Aunque no te pueda ver, Capitulo 12: sentimientos encontrados

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Sentimientos encontrados

─ ¿Por qué el Hada azul no hace nada? Ella convirtió a Pinocho en un niño de verdad, ¿por qué ahora no cumple el deseo de David? Él solo quiere que su mami lo ame y lo convierta en un niño de verdad ─

Dios, había sido un error enorme haber elegido precisamente esta película para verla junto a Noah cuando Jasper tuvo la maravillosa idea de ver una película en familia. Por supuesto que quise cuestionarle varios detalles fallidos en su propuesta en cuanto la hizo, la principal era que se suponía que sería un momento familiar, bueno… él no había pensado en el detalle de que Edward, que es el padre de Noah, no iba a poder acompañarnos, al menos no para hacer lo que se suponía debíamos hacer, mirar la película. Y otra de las cuestiones que quise refutarle era que la película que había elegido Noah, sin saber muy bien de qué se trataba, podía tocar la fibra sensible del niño y tal vez hacer un leve retroceso en todo lo que él solito había logrado con respecto a sus miedos.

La sala de proyecciones que Edward tenía en la casa junto a la sala de juegos, estaba en silencio, solo con Jasper, Rosalie, Noah, yo y Edward, que se había rendido a acompañarnos a última hora cuando tuve que convencerlo con un beso. Inteligencia Artificial era la película en cuestión y debía decir que fue entretenida y en varias ocasiones reímos junto a Noah con las locuras de Teddy, el amigo de David y por el gigolo Joe. Colapsé  en lágrimas junto a Rosalie a la mitad de la película cuando la mamá de David lo abandona en el bosque y me sonrojé profundamente cuando Noah preguntó con toda la inocencia de la edad, ¿qué cosa era un gigolo?, a lo que el propio Edward respondió con un escueto “Es un hombre que tiene muchas amigas”. Solo esperaba que Noah se olvidara de la palabra para no avergonzar a alguien o a si mismo en el transcurso de su crecimiento.

_Bella… ¿por qué la mami de David no lo amaba?_ cielos… ¿cómo responder eso? La verdad era muy cruel,

_Porque la mamá de David no se dio cuenta del increíble niño que tenía y lo dejó ir_ murmuré con el nudo en la garganta, Noah parecía satisfecho con la respuesta.

_Papi… ¿Por qué no tengo un osito como Teddy?_

Edward había deducido a qué se refería, _Porque son superjuguetes que aún no se han inventado… en un tiempo tal vez Noah, al paso que la tecnología avanza…_ rodé los ojos por esas respuestas tan estructuradas.

Finalmente tras sonreír feliz ante la última escena, dónde David se acuesta a dormir con su mamá, Noah cae dormido en mis brazos acurrucándose satisfecho.

_¿Se ha dormido?_ preguntó Edward a mi lado mientras Rose levantaba las sobras de los bocadillos que habíamos comido y Jasper acomodaba la película en su lugar.

_Si_ susurré acariciando el cabello suave del pequeño en mis brazos _lo subiré y lo acostaré en su cama… luego me iré, se ha hecho tarde_

_No_ dijo Edward casi rotundamente, pestañó dándose cuenta de la efusividad de su palabra y carraspeó levemente  _puedes… puedes quedarte en la habitación de Noah o en la habitación de invitados, o en la de Esme… pero no, no te vayas_

Sonreí con ternura ante su nerviosismo _¿Estas seguro?_ sentí las puntas de sus dedos acariciando una de mis manos casi imperceptiblemente _mi auto ya está bien, esta mañana me lo entregaron, aunque… siempre puedo tomar un taxi o pedirle a Jasper que me lleve_

_Dije que no… te quedas, le diré a Sue que te prepare una de las habitaciones, solo di cuál_ sonreí aún más al ser testigo de esa vena celosa que explotaba cuando me imaginaba junto a otro hombre. No me gustaba que fuera así, extremadamente celoso y algo posesivo… aunque no podía negar que en pequeñas dosis sabía bien.

_Ok_  dije levantándome de mi asiento _me acomodaré en la cama marinera de Noah, no molestes a Sue, ya debe estar por irse a casa_

_Bien, pero no dudes en recurrir a mí si necesitas algo_ dijo remarcando el “mí”. Rodé los ojos otra vez… pero no pude evitar sonreír.

Subí las escaleras con Noah en brazos y cuando estaba llegando al rellano del primer piso Jasper me llamó entrando al salón,

_Oh… llevas a Noah_ asentí ante su afirmación _solo quería saber si tienes que hacer algo mañana por la mañana, tengo que llevar algunos documentos a la oficina central aquí y si deseas ir a algún lado… ya sabes_

_Oh… de hecho Noah tiene que ir a su cita con la psicopedagoga, casi siempre viene ella aquí, pero como Noah comenzó a salir de a poco pensaba llevarlo y aprovechar el día_  podía aprovechar el viaje y de paso no viajar a solas con Noah en mi auto, más que nada para estar atenta a las reacciones del niño y no en la carretera.

_Bien, entonces luego del desayuno salimos y te dejo en el consultorio mientras yo hago mis tramites_ Jasper parecía entusiasmado. Con el paso de los días había conocido a este hombre de cabellos dorados y descubrí muchas cosas de él, una de ellas que era totalmente inocente, una persona muy atenta y alguien que podía desarrollar perfectamente el papel de tío bueno en la vida de Noah. El que Edward lo viera solo con su ojo celoso no significaba que fuera un hombre al que tendría que mantenerme alejada, él era solo un buen amigo.

_Hecho_ sonreí volteando para seguir mi camino.

Al llegar a la habitación de Noah,  lo dejé en la cama, pacientemente saqué su ropa y le puse su pijama de Stars Wars, lo arropé y besé su mejilla suavemente, él se removió un poco y entreabrió los ojos para clavar sus ojitos somnolientos en los míos, ahogó un bostezo y tomó mi mano que acariciaba su cabello para ponerla cerca de su pecho, me arrodillé a su altura embargada de ternura por este simple gesto.

_Bella…_ susurró con los ojos cerrados, por un segundo pensé que estaba hablando dormido, pero lo dejé de lado cuando entreabrió un ojito.

_¿Qué cariño?_ sonreí.

_¿Sabes qué le pediría yo al Hada Azul?

_¿Qué le pedirías?_ pregunté curiosa.

Él inclinó su cabecita hacia abajo un poco y sonrió antes de besar el dorso de mi mano, mi corazón se saltó un latido… ¿cómo este niño precioso podía lograr hacer latir mi corazón de tal manera? Sonreí al pensar la dichosa frase “De tal palo, tal astilla”. Edward podía hacer latir mi corazón como un tambor, por supuesto que su hijo provocaría lo mismo.

_Que seas mi mami_ dijo cerrando los ojos con un suspiro. Ahora si que mi corazón se detuvo en mi pecho. _Eso le pediría, que te quedes con nosotros para siempre y puedas ser mi mamá_

_Cariño_ susurré totalmente embargada de amor y ternura por ese pequeño angelito que tenía frente a mí, las lágrimas picaban en mis ojos y la sonrisa se extendía sobre mi rostro.

_Te quiero Bella_ susurró finalmente antes de que su respiración se tornara acompasada y tranquila cayendo en el mundo de los sueños.

_Yo también te quiero mi amor, mucho_ susurré levantándome del lugar para dejar un nuevo beso sobre su frente.

En ese momento oí un suave golpe en la puerta, así que limpiándome la lágrima que se escapó de mi ojo, fui hasta ella y la abrí para descubrir un Edward sonriente esperando allí.

_Hola hermosa_ susurró acercándose a mí, tomando mis manos entre las suyas y llevándolas a su boca para dejar un beso en el dorso.

_¿Cómo supiste que era yo? ¿y si era otra persona?_ sonreí cerrando la puerta detrás de mí para quedarnos solos en el corredor del segundo piso. _¿y si besabas las manos de Rosalie o de Sue?_

Él sonrió de lado atrayéndome a su pecho para abrazarme y besar mi cabello, _Bella… tú no sabes de qué manera atrayente hueles para mí. Es el único aroma en esta casa que me llama y me alerta de tu presencia, el único aroma que me enloquece_ olió mi cabello profundamente y largó el aire en forma de gemido grabe y casi erótico, me mordí el labio, recostando mi cabeza sobre su pecho y abrazándolo de la cintura. Si supiera que su olor a mi me vuelve loca… es tan varonil y tan… él, que me provocaba lamer su piel como una loca posesa.

_¿Todos ya se retiraron?_ pregunté por si había que ir a apagar las luces de la casa o limpiar el lío que hicimos en la sala de proyección.

_Todos…_ se separó un poco de mí solo para acariciar mi rostro con las yemas de sus dedos, memorizándolo, “viéndome”. _Duerme conmigo Bella_ al decir estas palabras su cara se puso seria y sus ojos verdes vibrantes se posaron en la mía, como si en verdad pudiera mirarme, algo que me cohibía y me intimidaba.

_Edward…_ negué con la cabeza para mí misma, no quería dar ese paso aún, solo estábamos juntos unos pocos días y no hacía siquiera un año del accidente y la presencia de su esposa aún estaban tan embargada en esta casa, en su misma habitación, en su cama. Mi parte cuerda me decía que debía respeto a esa presencia, después de todo, fuera lo que fuera, esta era su casa, pero mi parte inconciente me gritaba que me entregara a él y hacernos uno, entregarle mi cuerpo porque simplemente sería solo eso… sexo. Pero no podía hacerme eso, no podía rebajarme a tan poco como para solo entregar mi cuerpo por sexo cuando quería más, merecía más. Y era algo que no estaba segura que él pudiera darme, no podía pretender que me amara por dios santo… su esposa que amó había fallecido hacía menos de un año ¿cómo pretendía que sintiera tan pronto algo por mí? A demás… no estaba segura si yo sentía algo parecido.

 _Por favor preciosa…_ recostó su frente en la mía y me permití embriagarme con su aliento _solo dormir Bella, solo necesito abrazarte y mantenerte cerca de mí para poder dormir bien_

No pude resistirme _Solo dormir_ susurré acariciando su mejilla con suavidad, muchas veces, cuando me quedaba a dormir en la habitación de Noah, podía escuchar esos gritos de dolor en la noche, podía ser testigo a la distancia de sus terrores y pesadillas nocturnas tan intensas como la que había tenido esa noche en Forks, la noche de nuestro primer beso. Por alguna razón, su dolor me dolía… si podía evitarlos de alguna manera… _solo dormir_

Su sonrisa casi no cabía en la cara y me sentí plena al poder provocar con dos simples palabras esa reacción. Él tomó mi mano y con cuidado atravesamos el pasillo hasta llegar a la otra escalera que nos llevaba al tercer piso, a su habitación, la cual nunca había visitado.

Era una habitación hermosa, grande y podía decir que a la luz del día era muy luminosa, por los grandes ventanales de vidrio que hacía casi inexistente la presencia de paredes de concreto. En el centro de la habitación había una enorme cama con marcos de madera, casi no habían muebles, tal vez para facilitar su movilidad dentro de esta, por lo que contaba solo con una mesa de noche, una mesa tipo escritorio frente a una pared llena de libros y un sofá de cuero negro a un lado, cerca de una de las ventanas, habían puertas dobles en las paredes, lo que deduje que sería un baño y su closet o vestidos y otra pared casi en su totalidad repleta de cd´s.

_Toma… puedes ponerte esto_ miré a Edward que sostenía para mí una camiseta blanca, la tomé y le agradecía. _Ponte cómoda, iré a vestirme al baño_ con su pijama en la mano se encaminó hacia el baño tanteando a su alrededor.

_Gracias_ susurré mordiéndome el labio.

Aún con mis ojos vagando por la habitación, me saqué la ropa y me coloqué la camiseta que Edward me había dado, que me llegaba casi hasta la rodilla y a la cual tuve que doblarle las mangas y solté mi coleta para dejar caer mi cabello.

Algo sobre el escritorio llamó mi atención y me acerqué, tragué en seco al ver de qué se trataba, por supuesto estaba en lo cierto… Edward mantenía recuerdos de su esposa allí, la fotografía de Tanya me miraba desde ese escritorio y de repente me sentí mal estar allí, me sentía una impostora que invadía su lugar.

_¿Estas lista?_ la voz de Edward me sobresaltó y más aún cuando sus brazos rodearon mi cintura por detrás y su rostro se hundió en el hueco de mi cuello, _Dios… que bien hueles Bella_ susurró antes de dejar un beso en la piel de mi cuello.

_Edward…_ cerré los ojos dejando caer mi cabeza sobre su hombro _no se si sea buena idea que me quede aquí_

_Si lo es_ dijo con determinación, se separó de mi y tomó mi mano para llevarme torpemente hasta la cama _no sé que te hace dudar, pero si de algo yo estoy seguro es que te quiero aquí y aferrarme a ti en mis sueños_

Subí sobre la cama y no pude replicar, solo me metí entre las cobijas al igual que él y me quedé quieta en mi lugar, con las sábanas hasta la nariz.

_¿Por qué estas tan lejos?_ preguntó cuando se acostó a mi lado y tanteó en el espacio que había entre nuestros cuerpos _Bella… no sé que pasa por esa cabecita tuya pero te quiero ahora mismo entre mis brazos._

Cerré los ojos y no sabía se reír o enojarme por su tono, pero de cualquier manera no pude negarme, me acerqué a él despacio y en cuanto sus manos tocaron mi piel se aferró a mi cintura y me arrastró a él para envolverme con su cuerpo. Mi cabeza terminó sobre su pecho, mi mano sobre su estomago y mi pierna sobre su muslo, mientras sus brazos se cerraban en mi cintura y su nariz se enterraba en mi cabello.

_Mandón_ dije para luego refunfuñar. _nunca conocí a alguien tan mandón como tú Ed- dejé de hablar cuando sus labios se apoderaron de los míos, su lengua invadió mi boca y un gemido de satisfacción se escapó de entre mis labios. Fue un beso profundo y suave, intenso y poderoso a la vez. Un beso que hizo cosquillear ciertas partes de mi cuerpo que supe que tenía que lograr controlar para no restregarme como una gata en su pierna, un beso que me torturaba y al mismo tiempo me complacía… amaba besarlo. Cuando creí que me desmayaría por el aturdimiento o la falta de oxigeno, él poco a poco se fue separando de mí.

_Calla y duerme preciosa_ dijo aún en su tono mandón, besó la punta de mi nariz _... y abrázame, solo abrázame_ picoteó mis labios antes de que mis brazos hicieran lo que él demandaba, lo abracé fuerte al igual que él a mí y con un suspiro me dejé ir en mi sueño.

*o*

Golpeé la puerta con mis nudillos y esperé, odiaba hacer esto, pero no quería un estallido como el que días atrás él había tenido solo por sacar a su hijo sin su consentimiento de la casa.

Una alta mujer rubia y hermosa me abrió la puerta, estaba vestida con un pantalón azul ajustado de algodón y un top del mismo color que remarcaba sus bien formados pechos, por un segundo me sentí inferior.

_Disculpa Irina por interrumpir, necesitaba decirle unas palabras a Edward, si es posible_

_Pasa Bella_ oí a Edward decir desde adentro. Irina sonrió rodando los ojos.

_Lo que sea por no hacer sus ejercicios_ dijo con complicidad mientras abría más la puerta del gimnasio _no lo entretengas mucho, me gusta ponerlo de mal humor_ me guiñó un ojo y salió de la habitación para dejarme a solas con él.

Cuando entré y lo vi, tuve que morderme la lengua para detener una exclamación inapropiada que quería salir de mis labios. Edward estaba sentado sobre una maquina de ejercicios, de esos que tienen pesas en vertical y que con el empuje de tus piernas sobre una especie de cuadrado en la base de la máquina, estas pesas se levantan y fortalecen tus piernas.

Oh si… Edward estaba levantándolas. Caminé hasta él y alcé mi mano para separar algunos mechones transpirados pegándose a su frente, él dejó de empujar las pesas y sonrió,

_¿Qué te trae por aquí preciosa?_ buscó mi mano con la suya y cuando la encontró besó el dorso.

_Tengo que salir con Noah_ dije aún algo hipnotizada por la vista, el sudor corría por sus sienes y llevaba puesta una camiseta sin mangas que se aferraban a su fuerte pecho, dejando desnudos un par de brazos torneados y bien formados. _lo llevaré al centro al consultorio de la psicopedagoga, me pareció buena idea llevarlo ahora que se anima a salir, a demás el día está hermoso_

Su rostro se mantuvo impasible _¿Se irán solo los dos?_

_Mmm… Jasper va al centro también y se ofreció a llevarnos, solo… aprovecharemos el viaje_ me mordí el labio al terminar de hablar esperando su estallido, no creía que de todas maneras iba a suceder.

Él frunció el ceño y apretó su mandíbula respirando profundamente, podía apostar lo que fuera que estaba tratando de contenerse, él sabía muy bien que no toleraría otro estallido de celos, dijimos que íbamos a intentar lo nuestro, lo que fuera que tuviéramos, pero no iba a tolerar un comportamiento así, como si él fuera un neardental y yo un simple objeto de su propiedad.

_Edward…_ dije con voz firme _Jasper solo nos llevara y se irá a hacer sus cosas, cuando estemos listos para volver pasará por nosotros y nos venimos_

_¿No puede acompañarte Rosalie? Estoy seguro que no se resistirá a una mañana de compras en el centro comercial, si le dices_

_Edward_ dije a modo de advertencia, quizás me estaba propasando con mi tono, pero maldición… él sabía.

_Bien_ cerró los ojos y dejó caer la cabeza en el asiento, suspiró resignado _pero no tardes más de lo debido y lleva el celular por las dudas_

¿Por qué tanta desconfianza? ¿A caso no me tenía fe? ¿En que íbamos a ir a parar si él no me tenía fe? No le reproché nada, solo porque no quería que reconsiderara su decisión.

_Ok, nos vemos mas tarde_ dije acercándome a él para dejar un beso en su frente, lo hice pero antes de que pudiera separarme de él, tomó mi rostro entre sus manos e hizo chocar sus labios con los míos, besándome con hambre y casi salvajismo. Me gustó… me hacía sentir como si tratara de hacerme recordar a quién tenía que volver.

*o*

_Así que… ¿cómo es que soportas tanto a mi primo?_ Jasper me miró unos segundos con una sonrisa torcida antes de devolver su mirada a la carretera, sus manos iban aferradas al volante y sus ojos atentos al camino, esta mañana se había atado su cabello en una coleta detrás de la cabeza, dejando al descubierto su nuca, la que mostraba su cabello corto, como si semanas antes hubiera sido rapada. Un lindo contraste entre el cabello corto y el largo. _me sorprende que hayas durado tanto_

_Bueno, no estoy acostumbrada a renunciar solo porque no soporto el mal humor de una persona, no soy de esas_

_Lo sé… y me gusta_ su mirada se posó sobre mi un par de segundos, lo cual me hizo sentir incomoda, no solo por mí, sino porque también estaba Noah, que iba en su silla atrás, jugando con sus muñecos de Star Wars.  _¿aunque sabes? He notado que últimamente está más… no lo sé, blando, sería la palabra. Cuando…_ miró por el espejo retrovisor y bajó la voz _Tanya vivía, nunca vi que accediera a sentarse junto a Noah a ver una película y eso que en ese momento veía, eso… es algo que no hubiese imaginado en Edward_

_Ama a su hijo_ dije yo en el mismo tono _no veo por qué no compartir un momento con él_

_Solo digo que era algo que Edward no hacía, ni siquiera Tanya_ murmuró con el ceño fruncido, como si eso le molestara _si alguien había que compartía todo con Noah como si fuera su madre, era mi tía Esme_

_Bueno… las personas cambian_ dije pensando en lo mal que estaba que unos padres actuaran así con sus hijos, cielos… yo tenía 15 años y aún mi padre se sentaba conmigo a mirar películas, lo acompañaba a pescar, aún él iba a mi habitación a darme el beso de las buenas noches. Charlie fue madre y padre en el momento que Rene murió, nos consolamos mutuamente sin dejar de lado el recuerdo de mi mamá, ella nos mantuvo unidos siempre, aún luego de su ausencia.

_Si, lo hacen, cambian, eso no lo niego. Pero siempre hay algún detonante que hace cambiar a las personas ¿no?. ¿Me pregunto cual fue el motivo que hizo cambiar a mi hermano?_

_¿Siempre tiene que haber un motivo? Tal vez simplemente el accidente en si lo hizo reconsiderar sus prioridades_ dije recordando al Edward que conocí al llegar a esta casa, la verdad que no era una persona de mi devoción y aún hasta con Noah tenía actitudes que me hacía querer pegarle una cachetada.

_O tal vez fue una persona el motivo de su cambio ¿no? una persona que supo ponerle los puntos sobre la mesa, algo que nadie se había atrevido a hacer en mucho tiempo_

No respondí y no volteé a ver a Jasper, mi mirada quedó fija sobre el paisaje que iba pasando delate de  mis ojos. La ciudad estaba asomando y ya estábamos adentrándonos en las calles que nos llevaba al centro de Pheanix. Jasper no dijo nada más y Noah estaba mirando todo a su alrededor con detenimiento, sabía que aún tenía miedos que vencer, pero estaba segura que muy pronto podía ser un niño normal viviendo una vida normal con toda la belleza que su infancia le depara. Tenía fe en ello.

Entramos a la consulta con Zafrina, su psicopedagoga, Noah se mostró tímido al principio como todas las veces que la gran mujer morena estaba ante él, pero con el pasar de los minutos él fue desinhibiéndose. Jugó, dibujó y le contó con sus propias palabras el progreso que estaba haciendo, contestó preguntas y sonrió cada vez que Zafrina le contaba cosas de su interés para medir su atención.

Luego él se fue a jugar con un par de legos al rincón, para quedarme a solas con Zafrina, ella me sonrió con complicidad, algo que por alguna razón tonta, me hizo sonrojar.

_Estás muy presente en la vida de este niño, creo que oí tu nombre cada diez palabras que él decía_ sonreí negando con la cabeza a lo que ella decía.

_Es porque soy la única mujer que hay en casa y que interactúa la mayor parte de su tiempo con él_

_Bella…_ ella me llamó la atención con su tono de voz más serio _sabes lo que eso significa ¿no?, creo que te estas involucrando emocionalmente con este niño y eso a él no le sirve_

_Claro que le sirve, él necesita cariño y amor y si yo puedo dárselo lo haré_ dije apresuradamente.

_Bella… él te ve como una figura irremplazable en su vida, te está comenzando a ver de una manera que solo puede ver a una mujer que lo ama y lo acompaña siempre, tiene siete años y a esa edad fácilmente puede reemplazar la presencia de su madre por otra que le da lo que él necesita_ dijo ella aprehensivamente bajé la mirada _él te está comenzando a ver como su madre… ¿y qué pasará cuando tu trabajo con él finalice y te tengas que ir?_

Dios… no.

_Yo…_

_En algún momento eso deberá suceder_ dijo con tono condescendiente _y deberás dejarlo ir_ 

Asentí de acuerdo con lo que ella decía, si mi relación con Edward no funcionaba me iba a costar mi vida dejar ir a Noah, iba a romper su pequeño corazón y eso iba a romper el mío. Solo… deseaba que hubiera alguna manera de quedarme en su vida si lo mío con su padre no llegaba a buen puerto y solo me queda tener confianza que con el tiempo mi relación con Edward se fortaleciera y pudiéramos ser felices juntos… pero, cielos… Dios sabía que mi intención no era que Noah reemplazara a su amará conmigo. Yo no podía hacer eso, no estaba en mi derecho y tenía que encontrar la manera de que Noah tenga bien en claro mi rol y mi presencia en su vida sin lastimarlo, que recuerde quien era su mamá antes de que lograra olvidarla y que si algún día, nos distanciábamos, el impacto no fuera tan fuerte.

Pero eso solo era una utopia, porque en lo profundo de mi corazón sabía que yo no iba a poder sobrevivir a eso. Ese niño ya estaba instalado en mi corazón, lo amaba e iba a hacer todo lo posible por quedarme en su vida y si no lo lograba… bueno… tendría que prepararme para lo peor.

Salí de la consulta de la mano de Noah, con un nudo en la garganta y un torbellino de cosas en mi cabeza, preguntas sin respuestas, pensamientos erráticos y desoladores, escenarios que ni siquiera quería imaginar.

_Bella ¿podemos ir a tomar un helado?_ Noah tiró de mi abrigo para llamar mi atención, estábamos fuera de la clínica donde habíamos tenido la consulta, Jasper me envió un mensaje diciéndome que estaba en camino a recogernos. El día era precioso, el sol caía sobre nosotros bañándonos con su luz y calor, miré hacia adelante donde el índice pequeño de Noah señalaba y vi un carrito de helados, podíamos tomar uno mientras esperábamos a Jasper y solo sería un momento.

_Claro cariño_ tomé su mano y cruzamos la calle _¿de qué lo quieres?_

_De fresa y chocolate_ dijo dando un saltito.

_Mmm rico…_

A metros del carrito de helados había juegos infantiles con algunos niños en ellos divirtiéndose, Noah los miraba con anhelo mientras yo me colocaba en la fila para esperar mi turno y pedir lo helados.

_¿Quieres jugar?_ pregunté observándolo detenidamente, él sonrió mirándome y asintió con entusiasmo.

_Ve… yo estaré aquí para pedir nuestros helados_

_Te quiero Bella!_ gritó abrazando mis piernas para luego salir corriendo a los juegos. Fácilmente podía verlo desde mi lugar así que estaba tranquila, había un par de bancos más allá, cerca de los juegos, en los que luego podríamos sentarnos a tomar nuestros helados.

Las personas que estaban delante de mí fueron atendidas y junto a sus hijos fueron a los juegos, Noah disfrutaba subirse a una especie de tobogán en forma de tubo doblado, podía oír hasta sus risas mientras se deslizaba. Él merecía ser un niño feliz.

_Está contento ¿verdad?_ la voz detrás de mí me sobresaltó, al voltear me encontré con Jasper mirando a la misma dirección que yo. Podía ver el cariño que le tenía a ese niño y a mí me gustaba ver la interacción entre ambos, anoche mientras discutían que película debían ver, la mañana en el mercado cuando Jasper compró helado de chocolate con trozos de oreos y en los días sucesivos en el jardín de casa, ayudándolo a escalar su casa del árbol o ambos nadando en la piscina en las tardes calurosas. Me preguntaba ¿Por qué Edward no podía notar eso? Los celos orónicamente lo cegaban y no le dejaban ver el lazo hermoso de tío y sobrino.

_Si… se está divirtiendo mucho._ confirmé.

Llegó mi turno en la fila, el vendedor me preguntó los gustos y luego de unos minutos tenía en mis manos dos conos de galleta con dos bochas de helado, uno de fresa y chocolate para Noah y otro de vainilla y mascarpone para mi. Jasper no quiso helado pero insistió en pagar ambos conos, lo que dejé que hiciera por mi imposibilidad de sacar mi dinero del bolsillo al tener las manos ocupadas.

Caminé junto a Jasper hacia la zona de juegos, podía sentir su mano en mi baja espalda y eso me incomodó,

_Bella… quería hablar de algo contigo_ Jasper se detuvo sosteniendo mi cintura y me giró para quedar frente a él.

_Noah está esperando_ dije mirando a mi niño que parecía estar hablando con otros niños.

_Lo sé, solo será un momento_ por alguna razón Jasper parecía nervioso, _¿sabes?... me gustas Bella, me gustas mucho…_

Oh mierda.

_Jasper yo…_

_He estado observándote estos días y me pareces una persona fascinante_ su mano se alzó y con sus nudillos acarició mi mejilla, quise apartarme pero su mano en mi cintura no me lo permitía. Tuve la intención desesperante de decirle que a mí no me interesaba, no al menos en ese sentido porque sabía que Jasper podía ser un buen amigo y que estaba ocupada, que Edward estaba en mi vida, pero había acordado con él mantener esto solo para nosotros, al menos hasta que sepamos qué es lo que tenemos y que el paso del tiempo cure sus heridas. _Bella, sal esta noche conmigo, en una cita… solos tú y yo_

_Jas…_

_Rosalie se puede quedar con Noah y Edward, en realidad ella deseaba pasar tiempo con ellos, tú puedes mostrarme más la ciudad… me gustaría conocerla a tu lado_ su mano tazó mi rostro y vi con incredulidad cómo se iba acercando lentamente a mí.

Jasper era guapo, tal vez tan guapo como su primo, pero era guapo de la manera sureña, rubio como el sol y de ojos celestes brillantes, también era gentil y simpático, amable y vivaz… pero Jasper no era mi tipo, tal vez en otro momento si lo hubiese sido, pero ahora, no. Tal vez porque estaba acostumbrada al carácter avasallante de Edward, tal vez porque mi corazón estaba ya comprometido con él… pero solo podía ver en Jasper un amigo, uno muy bueno.

Pestañé para encontrar una respuesta con la que pudiera agradecerle su interés pero al mismo tiempo decirle que no, que no me interesada, pero al parecer él aprovechó ese instante de paralización de mi cuerpo para acercar sus labios a los míos y besarme. Sus labios se mantuvieron en los míos unos segundos antes de que yo pudiera reaccionar, mis manos estaban ocupadas por los conos de helado por lo que tiré mi cabeza hacia atrás apartándola, pero él no paró por eso, simplemente tomó mi rostro con ambas manos y me besó con más fuerza moviendo sus labios contra los míos.

Oh cielos…

Cerré los ojos con fuerza y ladeé mi cabeza hacia un lado apartando mi boca de la suya, sus labios besaron castamente mi mejilla, _Oh Bella… imaginé este momento toda la semana_

_Jasper yo…_ abrí los ojos y lo que vi detuvo mi voz. Abrí los ojos bien grandes y el aire abandonó mis pulmones.

Yo… no lo podía creer, literalmente no lo podía creer, Noah estaba allí, con las lágrimas brillando en los ojos mientras su mirada estaba trabada en nosotros. Estaba a punto de sufrir un ataque de pánico, lo sabía. Dejé caer los conos de helado al suelo y reaccioné, comencé a caminar hacia Noah rápidamente, podía oír las pisadas de Jasper detrás de mí. ¿Qué habíamos hecho?

_Noah cariño..._ susurré llegando a su lado, su respiración se estaba tornando errática segundo a segundo y las lágrimas corrían por su mejilla _respira amor, no ha sucedido nada_

_No me quieres Bella... no quieres a mi papi_ susurró entrecortadamente mientras el temblor se adueñaba de su cuerpito.

_Cariño no..._

_No te quiero más! quiero a mi mami!_ gritó con la carita desencajada de dolor. Oh mi niño…

_Noah mi amor, no es lo que tu estas pensando. Te quiero mucho, más de lo que te imaginas, no pienses eso…_

Él alzó su bracito y limpió las lágrimas con la manga de su abrigo, bajó la mirada al suelo y no pude soportarlo más, su respiración estaba acelerada y parecía jadeante,

_Respira bebé… respira Noah, no me hagas esto_ sentía las lágrimas apretando en mi garganta.

_Bella, vamos a llevarlo a casa_ Jasper estaba detrás de mí con su mano en mi hombro. Estaba enojada con él… ¿Cómo pudo hacer esto? ¿Cómo pude permitir que lo hiciera?

_Vamos cariño_ levanté a Noah en mis brazos e ignorando a Jasper caminé atravesando el parque hasta la calle, la crucé y llegué al auto, me subí al asiento trasero con Noah en mi regazo, no quería conversar con Jasper, no quería decirle la sarta de insultos que tenía en la punta de mi lengua. Mi prioridad era Noah, que estaba aún respirando con dificultad y sollozando.

_Respira cariño, lo siento tanto_ susurré sobre su cabello.

Jasper arrancó el auto y condujo por la ciudad hasta salir hacia la carretera, la casa Cullen no quedaba muy lejos de la ciudad, unos cinco kilómetros. Todo ese rato sostuve a Noah contra mí pensando y repensando en cómo iba a arreglar este lío. Zafrina tenía razón… Noah estaba ocupando el lugar de su madre con mi presencia, tal vez la imagen de Tanya como madre no era tan fuerte como para que sobreviva en el corazón del niño, pero a pesar de eso, yo no tenía derecho a ocuparlo.

Lo único que deseaba ahora era que Noah no se encerrara en sí mismo por este incidente, que no me cerrara su corazoncito porque ahí si que dolería y nunca podría perdonar a Jasper.

Llegamos a casa mucho más rápido de lo que tardamos en ir a la ciudad, me preguntaba si Jasper había excedido los límites de velocidad?. Él abrió la puerta de mi lado y a penas lo hizo Noah saltó hacia afuera dejando mis brazos para salir corriendo en dirección a la casa.

_Noah!_ grité saliendo del auto.

_Bella!_ Jasper gritó detrás de mí, me detuve a mirarlo como si quisiera matarlo, él había provocado todo esto, pero al mismo tiempo me culpaba a mí misma por no haberlo alejado a tiempo. _Lo siento… yo, no sabía_

Di media vuelta y corrí a la casa, cuando entré en ella me detuve abruptamente. Noah estaba sobre el regazo de Edward, que estaba sentado en una de las reposeras del jardín leyendo uno de sus libros en braile. Noah lloraba haciendo que su cuerpito temblara y movía sus labios.

Cerré los ojos rendida cuando la espalda de Edward se tensó sobre la reposera, su cabeza se alzó y apretó sus puños sobre su regazo. Esperaba el estallido…

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Nenas! Toc- toc- toc... ¡hay alguien allí? ¿aún estan conmigo? biueno, ojalá que si. Haainss Jasper, Jasper... ¿qué hiciste? Precioso, ya vendrá esa mujer que te regañará por haberte tardado tanto ;). 

Espero les haya gustado preciosas, un beso!! y disculpen la tardanza.