Dónde está el amor. Capitulo 11, Realización.

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Realización

_Bella, ¿puedo hablar contigo un minuto?_ Jacob acababa de entrar por la puerta y lucía agotado, me había ofrecido a ir a la ciudad por la mañana a “hacer turismo” con él, pero no podía, él con comprendía la magnitud de mis responsabilidades en el refugio.

_Claro_ murmuré volteando a ver a Alice, estábamos en su oficina ordenando los archivos con la documentación nueva que había llegado desde Libia. En realidad era mi excusa, ayudarla a hacerlo… porque de esa manera podía estar cerca del teléfono. Desde ese día en que Edward llamó y no pude atenderlo, pasaba mis horas libres en esa oficina hasta la madrugada, esperando, aguardando…

Había pasado una semana desde esa llamada, una semana de estar castigándome mentalmente por habérmela perdido. Había intentado llamarlo yo, pero un tan Sargento Mc Carty siempre me decía que aún no había regresado de una operación especial a la cual lo habían relegado. Y tenía miedo… mucho miedo ¿y si no regresaba? Cielos… de solo pensarlo me temblaba todo el cuerpo y mi corazón se oprimía en el pecho.

Necesitaba saber de alguna maldita manera que él se encontraba bien.

“-¿Podrá volver a llamar señorita?... sé que a Masen le hará bien escucharla, estaba muy preocupado por usted la última vez que lo vi-

_Por supuesto que puedo volver a llamar_ dije algo exaltada _solo, por dios… estoy preocupada, lo único que deseo es que se encuentre bien_ cerré los ojos y fue un error, por mis ojos pasaron las cientos de escenas que había visto tanto en la vida real como en la ficción, de hombres que se habían ido a luchar y no habían regresado jamás. Tenía miedo.

_Puedo asegurarle señorita, que Masen desea regresar sano y salvo, no creo que deje que nada se interponga en sus planes, se lo aseguro_

Suspiré, _Estaré en contacto… o esperando_”

Desde esa primera vez que hablé con ese hombre, volví a llamar cuatro veces más, la última vez justo antes de que Jacob apareciera en la puerta de Alice.

Dejé las carpetas de manilla sobre el escritorio de Alice y le rogué con la mirada a mi amiga que me avisara por favor si había alguna llamada para mí, no iba a estar lejos, no otra vez, no pensaba arriesgarme.

Salí al corredor silencioso y cerré la puerta detrás de mí, Jake me miraba con el seño fruncido y preocupación,

_Pareces cansada_ dijo antes de tomar mi barbilla entre sus dedos índice y pulgar, me miró a los ojos detenidamente y suspiró negando con la cabeza, _vámonos Bella, este lugar no es para ti… mírate, te vez cansada, ¿no has dormido bien? Nada te retiene aquí, vamos a Washington, lejos de esto_

Sacudí mi cabeza soltándome de su agarre y lo miré con dagas saliendo por mis ojos. El era tan estúpido que no era capaz de entender nada, nada. Mierda… ¿cómo podía haber gente así? Gente que solo se preocupaba por su propio bienestar y nada más, que no daba su mano derecha para ayudar ni siquiera por lástima, por caridad, por piedad. Él era así, cuando estábamos en Libia captando imágenes degradantes, nunca se inmutó, recorríamos las calles con la gente  que había quedado sin hogar pidiendo por un trozo de pan y él las miraba como si hubiesen sido perros de la calle, sucios y andrajosos, odiaba trabajar con él, odiaba la gente así, odiaba que los mirara con esa mirada de superioridad...

_Vete tú, nadie te retiene aquí Jake, ya sabemos que nunca te agradó estar en un lugar como este o como Libia, siempre te disgustó… vete! ¿qué esperas? Si esperas por mí pues consigue una manta y duerme en el suelo porque yo no me iré aquí ni en un futuro próximo._ crucé mis brazos en mi pecho.

Él rió y sacudió la cabeza _Vamos Bella, pensé que éramos amigos, nena… te estás condenando quedándote aquí, ¿Qué hay después de esto? Nada… ellos volverán a sus países y los voluntarios a sus trabajos, ¿quieres perder el tuyo por permanecer aquí? Mike no te esperará toda la vida, tendrías que estar trabajando en Washington y estas aquí perdiendo el tiempo._

_No me interesa el trabajo, siempre puedo conseguir otro, tú sabes que eso no es un problema para mí, cuento con un buen currículo y buenas referencias, pero tú… Jacob, no puedo creer que seas tan egoísta y pensar que estoy perdiendo el tiempo aquí_ sentía las lágrimas retenidas por esa larga semana en las comisuras de mis ojos _vete tú, yo me quedo, no estoy renunciando aquí, pero si en Washington Mike dice algo dile que se meta su puesto donde no le dé el sol_

Sacudí mis lágrimas y miré a Jacob desafiante, él solo me quedó mirando con los ojos bien abiertos y su cara estupefacta.

Asúmelo imbécil, no voy a renunciar…

_Entonces no me queda otra que proponerte algo, porque dios sabe que no me iré aquí dejándote sola en un país extraño, con gente extraña_ abrí bien los ojos conteniendo la rabia ¿qué se creía? _veré los departamentos en el centro, no creo que esté muy caro rentar uno… hablaré con Mike y trabajaré en algunas cosas mientras estemos aquí, tu puedes seguir ayudando aquí… viviremos juntos hasta que quieras volver a casa_

_¿Q-qué?_ susurré estupefacta. Él sonrió interpretando mi irritación ¿cómo admiración? 

_Si Bella, estoy sacrificándome para quedarme aquí y estar contigo hasta que esto acabe, no te dejaré sola nena_

Estaba tan cabreada y paralizada por las idioteces que éste hombre me estaba diciendo que no me di cuenta de su acercamiento,

_Idiota!_ murmuré golpeando su pecho cuando su boca estaba a centímetros de la mía. Me moví para salirme de su cercanía pero sus brazos estaban apoyados en la pared detrás de mí a ambos lados de mi cabeza.

_Bella…_ susurró buscando mi boca… ¿Qué mierda se creía?

_Jacob, basta!_ gruñí empujándolo su pecho. Él trastabilló hacia atrás y me miró sorprendido.

Entonces oí el teléfono en la oficina de Alice y por uno momento, solo por unos segundos, me paralicé en estado de shock, lo sentí timbrar dos veces hasta que no lo hizo más y entonces salí de mi entumecimiento, volteé hacia la oficina y tomé el pomo de la puerta, cuando abrí… Alice estaba con el auricular en el oído escuchando.

Fueron segundos, minutos… mierda, horas! Hasta que ella alzó la mirada para trabarla con la mía y asintió, llevé mis manos a mi boca tratando de calmar el grito de alegría, alivio, sorpresa y desesperación que rugía en mi interior.

_Si, está aquí, espera unos segundos por favor?_ murmuró ella antes de alzar la otra mano y hacerme señas para que me acerque, ella estaba tan emocionada como yo y sonreí entre lagrimas. Caminé tan rápido como mis piernas temblorosas me lo permitían y tomé el teléfono de la mano de Alice.

Tomé una fuerte respiración profunda y exhalé cerrando los ojos, llevé el auricular a mi oído mientras escuchaba la puerta cerrarse y sabía que Alice me estaba dando privacidad.

_Hola?_ murmuré con el nudo en la garganta, del otro lado oí un suspiro que me desarmó, cerré los ojos fuertemente y respiré entrecortadamente _ ¿Edward?_

Por favor, por favor Edward… hablame…

_Bella…_ suspiró una voz gruesa y aterciopelada a la vez. Sí, era su voz, cielos…

_Oh por dios…_ gemí ahogando un sollozo en mi mano, mis piernas ya no soportaban, caminé casi derrumbándome hasta la silla cerca de la ventana, no quería llorar, por dios… era tal vez la única vez que hablaría con él y no quería gastar el tiempo en lágrimas. _Edward… ¿estás bien?_ pregunté temblorosamente.

_Diablos, sí…_ podía sentir su voz temblorosa a través del teléfono. _Ahora lo estoy…_

Suspiré cerrando los ojos y derramando al mismo tiempo una tanda más de lágrimas, no sabía por qué lloraba… era por el alivio de sentir su voz, era por la satisfacción de volverlo a oír, no lo sabía… pero maldecía mi voz en estos momentos, porque no me dejaba expresarme con claridad.

_Cielos… Edward, te extrañé_ dije en un susurro tembloroso. _pensé lo peor muchas noches, tenía que saber que… te encontrabas bien_

_Lo estoy…_ dijo en voz baja y temblorosa _lo estoy ahora Bella_ respiró _no sabes… cómo me siento en este momento al poderte hablar_

Reí entre lágrimas _No, tú no sabes lo que siento… cielos, no… no lo puedo creer_ dije tomando mi cabeza con una mano _pareciera que fue hace tabto tiempo que te vi que… te habías hecho algo irreal, si no fuera por las cartas… oh Edward, no me dejes de escribir_

_¿Cómo puedes pensar que dejaría de hacerlo?... Bella, si es lo único que me mantiene en pie y luchando_ su voz, cielos, su voz… temblaba, tal vez por los nervios o por la emoción, pero parecían tan increíblemente hermosa, había olvidado cómo sonaba.

_Mantente fuerte Edward_ demandé batallando con el nudo en la garganta _fuerte… necesito saber que estarás bien_ y una vez más cerré los ojos soltando mis lágrimas _necesito que estés bien_

_Estaré bien hermosa, estaré bien, te lo prometo…. Por ti_

_Prométemelo_ pedí en un hilo de voz.

_Te lo prometo, te lo juro… no dejaré que nada me suceda, por dios Bella… quiero verte, quiero tenerte otra vez en mis brazos_ podía oír la determinación en su voz.  _No sé que me has hecho, pero lo que sea, mierda… quiero tenerte frente a mí y demostrarte lo que me haces_

_Yo también _ sonreí susurrando.

_¿Te quedarás en Tunez?_ preguntó aclarando su voz _porque siento cierta satisfacción al tenerte cerca, pero… mierda, no quiero sonar egoísta_

_No, no lo eres… por dios, no lo eres, estas soportando toda esa mierda y eso demuestra que no lo eres_ sorbí mi nariz _me quedaré, estaré aquí en el refugio hasta que se acabe… solo rezo todos los días que se termine, no puedo soportar la idea de que… un día me entere que… oh dios_ lloré.

_No, no, no Bella, no dejaré que eso suceda…_ afirmó con fuerza _por dios Bella, camino cada día solo por ti, de otra manera creo que ya estaría muerto_

_Edward…_ gemí.

_Tengo que irme… solo me permiten hablar un momento_  podía oír la frustración en su voz.

_Lo sé_ susurré.

La línea quedó en silencio solo unos segundos,  pero luego sentí cómo tomaba una respiración profunda y exhalaba temblorosamente _Gracias por las fotos, no puedes darte una idea de cómo llenaron mi vida… no tienes una idea de cómo tú lo haces_

_Tú también lo haces_ limpié mi mejilla _solo… ten fuerza, por favor_

_La tendré… recuérdalo Bella, solo por ti hermosa_

_Mmhm_ mascullé hipando _trata de llamarme cuando puedas… sino escríbeme, cuídate Edward… por favor_ imploré.

_Lo haré… Adiós hermosa… cuídate._ susurró finalmente antes de que la llamada terminara.

Cerré los ojos y no supe cuánto tiempo estuve allí llorando aferrando el teléfono en mi pecho, no lo supe… no me di cuenta de los brazos de Alice envolviéndome, ni de su voz consolándome, no me di cuenta de nada… solo unos minutos después mis oídos captaron mis propias palabras entre gemidos de dolor, entonces fue que mi  corazón latió de dolor y felicidad.

_Lo amo, lo amo, lo amo… oh dios, lo amo…_ lloré.

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Nada... solo :´) 

Gracias por leer y comentar, nos vemos pronto...