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Gracias por tu visita, los fics que se publican aquí son salidos de mi imaginación, con los personajes prestados de la gran Meyer… te agradecería que me avisaras si ves algún fic mío publicado por la web, eso se llama plagio y hay que combatirlo. Gracias!

Te toma muchos minutos leer un capitulo? Entonces puedes tomarte un minuto para comentar, no pido nada más. Escribe que algo dejas y lee que algo llevas.


Exótica, capitulo 5: Ofrenda




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Ofrenda


_Mierda!..._ desabroché mis pantalones frenéticamente, no aguantaba más… no lo soportaba, si no lo hacía cuanto antes iba a explotar en mis pantalones. _¿Cómo… carajo!..._ siseé entre dientes, pequeños gemidos lastimeros salían de mi garganta, agónicos… lamentos que reflejaban el dolor de mi pene erecto. _Maldita…_ gruñí cuando dejé caer mis pantalones hasta los muslos y bajé mis bóxer que ya estaban manchados con semen pre eyaculatorio, mi duro miembro saltó con las venas sobresaliendo en su longitud y la cabeza tomando casi un color morado… _mierda, mierda… vaamoss_ gruñí entre dientes rodeando con furia mi pene con mi mano y comenzando a bombear. Jadeé… Dios! Cómo la deseaba, tan mal… la deseaba ahora más que antes tan jodidamente mal.

¿Qué mierda pasaba conmigo?

Cerré los ojos y abrí mis piernas lo necesario adelantándome un poco en ese pequeño espacio de modo que la taza del inodoro quedó entre mis piernas, dejando caer mi cabeza hacia adelante apoyé mi frente en los azulejos blancos de la pared, jadeante como perro en celo y dominado por una corriente excelsa de lujuria y deseo alcé mi camisa con mi mano libre y empujé mis caderas hacia adelante envistiendo mi mano al ritmo de mis movimientos… imaginando pobremente que ese era su coño, dulce, estrecho y caliente… mierda, la deseaba!

_Sabella…_ gruñí imaginándome por un momento sostenerla de esa cintura estrecha, sus pechos sacudiéndose con cada una de mis envestidas y sus manos sosteniéndose sobre la mochila de agua de la taza, mientras mi lengua se hunde en su ombligo adornado con ese puto piercing que esta noche me encendió tanto. _Vamos bebé, vamos…_ mascullé entre dientes mientras mi dedo pulgar apretada la cabeza de mi pene, estaba cerca, podía sentirlo… la presión abrumadora y desesperante en mi bajo vientre, mis bolas se pusieron duras y apretadas. Bajé mi mano libre a ellas y las masajeé imaginándome que era su mano la que lo hacía… _Mierda, maldita… maldita… me corro_ gemí apretando mi mano en mi pene, llevé un dedo de mi otra mano un poco hacia atrás hasta alcanzar mi perineo y acentuando la caricia en círculos allí con mi dedo mayor… _Oh!_ dejé caer la cabeza hacia atrás apretando los dientes, casi desencajando mi mandíbula… bombeé varias veces más mi pene junto con ese pequeño lugar hasta que sentí el semen corriendo por mi longitud como lava caliente y explotando en un increíble orgasmo. Gruñí como desquiciado mientras los chorros calientes de mi semen se disparaban sobre la taza haciendo un lio… estaba enceguecido, juro que vi las putas estrellas.

Cuando terminó mi pene de sacudirse y eyacular, me dejé caer sobre la pared lateral de ese pequeño lugar, jadeante, mojado por mi sudor, delirante y ligeramente más sobrio. Con solo un rostro en mi mente… el rostro que se había atrevido a rechazarme esta noche.

Una sonrisa se extendió por mi rostro… y cómo me había rechazado señores! Si antes estaba caliente con Sabella, ahora mi obsesión con ella había crecido a límites insospechados.

Unos minutos pasaron lentos allí mientras mi respiración se acompasaba y trataba de restablecerme, juntando mis pedazos que habían estallado con mi propio orgasmo. Subí mi pantalón luego de guardar mi miembro flácido dentro de ellos y acomodé precariamente mi camisa, reí ligeramente mientras salía de ese pequeño baño, había hecho lo que los hombres en ese club hacían luego de ver a Sabella bailar.

Pero fue inevitable, no pude soportar… ella se fue y lo primero que hice luego de volver de la perplejidad en la que ella me había llevado, fue salir pitando hacia el baño y hacer lo que acababa de hacer. Cuando abrí la puerta del baño y salí, uno cuantos tipos estaban allí esperando en la fila, tipos que me miraron con la pregunta hecha en la cara y otros con reprensión… si, claro… cómo si ellos no fuesen a ese baño a masturbarse como lo había hecho yo. De seguro habían oído mis gruñidos y otros sonidos bonitos.

_Cúlpenme!_ grité alzando las manos mientras caminaba hacia mi mesa, los miré sobre mi hombro _igual se las dejó dura… ¿he?_ reí negando con la cabeza.

Llegué a mi mesa y tomé mi saco que colgaba del respaldo de mi silla, sentía los ojos de uno de mis compañeros de esta noche, cuando alcé mi mirada Jasper estaba con sus ojos celestes fijos en los míos.

_¿Qué?_ bufé poniéndome mi saco.

_¿Ya te vas?_ murmuró antes de tomar un sorbo de su wisky. _Ya no hay nada que te interese ¿no?_

Desvié mi mirada hacia Alec, mi cuñado, él estaba hablando a carcajadas con Ben, por lo que no me reprimí a la hora de contestarle a mi amigo.

_Lo único que me interesaba se acaba de ir_ murmuré inútilmente, recordando que minutos atrás fui descaradamente explicito cuando caminé hasta ese bar a seducir a una Sabella no tan dispuesta. Mis amigos eran discretos, podía confiar en ellos, pero Alec… era mi cuñado, el esposo de la hermana de mi prometida. ¿Podía acaso confiar en él? Simplemente su relación con Jane era muy estrecha, cómplices diría yo tal cual lo eran mi hermana y Jasper… temía que le contara que me calenté con una bailarina y ella se lo trasmitiera a Heidi. No debía arriesgarme.

_Bien… que duermas bien_ sonrió burlonamente alzando su vaso de wisky, el hijo de puta sabía lo que esa mujer hacía en mí, él sabía que esta noche para mí dormir se iba a ser difícil, mucho más si los sueños eróticos con esa maldita volvían a perturbarme.

Mierda.

Cuando me despedí de todos me encaminé hacia la barra donde ella había estado media hora atrás. Su jefe… o más bien amigo o quién sabe qué más, estaba allí secando un par de vasos ¿Qué no era el jefe?. Cuando su mirada captó mi presencia, la sonrisa que había estado esbozando cayó ligeramente… bien, aquí vamos.

_Hey!_ dije acercándome a la barra, él se acercó a mí con una sonrisa tan fingida como los gemidos de mi novia en plena follada. _Jacob Black... a quién buscaba._

Él alzó una ceja y rió ligeramente negando con la cabeza _¿En qué puedo servirle Señor Cullen?_

_Bueno… resulta que hablé con Sabella, pero idiota yo… que no anoté su número telefónico_ golpeé mi frente con mi perfecta actuación de hombre olvidadizo _ella me lo dijo y no puedo recordarlo, por favor Jacob… ¿puedes repetírmelo así esta vez lo anoto en mi celular?_

Y vi su puta mirada "a mí no me engañas" luego de tan solo unos segundos. Mierda… lo comprendía, hasta yo mismo me daba cuenta de que me estaba convirtiendo en un mentiroso, maníaco sexual y bebedor compulsivo cuando se trataba de Sabella… ¿por qué?

Él rió una vez más alzando una ceja oscura, _Señor Cullen, creí que le había quedado claro el pedido de B… Sabella, en no querer que se intervenga en su intimidad. Yo al menos como su empleador… lo entiendo_

Mierda…

_Bien, yo también lo entiendo Jacob, por supuesto que lo entiendo, ella me lo dejó muy claro esta noche, pero… mierda_ rastrillé mis dedos por mi cabello _solo dame su número, solo… quiero disculparme por mi estupidez, pon un número si quieres lo que sea… pero lo necesito_

Él alzó ambas cejas _¿Nuevamente con la intención de poner dinero de por medio?... Señor Cullen, pensé que ella le había dejado claro que no estaba a la venta, ni su presencia, ni su intimidad ni ella…_

_Mierda sí, lo sé_ agaché mi cabeza y abrí las palmas de mis manos sobre la madera de la barra, las empuñé y golpeé la madera con frustración. _Dame el número Jacob Black, te aseguro que no quiero más que disculparme y comenzar de cero con ella, no soy un enfermo…_ aunque lo pareciera, rebatí por dentro _solo quiero disculparme, puedo asegurártelo, te lo juro…_

Él me miró por un momento y suspiró casi resignado… casi.

_Lo siento Señor Cullen, si quiere obtener el número de Sabella va a tener que pedírselo a ella misma_

Jodida puta madre!

Respiré profundo y dejé caer la cabeza hacia adelante. ¿Por qué esta mujer se me estaba haciendo tan difícil? ¿Por qué si era una simple bailarina? ¿A caso no era como otras que osaban acostarse con millonarios excéntricos solo para obtener un buen recaudamiento económico? ¿Por qué ella era diferente? ¿qué la hacía tan especial como para no querer aprovecharse de la situación? Estaba dispuesto a pagarle si ella no se ofrecía voluntariamente a mí esta noche, estaba más que dispuesto a firmar un cheque por el jodido número que ella pusiera, podía hasta darle la combinación de mi caja fuerte en el banco de lo tan caliente que me encontraba… ¿por qué ella solo no lo había aprovechado como cualquiera lo haría?

Porque ella te había demostrado en sencillas palabras que era diferente Cullen.

Pero… ¿por qué?

Cielo santo, de repente quería saber de ella, quería saber de su vida, quería conocerla, quería entablar una conversación con ella, quería follarla más que nada… pero también conocerla. Quería verla de nuevo con un demonio.

_Dime Jacob al menos… dame una pista… ¿Es Sabella su verdadero nombre? ¿Algún otro lugar donde ella baile? ¿algún otro día en el que ella baile? ¿su número de calzado? ¿su puto color favorito!_

Él cerró los ojos visiblemente exasperado y una sonrisa de quiso revelar en mis labios, la supe mantener escondida. Alzó su cabeza y me miró con determinación, no tuve que ser adivino que algo iba a ganar…

_No es Sabella su verdadero nombre, es bailarina exclusiva de "Enigma" y solo actúa los sábados, su número de calzado es 7 y el azul la vuelve loca… no diré nada más de ella y si me permite decirle algo más de ella…_ él se acercó más a mí con sus ojos fijos en los míos y su mandíbula apretándose fuerte _ella no es una puta… usted ni siquiera tiene una leve idea de lo que ella es_

Exhalé el aire que estaba reteniendo ante la expectativa y asentí tranquilo. Bien… no iba a obtener más que esas escuetas respuestas, eso estaba claro… pero no me iba a rendir, de eso estaba seguro.

Salí de ese bar como si el diablo me llevara, no quería desquitar mi frustración con ese hombre que estaba visto a leguas, que la protegía. Y se lo agradecía… tal vez yo no era el único hombre totalmente seducido y desbocadamente obsesionado con ella que preguntaba sobre su número o que pedía arrogantemente hablar con ella. Algo que, al pensarlo, me desquició. Apreté los puños sobre el volante de mi Aston… de solo pensar en otros hombres en la misma posición en la que me encontré con ella hoy despertaba mi más oscura necesidad de golpear a alguien, de romperle la cara, de matarlo.

_AAH! Mierda Sabella! ¿Qué putas me estás haciendo maldita?_ grité desquiciado mientras aceleraba en las calles de Chicago alejándome del único lugar en el que mi deseo bullía como ríos de lava caliente y blanda… solo por una bailarina.

No hubo masturbación esa noche de sábado cuando llegué a mi penthouse, no tuve fuerzas más que para sacarme la ropa y dejarla donde tuviera la suerte de caer y meterme debajo de mis sábanas de seda blanca, cerrar mis ojos y perderme nuevamente en sueños malditos donde una diosa de cabellos castaños y ojos verdes me tentaban, me seducían al punto de volverme loco.

¿No era sacrilegio follar con una diosa? ¿no era suerte de elegidos acaso? Eyacular dentro del vientre de una mujer como ella ¿no era la mejor de las suertes?... ya lo creía que si… y yo quería follar a esa Diosa. Quería marcarla e inundar sus entrañas de caliente y blanco semen… una y otra vez.

Conduje ese domingo al mediodía con la cara fruncida por el dolor de cabeza, Heidi por supuesto de había encargado de activar mi alarma a las diez de la mañana y había sido un tremendo esfuerzo levantarme de esa cama en la que tan deliciosamente estaba soñando con cierta castaña. Tomé un sorbo de mi agua mineral tratando de calmar la jodida sed que tenía desde que me levanté y acomodé mis Raybands sobre mi nariz, la mansión de los Vulturi apareció a la vista mientras atravesaba uno de los barrios residenciales más exclusivos de Chicago, el Golden Coast. Sin duda los ricos más ricos tenían su pedazo de cielo en ese lugar, la belleza arquitectónica con la que me topaba cada vez que visitaba a mis suegros era abrumadora y me hacían pensar en un futuro dedicarme a arquitectura social… aunque por ahora prefería quedarme con la pública, de esta manera las obras arquitectónicas eran valoradas y mantenidas con su fachada y utilidad inicial.

Mi Aston Vanquish se desvió hacia una de las residencias mas magnificas de ese lugar, la residencia Vulturi. Era una mansión que databa del siglo XIX, tras una sucesión de generaciones, los padres de Heidi la habían heredado en precarias condiciones, esto quedó atrás cuando luego de una inversión muy costosa, Aro y Sulpicia Vulturi la renovaron hasta el punto de combinar perfectamente la arquitectura del siglo XIX con la moderna. Era una mansión victoriana blanca en su totalidad, las ventanas habían sido cambiadas por amplios ventanales de marcos de mármol con jardines colgantes desde donde las plantas trepadoras estaban comenzando a cubrir parte de las paredes blancas, lo cual le daba un toque bastante personal. Los jardines de Sulpicia coronaban esa fabulosa mansión, la vista una vez que se traspasaba la reja de seguridad era envolvente, ella contrataba jardineros profesionales para mantener las hectáreas con las que contaba las extensiones del terreno, con exquisitas plantas exóticas y una amplia variedad de flores y árboles. Una interesante fuente de agua que imitaba un manantial me recibió en la entrada cuando seguí el camino adoquinado con mi Aston. Rice, uno de los choferes de la casa, salió a recibirme mientras bajaba de mi auto, le entregué las llaves y luego de un respetuoso saludo subí las escalinatas del porche para entrar a la casa de mi futura familia política.

_Mi amor!_ la voz de Heidi me hizo apretar mis dientes, Dios… no me había dado cuenta que era tan… aguda. Sus taconazos me indicaron hacia dónde mirar, ella venía bajando las escaleras de mármol con sus tacones de quince centímetros. _Llegaste!... mi padre te estaba esperando junto con Alec, están en su despacho jugando ajedrez._

Mierda, ajedrez, amaba ese juego de mesa cuando era niño, pero mi suegro me hizo odiarlo luego de hacerme jugarlo por tres años cada domingo.

_¿Cómo la pasaste anoche cariño?_ ella se colgó de mi cuello y mis brazos la tomaron de la cintura. Sus labios rápidamente tocaron los míos pero solo un monosegundo, porque cuando yo estaba dispuesto a violar su boca con mi lengua ella se alejó con la nariz arrugada. _Edward!... ¿Cuánto alcohol tomaste anoche? Por Dios… tu hígado se está fermentando allí adentro_

Rodé los ojos por tal exageración, si antes de salir de casa me había tomado litros de agua, me había lavado los dientes dos veces y estuve en la ducha hasta que mi piel se asemejaba a uvas pasas y mastiqué goma de mascar de menta porque sabía que mi novia iba a encontrar algo. Creo que su olfato era muy fino.

_Heidi nena, no comiences ¿si?... tomé un par de tragos junto a mis amigos, perdón si aún huelo alcoholizado pero te aseguro que estoy cien por cien lúcido y muy sobrio, ahora… ¿podrías besarme como una novia cualquiera besa a su novio?_ levanté las cejas exasperado.

Ella siguió mirándome con su entrecejo fruncido y su nariz arrugada, sus brazos cruzados sobre sus pechos y una mueca rara en sus labios. Estaba a punto de dar media vuelta sobre mis talones y buscar a mi suegro para someterme a otra partida de ajedrez cuando ella respiró profundo y se acercó a mí.

_Te amo mi vida, por supuesto que te voy a besar… con la condición que no bebas tanto la próxima vez cariño, no me gusta besarte y sentir que estoy besando el suelo de un bar de mala muerte…_ sus manos acariciaron mi pecho y una sonrisa tranquila adornó sus labios, cerré mis ojos cuando ella se acercó y sus labios revestidos por una capa de algo pegajoso y sabor de melocotón tocó los míos. Los besos de Heidi eran, sin apelar a otra palabra más cruel, simples, sencillos y sin esfuerzos, sus labios eran finos y la mayor parte del tiempo revestidos de esa sustancia que lejos de hacerlos apetecibles para mí, era molesto pero podía tolerarlo fácilmente, sería el colmo que me sintiera incomodo al besar a mi novia y futura esposa. Eran los labios que tenía que besar hasta el fin de mis días y trataba de ser lo más tolerante posible, pero insistía… sus besos eran insípidos.

Su lengua se mantuvo dentro de su boca, tímida y esquiva y cuando ella se quiso retirar mandé todo por la borda, tomé su rostro con ambas manos y la acerqué a mí abriendo sus labios con mi lengua para poder sumergirla en su boca. Ella se quejó pero no la solté… puta madre! Era mi puta novia y quería que me besara como Dios mandaba ¿qué tan difícil era eso para ella?

Creo que toqué su paladar con la punta de mi lengua y choqué mis dientes con los de ella, cuando la empujé contra la pared más cercana empujé mi cadera contra las suyas para mostrarle la erección con la que había despertado esta mañana soñando con otra mujer. Oh cielos… besar a Sabella… sus labios regordetes y rosados, sin una pizca de ningún producto de belleza ¿cómo sabrían? Oh mierda quería besarla y sacarme la duda, apagar un poco el deseo. Chupé la lengua de mi futura esposa y envestí su centro cubierto por ese vestido gris, con mi duro pene necesitado. Pronto sentí sus manos en mi pecho empujándome lejos de ella.

_¿Qué diablos Edward?_ ella me miraba enfurecida, secándose los labios con sus dedos y el dorso de su mano, nuestras respiraciones estaban agitadas y mi erección me estaba matando. Quería follar… quería follar ya.

_Vamos a tu habitación_ dije por lo bajo mirándola con hambre, mis manos a cada lado de su cabeza contra la pared.

_Estás loco… mi padre te está esperando y pueden escuchar, a demás no es hora.

_Deja de joder con hora apropiada, quiero follarte y quiero hacerlo ahora, vamos…_ tomé su mano y caminé unos pasos hacia la escalera cuando ella se soltó abruptamente. Cuando la miré sus ojos estaban abiertos desmesuradamente tanto como su boca _¿qué?... ¿acaso no puedo follarme a mi jodida novia?_ susurré con rabia.

_Edward_ susurró sorprendida _¿qué te pasa? Nunca me hablaste así, no soy tu jodida novia, soy tu prometida, tu futura esposa ¿asi me tratas?_ reprochó con justa razón. Mierda… ¿qué carajos estaba haciendo? Cerré los ojos y con respiraciones profundas y acompasadas traté de calmar mis malditas ansias, no podía faltarle el respeto así, ella era una mujer respetable y no se merecía esas palabras obscenas y tan bajas. Cuando abrí los ojos vi los suyos inundados en lágrimas y mi remordimiento creció cien veces más, me acerqué a ella y la abracé con ternura… lo que ella se merecía.

_Perdóname mi amor, perdóneme… no sé qué me pasó_ un ferviente deseo no satisfecho… eso pasó, pensé con el rostro de esa bailarina que me hacía ponerme así, en mi mente _lo siento cariño_ besé el tope de su cabeza _me sobrepasé sin pensarlo amor, discúlpame _

_¿Qué sucedió anoche Edward?_ murmuró ella separándose de mí, sus ojos azules clavados en los míos me interrogaban suspicazmente _el sábado pasado igual viniste a casa algo sobre excitado ¿qué sucede los sábados a la noche Edward?_

Por un segundo, solo por un segundo mi rostro se petrificó y juro que mi sangre desapareció de mi cuerpo matando instantáneamente mi erección, pero con gran esfuerzo me recuperé negando con la cabeza y luciendo una de mis sonrisas de lado.

_Amor, nada en especial sucede los sábados a la noche. Unos tragos con amigos en ese club exclusivo del que te hablé y nada más… ¿qué más podría ser?_ murmuré sin poner mayor interés para luego dejar un beso suave en sus labios y acariciar su mejilla. Su mirada persistió en la mía un poco más hasta con otra voz me salvó de los cuestionamientos y sus dudas… esta vez bien fundadas.

_Edward querido!_ volteé hacia el corredor al escuchar a mi suegro acercándose con un Alec bastante pegado por la resaca que para nada disimulaba. _Al fin has venido, Alec aquí no está dispuesto a darme batalla hoy y está dejándome ganar… y sabes que no me gustan los contrincantes fáciles_ reí ante su comentario y separándome de mi novia fui al su encuentro con mi mano extendida, él tomó mi mano saludándome y palmeando mi hombro con la otra mano libre.

_Aro… Alec creo que dejó la otra mitad de su cerebro en su almohada y es aún más inútil que de costumbre_ bromeé ganándome el dedo del medio de mi cuñado que me miraba sobre el hombro de mi suegro. Aro rió abarcando mis hombros con uno de sus brazos y comenzando a caminar por el corredor de pisos de mármol hacia el gran comedor de la residencia.

_Me han dicho que un grupo de inversionistas japoneses están a punto de contratar a tu equipo para un proyecto bastante impresionante en Tokio ¿no es así?_ preguntó mientras Heidi tomaba mi mano disponible entrelazando sus dedos con los míos, la miré por un segundo y el alivio inundó mi cuerpo cuando vi esa sonrisa orgullosa y presumida como la que adornaba su rostro en cada una de las fiestas que su familia realizaba o cualquier evento en los que ella me acompañaba tomada de mi brazo.

_Así es Aro, Wonghlan es el grupo japonés que está considerándonos para un tamaño proyecto en Tokio, si se firma y se aprueba será un gran logro de mi equipo, nos dará renombramiento no solo nacional, sino también internacional… no es para tomar a la ligera y estamos trabajando con ahínco en ello así como también lo estamos haciendo con el estadio en Londres._ dije con orgullo, amaba mi trabajo y lo transmitía involuntariamente en cada palabra que salía de mi boca que se refiriese a ello. Aro sabía aquello y lo apreciaba, de hecho, él era uno de los principales inversionistas en mi actual proyecto, el Spire Chicago.

_Es bueno oír eso Edward ¿cuándo les dará el visto bueno el Comité Olímpico para comenzar con el estadio?_ preguntó mientras se sentaba en la silla de la cabecera de la mesa, me senté a su lado y Heidi lo hizo al mío, Sulpicia entró acompañada de mujeres del servicio que traían los platos que hoy íbamos a degustar, Alec escuchaba atento desde su silla y Jane, su mujer y hermana de mi prometida, estaba sentada a su lado escribiendo en su celular.

_Bueno, primero el comité recibirá a los cinco grupos arquitectónicos que están en el concurso y cada uno tendremos que hacer nuestras exposiciones, cuando decidan qué grupo será el encargado de realizar la obra lo convocarán nuevamente para que sepamos el plazo, el presupuesto y las condiciones. Aún no confirman la fecha de las exposiciones, pero será dentro de dos meses a lo sumo…_ ante mí alguien colocó un plato que expedía un suculento olor.

_Foi gras de Oca, querido_ anunció Sulpicia _acompañado con un timbal de manzanas y arroz oriental… espero lo disfrutes_

_Mmm… Sulpicia, estas malacostumbrando a mi paladar_ dije cortando una porción de esa delicia extravagante.

_Bueno amor, vas a tener que acostumbrarte a la alta cocina, cuando nos casemos no habrá más cocina delivery, ni pizzas, ni comida recalentada o chatarra como en tu apartamento suele haber_ dijo mi prometida riendo dejando un beso en mi mejilla.

_¿Y vas a cocinar tú?_ pregunté casi con sorpresa, ella rodó los ojos…

_Por supuesto que no!_ dijo consternada como si cocinar fuera… revolver las manos en la basura _mamá nos prestará a una de las mujeres de la cocina ¿no mami?_ preguntó a Sulpicia, que masticaba casi sin mover su boca. Luego de tragar, tomar un sorbo de agua y limpiarse las esquinas de sus comisuras con la servilleta blanca impoluta que alzó de su regazo, ella respondió.

_Claro cariño, una Vulturi no comerá cualquier basura_

_Así que vete despidiendo de todas esas cosas grasientas_ dijo mi novia saludando con su mano.

_Oh ese es una característica de todo hombre soltero_ Jane señaló mientras Alec rodaba los ojos _aquí mi amor era el experto en dejar cajas de pizzas regadas por todo su penthouse ¿verdad querido?... cuando lo conocí no parecía el hogar de un joven egresado de Yale con honores, sino de un pobre pordiosero_ Alec rió negando.

_Me obligaste a ir a dejar las cajas a un callejón en el Gran boulevard_ dijo Alec con un tono particular, parte de reproche y parte divertido.

_Bueno… hiciste una obra de caridad amor… a alguien le iba a servir de techo ¿no?_ dijo Jane desdeñosamente. Todos en la mesa rieron menos yo.

Pertenecer al círculo Vuturi, conllevaba aparentar ser generoso y buen caritativo, de hecho Sulpicia era anfitriona en varias galas de caridad y organizadora de dichos eventos, esa era la imagen que les encantaban proyectar. Pero en el ámbito interno las cosas pasaban por otro lado y ese espíritu caritativo que solían mostrar no era más que eso, una proyección. Yo iba a pasar a formar parte de esta familia y no deseaba que mi esposa solo fuera una proyección, quería que ella fuera real… realmente compasiva, realmente preocupada por los menos favorecidos, avocada a ayudar desde su lugar privilegiado… pero yo sabía de alguna manera que ella no era eso. Tal vez nunca lo sería. Y ansiaba su cambio cuando tuviéramos nuestros hijos, no quería tal ejemplo ni tales códigos en ellos, no quería que fueran una proyección, quería que fueran personas de códigos y moral, no faltos de ellos.

Heidi había nacido en una cuna de oro, nunca tuvo necesidades y nunca las iba a tener y era eso por lo que la hacía pensar así como Jane o como su propia madre, ella había ido a una escuela prestigiosa y había estudiado una carrera cómoda porque sabía que en la vida todo se le iba a dar servido en bandeja de plata. En cambio yo había alcanzado el éxito sin olvidar el sacrificio que mis padres habían hecho para que yo pudiera lograrlo, mi padre como cirujano en un hospital público, mi madre como decoradora de interiores que con los años fue afianzándose en el ambiente, ambos apoyándome mientras transcurrieron mis estudios, ambos orgullosos allí mientras recibía mi título en Yale y luego en Manchester cuando fui becado para el postgrado.

Yo era exitoso ahora, tenía más dinero en el banco del que pudiese gastar en una vida… tal vez me haría falta cinco vidas para poder derrocharlo todo, sin embargo y a pesar de eso… yo sabía como lo había logrado, con esfuerzo, perseverancia y un gran sacrificio de parte de mis padres. Heidi… no sabía lo que era el sacrificio, no sabía lo que era pasarse noches en vela estudiando para aprobar una materia y no tenerla que repetir, no sabía lo que era renunciar a ciertas cosas por lograr otros objetivos más ambiciosos y más prometedores… y ese era uno de los pocos defectos que tenía mi novia, solo esperaba que cuando nuestros hijos vinieran no se contagiaran de su soberbia.

Luego del almuerzo que tuvo como coronación un postre igual de extravagante como el plato principal, helado de trufa Perigord en capas con un glasé real y manjar de chocolate. Muy dulce para mi gusto pero algo que no desprecié, no me atreví cuando Sulpicia comentó que tal postre fue uno de los elegidos entres los diez postres más caros del mundo según la revista Forbes… mierda, ni siquiera quería saber cuánto salía esa trufa que me tragué de la sola impresión. No sabía por qué me parecía tan extravagante si yo había hecho uso a veces de mi dinero para pedir platos y vinos aún más caros. Fuimos con Aro y Alec a terminar la fallida partida de ajedrez que mi cuñado no pudo terminar.

_¿Al final pudiste hablar con esa bailarina anoche?_

Casi escupí el vermú que tenía en mi boca cuando Alec me preguntó eso. Miré a mis lados buscando a Aro, él estaba alejado de nosotros mientras se servía una copa en su mini bar, una pieza de tango instrumental sonaba por los parlantes estratégicamente ubicados en la sala de lectura en la que estábamos.

_¿Por qué me preguntas eso?_ dije acercándome ligeramente a mi cuñado,

_Porque sé que estabas con una calentura de la puta madre en ese bar mientras ella se restregaba contra ti… no eras nada discreto déjame decirte_ oh mierda, cerré los ojos y me dejé caer de espaldas al respaldo de la silla, en ese momento comprendí que había descuidado muchas cosas anoche… es que parecía que cuando ella aparecía en mi campo de visión, no podía controlarme y todo lo demás carecía de importancia para mí _no eras el único en ese estado créeme… Newton se levantó detrás de ti cuando te acercaste a ella, pero Jasper lo hizo volver a la mesa_

Suspiré resignado mientras refregaba mi rostro con ambas manos, la había cagado al no ser discreto… mierda! _Por favor Alec, no digas una sola palabra a Jane_ pedí patéticamente pensando en que mi cuñadita iría con la noticia a mi prometida, no podía dejar que eso sucediera.

_Hey!... ¿por quién me tomas? ¿y por qué Jane?_ dijo él intrigado.

Porque eres un puto marica chismoso…

_Porque le cuentas todo. Se nota que se tienen confianza entre ustedes_ dije molesto.

_Hombre… ¿eso crees que soy? Bueno, si… le tengo confianza a mi mujer, pero no soy tan estúpido para contarle ese tipo de cosas. De mi boca no saldrá nada_ aseguró antes de tomar un sorbo de su copa de vino. _pero… ¿sucede algo con esa Sabella? Sé que no te la llevaste a ningún lugar, ¿pero tienes esas intenciones?_ rió negando con la cabeza _no vendría nada probar ese bocadito, más de uno de nosotros quiere probarlo y créeme… no estaría mal como despedida de soltero ¿no crees?, no costaría más que unos cientos de dólares follartela_

Apreté mis dientes y miré el vaso de liquido ambarino en mi mano, está bien… yo había pretendido hacerlo si ella no aceptaba en primer lugar, pagar por tener sexo con ella, pero bien me dejó claro que no es de "esa" clase de bailarinas, ahora… qué mi cuñado y amigo me dijera lo mismo que yo había pensado añadiendo el hecho de decir que deseaba probarla… mierda, me enfureció a límites insospechados.

Era MI Sabella, MI fantasía y la única mujer que luego de tres años había entrado en mi mente para ocupar el lugar protagonista en mis fantasías más perversas.

No dije nada ni repliqué, después de todo no tenía nada de malo que él deseara a una bailarina que bailaba casi desnuda frente a nosotros cada sábado… de seguro yo no era el único puto hombre que se masturbaba pensando en ella mientras en su cama esperaba una novia o una esposa.

Aro llegó con su copa y se sentó frete a mí dispuesto a comenzar con su partida de ajedrez.

_¿Han puesto fecha ya para la boda Edward?_ preguntó tomándome desprevenido. Él hizo un movimiento en su lado del tablero adelantando dos lugares un peón,

_Hum… en mas o menos cuatro meses más, Heidi aún no pensó en la fecha exacta, todo está a confirmar, incluso el hotel donde nos hospedaremos en Nápoles… todo depende de lo que diga el comité olímpico y las fechas de inicio de la obra._ tomé el caballo y salté dos lugares ubicándome estratégicamente cerca de uno de los peones.

_Bien, cuando tengan la fecha exacta házmelo saber por favor… quiero regalarles algo y necesito confirmar la fecha para ese entonces_ dijo mirando calculadoramente el tablero a través de sus lentes que colgaban precariamente de la punta de su nariz, luego de pensar con ahínco su jugada, movió el alfil tragándose un peón de los míos y mi caballo. _creo que tampoco estas con todos tus cinco sentidos puestos ¿he?_

_Lo siento Aro… no preví esa jugada_ mascullé dejando caer mi espalda hacia atrás y tomando un sorbo de mi vermú. Esa tarde Aro me ganó dos partidas más… solo cuando Heidi fue a buscarme al saloncito fue que pude librarme de los dedos de Aro para someterme a mi novia y una tarde de té con su hermana y madre en los jardines de la residencia.

La semana se suscitó rápidamente para mí, cerrando con broche de oro el miércoles con la firma tan esperada del grupo Wonghlan para invertir en uno de los proyectos más importantes en Tokio para el 2010. Se trataba de un diseño arquitectónico que conjugaba una visión futurista de la mano de la seguridad contra sismos y una obra que rivalizaba con las reglas de la aerodinámica. Sería la futura nueva Universidad en Tokio donde funcionaran tres facultades principales, albergará la escuela profesional de moda, la escuela especial de Tecnología superior y Diseño y el colegio Médico. Un proyecto que me obligaría a acelerar la construcción en mi ansiado Chicago Spire y prepararme para discernir mis tiempos si el comité olímpico nos daba la construcción del Estadio de Wembley. Pronto en mis manos tendría más trabajo del que me podría imaginar y no podía estar más feliz con ello.

Para salir a festejar esta nueva adquisición de proyecto salimos los cuatro fantásticos a almorzar a Pizano´s en pleno centro de la ciudad, con esta amenaza explicita de que no iba a poder comer más pizas cuando me casara… quería aprovechar… mierda, ¿por qué me sentía como si fuera un prisionero con los días contados en vez de sentirme glorioso y ansioso a unir mi vida con la mujer que quiero?

Resulta que Pizano´s estaba a unas cuadras de "Enigma" el club de Jacob Black y por una fracción de segundo se me ocurrió ir hacia allí como si de un imán se tratara. Pedimos una variedad de pizas y unas cervezas, comí porciones de piza de portobellos y no pude resistirme a ordenar una porción de pollo a la Marsala, brindamos con cerveza y para la sobremesa pedimos café spreso. Hacía mucho que no pasábamos un almuerzo tan agradable, siempre preocupándonos por los proyectos y visitando las diferentes obras que nos partían la cabeza día y noche, Jasper estaba orgulloso de haber comenzado con su primer proyecto independiente a The four, él estaba trabajando en una residencia para estudiantes de la Universidad de Chicago y como su amigo y cuñado yo lo apoyaba en todo, incluso cuando me pedía consejos a la hora de diseñar y considerar los materiales. Emmett por su parte estaba trabajando en su propia casa, Rose, mi hermana era una de esas chicas que se dedicaban a cuidar el medio ambiente como profesión, ella había obtenido el título de Licenciada en Medio ambiente y él estaba haciendo su casa ideal para mudarse de su apartamento a una casa real, una casa ecológica. Querían tener hijos, agrandar a la familia, mi madre no podía estar más eufórica por ello y mi hermana Alice deliraba. Y finalmente Ben era el único que aún no había abierto sus alas para trabajar en proyecto personal, se sentía seguro y satisfecho en The fours y no podía culparlo, los proyectos que teníamos adelante eran millonarios y ocupaban la mayor parte de nuestro tiempo.

_Chicos… Rose me espera_ dijo Emmett sobándose el estómago, creo que fue el que más piza comió y se terminó mi pollo a la Marsala que no había podido meter en mi estómago.

_Yo igual me voy, tengo un juego de futbol americano por ver con mi padre, no vemos mañana_ Ben se levantó de la silla tirando sobre la mesa unos cuantos billetes, palmeó mi hombro a modo de saludo y se fue parando un taxi.

_¿Será que es un juego con su padre? Mucha prisa para ser eso…_ rió Jasper.

_Ya nos enteraremos, Ben suelta pista a la larga_ respondió Emmett tomando su saco de la silla para colocárselo. _Hey Eddy ¿vienes a casa con nosotros o vuelves al estudio?_

_No me llames Eddy, Emmy… no, me voy a mi departamento, aprovecharé la tarde libre para terminar algunos detalles del Cocoon._ así se llamaba la torre que debíamos hacer en Japón.

_Deja de trabajar hombre, ve a ver a Esme… te extraña_ Jasper alzó las cejas y asintió de acuerdo con Emmett. Respiré profundo, someterme a mis hermanas que cada vez que las veía era para dejar suelta sus lenguas bípedas para hablar mal de Heidi, pero luego estaba mi madre y era verdad, hacía mucho que no la veía… y la necesitaba al menos para decirme con sus sabias palabras que estaba haciendo las cosas bien, que no me estaba equivocando, que confiaba en mí.

_Bien… vallan ustedes primero, debo pasar a un lugar antes_

Tanto él como Jasper me miraron esperando que les dijera donde debía pasar primero, pero cuando vieron que no soltaría pista se levantaron de sus lugares y luego de pagar, salimos a la calle. Ellos se montaron en el Porsche 911 de Jasper y yo en mi Aston.

El imán estaba aún tirando de mí y me era imposible ignorarlo. Debía ver si mi suerte me acompañaba e insistir, tal vez ella estaba allí, tal vez por esas casualidades de la vida me la encontraba justo en ese lugar ensayando o algo… porque seguramente ella ensayaba ¿no? De todas maneras, aunque no ensayara, quería verla… cielos, quería encontrármela donde fuera, era capaz de dejar aparcado mi Aston y tomar el metro, esperar en alguna parada de autobús y ser por ella un ciudadano corriente para aumentar las posibilidades de encontrármela. En lugar de eso y solo porque mi madre esperaba, recorrí lo más lento que pude debido al tránsito, las calles céntricas de chicago, aunque frené en seco mi auto y lo estacioné cuando vi una floristería.

Tenía que empezar de cero con ella y tratar de enmendar mi error, convencerla de que en realidad yo no era de esos tipos que pagaban por sexo a cualquier puta que se le cruzara por la calle, yo era Edward Cullen y era fielmente comprometido, hasta que ella llegó.

La floristería contenía a la venta un montón de variedades de flores, mierda… ¿qué se supone que comprara para una mujer que apenas si había visto dos o tres veces como mucho y con la cual no había hablado más que unas cuantas palabras? La dependienta se fijó en mi disyuntiva y decidió ayudarme.

_¿Cómo es ella señor?, dígame alguna característica que le llame más la atención de ella…_ murmuró la señora de al menos unos sesenta años.

_Ella es… hermosa, exóticamente hermosa… es…_ pasé mi mano por mis cabellos despeinándolos nervioso ¿qué era ella? _sensual, preciosa… es la personificación de la mujer perfecta_

Valla que conociendo a Sabella mi significado de Perfección había tomado nuevos parámetros.

_Regálele un arreglo de liliums azules, ellas son flores exóticas difíciles de encontrar y representan la Belleza, a demás puede mezclarlas con algunos jazmines, que representan la sensualidad… ¿le parece?_

_Si… es ideal_ murmuré con una sonrisa en mis labios. _¿tiene una tarjeta para escribirle un mensaje y adjuntarlo al ramo?_

_Si, por supuesto_ ella me entregó unas tarjetas blancas con marco dorado y su correspondiente sobre, saqué mi lapicera de pluma _usted escriba su mensaje que yo le prepararé un lindo ramo_ luego de sonreír ella se fue al fondo de la tienda y yo me quedé pensando en qué debía poner en la tarjeta.

¿"Lo siento"?, ¿"Me equivoqué"?, ¿"Olvida lo que dije"?... mierda, qué difícil iba a ser esto.

Finalmente luego de intentar varias palabras y jugar con algunas frases trilladas, opté por ser sincero e ir al punto.

"Comencemos de nuevo… mi ofrenda de paz y lo que conozco de ti, belleza y sensualidad… ¿me permites conocerte aún más?"

Edward Cullen.

Respiré tranquilo y metí la tarjeta dentro del pequeño sobre. Luego de un par de minutos la mujer vino con un hermoso ramo de esas flores de las que ella habló y realmente eran hermosas, a demás el aroma a jazmín impregnó mis fosas nasales y fue como un golpe de viento, que me recordó a ella. Pagué con mi tarjeta de crédito y salí de ese local con fuerzas renovadas, quería verla y darle mi ofrenda a como diera lugar, me monté en mi auto y dejando el ramo en el asiento de acompañante, aceleré en la calle para llegar a "Enigma".

Milagrosamente o por esas cosas de la suerte, el lugar estaba abierto, no al público, pero las puertas de entrada estaban abiertas y un camión de proveedores estaba descargando cajas en el lugar, un par de hombre entraban y salían y antes de que terminaran debía darme prisa, sino cerrarían las puertas y mi chance pasaría de largo. Estacioné donde pude y contra todas las leyes de tránsito y bajé con mi ramo de flores, sin que nadie me detuviera entré al club que sin gente, sin música y sin ella, parecía solo un oscuro y lúgubre lugar. Busqué con la mirada por todo el lugar y no pude ubicar a Jacob Black ni a ninguno de los chicos que trabajan en la barra de bebidas, pero sentía voces al fondo del local por lo que avancé unos cuantos pasos hasta que una morena alta, de piel en un tono oliva y cabello largo y negro azabache hasta la cintura, hablaba por celular con un marcado acento latino en su voz. La había visto con Sabella esa noche e intuía que era amiga de Sabella, ¿sería que Sabella también estaba aquí? Miré detrás de la morena que aún no se había percatado de mi presencia y no vi nada, solo una puerta abierta y un corredor vacío,

_Si Jacob, ya te dije… no me confundas!... si, diez botellas de Chivas Regal, diez de gin, diez de tequila, diez de piña colada… y cinco packs de Budweiser. Ahora están terminando de bajar todo… ¿algo más?_ ella miraba una planilla en sus manos y con una pluma escribió algo _ ok… cinco packs de agua tónica._

La mujer dijo algunas palabras en español que por la forma en que las dijo parecía insultos y cortó.

_Estúpido hermano inútil… corté mi clase de pilates para esto…_ mascullaba por lo bajo escribiendo en su planilla.

Carraspeé y di un paso hacia ella, _Disculpa_ murmuré despacio, ella dio un saltito en su lugar alzando la cabeza y me miró con los ojos bien abiertos mientras llevaba una mano abierta al centro de su pecho.

_Santa mier… Papi!_ dijo ella asustada.

¿hmm?

Me detuve en seco cuando vi su sonrisa de oreja a oreja, tenía algo que me daba aversión, algo que me hizo recordar a mi hermana Alice… tal vez su exorbitante entusiasmo o esa risa chillona que comenzó a salir de su boca. Cielos…

_Digo… oh lo siento, Señor Cullen ¿verdad?_ murmuró luego de terminar de reírse.

_Si, el mismo… ¿con quién tengo el agrado?_ fruncí el entrecejo tomando la mano que ella me ofrecía en forma de saludo.

_Leydi… Leydi Sofia Black, hermana de Jacob el dueño del lugar, soy más bien la administradora… mi hermano no sirve para los números._ agitó su mano despreocupadamente. _oh que lindas flores…_

_Son para… Sabella_ dije antes de que ellas las tocara _por casualidad ¿se encontraría ella aquí?_

_No, debe estar en el restaurant… digo, en su trabajo… humm ¿son para ella?_ dijo entre titubeos que traté de registrar en mi mente ¿Restaurant? ¿Trabajaba en un restaurant?

_Si… pero si no está, ¿te puedo pedir por lo que más quieras que se las entregues? ¿la veras hoy?_ por favor di que sí…

_Si, nos vemos casi todas las noches… es mi mejor amiga_

Bien…

Asentí satisfecho y le entregué cuidadosamente el ramo de flores rogando que llegaran a manos de Sabella perfectamente bien cómo se las había entregado a su amiga. No me quedaba otra que confiar en ella.

_No te preocupes, apenas terminen de descargar las cosas del camión salgo hacia su casa y se las entrego_

_Muchas gracias_ dije con suma sinceridad. _Sinceramente no sabía cómo ubicarla, no tengo ningún indicio de dónde vive, donde trabaja o si quiera un número de teléfono, nada… y quería disculparme por mis acciones la noche del sábado, a falta de poder hablar con ella me quedó esta opción_

Ella asintió alzando las cejas. Podía ver sus dedos tamborileando sobre su planilla y sus labios fruncidos como considerando algo. Ella suspiró luego de unos segundos y cuando estaba por despedirme y salir del lugar, ella alzó su mano y movió su dedo índice llamándome, caminé unos pasos acercándome a ella.

_Te lo diré una sola vez, si no alcanzas a memorizar o a anotar no es mi incumbencia ¿entendido?..._ respiró profundo y habló _555 67854_

Oh mierda

Saqué mi celular de mi bolsillo rápidamente y reteniendo el número en mi cabeza los anoté y registré en mi celular bajo el nombre de Sab. Alcé mi BlackBerry Bold 9790 mostrándole la pantalla y asintió guiñándome un ojo.

_Muchas gracias… en serio_ dije guardando mi celular con una sonrisa triunfal en mi rostro, toma esa Jacob Black! Ya sabía a qué Black recurrir para que fuera mi aliada.

_Shu, shu… estoy trabajando, le daré tus flores_ sonrió agitando sus manos como echándome. Sonreí y negué con la cabeza saliendo del lugar.

En mi auto y ya estacionado frente a la casa de mis padres, saqué mi celular del bolsillo y miré el número que había guardado bajo su abreviación, la sonrisa no había podido salir de mis labios. Tener su número de teléfono era como un hermoso y preciado trofeo. Respiré profundo y desplegué bajo su nombre el menú, apreté "enviar mensaje" y cuando el cuadro de texto apareció… escribí.

Espero que te gusten…

E.C

Salí de mi auto con esa sensación en mi pecho, no me iba a rendir, no lo haría con ella. Estaba dispuesto a que ella conociera a Edward Cullen persona, no al cabrón que casi le ofreció dinero para una follada. Mierda… ella era más que eso y estaba dispuesto a remediar la situación. Solo esperaba que ella me abriera esa pequeña puerta… solo una rendija.



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Bien! Se encaminó el papi ¿no?...

Espero que ahora haga las cosas bien.







13 comentarios:

nessatink dijo... [Responder]

Pues mad le vale q Las haga bn pirq si no=-O !yo lo recibo ...... Hay ya kiero saber Como VA a reccionar.... Siguela y gracias

Laura dijo... [Responder]

Este Edward esta muy caliente x Bella no hay duda de eso,ese pobre baño sufre con esos hombres jaja,
no es x nada pero Heidy no la soporto me cae muy mal y la familia va igual, yo nose q vio Edward en ella para q se vayan a casar,
ahora q hara Bella cuando se entere q Edward tiene su número y q le mando flores!!

Anónimo dijo... [Responder]

Hola por aqjui.

Arggggg me encanta volver a leer la historia de nuevo por aqui aunque mis comentarios sean mas cortos debido a que no quiero dar spoliers a los que aun no la hayan leido por ff jajjajaj.

Pero si en respuesta a tu pregunta parece que el papi se encaminó a ver como sigue la cosa.

Un beso.

Anónimo dijo... [Responder]

¡¡ME ENCANTAAA NENA, ESTO ES DE LO MEJOR. ME TENIAS SUFRIENDO ESPERANDO. YA QUIERO VER LA REACCION DE BELLA Y OJALA LE DE LA OPORTUNIDAD DE CONOCERSE IN SO FACTO. BENDICIONES, XOXO. MADAMEJSWEET¡¡

usagui dijo... [Responder]

Me gusta si esta bien encaminado solo espero que Bella responda y que le encanten las flores para que se conozcan howwwww yo quiero uno como el siiiiii ja,ja, ja,ja besos

Anónimo dijo... [Responder]

Ahhh me encanta esta historia, espero con ansias el próximo capítulo.
Saludos!!!

Elizabeth dijo... [Responder]

Hola hermosa como amo tus historias no me canso de leerlas y adoro a nuestro papi.....Besos

janneth dijo... [Responder]

Genial, simplemente genial; me encanto el capi, otro plisssss, pronto

Twilightmaniaca dijo... [Responder]

Aww... Edward que lindo, comprandole flores para enmendarse

Jaja, esa Leydi, como que si queriendo le dio el celular de Sabella a Edward, jeje

Que pensara Bella cuando vea ese mensaje? Que hara?!

Sylviandreasanz@gmail.com dijo... [Responder]

excente el capitulo espero que nos hagas esperar mucho el encuentro de bella y edward.espero con ansia en proximo besitos

Lumy Cullen dijo... [Responder]

Mi Lu esta historia me tiene fasinada, no sabes lo mucho que me encanta!!! La familia de Heidy no me gusta, ellos como que no son felices! Por otro lado, me encanta todo lo que esta hacienda Edward para acercarse a ella y la hermana de Jacob es un amor, por ayudarlo tanto. Espero funcione todo lo que Edward esta haciendo!!!! Ansiosa por más, un abrazo, TQM!!!

raia dijo... [Responder]

acabo de empezar con esta historia.Tiene buena pinta.Por favor,no dejes de escrbir el resto de fics(ANTPV,DEEA,EENDP,...), a tu ritmo y sin presion ;)

belcullen dijo... [Responder]

Quién no se rendiria a un hombre como este? Yo no os lo aseguro