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Gracias por tu visita, los fics que se publican aquí son salidos de mi imaginación, con los personajes prestados de la gran Meyer… te agradecería que me avisaras si ves algún fic mío publicado por la web, eso se llama plagio y hay que combatirlo. Gracias!

Te toma muchos minutos leer un capitulo? Entonces puedes tomarte un minuto para comentar, no pido nada más. Escribe que algo dejas y lee que algo llevas.


Exótica, Capitulo 3: Diosa







Summary: Edward Cullen, era uno de esos hombres que creían que todo en su vida era perfecto... la mujer ideal, el trabajo ideal y hasta la familia ideal y que nada podía llegar a tambalear esa perfección. Pero en una noche con amigos una hermosa bailarina exótica le hace abrir los ojos.

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Diosa


_Ingeniero… el señor Chadney está en la sección 3 monitoreando los materiales que han arribado al mediodía, me dijo que le notifique en cuanto usted llegara a la construcción_ mi asistente Diana iba a mi lado luego de que bajáramos del Mercedes negro que nos había llevado a las inmediaciones del Chicago Spire, el futuro rascacielos más alto de los Estados Unidos. Me saqué mis Ray Bans guardándolos en el bolsillo interno de mi saco al mismo tiempo que Sam, el jefe de la obra, nos entregaba el casco reglamentario para nuestra seguridad… Diana seguía a mi lado mirando su agenda en la tablet. _El equipo de luminarias ha arribado también esta mañana y el Señor Withlock desea hacer las pruebas lo antes posibles para confirmar la compra de un nuevo lote, he revisado su agenda… a las 3 pm tiene libre antes de su reunión con los inversionistas de Wonghlan, ¿está bien a esa hora?_

Me coloqué mi casco tratando de recordar a qué hora había dicho Heidi que me necesitaba para hacer algunos ajustes en el menú de la boda… no recordé.

_Si, a esa hora está bien_ miré a Sam y extendí la mano _Sam… ¿alguna novedad? ¿Has recibido los planos de plomería? ¿ya están trabajando en ello?_

_Si Señor Cullen, con mis hombres hemos analizado los planos y estamos montando el ensamble inicial, creemos que un par de semanas estará medianamente terminado y para ese entonces podremos seguir con la segunda fase de instalación… el equipo de plomeros está siendo muy cuidadoso y trabajando a la par con nosotros y si seguimos con este ritmo de trabajo todo irá progresando a un ritmo perfecto_

_Bien, quiero que me mantengan informado con los más mínimos detalles_ dije subiendo a ascensor manual que usaban los constructores para elevar a sus hombres y llevar materiales. Diana se colocó a mi lado algo tensa por la elevación que adquiriríamos una vez montados en esta especie de grúa mecánica, junto con Sam y su mano derecha, Mark fuimos subiendo poco a poco. Mis ojos analizando a cada metro que subíamos la estructura de alguno de los pisos inferiores.

Era viernes y como todos los viernes de la semana, me había dado una vuelta luego del almuerzo, a las instalaciones de mi ambicioso proyecto para seguir el desarrollo de las obras, que por lo visto iban viento en popa. El Domingo me levanté tarde, algo que no había hecho en mucho tiempo y fue solo porque Heidi me llamó insistentemente para reprocharme el por qué había faltado al almuerzo familiar de los domingos.

Mierda.

Nunca había faltado a una cena familiar los domingos en la mansión de los Vulturis, eran muy importante para Aro y por ende eran importantes para mi prometida, pero este domingo no lo pude evitar. El sábado lo primero que hice al llegar a casa fue beber dos vasos de mi wisky añejo para tratar de controlar mi lívido, no podía creer que a pesar de haber pasado casi media hora de haber salido de ese Club, aún tenía una semejante y dura erección molestando debajo de mis pantalones, consideré la ducha fría ya que al parecer el alcohol no iba a ayudar, pero mi cuerpo no necesitaba una ducha… tenía la sensación que a pesar de intentarlo, no iba a poder ignorar mi problema, por lo que allí mismo, sentado en mi sofá de cuero negro ante la esplendida vista nocturna de la ciudad de Chicago, bajé el cierre de mis pantalones dejando libre mi prominente miembro.

Cielos…

Quizá nunca había estado tan excitado en toda mi vida, tuve el primer impulso de llamar a Heidi para que al menos por teléfono satisficiera mi deseo, pero no quería dar explicaciones, por lo que aferré mi dureza con mi mano derecha y cerrando los ojos, evoqué la imagen de la preciosa Sabella.

_Mierda_ gemí bombeando mi pene que ya se encontraba bañado de mi semilla preeyaculatoria, apreté entre la cabeza entre mis dedos y nuevas gotas del líquido salían para lubricar mi mano, siseé cuando mi mano comenzó a bombear una y otra vez… una y otra vez… diablos. No era presumido pero mi pene era grande, por lo que mi mano cerrada abarcaba un cuarto de este y mis movimientos no parecían ser suficientes… necesitaba más, necesitaba un coño estrecho y caliente que lo envolviera entero.

Mi mente estaba poblada de imágenes de esa morena, su vientre, sus caderas llenas de manera justa y equilibrada, su ombligo… agh… quería hundir mi lengua en ese lugar y recoger el sudor en su piel, sus pechos medianos, rebotando en cada movimiento y esos ojos verdes que podían llegar a manejar como un títere a cualquier mortal…

_Aghh_ gemí dejando caer mi cabeza hacia atrás mientras mi mano no podía detenerse, parecía tener propia vida, estaba exultante… eufórico… mierda, sentía esa bola de placer formándose en mi bajo vientre, mi pene temblaba en mi mano hinchándose al punto de que las venas en su longitud sobresalían y mis bolas se contraían, me iba a venir muy, muy duro.

Su culo. Mierda, mierda, mierda, su culo… solo quería tasarlo entre mis manos y apretar sus nalgas y sentarla en mi dura erección para así cabalgarme, ella esa una bruja… más que una bruja, una diosa… de esas que ponen a prueba a los hombres y su voluntad y la mía esa noche había estado al filo de romperse.

Quería castigarla, diablos, por hacerme eso… por ir y venir y osar seducirme. _Ahh si, si, oh mierda…_ embestí con frenesí mi mano tres, cuatro veces más, realmente perdí la cuanta, hasta que mi mente se nubló y gruñí cuando mi pene se endureció, mi cuerpo entero se endureció y levanté las caderas del sofá con un gruñido viniéndome fuerte, en chorros largos y cálidos sobre mi estómago.

De más está decir que el sábado no sentía mi alma.

Heidi se enojó, pero no le di importancia, tenía mejores cosas que hacer para ir a buscarla y pedirle perdón como ella estaba acostumbrada, a eso de las cinco de la tarde, una vez duchado, afeitado y refrescado, me senté en mi laptop y comencé a darle los últimos toques a los planos virtuales de mi rascacielos. El lunes al mediodía Heidi apareció con el almuerzo en las oficinas de mi estudio como si nada hubiera pasado.

La semana a partir de ahí pasó rapidísimo, entre reuniones, encuentros con contratistas, inversionistas y el resto de mi equipo, videoconferencias con los japoneses del equipo Wonghlan que exigían el diseño de una obra tan ambiciosa como la mía, almuerzos con mi madre y padre, cenas con Heidi, la cual tuvo que soportar con quejas incluidas, el aumento de mi lívido luego de ese sábado… entre otras cosas. Y por alguna extraña razón tenía muchas ganas de que el sábado llegara, aunque no tenía programado salir a ningún club con nadie, simplemente tenía una necesidad de volver a verla, solo eso… una necesidad morbosa e incorrecta de ver a esa bailarina, cielos… ¿qué me había hecho? Si solo era eso, una simple bailarina.

_¿Edward?_ levanté los ojos de los planos abiertos sobre la mesa de trabajo que tenía delante de mí, Emmett estaba mirándome con las cejas alzadas _hermano, por un momento pensé que te habíamos perdido. ¿Escuchaste algo de lo que te dije?_

Sinceramente no había sido consciente de mi hermano tratando de llamar mi atención. Mi mente me traicionaba en momentos en los que tenía que poner mi concentración, algo que nunca me había pasado.

_Estaba concentrado aquí Em_ mentí rastrillando mi cabello con una mano y volviendo mi mirada a los planos exhalando un suspiro _estaba mirando que hay que corregir algunas líneas del sistema de ventilación, no quiero un error como el que sucedió en la primera etapa_

_Sam se encargará de eso_ dijo mirándome profundamente, _¿algo más?_

_También quiero tener una reunión con el capataz y Sam_ me recargué sobre la mesa con ambas manos. _Solo para analizar los planos de la luminaria_

_¿Qué más?_ lo miré alzando las cejas, su insistencia me inquietaba y sabía que mi hermano me conocía mejor que nadie al igual que Jasper, los tres podíamos leernos como un plano arquitectónico.

Resoplé mirando la mesa y negué con la cabeza _Repasar la cartilla de colores para ir encargando la pintura… no lo sé Emmett ¿qué más?_ pregunté exasperado.

Él se alzó de hombros _Dime tú qué más_

_Nada más, quedé en cenar con Heidi en el departamento y no quiero fallarle otra vez, por lo que me voy a la reunión con Jasper y luego me voy a casa_ dije cerrando el despliegue de planos frente a mí para guardarlos en sus respectivos tubos archivadores.

_¿Otra vez?_ inquirió él _¿cuándo le fallaste? Que yo sepa eres leal con ella y pronto te casaras_

Suspiré exasperado _Y lo haré pronto, el domingo me quedé dormido y no fui al almuerzo con mis suegros… solo fue eso. Por primera vez en mucho tiempo me quedé dormido y fue por culpa…_

_¿De la morena?… ¿cómo era? ¿Sabella?_ rió alzando las cejas.

_Idiota_ ¿Por qué motivo salió ese nombre a colación? _fue por culpa de ustedes y su estúpida idea de que en un Club podían celebrar una reunión de negocios_ comencé a caminar por el piso de concreto hasta el ascensor manual para volver bajar y salir de aquí, no era un buen día para concentrarme en esto, volvería el lunes con mejor predisposición.

_Si todas las reuniones de negocios son tan entretenidas como la del sábado, créeme que no me perderé ni una_ rió subiéndose a mi lado, presioné el botón rojo y el ascensor comenzó a descender.

_Que bueno, espero que no se entere Rosalie_ dije con sarcasmo. _No le gustará saber que su novio anda frecuentando lugares nocturnos solo para ver hermosas y sexys mujeres moviendo el culo en su cara_

_Ah… tus palabras no las mías, a demás no recuerdo que ninguna mujer sexy y hermosa me haya agitado el culo en mi cara_ colocó su dedo índice en sus labios y frunció el ceño como pensando _¿Ese no fuiste tú?_ y el idiota estalló en carcajadas.

Rodé los ojos mientras el ascensor llegó a suelo firme, abrí la pequeña valla de seguridad y salí con Emmett tras de mí.

_Hablando de eso… Alec reservó la misma mesa en la que estuvimos el sábado ¿te unes?, es el cumpleaños de uno de sus socios y quieren celebrarlo_

Oh por dios… ¿esa era la oportunidad?

Fruncí el seño y medí las consecuencias, no podía no llegar a un nuevo almuerzo familiar de los Vulturis, si lo hacía otra vez Heidi se convertiría y me dejaría sin sexo por semanas, ya lo había hecho más de una vez, a demás que no podía defraudar a Aro. Pero por otro lado… no podía negarlo, quería verla. Y quería que ella me viera allí, con mis ojos acariciándola, hacerle saber que me excitaba al punto de no tener pudor de exhibir mi erección en público, aunque fuera debajo de mis pantalones y si mi suerte era buena, poder ¿tocarla? ¿Hablarle?... dios, hacer cosas que de todos los ángulos posibles estaba mal.

¿Pero que podía perder? Nada. Mi relación con Heidi era consistente y no iba a derrumbarse por ir a recrear la vista con una bailarina exótica que movía muy bien el culo, solo era una distracción, el resto de mi vida estaba muy bien proyectada y segura en mi mente. Solo diversión… a demás no era el único hombre que literalmente babeaba por ella, decenas asistían a babear sobre ella los sábados, no tenía por qué sentirme culpable ni tramposo.

_¿A qué hora?_ pregunté encontrándome con mi asistente que me esperaba a un lado de mi Mercedes y con Franco, mi chofer. Emmett me había seguido con una sonrisa de triunfo en su cara.

_Once de la noche…_ dijo apoyando una mano en el techo de mi auto y metiendo la otra en su bolsillo. Suspiré asintiendo,

_Bien, te haré saber si puedo ir_ dije metiéndome en el auto luego de que mi asistente lo hiciera.

_Tienes que estar ahí Cullen… no querrás que la morena le meneé el culo a Newton_

Mierda no.

Asentí cerrando mi puerta sin dejar de escuchar las sonoras risas de mi hermano mientras el auto emprendía su marcha. Idiota… por supuesto no quería que el sin cerebro de Newton disfrutara de semejante diosa, ella bailaría para mí.

_Maldición!_ gruñí empujando contra las caderas de mi novia,

_No maldigas!_ dijo entre dientes ella mientras sus piernas apresaban mi cadera, que se hundía una y otra vez sobre ella. Mordí mi lengua cuando tuve la necesidad de gritar una obscenidad, ¿por qué tenía esa nueva necesidad de hacerlo cada vez que tenía sexo con Heidi?... no lo sé. El sexo con ella siempre fue… tranquilo, monótono y sin grandes pretensiones, pero ahora sentía como que faltaba algo, sentía que quería más. Pero ella era inhibida, tímida en la cama, casi pulcra… solo me gustaría que fuese solo un poco más aventurera, una nueva posición que no sea el misionero o ella sobre mí, sería bueno… muy bueno de hecho.

De todas maneras, me hacía sentir saber que mi futura mujer se conformaba con eso, nunca saldría a buscar nuevas experiencias fuera del matrimonio, ella se sentía complacida y punto. No había muchas vueltas que darle.

_Termina… Edward, Caterina me espera_ dijo entre jadeos contenidos.

_Puta madre! No me presiones Heidi_ gruñí ganándome una palmada de su mano en mi hombro, ella odiaba que maldijera fuera cual fuera la situación.

Me dispuse a apurarme tratando de no perder mi concentración, mis caderas se movían encima de las de ella, su coño me presionaba y sabía que ella estaba por venirse, tal vez pudiéramos venirnos juntos… porque maldita sea, ella siempre se me adelantaba para luego quedarse como pez muerto debajo de mí esperando a que yo terminara.

_Ah si!_ gimió clavando sus uñas en mis hombros _ahí, ahí, justo ahí Edward!_

_Espérame_ jadeé moviendo frenéticamente mis caderas, ella se arqueó y supe que había terminado cuando gimió ahogadamente en mi cuello y sus paredes me apretaron. No me había esperado. Me resigné a seguir moviéndome cerrando los ojos, ignorando el hecho que mi novia había quedado laxa debajo de mí. Luego de unas cuantas penetraciones más me vine gimiendo en su cuello.

_Salte… Caterina recibe en su casa a Oscar de la Renta y trae diseños exclusivos_

_Mierda_ gemí saliéndome de ella y cayendo a un lado tratando de recuperar mi respiración.

_Edward, basta!_ gritó enojada saltando de la cama. Bueno… al menos había excedido a tener sexo a las seis de la tarde, cuando su momento ideal para ello era a la noche y en la cama. Su excusa era que no nos veríamos hasta mañana domingo al mediodía. Hoy sábado ella tenía reunión de amigas en casa de su madre para ver algo que Oscar de la Renta había sacado y yo… tenía vía libre para salir a "Enígma", lo cual me había costado un fin de semana romántico en Palm Beach _Espero que mañana no te vuelvas a quedar dormido, ya sabes que a papá no le gusta que las personas olviden sus compromisos._

_No lo olvidaré_ dije más tranquilamente aún con los ojos cerrados.

_Bien, te dejé la alama de tu reloj programada por las dudas_ dijo ella haciéndome abrir los ojos, estaba terminando de ajustarse su falda negra lápiz.

_No necesito que programes cada paso de mi vida Heidi, serás mi esposa, no mi secretaria…_ odiaba cuando hacía eso, como si yo tuviera la capacidad suficiente como para hacer las cosas por mí mismo, ella tenía esa molesta pulsión de querer hacer todo por ella misma, sino nada podía salir bien.

_Pues cuando te encuentras con tus amigos y tomas un poco pareces olvidarte de tus obligaciones, solo quiero estar ahí para recordártelas…_ murmuró retocando su maquillaje en el gran espejo de cuerpo entero que ella misma había puesto en una esquina de mi habitación.

_Si eso es lo que piensas… está bien_ dije con aburrimiento, a veces mi perfecta prometida me sacaba de mis casillas probándome cada día, creo que me tendrían que dar el premio al hombre más paciente del año.

_Por supuesto que eso es lo que pienso mi amor_ ahora estaba cepillando su largo y lacio cabello rubio que caía hasta su cintura. Ni un cabello fuera de su lugar… a veces me daban ganas de enterrar mi mano allí y hacerlo lucir más natural… más desordenado y sexy como el de… Sabella.

¿De dónde había salido ese pensamiento?... sin duda esa mujer había roto más de un molde y más de una rígida regla en mi vida.

_Bien…_ ella taconeó hasta la orilla de mi cama y se agachó para dejar un beso en mis labios _diviértete y recuérdame, te amo_

_Yo también_ susurré alzando mi brazo para que mis dedos corrieran suavemente por sus mejillas. Ella era hermosa, era perfectamente hermosa, rubia, de ojos azules y labios llenos, pálida y pulcra… como una hermosa muñeca de porcelana delicada y frágil. ¿Era ella la mujer que correspondía estar a mi lado realmente? ¿era ella la indicada?

Por supuesto que si… no había nadie mejor. Ella era todo lo que quería a mi lado, más allá de esos detalles que me exasperaban, como su nula idea de aventurarse en el sexo o su tendencia a pecar de snob o esa fastidiosa manera de querer controlar mi vida. Pero ella era la indicada y eso era la única seguridad que tenía, era una dama y pronto sería mi esposa, portaría orgullosa mi apellido y algún día me daría hijos…

¿Era entonces correcto desear como deseaba, correr a ese club para que mis ojos y el resto de mis sentidos se llenasen de esa preciosa bailarina?

_Pórtate bien amor_ sonrió antes de besar mis labios una vez más, pararse y luego de tomar su pequeño bolso, salir de mi habitación.

Suspiré rastrillando una mano por mi cabello y me levanté para ducharme y prepararme para la noche que se avecinaba, aún no muy seguro de lo que estaba haciendo.

Sentí un cosquilleo recorrerme por toda la piel, una sensación de anticipación y perspectiva, me sentía eufórico y algo nervioso. Yo me auto concebía como un hombre seguro de mí mismo que no se amedrentaba por nada, me sentía orgulloso por mi forma de ser, esa forma de ser, ese temple y ese carácter me habían llevado muy arriba, me habían hecho triunfar en el mundo en el que me movía y con ello había logrado enamorar a la hija de una de las familias más importantes de los Estados Unidos, ello me había hecho inmune a la envidia de muchos y a los intentos de boicoteo de otros. Me había formado como el exitoso e implacable Edward Cullen, que nada hacía tambalear sus fuertes principios ni sus ambiciosos limites… para Edward Cullen el cielo era el límite.

Y aquí estaba yo… ansioso y nervioso, como un infeliz adolescente a punto de ver la mujer que atormentaba sus días. Deseoso por verla una vez más, solo eso… verla, no quería más, aunque tal vez después de esta noche sí iba a querer más, pero iba a mantenerme fuerte o al menos iba a tratar por mi compromiso con Heidi… quería creer que nada iba a hacer tambalear ese compromiso, ni siquiera una simple bailarina exótica. No valía la pena sacrificar todo lo que era mi vida por alguien como ella, no valía la pena.

Salí de mi Aston luego de peinar diez mil veces mi cabello con mis dedos o más bien desordenarlos. Esa noche había elegido ir algo más formal, no sé si por la necesidad de tener contacto con ese mundo frívolo al que pertenecía o solo para impresionar a alguien, aunque estaba seguro de que no necesitaba impresionar a nadie. Solo un traje impecable Gucci de color negro petróleo y una camisa blanca impecable con los tres primeros botones del cuello sin abrochar.

Entré al local y respiré profundamente, la misma anfitriona que el sábado pasado me había recibido vino hacia mí.

_¿Señor Cullen?_ preguntó con cautela. Asentí metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón, _Lo esperan en el área VIP, por aquí por favor_ señaló el camino delante de ella y partió para que yo la siguiera.

El lugar estaba a rebosar de gente, a pesar de ser privado, pero ya sabía a primera mano lo que Sabella provocaba y sus actuaciones eran esperadas por muchos los sábados. No podía culparlos, hasta yo estaba ansioso por verla.

La mujer me llevó entre las mesas hasta llegar al área más cercano al escenario, que ahora estaba ornamentado de una forma particular.

_Hey hombre! Al fin llegas_ Emmett levantó su mano entre los hombres que estaban sentados en dos mesas juntas llevándose lo que parecían ser chupitos a la boca. Alex levantó una copa hacia mí a modo de saludo, Jasper se rió de Emmett que apartó una silla para mí muy pintorescamente, Ben aulló celebrado mi llegada… estábamos los cuatro fantásticos como nos llamaban en el mundo de la ingeniería y en la arquitectura. También estaban los amigos de Alec del sábado pasado, como Newton, Morrison y algunos otros inversionistas como el agasajado, Demetri, que celebrando su cumpleaños estaba un poco tomado ya. Miré sobre la mesa y había bocadillos y botellas de Champagne sin abrir aún, hundidas en hielo esperando algo más.

_¿Cómo hiciste para que Heidi abriera las garras y te dejara salir por segundo sábado consecutivo?_ Jasper preguntó en voz baja mientras los otros se mantenían en otros asuntos.

Sonreí negando con la cabeza, era increíble cómo Jasper conocía a mi prometida _Me costó un fin de semana en Palm Beach_

_¿En serio?..._ él miró sobre la mesa a Emmett que mantenía la mirada en nosotros _ganaste hombre… mierda, no sé cómo lo haces pero ganaste… Palm Beach!_

Emmett rompió en una risa estruendosa mientras recibía de la mano de Jasper dos billetes de doscientos dólares. Fruncí el seño mirando a mis amigos.

_Disculpa Edward, Emmett dijo que te iba a valer un viaje dentro del país, yo aposté por España o tal vez un viajecito Brasil_ murmuró mi cuñado sofocando la risa que Emmett no se esforzaba por ocultar.

_Bueno, al menos mi hermano le tiene más fe a mi prometida_ dije asesinando a Emmett con la mirada _aunque tampoco te culpo por pensar que Heidi pediría algo así_ negué riendo entre dientes.

_Un brindis por el homenajeado!_ gritó alguien en la mesa mientras en el lugar sonaba "Simpatia por el diablo" de los Rolling Stones, todos levantamos las cervezas que ahora teníamos en nuestras manos y las chocamos en el centro y me llevé la boca de la botella a mis labios, hacía mucho que no tomaba una buena y refrescante cerveza fría. Heidi decía que era la bebida de los mundanos, por supuesto lo decía con un negro sentido del humor que a varios, como a mi familia o amigos no le caía bien. Reí por algo que dijo Demetri, que en su estado deplorable causaba mucha gracia y seguimos el resto de la noche recibiendo tragos hasta que alguien irrumpió en nuestra mesa.

_Señores…_ una voz gruesa con una ligera entonación latina nos hizo voltear la cabeza, un hombre moreno y de físico trabajado estaba parado mirándonos con una sonrisa _permítanme presentarme, soy Jacob Black, el propietario de este lugar… bienvenidos_

_Gracias_ murmuramos a coro.

_Estoy muy complacido de contarlos entre los clientes del lugar Señores, a demás he escuchado que es el cumpleaños de uno de ustedes_ Emmett se levantó de su silla y señaló con ambas manos a Demetri que alzaba su cerveza al aire _Muchas Felicidades…_ asintió atentamente para luego mirarnos a todos _las bebidas de la noche corren por cuenta de la casa… a demás espero Señores que disfruten el siguiente número, creo que conocen a Sabella del sábado pasado ¿no?_ el estúpido de Newton aulló entre sus manos y luego golpeó la mesa con su puño cerrado, el hijo de puta estaba delirante, aunque no era el único, tanto Alec, Emmett y Ben sacudían el puño cerrado al aire. Yo simplemente miraba a mis amigos mientras la expectación sacudía mi interior… yo estaba jodidamente extático, quería verla, pero ya… no necesitaba demostrar mi excitación aullando como un lobo en celo, mierda… en ese momento estaba haciendo honor a mi poca tolerancia y paciencia, porque yo maldita sea, deseaba verla ante mí en ese mismo instante.

Black se retiró señalando hacia la pista de bailes enunciando un expectante "Disfruten la noche". Y entonces una vez más, como el fin de semana pasado, las luces del local se apagaron y todos guardaron silencio, excepto aquellos que gritaban el nombre de la Diosa y silbaban anhelantes.

El sonido de un gong rompió el silencio y solo una luz se encendió desde arriba iluminando el centro del escenario, una luz dorada, cálida, suave que abarcaba un círculo perfecto y amplio en la oscuridad, un circulo vacío. La música de unas flautas misteriosas y armonizadas marcaba el inicio de lo que prometía ser un excelente espectáculo, porque ella hizo su entrada.

Pero qué! Entrada. (Ver video para la imagen visual)

Digna de una diosa, de una ninfa… ella venía parada sobre un amplio receptáculo circular a modo de fuente que era portada sobre la espalda de tres hombres fornidos que se arrastraban por el suelo sobre sus rodillas trayéndola a ella bajo la luz dorada.

Ella… preciosa, sexy, ferozmente sensual, mierda… cerré los ojos ante esa imagen, sabía que saldría de ese lugar con monumental erección. Cuando los abrí, lo hice para no separar mis ojos nuevamente de ella, que estaba vestida solo con una serie de telas doradas aferradas de alguna manera a sus caderas, que solo cubrían la parte delantera de su pelvis y la parte trasera, un brasier precario que consistían en dos triángulos de la misma tela que su parte inferior… que solo tapaba sus pechos, porque todo lo demás, como las tiras eran transparentes.

_Oh por la santa puta mierda…_ gimió Newton vocalizando mis pensamientos. Apreté mis dientes y recoloqué mi silla frente a la pista de baile para disfrutarla solo a ella.

El baile comenzó y era sensual, increíblemente sensual, ella hizo movimientos con su cabeza y su largo cabello castaño se mojó en el agua que contenía ese recipiente en el que estaba, como si fuera una ninfa parada en un enorme nenúfar de agua sostenido sobre la espalda de tres hombres… mierda, con placer sería uno de ellos si era para tenerla en un pedestal.

Entonces ella comenzó su baile frenético al mismo tiempo que del techo caía una suave llovizna sobre ella, era una alucinación que no podía dejar de mirar, solo era ella y la música, quería gemir… ella sacudía sus caderas salvajemente haciendo que su culo luciera increíble y apetitoso, su piel mojada mientras hacía esos movimientos que me tenían hipnotizado, sus pechos moviéndose al son del ritmo frenético.

En un momento dado alzó la mirada y la trabó con la mía luego de recorrerla por todo el salón, ella sonrió suavemente y guiñó un ojo antes de voltear y seguir sacudiendo sus caderas, su cabello mojado caía por su espalda y ella jugaba con él, azotándolo cual látigo de un lado al otro y luego delante de ella haciendo círculos con su cabeza.

Mierda… se veía fantástica.

Después de unos minutos la música se hizo cada vez más acelerada llevándola a ella al límite, era increíblemente talentosa, la manera en que bailaba, ella era sensual y al mismo tiempo una profesional, la música se detuvo de pronto al mismo tiempo en que ella finalizaba su baile mirándonos a todos. Pero no fue todo… ella pisó la espalda de uno de esos tipos que sostenían su lirio de agua y bajó al suelo caminando sensualmente moviendo sus caderas y hombros haciendo que sus pechos lucieran exuberantes, sonreía tímida y luego juguetona hasta que una camarera fue hacia ella con un pastel de cumpleaños que contenía una treintena de velas encendidas en su superficie.

Oh cielos…

_Oh si bebé, ven aquí…_ Newton volteó a mirar al resto de los hombres de la mesa _Demetri hijo de puta suertudo, déjame ayudarte a soplar las velas!_ todos rieron menos yo. Nunca conocí a un hombre que tuviera menos respeto por una mujer que él.

Sabella sonrió acercándose a nosotros trayendo en sus manos el pastel, se inclinó sobre la mesa a mi lado para dejarlo delante de Demetri y apoyó sus manos en la madera, juntando sus pechos y haciendo sobresalir su culo. Dios… esa mujer quería matarme.

_Feliz cumpleaños!... pide un deseo y sopla_ dijo suavemente, creí morir, hasta su voz era jodidamente sensual.

No supe qué carajo sucedió, no supe si Demetri sopló las velas o no o si Newton finalmente lo ayudó, no era consciente de nada de lo que sucedía a mi alrededor, porque ella… la diosa encarnada estaba allí a mi lado. Cielos… pude ver su hermosa piel mojada a centímetros de mí, pequeñas gotas recorrían el camino de su columna y otras caían sobre la tela de mis pantalones sobre mis rodillas, quería tocarla… tan mal. Ella estaba a centímetros de mí, podía tranquilamente alzar la mano y sin estirarla, tocar su culo, su cadera, su cintura angosta, su brazo, pero me contuve a duras penas.

Entonces ella movió su cabeza hacia mi dirección y clavó sus orbes verdes en mí, de cerca parecían verde oscuro, casi con un marrón rodeándolos, exóticos… increíblemente hermosos maquillados con un negro esfumado que la hacían lucir misteriosa, obscura. Una de sus comisuras se levantó formando una sensual sonrisa solo para mí, mordí mi labio inferior y la miré intensamente volcando en esa mirada todo lo que la deseaba.

Oh mierda sí, la deseaba.

¿Qué más daba? La anhelaba, me la imaginaba de todas maneras fallándomela, arriba, abajo, cabalgándome con frenesí, degustando su coño y lamiendo esas gotas que caían por su espalda, sobre la pared con sus piernas abrazando mi cadera, haciendo eso que ella sabe hacer tan bien, bailando sobre mi pene y hasta haciéndolo desaparecer entre sus labios. Los más oscuros instintos se despertaban con solo mirarla, algo que jamás había sentido con nadie, algo salvaje y perturbador que hasta me daba miedo. Era imposible no sentir así.

Ella remató mi voluntad cuando entreabrió sus labios y atrapó el inferior entre sus dientes, mordiéndolo lujuriosamente al mismo tiempo que mis ojos captaron el instante en que apretó sus muslos entre sí.

¿Qué quería hacerme esa mujer? ¿Qué mierda quería lograr? ¿Que la tomara entre mis brazos y la tirara sobre esa mesa para follarla desquiciadamente? Mi pene quería, por supuesto que lo deseaba, estaba que reventaba en mis pantalones, mi cuerpo lo quería, mi todo.

Ella se separó de la mesa para aplaudir, supuse que porque Demetri había soplado las velas, me dirigió una última y peligrosa mirada y volteó para caminar hacia el centro de la pista de baile, nuevamente miró hacia nosotros y con una leve inclinación de cabeza acompañado de los eufóricos aplausos y aullidos, se despidió para desaparecer detrás del escenario.

E inmediatamente largué un suspiro profundo que parecía haber estado conteniendo por lo que duró su acto. La tensión en mi cuerpo era intensa, la adrenalina corriendo por mis venas me hacía pensar que era capaz de todo, cualquier cosa, todo lo podía… me sentía exultante y eufórico y no sabía qué mierda hacer para sacar eso de mi sistema. Tenía que hacer algo… porque no podía terminar esta noche con todo eso corriendo por mis venas, mi pene temblaba necesitado en mis pantalones y de ninguna manera Heidi iba a exceder a calmar ese fuego interno, ni siquiera sabía si ella sería suficiente.

Los clientes y los hombres de mi mesa aún aplaudían cuando me levanté de mi silla poniendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón, en un intento infructuoso de disimular mi erección. Caminé directamente hacia el bar del lugar donde estaba Jacob Black hablando con algunos clientes de club mientras con sus propias manos preparaba alguna especie de trago en la coctelera. Él se detuvo al verme llegar y se apartó de los hombres para atenderme,

_Señor Cullen… espero que el espectáculo de Sabella haya sido de su agrado._

Quise reír en su cara ¿qué si había sido de mi agrado?. Mierda…

_Por supuesto que fue de mi agrado, ella puso todo de sí en esa pista de baile y esta noche ella estuvo… increíble, hermosa, exultante_ asentí cayendo en la cuenta de que las palabras que habían caído de mi boca evidenciaban mi obvia atracción.

_Que bueno saberlo, ella se va a casa complacida al saber que los clientes quedan satisfechos._ murmuró con una sonrisa casi orgullosa,

_Precisamente de eso quería hablarle_ me acerqué a él para no ser víctima de oídos indiscretos. _¿Puedo ver a Sabella? ¿a caso es posible que un simple cliente como yo… pueda verla antes de que se vaya a casa?_ tanto él como yo sabíamos que yo no era un simple cliente. El hombre hizo vacilar su sonrisa y miró a otro punto menos a mis ojos, carraspeó repensando su respuesta que ya me imaginaba cual sería.

_Lo siento Señor Cullen_ su mirada era de disculpa _pero Sabella no suele recibir a clientes en privado_

_Por supuesto_ murmuré sonriendo sin dejar de mirarlo fijamente _pero digamos que yo solo deseo felicitarla por su actuación de esta noche, solo eso. ¿Puede ser posible que me permita verla un momento? Ni siquiera tiene que ser en privado…_

Él pareció pensarlo, pero como yo ya sabía e imaginaba, él era celoso de sus empleados y mucho más de la atracción de la noche,

_Sabella es muy celosa de su intimidad y prefiere no mezclar su parte artística con la personal señor Cullen, no creo que ella…_ quise rodar los ojos.

_Bueno_ lo interrumpí exasperado _¿cree que unos… digamos veinticinco grandes me darían un pase libre para poder verla y solo decirle unas cuantas palabras?_

Él abrió grandes sus ojos, sí… bueno, era un soborno, pero… mierda! Esa mujer me hacía realizar cosas que en mi vida había hecho.

_Hum… Señor Cullen… yo…_

_Pregúntele_ le corté.

Él por supuesto quiso replicar, pero alcé una ceja y cerró su boca. Asintió luego de unos segundos sopesando seguramente las chances y lo bien que el dinero le haría al local y a su riqueza personal, por supuesto que todos eran seducidos por el billete verde, todo el mundo era ambicioso en mayor o menor medida, lo eran.

_Vuelvo enseguida_ dijo antes de voltear sobre sus talones y caminar hasta desaparecer por una puerta lateral. Me quedé esperando allí mientras en la mesa en que se celebraba el cumpleaños de Demetri el alcohol seguía corriendo, las risas y las palabras. Sonó mi celular en el interior de mi chaqueta y lo saqué, en la pantalla solo se iluminaba un nombre.

Heidi

Fruncí el ceño y cerré los ojos peinando con mi mano mi cabello, abrí mis ojos y levanté la mirada hacia la puerta por la que esperaba ver salir a Sabella en el mejor de los casos. Sin atender la llamada guardé mi celular de vuelta. Esta vez… mi mente estaba desprendida de mi futura esposa, mi mente estaba llena de una morena ojos color verde y quería terminar por embriagarme de ella.

En el camarin…

_¿Bella?_ desde la puerta la voz de Jake llamó mi atención… volteé a verlo mientras una toalla gruesa y blanca me envolvía el cuerpo, Leydi miraba a su hermano interrogativamente… él parecía nervioso y ansioso a la vez. Parecía tener un conflicto en su mente.

_¿Jake? ¿qué sucede?_ ella preguntó mientras él tenía su mirada oscura en mí, parecía dudar de lo que quería decir.

_Es… Edward Cullen_ alcé mis cejas dejando de respirar, Leydi jadeaba a mi lado. _él quiere verte… mierda Bella, me insistió, sé que no lo haces bajo ninguna circunstancia, pero me insistió… el tipo está dispuesto a pagarme veinticinco grandes solo por verte_

Me quedé en blanco y bajé mi mirada al suelo sopesando lo que Jake dijo…

_Puta madre…_ susurró Leydi en español.

Santa mierda… pensé yo.

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Video de Sabella, a partir del segundo 18:



Hola nenas!!! Capi tres para mis lindas lectoras, ¿Qué les parece Edward? ¿Y Bella? yo me los comería... son tan fogosos juntos!! espero les haya gustado... un besote a todas!!

8 comentarios:

nessatink dijo... [Responder]

Woahooooo q calentura uffff fogoso fogoso espero y diga q si porq Ella tambien kiere..... Grax

flor dijo... [Responder]

excelente,genial,maravilloso...wow!!

Laura dijo... [Responder]

Uff este Edward es un fogoso y Bella no se queda atras mmm esta parejita se las trae,pero me cae mal Heidy q mujer mas superficial y sobre todo q con Edward es muy aburrida, y tambien q lo controla mucho no se como el le a aguantado tanto,
y ese baile de Sabella buenisimo ojala uno aprendiera a bailar asi ja, Edward casi se muere al verla bailar asi jaja,esperemos q Bella acepte verlo a solas!!

Lumy Cullen dijo... [Responder]

Mi Lu el capí estuvo fantástico, no sabes cuanto lo adore. Este fic me tiene super jukiada. Adoro a este duo. Edward esta desesperado por conocerla, pero ella no se queda atras. Veremos que sucede en el encuentro. Ansiosa por el próximo capí!!! Deseo pases un hermoso miércoles!! TQM

Bell.mary dijo... [Responder]

Simplemente genial,,,,,,,, sabes que amo esta historia y mas aun amo al papi........ me encanta poder leer nuevamente aqui la historia.......besos

Anónimo dijo... [Responder]

Hola por aqui.

Poder releer esta historia en el blog es genial, sencillamente genial, al leer por segunda vez te das cuenta de detalles que la primera vez pasas por alto y eso me encanta. Pero no voy a comentar nada sobre el capi en sí. Ya sabes que me extiendo mucho en los rr y al hacerlo temo meter la pata y desvelar algo que no debo. Solo quiero que sepas que tanto aqui como en FF te apoyo al cien por cien con eta historia que me tiene loca y lo sabes.

Besitos

Twilightmaniaca dijo... [Responder]

Hay Edward, creo que ya estas empezando a darte cuenta que Heidi no es la mujer para ti, son polos opuestos, quieren cosas diferentes, admitelo!

Oh, pero pobresito, aguantandose las ganas de tocarla y tomarla frente a esa gran audiencia... OMG! Pero que pensamientos tan sucios pero tan sexys! Amo a este Edward tan fogoso

belcullen dijo... [Responder]

Si super fogosos y me encanta