Capitulo 20: Peleando por tí

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Hola amigas… pues bien, como lo prometí… un capi totalmente intenso, ustedes ya saben, encuentro mi inspiración con Edward. El es mi adonis que hace que las palabras surjan de mis dedos y se plasmen sobre el teclado. Espero que les guste tanto como me gustó este capi a mi, es mi hijo pródigo, besos!!!! Ya saben COMENTEN!!!, las necesito para seguir con esta locura que me hace tanto bien, las amo!

Peleando por tí

Edward POV:

Mi hermosa Bella quería pasar el día con su amiga Ángela, hacía mucho que no la veía y por más que yo la quería solo para mi, tuve que dejarla ir… sería por demás egoísta de mi parte si pretendiera tener a Bella solo y exclusivamente para mi, de más está decir que, con el chucho éste rondando por ahí, iba a encargarme yo mismo de llevarla y de irla a buscar luego... no deseaba que mi amor pasara de nuevo por un mal trago como el de la concesionaria. Ese día tuve que sacar fuerzas de donde no tenía para no tirarme encima de ese perro, el muy descarado no aceptaba un “NO” como respuesta por parte de Bella, y a pesar de que ella le había dejado en claro que su corazón me pertenecía yo tuve el impulso de querer hacerle saber que también me pertenecía su divino cuerpo, pero no quise incomodar a mi amor, a demás me sacó de quicio con sus sucios pensamientos a cerca de ella mientras la miraba, tuve que contenerme asqueado de ver en su mente sus sucias manos en el cuerpo desnudo de mi Bella. Ni siquiera le hacía justicia a como en realidad era su cuerpo, su mente dejaba muy poco a la imaginación. Sin embargo yo era el que tenía la dicha de acariciarla, de probar el sabor de cada centímetro de su cuerpo, de tocarla en los puntos en que sabía que la haría estallar de placer, de hacerla gemir mi nombre con cada orgasmo que yo le provocaba, yo era el responsable de tomar sus jugos y saborear cada exquisita parte de ella, solo yo. Solo esa idea me contuvo de no tirarme encima de ese chucho y arrancarle cada parte de su cuerpo.

También fue esa tarde que supe con quien me enfrentaba, él era parte de la tribu de los Quilotes, era heredero de un antiguo linaje de jefes y también era genuinamente un macho alfa de la manada de lobos de la tribu… nuestros más antiguos enemigos. Esto era aún mucho más peligroso de lo que sospechaba, sus pensamientos eran de odio e ira hacia mi… él no lo sabía pero su odio hacia mi era instintivo, lo disfrazaba con el pretexto de su deseo hacia Bella pero detrás de todo eso su instinto animal fue el que provocó su odio. Pude ver en sus pensamientos que aún no había pasado por su transformación, pero también pude ver que sabía de alguna manera lo que yo era… él podía olerme,

“Maldito chupasangre pestilente” fueron sus pensamientos cuando se acercó a mi y Bella nos presentó, ese fue el preciso momento en el que él me reconoció… su instinto de Alfa estaba saliendo a la luz… eso podía ser peligroso, los lobos nuevos suelen ser muy impulsivos y no miden las consecuencias. Por esto y por su deseo hacia Bella, mi mujer, fue que silenciosamente nos habíamos declarado la guerra.

_¿Quieres que te acompañe?_ le dije a mi amor en un intento de mi ya obsesionada sobreprotección… es decir… iba a visitar a su mejor amiga ¿qué podía tener de peligroso?. Estaba por abrir mi puerta para salir del auto cuando ella me respondió,

_No… no es necesario, Ángela vive en el segundo piso y aguarda por mí, le mandé un mensaje ayer desde el móvil de Alice y me dijo que estaría esperándome…_ me contestó tomando dulcemente mi mano.

_Me avisas para que te venga a buscar…_ dije recordando algo que Alice me había dado esa mañana cuando fui a cambiarme la ropa a casa de mi familia, de la gaveta del auto saqué el teléfono celular que contenía ya todos los números de la familia… no entendía lo entupido que había sido por no haberle dado uno antes, pero como siempre mi hermanita daba muestras de su extrema previsión.

_Edward… basta de regalarme cosas, esto es…_ trató de replicar, a lo que yo corte diciendo que ese gesto era solo para que me avisara en caso de que se quisiera ir para venir por ella, yo sabía muy bien cómo se ponía de obstinada cuando se trataba de algún obsequio.

_Está bien… te llamaré cuando quiera irme._ me dijo aceptando el teléfono, me besó en los labios en forma de despedida, pero yo quería prolongar el beso para hacerle saber que ya la extrañaba, la apreté contra mi pecho y rodeé su cintura con mis manos, mi lengua entró casi sin permiso en su cálida boca haciéndome estremecer de placer, con solo un beso ya lograba encenderme… ella era mi perdición. Impregné con mi aliento su lengua y su boca marcando claramente mi territorio, era totalmente innecesario pero no solo Jacob Black era capaz de desearla, también habían otros hombres que se tentarían con su belleza, mi Bella era peligrosamente hermosa para su propio bien. La dejé separarse de mí solo porque era necesario para ella, sus pulmones necesitaban el aire que yo no requería, salió del auto y me saludó con la mano y una sonrisa en su rostro… la veía feliz y me regocijé en la idea de ser el que le daba esa felicidad. No partí hasta que la vi cerrar las puertas del edificio, arranqué a toda velocidad tratando de sacar mi ansiedad de no tenerla entre mis brazos, haciendo lo que me gustaba hacer… correr pisando a fondo el acelerador.

Para matar el tiempo había pensado ir a buscar a Emmett y Jassper para ir de caza, nos mantendríamos cerca por si Bella decidía llamar para que ir a recogerla. Encendí el stereo dejando que mi auto se llenara con los sonidos de los conciertos de piano de distintos compositores del siglo XX, sonreí ante la expectativa de tener a Bella esta noche para mi y mostrarle al fin la melodía en la que había estado trabajando en el tiempo en que no la tenía a mi lado por su trabajo.

Aparqué en el garaje de casa y me percaté de los autos faltantes de mi familia, confirmé que nadie se encontraba cuando entré a la casa y la encontré vacía, sabía que Carlisle seguramente estaría en el hospital cumpliendo con su trabajo, pero la ausencia de los demás era algo que no esperaba, me disponía a volver a mi Volvo cuando vibró mi móvil en mi bolsillo, una llamada de Alice se reflejó en la pequeña pantalla y contesté,

_Edward… ¿y Bella?_ me dijo la voz de Alice con un dejo de alarma.

_Esta en casa de su amiga Ángela… ¿qué sucede?_ le pregunté curioso por su tono de voz,

_Desapareció… Edward!... su futuro desapareció, no la veo…_ dijo en un hilo de voz.

Yo quedé esperando por un signo, una señal que me dijera que todo esto era una broma… que era una equivocación… pero los gritos ahogados de Alice me volvieron a la realidad,

_ Edward!... búscala!, no logro verla… _ dijo mientras yo ya cerraba la puerta del Volvo y arrancaba a toda velocidad aún con el teléfono pegado al oído, oí que alguien le arrebataba el móvil a Alice,

_Edward…_ esta vez era la vos de Jassper _ no sé porque no la ve, estamos en el club con Esme y los chicos ¿Dónde estas?..._ su voz sonaba intranquila,

_Voy a lo de Ángela, la dejé hace un rato allí… sigue mi rastro Jass, no puedo esperarlos…_ no quería retrasarme por si Bella estaba en peligro,

_Bien, te mantendré al tanto si Alice logra ver algo, solo encuéntrala hermano…_ me dijo con suplica en la voz. Corté la llamada y marqué el número del teléfono que le había dado a Bella, sonó y rogué para que me atendiera pero luego de unos cuantos repiques me atendió la contestadota, volví a marcar pero esta vez me dio apagado, maldije golpeando con mi puño el volante. Manejé hacia el departamento de Ángela rebasando los 170 Km/h, necesitaba verla… necesitaba saber que ella se encontraba bien. No sabía la razón por la que Alice no veía a Bella… jamás le había sucedido, sus visiones eran siempre certeras y precisas y jamás nadie desaparecía… oh si…, de pronto recordé hace unos días atrás cuando no lograba ver a Jacob Black por más que lo intentaba. ¿Tendría este algo que ver con el hecho que Alice no viera a Bella?... apreté a fondo el acelerador tratando de mantener la compostura y no romper el volante del auto por la fuerza que estaba ejerciendo sobre él.

Pronto llegué frente al edificio de Ángela, poco me importó dejar mal estacionado el auto, la puerta abierta y muy poco me importó corre a velocidad vampirica… abrí sin esfuerzo y de un golpe la puerta del edificio y ahogué un grito cuando un pestilente olor a perro impactó sobre mis sentidos… sentía también el efluvio de mi Bella y seguí ambos olores hasta llegar frente a la puerta en la que se suponía era la puerta de Ángela, unos sollozos ahogados me invitaron a entrar sin permiso y la realidad llegó a mis ojos… Ángela estaba atada de pies y manos y amordazada sobre el piso de la cocina de su departamento. Me acerque a ella rápidamente y saque la cinta de su boca… no necesitaba decir nada, yo ya lo había visto en su mente.

“Tú hermosura atraerás a tu hermosa amiga” le decía Jacob mientras la ataba y sellaba su boca con una cinta adhesiva, la tiraba sobre el suelo de la cocina y se disponía a esperar a mi ángel. De pronto vi que llamaba el timbre y Jacob abría, pude ver a Bella del otro lado de la puerta, estaba sorprendida y asustada y le preguntó a Jacob qué hacía allí, pero este no le contestó… mi Bella le preguntó por Ángela y quiso entrar pero el muy maldito la tomo del brazo deteniéndola, “A ti te quería ver… ¿y tu vampirito donde está?” le dijo al oído antes de que Ángela soltara un gemido atrayendo la atención de Bella… el perro la jaló del brazo arrojándola con fuerza sobre la alfombra.

_¡Ve a buscarla!... él la tiene._ me gritó Ángela sacándome del sopor, pero algo vi en su mente que me hizo gruñir de ira hacia ese perro y salir en busca de mi amada a toda velocidad… vi cómo Bella se defendía golpeando al maldito, vi como se quebraba los huesos de la mano al impactar contra su cara y vi a mi Bella retorcerse y gritando de dolor… ese fue el impulso que necesité para salir de allí y seguir el rastro de ambos, la dulce sangre de mi amor y la pestilencia del chucho.

El efluvio de ambos era aún más fuerte cada vez que me acercaba más a ellos, tomé mi celular y marqué a Alice,

_Edward!... ¿donde está?_ dijo una mi angustiada hermana,

_Están cerca de La Push, el perro la tiene… voy por ella._ le dije antes de cortar, me pareció oír que Alice gritaba “No!, eso es lo que quiere espéranos!” , pero no me importó nada, yo quería llegar a ella, necesitaba llegar a ella.

Tomé una curva y me adentré en el bosque siguiendo el aroma a perro, estaba cada vez más cerca, aparqué a un costado del camino y comencé a correr siguiendo el dulce olor de mi Bella, era tan intenso que podía sentirla cerca. Reconocí el camino y supe al fin donde estaban, era un prado… mi prado… era allí donde venía a veces a disfrutar de las bondades del sol sobre mi piel… a disfrutar de su calidez… era allí donde fantaseaba pedirle a Bella que me concediera la oportunidad de estar con ella por el resto de la eternidad, donde la haría mi igual si ella así lo deseaba…

Corrí con todas mis fuerzas hasta el borde del claro y allí entre los árboles pude ver al muy maldito esperándome, Bella estaba a un costado sobre el césped mirando temerosa alrededor. Jacob se percató de mi presencia y pude notar como su cuerpo se tensaba peligrosamente, mis instintos me dijeron que debía sacar a Bella de allí lo antes posible antes de que este estúpido animal estalle junto a ella y la ponga en más peligro de lo que está.

_Black déjala ir_ dije aparentando tranquilidad, no quería enojarlo más… no hasta que Bella este fuera de peligro. Mi amor se removió en el suelo tratando de buscarme con la mirada entre la espesura

_ No Cullen… si eres demasiado hombre, ven por ella…_ dijo mirando a mi dirección… “Se que no lo eres apestosa criatura… no eres más que un engendro del demonio… ella no te necesita” escuché en sus pensamientos. Rebatiendo sus palabras me acerqué lentamente hacia el claro sosteniendo la mirada de mi enemigo, miré un segundo apenas hacia donde estaba Bella y la vi angustiada y asustada, luego Jacob se movió hacia mi “Te mataré maldito…” decía su mente mientras se imaginaba saltado sobre mi mientras entraba en fase y desgarraba mi cuello desprendiendo mi cabeza de mi cuerpo.

_Tú sabes que no lo lograrás…_ le dije haciendo fuerzas para no reírme… si supiera que él iba a morir primero.

_No estoy solo…_ me dijo haciéndome ver en su mente la compañía de su manada al mismo tiempo que comencé a escuchar aullidos alrededor, la lucha estaba cerca y podía contar con que también lo estarían mis hermanos… pude distinguir entre tres o cuatro aullidos diferentes, no iba a tener posibilidad alguna si debía luchar protegiendo a Bella al mismo tiempo. Vi a Bella levantándose con dificultad en el lugar donde estaba y mirar hacia el bosque buscando a los animales que había escuchado, en un instante posó su mirada sobre mí y con un gesto de mi mano le hice saber que se quedara en el lugar, si se llegaba a mover Jacob, en un arrebato de ira, podía herirla. A demás yo tenía otros planes antes que esos animales se acercaran, si tan solo tuviera un poco de tiempo… pensé, debía hacerlo rápido.

Me incliné hacia adelante listo para saltar sobre Jacob y tratar se salvar a mi Bella de los otros animales… pero el chucho reaccionó retrocediendo y tomando a Bella del brazo y llevándosela aún más lejos de mí. Podía verla angustiada mientras caminaba al otro extremo del prado, entonces los vi aparecer… tres grandes lobos se adelantaron por el prado justo frente a mi… el maldito chucho joven puso a Bella a un lado del que parecía ser el más feroz, un gran animal de crin negra y afilados dientes… sus oscuros ojos llameaban odio y resentimiento. Por un segundo me detuve a examinar sus pensamientos pero me era sumamente dificultoso… era como si mil voces hablaran al mismo tiempo, un torbellino de pensamientos. Las distintas mentes de la manda formaban una sola, todas se conectaban y funcionaban al mando de una sola mente… la del Alfa. Parecían estar esperando órdenes de este antes de hacer algún movimiento, claro… el Alfa aún no estaba en fase, pronto lo haría y sería para atacar. Algo llamó mi atención… estaban renuentes a pelear, estaban allí por orden del Alfa sin embrago se negaban a pelear… aún así si el líder lo demandaba no tenían otra opción. Jacob sabía lo que era y utilizaba de muy buena manera ese rol, los estaba utilizando al igual que utilizaba a Bella.

_Por ultima vez Jacob suéltala…_ le dije a la expectativa de la pronta transformación del lobo Alfa. Pude ver a mi Bella muy alterada, no cesaba de llorar… me urgía tenerla entre mis brazos y hacerle saber que todo estaría bien, pero ahora debía realizar cualquier paso con sumo cuidado… al menos hasta que mis hermanos llegaran. No abandoné mi posición de acecho y los lobos no abandonaron la suya tampoco…

Entonces los oí detrás de mí…

“Edward… estamos aquí… uno para cada uno… Alice recogerá a Bella” me dijo la voz mental de Jassper, él era el más experto en luchas. “yo me encargaré del negro, tú de Jacob… Emmett y Rosalie de los otros… son jóvenes e inexpertos no te preocupes”… una sensación de alivio me inundó, sin embargo al mirar a Bella algo me dijo que no estuviera muy tranquilo. Su mirada era de desesperación y decisión… entonces sin que me diera oportunidad de señalarle que se calmara comenzó a correr hacia mí, vi como Jacob se transformaba detrás de ella en un enorme lobo de palambrea rojiza y se dispuso a seguirla para alcanzarla, me adelanté rápidamente y tomé a Bella con un brazo y con un movimiento ágil y certero la puse tras de mí dispuesto a defenderla… pero era demasiado tarde, por el rabillo del ojo vi como mis hermanos se encargaban de los otros… yo solo atiné a poner mi cuerpo en posición defensiva dispuesto a saltar sobre Jacob cuando éste descargó toda la fuerza de su pata sobre mi rostro… fueron segundos en los que a mi me parecieron años, caí sobre el césped inmovilizado… fue dolor… aturdimiento… sorpresa… confusión… llámenlo como quieran, solo volví en si y me di cuenta de lo que había pasado cuando escuché el desgarrador grito de mi Bella a unos pasos de mí… volteé para verla caer… para ver caer a mi ángel luego de que Jacob golpeara fuertemente con su pata el frágil pecho de mi amor. Saqué fuerzas por ella de donde ya no tenía y gruñendo de dolor ante lo que había visto me abalancé sobre el maldito lobo que había golpeado a mi Bella, cegado por la ira y el odio, sin percatarme de mis heridas caí sobre él gritando el nombre de mi amor… luchando por ella… matando por ella y muriendo… vi mi sangre escurrirse por mis ropas antes de que, con un golpe certero de mi puño sobre el pecho de mi enemigo, truncara su vida dejando aplastado a su corazón… escuché su aullido de dolor y sentí su ultimo respiro…sin que esto me pareciera suficiente hinqué mis dientes en su gruesa piel descargando mi veneno, esto terminaría del todo con su corazón.

Mi vista estaba nublada del dolor y el odio cuando unos fuertes brazos me sacaron de encima del lobo muerto… ya no tuve más fuerzas y dejé que esos brazos me apartaran de él, ya no había nada más que hacer.

_Por Dios, ¡llama a Carlisle!... hay que llevarlo a casa._ gritó una voz familiar que no pude reconocer,

_Jassper toma el auto…_ sentí que decían y luego fue solo un borrón de luz, no podía ver ni escuchar con claridad pero pude articular algo,

_Bella…_ salió de mis labios, aunque fue casi un suspiro.

_Ella estará bien hermano… tú lucha._ dijo alguien al oído mientras apretaban algo húmedo en mi rostro y por primera vez en cien años sentí dolor. Un dolor que punzó en mi corazón haciéndome recordar el día en que éste se apago producto de mi transformación, un dolor que nubló aún más mis sentidos haciendo que un grito me estremeciera, un dolor que atravesó mi costado como un rayo y que me quemó hasta lo más hondo… un dolor que se quedó allí quemándome a carne viva.

_Hay que darle veneno a su sistema…_ dijo otra voz cuando ya creí que estaba en el infierno retorciéndome de dolor y pagando por mis pecados. Una nueva oleada de dolor me atravesó cuando sentí algo caliente correr por mis venas… un recuerdo… un viejo ardor… oh por Dios… otra vez… fue como retroceder 91 años y volver a estar postrado en esa cama de hospital… otra vez… como volver a sufrí mi transformación… oh Dios… quema.