Capitulo 21: Los ángeles caen primero.

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Hola amigas!!.... nuevo capi y muy angustiante!!!.... perdón por el drama pero lo hace más interesante, no me maten!!!..... las quiero mucho y les cuento que la semana que viene subo el prólogo de Amor prohibido, besos!!!

Los ángeles caen primero.

Edward POV

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, si es que eso era posible para mí. Morir en lugar de otra persona, morir en lugar del ser amado era una buena forma de hacerlo… morir por Bella era… bueno, no me importaría ir al infierno con tal de que ella no dejara este mundo. En realidad cualquier lugar donde Bella no esté a mi lado sería el mismísimo infierno… y un mundo sin Bella… no es mundo.

_Muérdelo Carlisle… tu lo salvaste una vez, podrás hacerlo ahora!_

¿En qué momento se había vuelto todo tan difuso?... no recordaba nada, ni el lugar, ni las voces…. Ni mi propio nombre. Todo se nubló en el momento en que lenguas de fuego, que ya hace casi 100 años me habían torturado, habían vuelto para hacer estragos de nuevo en mí. ¿En qué momento comencé a sentir ese dolor tan olvidado?... ¿a caso despertaba de nuevo a la humanidad?... No podía ser… esto era algo más.

_No Jassper, es suficiente con lo que le inyectamos y sus heridas ya están sanando… despertará…

Sabía que debía hacerlo, había algo que me obligaba a hacerlo… debía despertar y salir de esta horrible oscuridad. Había un nombre, una mujer… unos ojos marrones que me llamaban con tanta intensidad… una voz. Tenía una razón para hacerlo pero no lograba ver con claridad… sin tan solo este sopor me dejara ver y este fuego no quemara tanto…

_Mira su cuello… comienza a cerrarse._

Oh por Dios como quema!... no encontraba mi voz para gritar… creía estar moviéndome pero no era conciente de mi cuerpo, era como si fuera una masa sin vida, inerte y echada a su suerte… si acaso lo hacía no era conciente de mis movimientos, solo era conciente del dolor en medio de esa oscuridad. Quise gritar pero mi vos se quedó en mi garganta como un gorgoteo inútil y sin fuerza…

_Resiste hermano… Bella te necesita…_

¿…qué?, ¿Bella?... Oh, Bella. Entonces de la oscuridad comenzaron a surgir imágenes, evocaciones de mi memoria cegada de ira y odio… mi Bella en mi prado, unos lobos… una palambrea rojiza… mi ángel cayendo… olvidé el dolor, había uno más fuerte que me daba fuerzas al mismo tiempo, un dolor que no se compara en nada al de las llamas recorriendo mi cuerpo…

Como un naufrago en el medio del mar que se hunde por las olas caprichosas, emergí de la oscuridad hacia la luz y abrí los ojos,

_¡Bella!_ dije en lo que pretendía ser un grito, mi garganta no me lo permitió… solo pude emitir un suave susurro entrecortado.

_Hijo no hables… todavía no curas bien._ Carlisle me mantenía recostado en una cama oprimiendo suavemente el hombro. Miré a los lados buscando a mi amor y mi padre pareció comprender,

_Ahora la verás… primero cúrate._ me pareció oír un resto de pena en su voz_ Tus heridas eran muy graves, traspasaron tu garganta y eran profundas en parte de tu rostro… solo los licántropos pueden causarnos estas heridas. Tuvimos que suministrarte ponzoña que tu cuerpo había perdido producto de la perdida de sangre y… tu mordida al lobo._ dijo lo último casi en un susurro… No sé por qué pero no pude ver nada en su mente, solo las imágenes de mi rostro y cuello ensangrentados, la carne se abría en lo que parecía ser el recorrido de unas gruesas garras, parecían ser heridas profundas… si hubiese sido humano no hubiese resistido. Oh no!... si esas garras habían echo esto en mí, ¿Qué habían echo en Bella?...

_Padre…_ hablé muy dificultosamente _necesito verla, la última vez que la vi recuerdo que…_

_Edward descansa y cúrate primero, lo harás rápido si cooperas. Bella espera por tí pero no puedes estar así…_ dijo calmado. No pude dejar de notar una sombra en su cara, como si el paso de los años hubiese venido de golpe para él… sus ojos dorados estaban levemente opacos y sin brillo, no me dejaba leerle la mente y eso era por algo… lo miré fijamente tratando de traspasar su barrera pero no me lo permitió…

_¿Qué sucede con Bella padre?_ en un intento de saber de ella olfateé el aire esperando que su dulce aroma llegara a mí, lo percibí… era tenue y mezclado con otra clase de olores como alcohol y oxido, su efluvio era muy débil y casi no lo sentía… entonces me dispuse a encontrar el sonido de su corazón, y por más que lo busqué lo único que encontré fue un golpeteo frágil y errático acompañado por el pitido de una maquina… un monitor cardiaco…

_¡Padre!..._ hice un intento de levantarme de la cama al comprender lo que había escuchado, pero una vez más mi padre me detuvo sosteniéndome por los hombros, sentí unos fuertes brazos ceñirse alrededor de mi cintura obligándome a recostarme de nuevo… reconocí que era Jassper por la repentina tranquilidad que me había invadido de pronto,

_No!.... Jass, no lo hagas… quiero saber…_ le dije suplicante al notar que influía en mi estado de ánimo.

_Edward primero cúrate, tardará poco… ya casi tus heridas están cerradas, ten paciencia._ me dijo Jassper en mi oído.

_No!... Bella…_ le dije en un susurro lo más fuerte que mi voz en ese momento me lo permitía. ¿Qué me ocultaban?... ni siquiera Jassper me permitía ver sus pensamientos… busqué otras mentes en la casa pero nadie más había allí.

_¿Donde están los otros?_ le dije a mi padre frunciendo el seño, ¿a caso habían desaparecido a propósito para que yo no les leyera la mente?.... esto me estaba frustrando…

_Fueron al prado a… sacar el cuerpo del lobo._ dijo en un hilo de voz, entonces recordé a los otros lobos,

_Padre… ¿qué pasó con el resto de la manada?... ellos no querían luchar…_

_Lo sabemos hijo, al caer el Alfa ellos ya no tuvieron que seguir sus ordenes… huyeron del prado. En estos momentos están deliberando las acciones a seguir, aparentemente Jacob atacó sin razón y ellos lo consideran delitos graves._ sentí alivio por los lobos de la manada, ellos a pesar de ser nuestros enemigos solo estaban siguiendo ordenes que no podían rechazar o desobedecer.

Un escozor recorrió mi mejilla seguido de pequeñas punzadas en mi cuello, quise tocarme con una de mis manos pero mi padre me detuvo,

_No es recomendable hijo… deja que curen, están cerrando…_ me dijo echándoles un vistazo a mis heridas, era verdad estaban curando notablemente… solo se veían las mismas líneas que habían sido los surcos provocados por las garras pero ahora se veían como una suave línea escarlata, verme en los ojos de mi padre era como verme en un espejo. El dolor había desaparecido casi por completo, solo quedaba una leve puntada que cruzaba mi quijada y parte de mi cuello… pero ya era casi imperceptible.

_Edward…_ la escuche, fue su dulce voz pero mas apagada y me estaba llamando… esta vez nadie me detuvo, me levante de un salto de la cama y corrí hacia donde había sentido su voz. Mi padre y mi hermano venían detrás de mí… pude sentir sus confusos pensamientos, sin embargo no me importaba nada… lo único que quería era llegar a ella. Estaba en la habitación de Alice, de allí pude sentir su débil efluvio, abrí la puerta lentamente preparándome de algún modo para lo que iba a ver y mi padre me detuvo sosteniéndome del brazo para que volteara a verlo,

_Edward… deberías saber algo antes de entrar a verla_ ahora sonaba preocupado y decidido, _... Bella… ella ha recibido un fuerte golpe en el pecho hijo, su estado…_

_Déjame entrar y la veré por mi mismo_ le corte. El asintió y soltó mi brazo, Jassper estaba a mi lado preparado para invadir mi cuerpo de tranquilidad y paz en cuanto abriera esa puerta, con un gesto de mi cabeza le pedí que no lo hiciera… debía afrontar lo que sea sin sedantes ni entupidas ensoñaciones, debía pisar sobre el suelo y no caminar en el aire. Empujé la puerta y entré…

No importaba que Jassper estuviera allí para calmarme, no importaban mis heridas ni mucho menos mi dolor, no importaba nada… ya que otro tipo de dolor me golpeaba con la fuerza de mil huracanes… como dagas que se clavaban en mi muerto corazón… prefería mil veces los fuegos del infierno, los dolores de la ponzoña… cientos de veces nunca haberla conocido, antes que verla en el estado en que la vi.

Mi amor… el amor de mi existencia, la mujer que había surcado mis cielos como un brillante cometa… estaba allí, en una cama, con tubos de oxigeno tapando su hermoso rostro, su esencia ya no era su esencia… era un desconocido olor que invadía su cuerpo tal vez para tratar de curar sus heridas, su pálido natural era un blanco casi traslucido que hacía más marcadas las ojeras debajo de sus ojos y sus labios habían dejado de ser de un suave carmín para tornarse de un blanco azulado… a pesar de su condición, parecía dormir apaciblemente sin dejar que los sonidos de las máquinas que controlaban su corazón y respiración irrumpieran su sueño. Me acerqué a ella sin ver nada más alrededor mirando cada detalle de su cuerpo buscando alguna herida, algún rasguño del maldito animal, se veía más frágil que nunca.

_Su corazón… está distinto_ dije con mi voz rota, malditas lagrimas que se estancaban en mis ojos… maldito pecho que sollozaba en silencio.

_Su corazón está muy débil… hijo, está muy delicada, el lobo golpeó su pecho con tal fuerza que lo hundió y no hay mucho que podamos hacer… provocó un importante hemorragia interna, su corazón no resistirá…_ fue como un zumbido en mis oídos, mi padre habló y todo lo demás desapareció, no tuve conciencia de mí mismo… solo estaba ella frente a mis ojos, mi Diosa…

_No…_ me aferré de las sabanas de la cama y me acerqué a ella, su respiración era lenta y acompasada provocada por el respirador que mi padre había puesto para ella. Miré cada detalle de su piel, su fina y delicada piel que ahora se vestía de un blanco apagado… había perdido su brillo… mi ángel ya no brillaba. Acaricié suavemente su cabello que se extendía en la almohada y cerré los ojos… ¿en qué momento mi ángel había hecho algo tan malo para merecerse esto?... si acaso enamorarse de un vampiro era un pecado tan grave ¿por qué el castigado no era yo?... en este momento de mi existencia la vida me regalaba la dicha de amar y ser amado y ahora por un enfrentamiento inesperado me la arrebataba, saboreé el manjar más dulce y más apetitoso que un hombre… que un vampiro… ¡que cualquier criatura en este mundo tuviese el privilegio de probar jamás!... y ahora me lo quitaban… ya era hora de devolver este ángel que el cielo me había regalado pero yo no la quería dejar ir… no aún, no… nunca.

_Hijo… tú sabes lo que la puede salvar._ escuché la voz de mi padre como si estuviera a cientos de kilómetros, _...no resistirá mucho tiempo más Edward._

_No…_

_Hijo es la única salida… sálvala._

Me acerqué a su oído aún con los ojos cerrados, ya casi su esencia no existía… a estas alturas ya me hubiera inundado hasta la última fibra de mi ser. Apoyé mi frente en la almohada a un lado de su cabeza, necesitaba sentirla cerca… sentir lo más que pudiera de ella.

_Bella… amor… no me dejes, tengo miedo…_ mi voz salió distorsionada y cargada de incertidumbre, si hubiese podido llorar lo hubiese hecho… pero solo mi voz entrecortada y los espasmos que recorrían mi cuerpo evidenciaban el llanto que pugnaba por salir. No dije nada más, solo me quedé junto a ella… con la esperanza de escuchar su respuesta, no haría nada que ella no quisiera… así significara perderla, no la condenaría a una vida vacía como la mía. Ella era un ángel, no podía caer… no podía cortarle sus alas… debía dejarla volar para deleitar al mundo con su presencia.

No supe del tiempo, ni las horas… solo supe que a lado de ella era donde pertenecía, mi padre y hermano se habían ido dejándonos solos y podía escuchar los suaves susurros de Alice y Emmett en el piso de abajo. No quería moverme de su lado, no después de que ya una vez me la arrebataron…

_Edward…_ era un susurro pero ella me llamaba, levanté mi cabeza para verla y me di cuenta que luchaba por abrir los ojos sin lograrlo siquiera, las señales de los monitores cardiacos se habían alterado y su respiración era más pesada.

_No amor… no te esfuerces, no debes alterarte… yo estoy aquí._ le dije al oído en un susurro.

_Hazlo…_ dijo y luego cayó en la inconciencia otra vez. Yo no dije nada, era tan real lo que había dicho que por un momento lo creí cierto. Fue a penas un susurro casi imperceptible… ¿a caso en verdad lo escuché?... o ¿a causa de la desesperación creía escuchar lo que deseaba escuchar?. Necesitaba una aliciente… algo que me permitiera hacer lo que mi corazón sabía y que mi mente no aceptaba…

_Alice…_ llamé lo suficientemente alto como para saber que mi hermana me escucharía. Luego de unos segundos, alguien llamó a la puerta…

_Edward…_ me llamó Alice desde la puerta _hablemos abajo, Esme se quedará con ella…_

_No… aquí Alice, no me iré de su lado_ me aferré a las sabanas como si fuera mi salvavidas.

_Ella te escucha, no deberíamos hablar aquí…_ por una parte tenía razón, pero algo me retenía a su lado… y parecía ser más fuerte que mi propia voluntad.

_Está bien Alice… solo un momento._ me separé de ella sin antes darle un beso en la frente. Esme entró al cuarto en el momento que yo salía… “la cuidaré hijo, ve tranquilo…”.

_Gracias madre…_

_¿Qué quieres saber Edward?..._ me decía mi hermana una vez que nos habíamos acomodado en el sofá de la sala, sus pensamientos no eran claros con respecto a Bella, y era eso precisamente lo que quería averiguar. Ella estaba confusa y asustada al mismo tiempo, a toda la familia le había afectado lo sucedido, ella había calado tan hondo en todos que era doloroso para ellos verla en ese estado. Era fácil amar a Bella… y era difícil perderla.

_Quiero saber si Bella logrará sobrevivir… quiero saber su futuro Alice._ estaba desesperado y mi voz era el reflejo de ello, si debía suceder algo no quería dilatar más ese momento.

_Edward… no se puede negar lo inevitable, Carlisle te lo ha dicho, ella… no tiene posibilidades, su pecho está destroz…_

_¡No Alice!... ¡ella es valiente!..._ no quería oír más, no quería aceptarlo… mi Bella no debía morir y mucho menos condenarse a una existencia vacía como la mía. Pero algo debía hacer… algo, oh por Dios cómo deseé estar en su lugar!...

_Si tan solo pudiera hacer algo Alice…_ puse mi cabeza entre mis manos mientras otra ola de sollozos secos y silenciosos me envolvían,

_Si que puedes…_ me dijo mi hermana al tiempo que una de sus visiones llegaban a mi mente, Bella convertida en una de nosotros… hermosa, gloriosa y radiante como siempre lo fue pero en esta visión con sus rasgos más marcados dándole a su rostro una imponente belleza, Bella mi compañera… Bella mi igual, mi otra parte. Por una fracción de segundo me regocijé ante esta idea pero cuando recobré parte de mi cordura me pareció la idea más egoísta y perversa que cruzó por mi mente, ¿cómo iba a dejar que mi Bella se condenara?... ¿acaso ese era su futuro?...

_No puedo condenarla_ dije perdiendo toda mi fuerza… rindiéndome ante la idea de perderla para siempre, si bien hubo un memento en que consideré proponerle que compartiera la eternidad conmigo… lo había pensado de manera en que ella iba a ser la que lo decidiría… no podía imponérselo… eso iba a terminar confirmando el ser egoísta y vil que yo siempre había sido.

_Edward… ¿la amas?_ la miré atónito… ¿cómo era posible que lo dudara?... mi familia había sido testigo del más hermoso y puro amor que había echo revivir mi muerto corazón… claro que la amaba, no un momento… esa palabra se quedaba corta a comparación de lo que yo sentía por Bella.

_No te das una idea de cuánto la amo._ le dije mirándola fijamente.

_Entonces no dilates su sufrimiento… está agonizando Edward, es ahora o nunca…_ la verdad me terminó rompiendo en mil pedazos… no podía detener más el tiempo… no podía dejar que siga sufriendo, aunque talvez este sufrimiento no sea nada con lo que le espera si la convierto.

_Sufrirá Alice… ¡me odiará por hacerle pasar por esto!_ dije bajando la cabeza, estaba atrapado… no sabía qué hacer.

_Ahora está sufriendo… esto es peor Edward… porque terminará muriendo. Si la transformas sí sufrirá pero estará a tu lado y viva… disfrutando de la eternidad junto a ti, ¡¿no lo ves?!_ Alice estaba perdiendo la paciencia conmigo. Entonces como si Bella me lo confirmara el sonido de las máquinas que marcaban y controlaban su ritmo cardíaco comenzaron a sonar descontroladamente…

_Edward!..._ mi madre llamaba desesperada al tiempo que yo subía con toda velocidad las escaleras hacia el cuarto de Alice, abrí la puerta y la escena con la que me encontré fue desgarradora. Mi Bella arqueaba su espalda mientras su cuerpo sufría de fuertes convulsiones, corrí hasta ella sosteniéndola de los brazos tratando de mantenerla pegada a la cama, el golpeteo de su corazón era eufórico como si en un intento de sobrevivir gastara sus ultimas fuerzas… su rostro ya no tenía rastros de lo que habían sido sus exquisitos sonrojos… era blanco y sin vida.

_Está sufriendo un infarto!_ oí decir a mi padre que llegaba junto a ella a tiempo que el cuerpo de mi Bella dejaba de sacudirse para sumirse en una tranquila calma. Los monitores no dejaron de marcar su errático y débil ritmo… miré a mi Ángel y su rostro no tenía rastros de dolor, no había indicios de ella, su esencia ya no estaba… algo había cambiado y lo supe cuando oí el agudo y largo pitido que su monitor cardiaco emitía ante la ausencia de su pulso… mi ángel había decidido volar.