mirando el lugar por donde
hacía unos minutos mi esposa desapareció, no podía creer que lleváramos tres
años de casados y que en ocasiones reaccionáramos como si fuera nuestra primera
vez.
Lentamente
me fui aflojando la corbata, luego seguí con las mancornas para poder quedar
solo en la camisa y mi pantalón, en ese momento la puerta del baño se abrió dejando
ver a una mujer que no era la mía, su mirada estaba llena de lujuria pura y su
cuerpo era una ilusión de mi retorcida mente, estaba en un conjunto de ropa
interior roja de encaje descaradamente pequeña y un ligero a juego, los tacones
todavía en su sitio, haciendo la ver como una diosa, su piel se veía más blanca
y daba la sensación que era ligeramente satinada.
Lentamente
comenzó avanzar en mi dirección sin abandonar mi mirada me tenía hechizado,
envuelto en su dedo meñique todo lo que me pidiera que hiciera lo haría por
ella. Sus pasos eran como los de un felino a punto de atacar, cuando estaba a
pocos pasos de mi levanto su mano pasándola por toda mi mejilla, sus ojos
tenían un brillo que no podía descifrar en ese momento, era como deseo, adoración
y amor, el inmenso amor que ella me profesaba. Su mano fue descendiendo hasta
mi pecho en para comenzar a deshacer los botones de mi camisa cuando llego al
último no me la retiro en cambio comenzó atrasar los músculos de mi abdomen.
— Te
necesito esta noche, no sabes cuánto — sus palabras fueron un susurro.
— Yo
también te necesito — dije abrumado por todas las cosas que los dedos de ella
hacían sentir a mi cuerpo.
Tome sus
manos y la guie a la cama para poder recostarla, estaba consciente de que ella
era la que había planeado esta noche, pero yo era egoísta y quería que fuera
ella la que sintiera, que fuera solo para ella.
Comencé
a darle besos por todo el rostro sin dejar de besar cada parte de él, luego
pase a su cuello, su clavícula, sus pechos, su abdomen lo bese con adoración
este sería el lugar donde algún día estarían nuestros hijos, lentamente avance
hacia su centro que esta reclamando mi atención, pero no me detuve allí
lentamente fui bajando por sus piernas besándolas a quitando el liguero y las
medias a medida que bajaba, cuando llegue a su pie le quite los tacones que aún
llevaba puestos, luego siguieron las medias. Me dedique a darle besos a cada
uno de los dedos de sus pies ella se retorcía desesperada, cuando llegue al
meñique lo chupe con fuerza para luego morder y lamer ese lugar con mi lengua,
emitió un fuerte jadeo.
—
Edward… por favor… no… — su voz estaba ronca por el deseo, sus ojos oscuros que
no salían de los míos todo el tiempo manteníamos contacto con ellos como para
saber que todo esto era real.
— Cierra
tus ojos Mia farfalla, siente lo que te hago — en ese momento dejo escapar un
largo suspiro y los cerro.
Tome un
pétalo de los que estaban en la cama y se lo pose en su abdomen, luego muy
suavemente comencé a soplar para que el pétalo se moviera por su sedosa piel,
su respiración se aceleró y no podía dejar de mover sus manos en la sabana como
si con ese gesto se sintiera más segura. Continúe con lo que estaba haciendo,
el pétalo se movía hacia sus pechos, su abdomen se movía rápidamente al igual a
como estaba respirando, enganche mis dedos en sus bragas y las deslice por sus
piernas para sacarlas luego hice lo mismo con el sujetador, cuando estaba
totalmente expuesta para mi seguí con el pétalo solo que esta vez lleve mi mano
a su centro tocando lo húmeda que estaba, ella se abrió para mí la acaricie y
luego introduje dos de mis dedos en su interior moviéndolos lentamente, cambie
de posición en la cama para hacer que el pétalo bajara de sus pecho hacia su
abdomen nuevamente sin dejar de moverme en su interior, sentí que sus paredes
me estrechaban y me estremecí , estaba a punto de perder el control en este
juego que me tenía tan excitado, bombeé más rápidamente para que lograra su
liberación, en ese momento note que abría sus ojos y los posaba en lo que
estaba haciendo con el pétalo fue como un detonante para que su liberación
llegara con tanta fuerza que ella emitió un gemido gatural que llego directo a
mi dolorosa erección.
Rápidamente
salí de su interior, deje un casto beso en su centro y me despoje de mi ropa
cuando toda estuvo fuera me incline nuevamente sobre ella y me alinee en su
entrada, ella envolvió sus piernas en mi cintura haciendo que entrara de golpe
los dos jadeamos por lo bien que se sentía su humedad me envolvió y comenzamos
una sincronizada danza, nuestros cuerpos se entrelazaban perfectamente.
— Oh…
bebe te sientes tan bien — dije con la poca coherencia que me quedaba — siempre
tan estrecha y húmeda para mi farfalla — ella hizo un movimiento indicándome
que quería estar encima de mí, nos gire y mi miembro entro más profundo,
haciéndonos gemir de placer.
Me senté
con ella en mi regazo llevando el control, no podía dejar de besar cada parte
de su cuerpo que mi boca lograba alcanzar, sus movimientos se volvieron
frenéticos.
— Edward
nunca dejes de amarme — lo dijo en un gemido lastimero que no comprendí lo que
quería decir con esto, yo nunca ni por equivocación dejaría de amarla.
— Nunca,
te jure que esto sería por toda la eternidad — y nuevamente me apodere de sus
labios, sus movimientos se hicieron más frenéticos llevándome al borde pero no
quería terminar hasta que no sintiera que ella ya había logrado su liberación.
En ese momento nuestras miradas se cruzaron.
— Tu
mirada me encanta es como si nunca hubieras perdido la inocencia y esta fuera
nuestra primera vez, Te Amo La Mia Piccola Farfalla — cuando termine decir
aquella frase que siempre que hacíamos el amor me perseguía, ella estallo a mí
alredor gritando mi nombre, no puede resistir más y mi potente orgasmo la lleno
por completo. Nos desplomamos en la cama aun en su interior no quería salir de
ella tan rápido era como si me faltara la mitad de mi vida. Se quedó quieta en
mí pecho trazando perezosamente patrones en mi piel, giro su cabeza para que
nuestros rostros quedaran a pocos centímetros y el brillo de su mirada seguía
allí pero más intenso que antes. En ese momento hablo.
— En ese
cajón hay un regalo que te espera — me dijo señalando el lugar con su mentón.
Lentamente salí de su interior y lleve mi mano al lugar que me indico, cuando
lo abrí mis ojos no podían registrar lo que estaban viendo en el interior de
este, habían un nos pequeños escarpines blancos con una nota encima que decía
“Felicidades Papá”, gire rápidamente mi cabeza mara mirarla y que confirmara lo
que mi cerebro se negaba a asimilar. Ella asintió con la cabeza para confirmar
mi pregunta no formulada y mis ojos se llenaron de lágrimas, era la noticia más
hermosa que me pudiera haber dado. En ese momento la tome entre mis brazos y la
bese como si mi nada más importara.
— Señor
Cullen hemos llegado desde hace cinco minutos — Marx me trajo a la realidad en
ese instante, tenía una tímida sonrisa en su rostro como si supiera que había
reventado mi burbuja.
Le
devolví la sonrisa y me baje del coche para encaminarme a la casa donde estaba
la mujer que me hacía suspirar. Cuando me dirigía a las escaleras que llegaban
a la segunda planta Charlotte salió en mi encuentro llamando mi atención por lo
apresurado de sus pasos.
— Señor,
la Señora aún está dormida — me dijo con una nerviosa sonrisa bailando en sus
labios. — Yo fui hace una hora a mirar si quería desayunar y aún no se había
movido de su cama, no la quise molestar, como usted lo pidió antes de marcharse
esta mañana — sus dedos se retorcían en su regazo no comprendía el nerviosismo
de esta mujer. — Señor sé que no me corresponde decirle esto, pero la Señora se
ve muy pálida, estoy de acuerdo que en muchas ocasiones las mujeres embarazadas
se debilitan pero ¿no le parece que la señora se ve extremadamente demacrada? —
me dijo con recelo a una mala reacción mía, en ese momento fue mi turno de
sonreír nerviosamente, porque yo lo sabía, esto no era normal.
—
Gracias por su preocupación Charlotte, en este mismo instante la llevare donde
la ginecóloga, por favor hágale el desayuno a la Señora y se lo sube a la
habitación — dije asintiendo con la cabeza y encaminándome a mi habitación.
Cuando
abrí la puerta mi vista escaneo todo el lugar, las sabanas estaban revueltas y
Bella no estaba en la cama, me fije que en el suelo habían varios kleenes
esparcidos y la puerta del baño estaba entre abierta, mis pasos se dirigieron
así ese lugar cuando mis pies se negaron avanzar con lo que estaba delante de
mis ojos, todo el aire abandono mis pulmones y mi corazón se paró en ese
instante, para luego comenzar un atronador bombeo en mi pecho dejándome sordo.
En el suelo del baño estaba Bella, Mi Bella inconsciente me apresure torpemente
hasta quedar de rodillas a su lado le cogí a cabeza cuando mis manos entraron
en contacto con su piel me sorprendió lo fría que estaba y mi coherencia me
abandono, los nervios no estaban de mi lado no encontraba sus signos vitales y
el peor miedo que pude haber experimentado en mi vida me invadió todo mi
cuerpo.
— No…
Mia Piccola Farfalla, no me asbandones — le suplique desesperado, su cuerpo no
me respondía.
—
Charlotte llama una ambulancia — fue lo único que pude decir entre jadeos antes
de romper en llanto.
De que
servía mi vida si ella no estaría a mi
lado para compartirla conmigo, no solo podría vivir de recuerdos si en este
momento estaba muerta yo me iría con ella y mi pequeño hijo que nunca podría
ver lo feliz que hizo a sus padres desde antes de nacer.
9 comentarios:
aauuu nooo!! lo dejaste ahi!! que pasó???... Leymi!!...
Ya te voy a agarrar yo a tí...
Te amo, gracias por este Song shoot tan lindo y triste! auuu mas la canción, me hizo llorar. Suerte!!
LEIMY HUBO NEGLIGENCIA MEDICA.....PERO POR FAVOR CONTINUA LA HISTORIA, HAZ UN FIC....NO ME QUIERO QUEDAR CON LA INCERTIDUMBRE.....BESOS
x favor!!!!!!!!!!!!....leimy continualo!!!!!!!!! ....yo kiero saber k paso!!!!
me encanto!!!!!!!!!!!!!!!! k mas puedo decir?????.....x fa continualo!!!!! llore, me encato!!!
Amoooooooooooo esa cancion!!!
Hay no por favor como me haces esto, me dejaste tan emocionada queriendo saber que pasa luego, igual que las demas opino que lo continues, en verdad me gusto iba de maravilla y zaz que me lo cortas....... y esa cancion me encanta....... Suerte
Leymi me dejas a la mitad, recordando el libro de Cumbres Borrascosas, cuando decía ¿cómo vivir sin tí? ¿cómo poder vivir sin mi alma?.
Me encantó, lo acepto soy mazoquista y me gusta llorar, cuando algo mueve tantas emociones es hermoso leer.
Ahhhhh!!!! xfavor continualo! me dejaste ful emocionada y con ganas de ver como sigue esta historia xfavor te lo ruego!
Saludos desde Colombia
Cris =)
PD: me encanta la cancion =P
NOOOO Leimy porque lo dejas así, por favor continualo!!!! Lo dejaste en el momento cumbre, estuvo fabuloso. De verdad la historia estuvo hermosa, te envío muchos saludos y éxito!!!!
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