Capitulo 13: Mía… en cuerpo y alma.

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Amigas, les dejo el nuevo capi... pero ADVERTENCIA... contiene mucho lemmon, así que para las que no les gusta leer estas cosas abstenganse!!... estan avisadas, besos y dejen sus comentarios.

Mía… en cuerpo y alma.

Aproveché el momento en que ella se había puesto insistente para agarrarla de un brazo y arrastrarla al baño, le pedí que se duchara y se serenara. Ella quería lo mismo que quería yo… amarnos y eso era justamente lo que le daría, con el mayor cuidado del mundo... pero se lo iba a dar, no era lo suficientemente fuerte para negarme a algo que ella me pedía.

Salté por su balcón hacia la calle, percatándome de que nadie me viera y saqué del Aston unas bolsas de compras que Alice había comprado para mi…”Lo necesitaras esta noche, confía en mi” me había dicho mi pequeña hermana esa tarde mientras me entregaba sus compras. Volví a trepar por la pared del edificio y una vez más estuve dentro del departamento de Bella. Al abrir las bolsas sabía lo que debía hacer y por qué Alice me lo había dado… eran velas blancas, de todos los tamaños. Las fui poniendo por todas las orillas del piso y marqué con ellas un camino hacia su habitación, todo esto lo hice en un santiamén. Cuando terminé la esperé en la habitación, con mi cuerpo recargado en la pared escuchando el sonido de la ducha y no pude evitar imaginarme el agua acariciando su piel, sus pechos, su espalda, sus piernas… ya la había visto desnuda, pero esto me parecía aún más excitante. No iba a poder contenerme, me había guardado tanto para la mujer de mi vida… que ahora que estaba por suceder sentía la necesidad de salir corriendo de allí.

Escuché que Bella salía del baño y sonreí cuando escuché que largó un suspiro de sorpresa… la oí caminar por el pasillo hasta su habitación, me oculté detrás de la puerta y la vi, estaba envuelta con una bata blanca de satén y su cabello húmedo caía tras su espalda, eso la hacía aún más irresistible. Apreté play con el control remoto de su equipo de música y comenzó a sonar su canción, la que unos días atrás había compuesto para ella.

_Edward?…_ me llamó mi Bella en un susurro, justo cuando mi dedo rozó la pálida piel de su mejilla, quería tocarla, quería sentirla…

_¿te calmaste?..._ le pregunté suavemente al oído. Sintiendo cómo su corazón latía frenéticamente.

_Si… pero no deberías hacer eso…_ me dijo sugestivamente, alcé el pañuelo negro que venía con las velas y se lo envolví tapando sus ojos. Debía comprarle un buen regalo a Alice, que aunque entrometida, me había ayudado a hacer de esta noche algo especial para ella.

La tomé de la mano y la llevé a la cama lentamente… se sentó en la orilla titubeante,

_No temas amor… _ le dije acercándome a su boca. Su corazón martillaba a mil por minuto y trate de ser suave y tranquilo para que ella no se alterara, mi Bella parecía tan frágil, tan vulnerable…parecía que su corazón ante cualquier emoción extrema pudiera colapsar.

Me arrodillé frente a ella y comencé a acariciar suavemente con ambas manos sus piernas desnudas, desde el tobillo hasta llegar a sus muslos, ella emitía pequeños suspiros. La tomé de la cintura y la empujé hacia la cama hasta que quedó recostada, con una de mis manos le desataba la bata y con la otra desabotonaba mi camisa… el roce de la tela fina sobre su piel me excitaba aún más, así que abrí la bata de manera que ella quedaba desnuda ante mis ojos. Acaricié sus senos y jugué con sus pezones que se endurecían con el roce de mis dedos… mi Bella gemía suavemente y arqueaba su espalda para recibir más placer. Mis manos comenzaron a bajar acariciando su vientre y su cadera, cuando llegué a sus muslos separé sus piernas levemente permitiéndome admirar su sexo en todo su esplendor. No pude detenerme y una de mis manos acarició su sexo frotándolo suavemente, con mi pulgar jugué con su clítoris hasta que ella comenzó a retorcerse.

_Oh… Edward…_ gemía mi Bella retorciéndose hacia mi.

Como respuesta acerqué mis labios a su centro y entré en ella con mi lengua… su exquisito sabor inundó mi boca incitándome a besarla aún más mientras ella gemía fuertemente, tomé sus caderas y la acerqué más a mí haciendo que una de sus manos se aferrara de la sábana y la otra de mi cabello. Yo gemía ante tan delicioso sabor… quería más e iba a querer más de ella siempre.

_Ed…ward …oh… por favor!_ oí decir a mi Bella con la voz distorsionada. Entonces me separé de ella y comencé a desvestirme mirando su cuerpo desnudo que pronto sería mío. Ella todavía temblaba y se retorcía por la excitación mientras esperaba con sus ojos tapados y su respiración entrecortada.

_Sácate la venda Bella…_ le dije con la voz excitada. Ella separó la venda de sus ojos y me miró. Posó sus ojos sobre mi cuerpo y sentí que me derretía con su mirada, tuve que resistirme de no saltar sobre ella cuando mordió levemente su labio… eso logró excitarme aún más.

Entonces me agaché y comencé a recorrer con mi lengua toda su piel, repartiendo pequeños besos en mi avance. Llegué a sus pezones y los lamí eufóricamente mientras ella se retorcía gimiendo y tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para hacer lo que hice, acaricié con mi miembro su entrada húmeda sin penetrarla excitándola aún más.

Hasta ahora iba todo bien, fui más fuerte de lo que pensé, su seguridad estaba primero ante todo. Ella agarraba entre sus manos mi rostro mirándome a los ojos suplicantes y gimiendo mi nombre. Yo me sostenía por encima de ella con mis brazos clavados en su cama. Entonces me aparté de ella y apoyé la espalda en el colchón…

_Bella ven arriba…_ , en cuanto me escuchó se puso a horcajadas sobre mi y yo la tomé de la cintura separándola un poco y ubicándola sobre mi miembro anhelante,

_Tú controlaras esto… a tu tiempo amor._ le dije pensando que para ella iba a ser más fácil de esta manera, ella asintió nerviosa con sus manos apoyadas en mi abdomen, entonces solté una de mis manos y ubiqué mi dureza en su entrada, ella cerró los ojos y tiró su cabeza para atrás entrando lentamente mientras soltaba un gemido, hizo una pausa y se dejó caer aún más sobre mi, yo la sostenía de la cintura sin moverme y jadeando sin resistirme.

_Oh… es muy…duro_ me dijo cerrando los ojos con fuerza y mordiendo su labio. Yo lo sabía, mi cuerpo entero era duro como el mármol, como la piedra… esto para ella era demasiado, la podía lastimar. Cuando traté de levantarla de la cintura para apartarla ella sonrió y me miró con sus ojos entrecerrados,

_podría acostumbrarme…_ dijo antes de dejarse caer sobre mí y proferir un grito de placer, sus caderas comenzaron a moverse encima mío mientras ambos gemíamos, yo sostenía su cintura ayudándola con sus movimientos. Podrían pasar mil años que yo estaría haciendo esto con mi Bella, hacerle el amor era lo más exquisito que me podía imaginar, su cuerpo sobre el mío, tan acoplados y sincronizados me volvía loco, era perfecto cómo nos complementábamos. Sus movimientos se hicieron más rápidos y desesperados, yo sentía que se acercaba un placer irrefrenable, un matiz de sensaciones me estaban inundando.

_Ed… ward!.... ohh…_ y sentí su orgasmo, que hizo que el mío llegara al mismo tiempo. Ambos gritamos nuestros nombres y nos hundimos en ese infinito placer de la carne.

Ya recostada sobre mi pecho le acaricié el cabello, mientras sentía cómo su respiración agitada se calmaba de a poco. No podía ser tan malo después de todo, hacer el amor con Bella… tocarla, besarla, yacer a su lado en su cama… yo, en su cama…. Que regalo más grande!... sin duda este era mi lugar en el mundo.

La recosté a mi lado y la envolví con la sábana para que mi cuerpo no la enfriara. Ella estaba ya casi dormida, agotada y sudada. Me quedé a su lado mirándola con nuevos ojos, una nueva Bella diferente y sin embargo la misma, más arrebatadoramente sensual, más erótica, mucho más suelta y libre. Ahora sabía que podía estar a su lado sin dañarla y eso me hacía completamente feliz.

La miré dormir durante un buen tiempo, hasta que comenzó a soñar. Dijo un par de veces mi nombre como todas las noches, pero luego se comenzó a revolver incomoda…

_Jacob…_ esa era la primera vez que decía ese nombre y quedé petrificado, la miré detenidamente aún sabiendo que no podía leer su mente. Cómo deseé hacerlo en ese momento!.

_No… Jacob… suéltame_ susurró. Algo comenzó a surgir en mi… una furia mezclada con ira, un gruñido de mi pecho pugnó por salir… ¿quién era Jacob y que hizo con Bella?...,

_Déjame…_ repetía, luego ella comenzó a quejarse en sueños, pero no volvió a nombrarlo… de todos modos yo lo iba a averiguar, lo iba a encontrar e iba a conocerme. Era su novio, pero también era su protector, su guardián y no iba a dejar que nadie la lastimara, antes de eso se las vería conmigo.

Después de esta noche ella me pertenecía, en cuerpo y alma y nadie más se acercaría a mi mujer. Era egoísta si, pero no podía concebir una vida sin ella y mucho menos una eternidad.