Papi
Mis piernas temblaban cuando salí de esa pista
de baile, parecía que en cualquier momento podían dejarme caer como un saco de
patatas. Estaba histérica cuando Leydi apareció a mi lado, ella como yo,
aguantando el grito desaforado en su garganta porque detrás de mí venían los
chicos que me habían llevado sobre sus espaldas cual reina, eran fornidos y
morenos y bailaban ocasionalmente cuando alguna ricachona hacía una fiesta
privada con strippers incluidos.
Miré a mi amiga con una sonrisa escondida en
mis labios y pude verlo en sus ojos, podía ver "perra suertuda",
"zángana del infierno…" "eres una bomba", si que podía
escucharlo aún sin que ella dijera una sola palabra. Sonreí mientras me envolví
con la toalla que ella me tendió y continué caminando hacia los vestuarios,
curiosamente, a diferencia del ambiente cálido del club, esa zona era fría y
demasiado solitaria, mi piel estaba como la de una gallina… aunque podía notar
que ya estaba así desde que estuve tan cerca de él.
Leydi se apresuró a abrir la puerta del
vestuario de mujeres y entré como un bólido caminando hasta mi locker, dejé
caer mi toalla al suelo y fue entonces cuando lo oí,
_!¿Viste cómo te miró?_ di un pequeño saltito
y miré con furia a mi amiga, ella se tomaba la cabeza entre sus manos, con una
sonrisa enorme en su boca roja carmín y los ojos incrédulos.
_Si, de hecho si lo vi_ dije con mi corazón
tronando en el pecho, lancé al suelo con algo de brusquedad mi
"brasier" o lo que se suponía que era, Leydi diseñaba mi vestuario y
se encargaba de hacerlo, no era tan difícil hacerlo en realidad, un retazo de
tela aquí, otro por allá, tapando solo las partes que se debían tapar, pero
esta vez quiso que saliera a escena casi desnuda… sexy pero casi desnuda.
_No pude evitar mirar ese bulto_ dijo ella
tomando la ropa mojada que despojaba de mi cuerpo y metiéndola en una bolsa _
mierda… carajo, el tipo la debe tener tan pesada como una losa_ dijo poniendo
sus ojos en blanco como si sufriera algún tipo de goce sexual y haciendo fuerza
con un brazo con el puño cerrado en señal de virilidad.
No sabía si reír o llorar, _Ley!... no seas
burda… no tuve tiempo de fijarme en eso_ dije mintiendo terriblemente, a decir
verdad si había tenido la oportunidad, cuando fui a dejar el pastel a su amigo
le di una ojeada y tuve que cerrar mis muslos con fuerza.
_Mierda Bella, esta noche te quedas o te
quedas, esto merece ser celebrado con unos chupitos_ mi amiga agitó su larga
cabellera negra y me guiñó uno de sus ojos perfectamente delineados.
_No lo sé…_ susurré tomando nuevamente mi
toalla, quería darme un baño real antes de salir allí, pero los vestidores no
disponían de ese servicio, por lo que me resigné a abrir mi locker y buscar mi
ropa.
_No, no, no señorita _ ella dijo la última
palabra en español _te vienes conmigo porque-
_¿Bella?_ desde la puerta la voz de Jake llamó
mi atención… volteé a verlo mientras la toalla gruesa y blanca me envolvía el
cuerpo, Leydi miraba a su hermano interrogativamente… él parecía nervioso y
ansioso a la vez. Parecía tener un conflicto en su mente.
_¿Jake? ¿qué sucede?_ ella preguntó mientras
él tenía su mirada oscura en mí, parecía dudar de lo que quería decir.
_Es… Edward Cullen_ alcé mis cejas dejando de
respirar, Leydi jadeaba a mi lado. _él quiere verte… mierda Bella, me insistió,
sé que no lo haces bajo ninguna circunstancia, pero me insistió… el tipo está
dispuesto a pagarme veinticinco grandes solo por verte_
Me quedé en blanco y bajé mi mirada al suelo
sopesando lo que Jake dijo…
_Puta madre…_ susurró Leydi en español.
Santa mierda… pensé yo.
Edward Cullen… el mismo hombre cuyos ojos
verdes me habían atraído intensamente en sábado pasado, el mismo al que había
tenido a centímetros de mí hacía quince minutos, el mismo del que Jacob me
habló por la tarde para pedirme que haga una inolvidable actuación para él y su
equipo. Bueno… había hecho todo mi esfuerzo por hacerlo y al parecer resultó.
¿El mismo quería verme?
_Hay mi amor, por favor vístete y nos vamos a
verlo, a ver qué quiere ese papi…_ Leydi comenzó a decir a mi lado lanzándome a
los brazos mis jeans desgastados y mi camiseta de tirantes entallada al cuerpo.
_Ley basta!_ la detuvo su hermano entrando a
vestuario y apoyándose contra la puerta cerrada, fijó sus ojos en mí _sé que no
eres de las que les gusta mezclar las cosas Bella, te conozco por años… asi
que, ignorando a mi hermana ¿qué deseas hacer tú?_
Me mordí el labio furiosamente porque maldita
sea, que me cabreen, pero yo quería gritar si, si, quiero verlo!... pero, eso
mismo era como obedecer una orden suya. ¿Quién se creía que era para
extorsionar así a Jake? ¿20 grandes solo para verme? ¿en serio? Si el tipo
podía ofrecer semejante exagerada suma de dinero solo por verme, lo veía capaz
de ofrecer sin ningún escrúpulo, otra exagerada suma de dinero para hacer algo
más, como muchos de estos excéntricos millonarios están dispuestos a hacer solo
para pasar la noche con la atracción. ¿Sería capaz él de hacer eso? ¿Sería él
capaz de querer o intentar comprar una atención sexual?
Mierda… que desilusión…
_¿Qué hago Bells?... el tipo espera_ apremió
Jake. Tanto él como Leydi me miraron expectantes, alcé los hombros…
_Dile a ese papi_ miré a Ley y le guiñé un ojo
_que se puede quedar con su dinero, que no necesitas que te paguen para
convencerme de algo, soy una persona libre que no obedece tus ordenes ni las de
nadie, por lo que si me muestro esta noche allí, en el club, será porque yo
quiero, no porque él lo pide_ dije resuelta, nadie me había comprado antes ni
lo iba a hacer ahora, por más bonitos ojos que tuviera, o boca… o cabellos..
pff… _y date vuelta que me voy a vestir Black_
Él sonrió suavemente colocando sus manos en
los bolsillos con tranquilidad y asintiendo con la cabeza, como si fuera eso
exactamente lo que estaba esperando escuchar, luego se volteó y abrió la puerta
para irse,
_Así me gusta Bells… así me gusta_ dijo antes
de irse. Sonreí negando con la cabeza, si… él me conocía bien. Era bailarina
pero no puta, eso estaba fuera de mis límites, ni pensarlo, punto. Si ese tal
Edward Cullen buscaba eso, bien podía venir los viernes, era consciente que
Vicky podía exceder a eso sin vacilaciones.
_Mierda Swan, me pusiste cachonda…_ volteé mi
mirada hacia Leydi, ella estaba mirándome aturdida abanicándose el rostro con
una mano. Luego de unos segundos comenzamos a reír como hienas mientras me
vestía.
Esa semana había pasado insultantemente lenta,
mis horas se repartían entre mis pocos momentos en casa, mis encuentros con mi
grupo de estudio, los ensayos de danzas, el restaurant y la Universidad, lo
cual era mi prioridad, porque si no era de esa manera me decía que tanto
trabajar y tanto sacrificio entre el baile y mi otro trabajo como camarera eran
en vano.
A demás esta semana fue una semana de
decisiones, finalmente Phil iba a firmar contrato con un equipo de Florida, por
lo que mi madre había comenzado con los preparativos de su inminente mudanza y
traslado. La noche del miércoles cuando llegué a casa, me había encontrado con
ambos sentados en la mesa hablando seriamente, cuando entré por la puerta y
luego de dejar caer mi mochila de cuero al suelo y sacarme mis texanas, René,
mi madre, me llamó con la mano y palmeó la silla a su lado.
_¿Reunión familiar?_ murmuré sonriendo para
tratar de desgastar el ambiente serio, no me gustaban nada esas caras. Cuando
llegué cerca de ellos besé a mi madre en su frente y le di un abrazo amistoso a
Phil _hey… ¿por qué esas caras?_
_Bella hija, hay algo que debemos discutir_
dijo mi madre rápidamente mientras yo tomaba una manzana roja y brillante del
plato que había como centro de mesa.
_Yo ya dije que me quedaba_ fruncí el ceño
dejándome caer en mi silla _pensé que ya lo habíamos hablado mamá_ le di un
mordisco a mi manzana.
_Lo sé, lo sé, no es eso de lo que queríamos
hablar_ dijo ella retorciendo sus manos mientras le echaba una mirada nerviosa
a Phil, él me miraba con condescendencia. ¿Qué se traían estos dos? Sabía que
fuera lo que fuera que tuvieran para decirme estaba directamente relacionado
con el famoso traslado a Florida, no podía ser de otra manera… sin embargo
andaba medio perdida allí, ellos ya tenían casi todo preparado y solo estaban
esperando… ¿qué? No tenía idea.
_Hablen muchachos, la verdad es que estoy
bastante cansada y-
_Phil y yo hemos pensado en vender esta casa_
dijo mi madre cortando mi perorata, me quedé mirándola con el trozo de manzana
que recién había mordido a punto de obstruir mi garganta.
Bueno… la verdad que había estado esperando
algo como eso, no en vano estaban empacando todo, de ello como testigos estaban
las cajas color caki apiladas por toda la sala.
_Oh_ susurré asintiendo _bueno…_ simplemente
no tenía palabras para decir, si ellos habían tomado ya la decisión de hacerlo
no podía hacer otra cosa que respetar eso. Aunque de alguna manera me
entristecía perder esa casa que me había visto crecer la mayor parte de mi
vida, en cada rincón de ese hogar había un recuerdo, una marca de mí y mi paso
por ella, algo que iba a quedar para los nuevos dueños, como las rayitas hechas
con lápiz en la madera del marco de la puerta de la cocina que hacía midiendo
mi crecimiento, el leve declinamiento del tercer escalón que tantas caídas me
produjo, la mancha oscura en el suelo de la cocina donde una vez manché con
sabré al cortarme con un cuchillo. Mierda… tragué saliva y miré a mi madre
sonriendo tristemente.
Ella suspiró tomando mi mano por encima de la
mesa, al menos creía que ella sabía lo que pasaba por mi cabeza. _Hija… no
estarás pensando en que te vamos a dejar sin nada ¿no?_ sonrió cómplice a Phil.
_Bella… queremos hacerte una propuesta_ dijo
Phil finalmente, llevé mi mirada a él y me sonrió de la misma manera que mi
madre _esta casa es tuya, es tu legado… tu herencia, por lo con René pensamos
en lo siguiente. Hemos estado viendo algunos departamentos cerca del Chicago
Lincon park._
Jadeé inesperadamente abriendo
desmesuradamente los ojos, oh cielos… ¿sería que…?
René rió y Phil sonrió satisfecho por mi
primera reacción, _Si, bueno… no es lo mismo que una casa, pero hemos visto
varios muy espaciosos, dinámicos, seguros y en una zona que a ti te convendría
mucho_
_Pero el Lincon Park! Son muy caros_ fui lo
primero que dije tras reaccionar. Phil rió negando con la cabeza.
_Me han pagado parte de mi contrato, por lo
que hemos decidido completar los gastos que no alcanzarían con la venta de la
casa, a demás nosotros no necesitamos mucho, tenemos visto una pequeña casa
frente al mar y estamos por cerrar el trato. Tú no te preocupes por eso, tú
solo di que si, que quieres ese departamento y lo tendrás a tu nombre y
totalmente cancelado… te lo debo Bella, por llevarme a tu madre de tu lado_
murmuró con cara de disculpa. Tomé su mano sobre la mesa ignorando la catarata
de lágrimas que deseaban salir por mis ojos y la apreté con agradecimiento.
_Gracias… yo… no sé qué decir_ murmuré
tontamente. Mi madre apretó mi mano y sorbió su nariz, ella no se había
reprimido en absoluto.
_Di que mañana pedirás tu tarde libre en tu
trabajo y me acompañaras a verlos para que te decidas, son hermosos Bells y ya
estos esperando a decorarlos junto a ti… si quieres_ dudó.
Reí levantándome de mi silla para abrazarla
fuerte entre mis brazos, _Obvio que quiero ma… veré si Leo me da la tarde
libre, me debe horas extras…_ me alcé de hombros.
Esa noche me fui a la cama con una amplia
sonrisa en mi rostro, bueno… tenía que estar triste, mi madre se iba y venía la
casa en la que había pasado parte de un vida, pero ella me había dado el
obsequio de mi vida, ella había hecho mi sueño realidad como ultima
consideración para luego abrir sus manos y dejarme ir y lo apreciaba
enormemente.
Al día siguiente a primera hora hablé con Leo,
el dueño de "Bellisima", el restaurant en el que trabajaba parte de
la mañana hasta después del mediodía. Él contempló la cantidad de horas extras
que yo trabajaba para él los fines de semana, cuando eran en realidad mis días
de descanso, así que decidió darme el día libre. Con mi madre nos encontramos
en el Lincoln park en una pequeño café que me atrajo desde las primeras veces
que pasé por allí para asistir a clases o a ensayo, tomamos un café juntas y
luego nos fuimos a ver los departamentos, cuatro en total. Anna, la agente de
bienes raíces se encontró con nosotras en el primer edificio, era muy
considerado de su parte venir sin cita previa y un montón de ocupaciones en su
agenda, pero fue paciente y profesional cuando nos guio por los distintos
lugares donde se ubicaban los departamentos.
A decir verdad todos me gustaron, todos
estaban ubicados en lugares estratégicos y eran apropiados como para una chica
como yo, eran seguros y estaban en excelentes condiciones, pero inevitablemente
me enamoré furiosamente del último.
_Es increíble mamá_ susurré obnubilada pasando
mi mano por el marco de madera oscura de la ventana panorámica que mostraba
como un cuadro el paisaje urbano del Lincoln park y el océano más allá de este,
podía hacer caminatas costeras, andar en bicicleta, salir a correr, podía hasta
tomar sol en verano en esas playas frente al lago Michigan. Volteé sobre mis
talones cuando oí la risa de mi madre, ella estaba descalza sobre el parquet de
lo que sería la sala.
_Es cálido, en invierno no tendrás frío, el
suelo mantendrá el calor de la calefacción central… a demás puedes poner una
gran y mullida alfombra de lana en toda la sala… cielos, casi puedo imaginarte
sobre el sofá tomando un chocolate caliente mientras la nieve cubre de un
blanco suave toda la ciudad_ dijo con entusiasmo mirando la sala.
_Tienes una gran imaginación mamá_ sonreí
visualizando la misma escena en mi cabeza _lo mejor de esto es que ya basta de
tomar el metro, el autobús seguirá como mi medio de transporte habitual, pero
ya no más metro_ suspiré aliviada, no iba a ser necesario teniendo la
Universidad a pocas cuadras y el restaurant a otras pocas cuadras en sentido
contrario… hasta el salón de ensayos estaba medianamente cerca, podía ir
caminando. Oh cielos… y el Pabellón de conciertos, si me concentraba mirando a
través de los edificios podía ver ese techo tan peculiar.
_¿Ya viste el baño?_ mi madre tomó mi mano y
me llevó casi a la rastra hacia el cuarto de baño, era increíble. Amplio, de
colores cálidos y con molduras cromadas en sus canillas y marcos, era amplio y
la taza y bidet estaban separados por una pared del resto del cuarto de baño,
el resto lo era todo… el lavabo, un rincón en el que visualicé unas cómodas
sillas o un pequeño vestidor y la gran bañera de mármol ovalado, lo más increíble
era la ventana que se situaba en la pared lateral de la bañera, abarcaba
prácticamente toda la pared y no era necesario poner ningún artilugio para
obstaculizar la vista, ya que de afuera hacia adentro no se veía, pero quien se
tomara un baño de inmersión en ese casi jacussi, podía disfrutar de una hermosa
vista de la ciudad, oh si… ya podía imaginarme.
El departamento tenía dos habitaciones amplias
y luminosas, todos los pisos eran de parquet y los ventanales daban directo a
un pequeño balcón en el que cómodamente cabía una reposera. Y finalmente la
cocina era lo que más me había gustado, era amplia, tenía una isla central y un
desayunador de mármol brillante, casi podía imaginarme a mí misma cocinando
allí, agasajando a amigos mientras disfrutábamos de una cena o algún aperitivo
o por qué no, llevando a algún hombre y desayunar juntos en ese desayunador
luego de una noche de pasión.
Sacudí mi cabeza, yo acusaba de la gran
imaginación de mi madre y la mía volaba aún más lejos.
El recorrido del piso terminó con mi madre
confirmando la adquisición de ese en particular y quedando con Anna en reunirse
en la semana para firmar los papeles de compra y venta y de propiedad. Mi madre
no fue capaz de decirme el precio de mi nuevo refugio, aunque le insistí… no
quería que ella se llevara todos los gastos, al menos quería ser capaz de pagar
la escribanía o lo que se relacionara con el papeleo de la compra, pero ella se
mantuvo inexpugnable. Y eso era más de lo que merecía, ese departamento era un
sueño, algo que había soñado tanto desde que comencé a trabajar. No tenía todo
el tiempo del mundo en esta vida para agradecerle por mi sueño cumplido, Phil
esa noche solo me dijo que el mejor agradecimiento que podían recibir era que
yo fuera feliz. Y no iba a traicionarlos.
El resto de los días la sonrisa tonta no podía
abandonar mi rostro, teniendo que contenerme de contarle la buena nueva a mis
amigos, a Leydi, Jake y a los chicos de la Universidad hasta que los papeles de
compra y venta no estén firmados y hasta que la llave de mi departamento no
estuviera en mis manos. No podía haber ido mejor ese fin de semana, mi número
me salía a la perfección y aprobé uno de los trabajos en grupo en el que
habíamos trabajado tanto durante días.
Y ahora… ese hombre quería verme.
Mierda..
_¿Quieres que te consiga otra ropa?... tengo
unas cuantas faldas allá arriba en el baño de Jake y algunas bombas que te
harían kilométricas las piernas, papi quedará loco_ Leydi me sacó de mis
pensamientos errantes.
_No… iré así, no me produciré más de lo que
siempre hago_ murmuré secando mi cabello con el secador, cuando terminé y mis
ondas quedaron bien definidas, me miré detenida mente en el espejo colgado en
la pared del vestidor. Lucía bien, lucía como Bella… Sabella se había quedado
atrás, con los caderines de monedas antiguas y el sostén de gasa casi
transparente con el que había aparecido esta noche. Ahora era Bella y me
asustaba un poco, era distinto mostrarme así tal cual era. Con Sabella podía
esconderme detrás de una bailarina, un personaje en particular… una especie de
odalisca dispuesta a seducir a los hombres con sus movimientos sensuales he
hipnóticos, ahora, siendo Bella… era yo misma, no me escudaba tras un velo y no
usaba mis movimientos para mantener distantes y controlados a los hombres. Era
una simple mujer que trabajaba para salir adelante e independizarse, una
estudiante promedio que deseaba con ímpetu superarse a sí misma y tener una
carrera, solo Bella.
Bien… tenía que sacar mi Sabella interior y no
dejar que ningún hombre me intimidara.
_Espera!, un toque…_ Leydi tomó mi orilla
inferior de mi camiseta sin mangas e hizo un nudito a la altura de mi cintura,
de esa manera mi camiseta quedó ajustada a mi cuerpo mostrando un poco de mi
vientre y ombligo, esta noche me había puesto mi pequeño percing allí, una
perfecta imitación de diamante. Mis jeans desgastados se ajustaban a mi cadera
y a mis piernas como un guante y mis botas texanas le daban un toque más que
sexy a mi atuendo, valla… no era tan difícil sentirse Sabella mientras era solo
Bella Swan.
Definitivamente era bueno sacar mi Sabella
interior, mi alter ego me ayudaba mucho en ciertas ocasiones donde tenía que
ser segura y femenina.
_Perra sexy… ¿será que papi tiene algún amigo
interesante?_ dijo Leydi a mi lado mientras sus ojos recorrían mi cuerpo en el
espejo.
_Ley!_ dije dándole un codazo en las
costillas, ella aulló y se alejó de mí _deja de babear sobre mí, quizá le
puedas ayudar a soplar las velas al cumpleañero que estaba en su mesa_
_Mmm… quizá_ dijo ella lamiéndose los labios
algo exageradamente.
Riendo salimos de los vestuarios, la música
había aumentado su volumen y ahora es cuando se convertía en una especie de
club discoteca, me gustaba esas noches en que el lugar rebosaba de gente, esas
noches que, aunque el club fuera privado y selectivo, muchos pagaban su
invitación a un alto precio. Este parecía ser uno de esos sábados.
_Woou!_ gritó mi amiga mientras salíamos de la
mano por la puerta lateral de la barra de bebidas, el lugar estaba casi a
oscuras, solo la tenue luz de las luces empotradas en el bar o las velas de las
mesas daban iluminación al lugar, _Vamos a tomar algo!_
Caminamos entre la gente hasta la barra, pude
notar las miradas lascivas de algunos de los presentes que me reconocían, pude
sentir algunas manos cepillando mi piel de la cintura o mi baja espalda,
mierda… por eso evitaba esto, pero bueno… ya que estaba en el baile, a bailar.
_Hey! Ahí están mis calientes chicas!_ exclamó
Jake detrás de la barra, él trabajaba a la par con los empleados preparando
tragos, así había comenzado con este negocio y así parecía que iba a seguir,
Leydi era la que mayormente llevaba los números del local, le pagaba a los empleados
y hacía negocios con los proveedores, aunque se podría decir que era mayormente
una sociedad entre ambos.
_Eeuu… ¿a tu hermana le estás diciendo
caliente?_ se quejó mi amiga dando un saltito sobre la barra apoyándose en su
vientre y dejando su culo al aire, su brazo buscaba algo debajo de la barra.
_Chupitos!_ gritó volviendo a su lugar con una botella de tequila, unos limones
y la sal precariamente sostenidos en las manos. _Cuchillo Jake! Y vasos…
ahora!_
Mientras ella se ocupaba de preparar nuestros
chupitos, mi mirada comenzó a divagar por el lugar. Estaba lleno sí, pero no al
punto de no poder ver a través de la gente, la pista de baile en la que yo
había hecho mi número, ahora estaba ocupado con parejas bailando al compas de
David Guetta, no pude evitar detener mi cuerpo, que pedía más baile. Metí mis
manos en mis estrechos bolsillos traseros de mis pantalones y comencé a moverme
en mi lugar mientras miraba a los cuerpos en movimientos unos metros más allá
de mí.
_Bella!_ Leydi llamó mi atención y me acerqué
a la barra para tomar entre mis dedos un chupito _ la sal… y a la cuenta de
tres _ dijo mientras amabas lamíamos el dorso de nuestra mano, ella echó la sal
en el lugar y colocó el gajo de un limón frente a mí. _¿Preparada?_
_Obvio!_ dije ansiosa.
_Uno! Dos!... Dos y medio…_ rodé los ojos y
ella rió _Tres!_
Ambas lamimos la sal de nuestra piel y tomamos
el chupito de un solo sorbo, Aghh! Quemó como la mierda pero pasó cuando tomé
el gajo de limón y lo puse en mi boca para chupar con fuerza.
_WWou!_ grité dejando con fuerza el vasito
sobre la barra. Lamí mis labios y estaba preparada para más…
_Hey_ Leydi se acercó a mí cómplice _a tu
izquierda, a las nueve horas…_
Reí mirando a mi amiga y frunciendo el ceño
_Ley! ¿qué clases de películas has estado viendo últimamente?_ ella rodó los
ojos.
_Ok, ok, noche de películas con Jake ayer,
Brigada A, Código de honor e Indiana Jones y la última cruzada_ admitió con
desgana _pero ahora por favor mira hacia tu jodida izquierda._
Y miré a mi izquierda. Al principio no sabía
de lo que me estaba hablando mi amiga, barrí con mi mirada la zona de las mesas
y el área vip y entonces comprendí, mis ojos se trabaron con un par de ojos verdes
que me miraban como si quisieran atravesarme. Allí… aún sentado en la mesa con
sus amigos estaba él, Edward Cullen. Y mierda… lucía como si fuera el único
hombre en el puto lugar, al menos el único que sobresalía.
Estaba sentado en la silla, mirando hacia mi
dirección, sin saco y con la camisa con los tres primeros botones desabrochados
y las mangas arremangadas hasta el codo. Una pierna extendida delante de él
desenfadadamente, un codo sobre la mesa sosteniendo en su mano una copa wisky y
la otra sobre su regazo… oh mi dios, parecía que su pulgar acariciaba cierta
parte de su anatomía oculta o no tan oculta tras sus pantalones… ¿cómo podía
hacer algo así en este lugar?, bueno prácticamente estábamos a oscuras, su
cabello salvajemente despeinado y sus ojos algo más oscurecidos mirándome con
los parpados caídos, parecía ligeramente bebido.
_Mierda, cómo te mira papi mujer!_ dijo Leydi
a mi lado, yo no podía despegar mi mirada de él. Era como un imán, algo
superior a mí que me atraía al punto de hacer desaparecer a todos alrededor,
era como un muerto de hambre que ve comida por primera vez, así me miraba él,
así lo miraba yo.
_Quiero otro chupito_ dije por lo bajo,
respiré profundo y yo misma volvía a llenar mi chupito con tequila hasta el
borde, sonreí a Leydi y desvié la mirada hacia Edward Cullen, él simplemente
estaba allí con sus ojos fijos en mí. Me sentí osada… sentí que Sabella estaba
pujando por salir, así que levanté mi mano y sin dejar de mirarlo lamí la piel
del dorso lenta y tortuosamente. Reprimí una sonrisa cuando lo vi removerse
sobre su silla. Leymí hizo el mismo procedimiento que con el primero, puso sal
en la mano de ambas y a la cuenta de tres llevamos rápidamente nuestros vasos a
los labios y lo tomamos de un solo sorbo. Esta vez la sensación de ardor no fue
tan intensa pero igualmente tomé el limón y volviendo mirar a Edward me lo metí
en la boca para chuparlo.
_Oh puta madre, lo vas amatar al pobre- dijo
Leydi antes de aullar. Sonreí y miré a Jake que nos miraba a ambas con las cejas
alzadas. Reí comenzando a volar en la sensación de libertad y liviandad que me
daba el alcohol en las pocas veces que lo probaba, cerré los ojos y dejé caer
la cabeza hacia atrás disfrutando de ese estupor que nublaba parte de mis
sentidos.
_Bella!_ abrí los ojos cuando sentí mi nombre,
Eric, uno de los encargados de la barra me miraba como solía mirarme, con deseo
y cierto nerviosismo. _¿Quieres un "Orgasmo"?_ sonrió acercándose a
la barra apoyando sus manos. Abrí ampliamente los ojos y comencé a reír histérica,
_¿En serio eres capaz de darme uno Eric?_ dije
juguetonamente acercándome a él hacia la barra, no era capaz de hacer eso si la
bebida y Sabella estuvieran influyendo en mí. Eric era un buen chico, él solía
ponerse nervioso ante mi presencia y a veces hasta tartamudear cuando me
dirigía la palabra, pero al parecer esta noche nos hacía osados a todos.
_Muchos si quieres…_ dijo él guiñándome un
ojo. Sonreí mientras oía el aullido de Leydi a mi lado, testigo de nuestra
conversación juguetona. Eric sonrió de lado lánguidamente pero luego desvió su
mirada por encima de mi hombro y su sonrisa decayó un poco,
_Vamos Eric… estoy esperando mi
"Orgasmo"…_ murmuré con lo que a mi parecer fue un tono erótico.
Eric no respondió, simplemente volteó hacia
Jake que lo llamó mirándonos con cautela y fue hacia él. ¿Qué mierda…? ¿Y mi
trago?
Me quedé mirando allí en la barra a Jake con
el ceño fruncido, él había enviado a Eric a la cocina y luego me dio la espalda
haciéndose en desentendido. Iba a gritarle algo, empujada por mi reciente
osadía, pero me quedé allí paralizada por una electrizante corriente rodeando
mi cuerpo, lo sentía en mi espalda precisamente, como si algo estuviera a punto
de tocarme… como si los bellos de mi cuerpo se alzaran expectantes ante esa
sensación… un hormigueo generalizado. Volteé mi cabeza hacia Leydi y me di
cuenta de un brazo a mi lado, rozando mi cintura, un brazo masculino
sosteniéndose de la barra mostrando su fuerte antebrazo y su manga arremangada
hasta el codo. Oh dios…
Alcé la mirada sin mover mi cabeza y me topé
con los ojos negros de Leydi que bebía de su copa mirándome con intensidad,
pude atisbar un sutil movimiento de su cabeza indicándome que obviamente
alguien estaba detrás de mí. Me mordí el labio mirando nuevamente el brazo
sentí un estremecimiento en mi baja espalda cuando sentí un par de dedos
rozándome a penas y casi imperceptiblemente la piel descubierta.
Sabella no me abandones, Sabella no te atrevas
a irte… me grité internamente.
Tragué en seco y sin dejar de mirar ese brazo
volteé sobre mí misma dejando mi espalda apoyada en la barra, alcé la vista
hacia el propietario de tal extremidad.
Uff… bueno, ahí estaba… Como una aparición
frente a mí, con su cabello revuelto y sus labios esbozando una suave sonrisa
torcida, sus verdes y chispeantes ojos fijos en los míos por segundos fijándose
en mi boca. Me mordí el labio y no pude evitar regocijarme cuando él los miró y
sacó su lengua para mojar los suyos propios.
_Sabella…_ susurró a penas, él subió su otra
mano hasta mi otro costado y la apoyó en la barra de modo que quedé entre ésta
y su cuerpo, enjaulada. Él dejó de mirar mis labios para mirar mis ojos y tragó
en seco, me estremecí cuando vi subir y bajar su manzana de Adán y luego se
acercó un paso hacia mí. Dios… el tipo parecía hipnotizado, poseído por algo. Y
yo estaba sin palabras, entumecida en mi lugar, con mi respiración agitándose
segundo a segundo queriendo a toda costa aparentar tranquilidad. Él pareció
salir un poco de su entumecimiento y tomó una respiración profunda exhalando
luego lentamente _ al fin doy con la esquiva Sabella_ su voz era profunda y
áspera, tan sensual que calaba hondo dentro de mi sistema. Tomé una respiración
tranquila e invoqué a la Sabella astuta que no se amedranta ante ningún hombre
que quiera flirtear con ella.
_Disculpa si crees que soy esquiva, no soy de
esas personas que se aparecen ante los ojos de alguien solo porque ese alguien
lo deseó_ dije lo más segura posible. Comenzaba a sentirme osada, despiadada…
que un hombre me mirara de esa manera como la que él me miraba, me daba cierto
poder, un golpe de autoestima muy grande a parte de la que tenía. Mierda… cada
mujer debería ser mirada de esa forma, no habría de esa manera, mujeres
depresivas o desvalorizadas.
_Pues deberías ser esa clase de mujeres,
porque sinceramente y con toda la honestidad que me caracteriza, eres como una
preciosa aparición._ él se acercó más a mí, dejando su rostro solo a
centímetros. Sabía que estaba algo tomado, podía oler el wisky a kilómetros,
pero eso no me impedía jugar un poco con él. sonreí de lado y me di el gusto de
acariciar su pecho por sobre su camisa juguetonamente, mis dedos rozaron el
vello que sobresalía en la abertura de su camisa... mi saltaba la lengua por
poder lamerlo.
_Si, suelen decirme eso… mucho_ murmuré con
falso desinterés, mis ojos fijos en los suyos… si llegaba a bajar mi mirada a
sus labios, estaba perdida. _no eres el único hombre por aquí ¿sabes?_ bajé mi
mano a mi costado.
Él alzó las cejas y sus ojos verdes se
oscurecieron de pronto, como un velo oscuro que cubrió su mirada, mis piernas
temblaban al verlo así, su rostro más su cabello algo mojado por la
traspiración o lo que fuera, cielos… involuntariamente junté mis muslos para
calmar el calor de mi clítoris con el roce de mis bragas y la costura de mi
pantalón _Olvida los demás hombres, olvida todo lo que puedas recordar Sabella,
porque te aseguro que lo que siento yo cuando tu apareces, no es capaz de
sentirlo nadie_
Ignoré el temblor en mis piernas y la terrible
necesidad de restregar nuevamente mis muslos, no podía masturbarme en publico y
delante de él, tendría que esperar llegar a casa y jugar con mi didlo rosa. Me
mordí el labio e inflé mi pecho tratando de tomar el aire que de pronto me
hacía tanta falta.
_Me alegro causar ese efecto en ti_ dije
suavemente _ese es mi trabajo, ese es el objetivo del baile, hacer creer a los
hombres que no hay nada más en el mundo que esa mujer que contornea las caderas
frente a su rostro_ me erguí entera para estar unos centímetros más cerca de
sus labios _y créeme que vi tus reacciones, las vi muy bien_ bajé mi mano para
rozar con mis dedos su dura erección, diablos... quería apretarla, pero iba a
ser demasiado para el pobre.
_Mierda preciosa_ cerró los ojos fuertemente y
pellizcó el puente de su nariz con una mano _¿por qué no viniste cuando te
mandé a llamar? ¿Sabes cómo me tienes?... oh si, claro que lo sabes, ¿te
gustaría verlo? ¿tenerlo dentro de tu linda boquita? ¿te gustaría sentirlo entre
las piernas en vez de andar restregándote frente a mi?_ sentí la tensión en su
voz, mis ojos bajaron por su cuerpo involuntariamente y se fijaron en la
abultada entrepierna, mierda… mis dedos picaban por ir allí y apretarlo en toda
su extensión y comprobar si era tan grande como se notaba. Tragué saliva y
volvía a mirarlo a los ojos y lo encontré sonriendo de lado muy pegado de sí
mismo.
_¿Sabes?_ cerré los ojos cuando su boca se
acercó a uno de mis oídos, su cuerpo dio un paso hacia adelante y tragué en seco
cuando noté sutilmente la dureza en mi muslo, mi corazón latía en mi pecho como
una locomotora _no puedes ser tan mala como para dejar a un hombre así, en
tales condiciones. No puedes ser tan bruja para dejarme con el pene duro y
caliente, goteando y necesitado por toda la semana, me las tuve que arreglar
solo el sábado pasado ¿sabes?, mi mano quedó acalambrada. Y luego esto...
vienes esta noche y haces lo que hiciste en ese escenario y encima de todo eso…
ignoras mi llamado_ sentí la punta de su lengua acariciar el lóbulo de mi oreja
y cerré los ojos sintiendo mi humedad entre mis piernas y entonces... me
paralicé.
_Puedo… y ¿sabes por qué?_ dije con dureza
_porque no soy una puta. Tú pretendiste comprar mi presencia como si Jake fuese
mi proxeneta, tú preferiste chantajear a alguien honesto a respetar mi
intimidad… y sé que alguna parte de ti pretendía pagar para follarte esta noche
¿no es así?_ pregunté separándolo de mí con mis manos bien plantadas en su
pecho, traté de ignorar el hecho de que parecía fuerte y bien formado y lo miré
_lamento decepcionarlo Señor… ¿Cullen?, pero no soy de esa clase de bailarinas,
si quiere una prostituta… búsquela en otro lugar_
Con eso dicho di media vuelta y vi a Jake
frente a mí a la espera de intervenir si era necesario, sabía que él respetaba
mucho a sus clientes más convenientes, pero sabía también que mi amigo cuidaba
mucho más de sus empleados y amigos. Tuve el impulso de apoyar mis manos sobre
la barra y alzarme con un pequeño salto para besar la mejilla de mi amigo, que
me miraba incrédulo. Y sabía que detrás de mí le estaba dando un primer plano
de mi culo a Edward Cullen, mucho mejor… que le explotara la entrepierna. _Nos
vemos Jake, me voy a casa… estoy cansada_ salté hacia abajo volviendo a mi
lugar, sin mirar detrás de mí, tomé la mano de una Leidy que literalmente
babeaba y la llevé con migo casi arrastrándola.
_Vamos nena, suficiente por esta noche_ dije
tirando de ella hacia la puerta de salida. Miré sobre mi hombro y casi me pongo
a saltar cuando vi a un incrédulo Edward aún mirando el lugar donde antes había
estado parada yo.
Sentía desilusionarlo, pero por nada quería
que me subestimara. Y también sabía y casi deseaba que siguiera viniendo al
club, sería lindo verlo otra vez tratando de retenerse en los pantalones.
Sacudí la cabeza con una sonrisa, Edward Cullen sería lo que fuera, no me
interesaba… pero él si iba a saber quién era yo.
_Dejaste a papi babeando_ susurró cómplice Ley
a mi lado. Me alcé de hombros…
_Que tenga cuidado de no formar un charco…_
reí.
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Aauuuu así de hace Bella! para dejar en claro
quién es ella. En qué mujer te fijaste papi!
10 comentarios:
jajaja pobre Ed...
Ja pobre Edward lo dejaron con las ganas,pero esta bueno q Bella le dijo eso para q él vea q ella no es una mujer facil!,
lo dejo bien incredulo al pobre jaja,me encanta este fic esta buenisimo...
Muy buen capitulo........amo al papi........ y que pantalones de Bella para pararse frente a el y dejarle bien claro que clase de bailarina es ella........bien por ella........Besos y gracias Lu
Ajuuuuuuu asi Se hace Bella q sepa quien eres y te respete.... Esta genial........
me encantó el capi; que bella no permita que la irrespete por tener dinero, ser bailarina no es significado de prostituta, es una profesion. otro capi por favor
Este es el papi que nos trae locas a todas las nenas del mundo...MUACKKK PAPASITO TE AMAMOS.....GRACIAS LULLA por publicar esta maravillosa historria en tu blog me gusta mucho leer aquí pero igual sigo enganchda en ff es ya una adicción para mí esta y todas tus historias BESOS LINDA......Elizabeth Valero
Mi Lu me encanto que Bella se de a respetar por Edward, así el la tomará mas en consideración. Además dicen que cuando una se resiste, crea mucho más interes. Me encanta el rumbo que esta tomando la historia. Estoy ansiosisima por el próximo capí. Por otro lado, me encantó las fotos del apartamento estan fabulosas!!! Veremos a ver que sucede!!!!
muy bueno me diverti mucho no lo hagas sufrir a edward tanto.esta historia promete mucho.espero que actualices pronto.
Ja! Asi se hace Bella, que te respete, no porque tengas un trabajo donde debas de parecer sensual y deseable no quiere decir que lo seas, en algunos casos, como este
Ya me imagino la cara de Edward, aww... :c pobresito
Me encantó,impresionante,no tengo palabras
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