Hola hermosas!!! aquí entregando un nuevo capi, espero que les guste... personalemente mi capi favorito... besos y COMENTEN!!! Ah!, mañana primer capitulo de Amor prohibido, ya saben que las quiero mucho y por fa alientenme a seguir, las necesito!, besotes.
PRIMERA PARTE Capítulo 6: Nos pertenecemos… para siempre
Llegamos al aeropuerto con tiempo de sobra, veía a mi esposa algo inquieta y curiosa por saber el destino de nuestros vuelos, parecía niña pequeña preguntando a donde íbamos a ir… me causaba gracia ver sus reacciones cuando preguntaba y yo contestaba.
_¿Houston?_ preguntó cuando llegamos al aeropuerto en Seattle, su mirada viajaba por los tableros de indicaban los distintos vuelos de la noche, se guiaba por los horarios de salida y el nuestro coincidía con uno de los vuelos, había acertado pero solo le dije que solo era una parada en el camino. Había sido en extremo cuidadoso para mantener en secreto el destino de nuestra luna de miel, toda mi familia sabía el lugar pero les había pedido extremo cuidado para no decirle a Bella ya que deseaba que fuera una total sorpresa para ella, aunque tuve que someterme a mis hermanos para cumplir con ciertas tareas a cambio que mantuvieran su silencio… los muy sinvergüenzas me chantajeaban a cambio de mantener el secreto y sin duda Emmett era el que más disfrutaba de esto, me había obligado a lavar su jeep, tuve que dejarme ganar por él en el x-box y hasta había tenido que soportar su falta de tacto con respectos a ciertos temas, una tarde, en la que Bella se encontraba trabajando en la tienda de los Newton, vino con un libro entre las manos y la más estupida de las sonrisas en su rostro… me tendió el libro diciéndome que lo iba a necesitar, cuando le di un vistazo había resultado ser el libro del Kamasutra… estupido Emmett, tuve que soportar sus idiotas imitaciones de mi cara de cuando vi de que se trataba el libro… hoy puedo decir y justificadamente que odio a mi hermano. Alice me hizo pagar su silencio con algo mucho más sencillo pero no por eso más fácil, me obligó a acompañarla de compras, no fue solo eso… sino que fue el día que fue al centro comercial a comprar la ropa que llevaría Bella a la luna de miel, de más está decir que me torturó mostrándome pequeños y escasas prendas de ropa como camisones, bragas, sujetadores... solo veía encaje y satén por todas partes, ella disfrutaba con mis caras y mi sufrimiento cuando veía en su mente su viva imaginación, mi hermana Alice se imaginaba cómo se vería Bella con ciertas prendas y yo tenía que soportar sus imágenes mentales. Por fin hoy todo eso se terminaba ya que, con mi esposa íbamos rumbo a nuestro lugar en el mundo.
_¿Río de Janeiro?_ preguntó emocionada cuando nos habíamos detenido en el mostrador internacional, de nuevo le contesté que solo era otra parada…
Subimos a nuestro avión y nos acomodamos en los asientos de primera clase, fue agradable volar junto a mi amor rodeada por mis brazos, ella enseguida se sumió en un pacifico sueño mientras yo acariciaba sus cabellos y su espalda, susurré su nana cuando estábamos cerca del aeropuerto de Río… en las ventanillas se veía un exquisito atardecer, entonces mi Bella se despertó y me causó gracia su inusual alerta al saber que nos acercábamos a nuestro destino. Ya en Río de Janeiro salimos del aeropuerto y tomamos un taxi, teníamos que ir hacia la zona de muelles así que atravesamos las congestionadas y nada pacificas calles de Río, enseguida le di las instrucciones al conductor y el auto atravesó la masa de gente y tráfico hasta llegar al muelle, llevé a Bella hasta uno de los muelles donde se encontraba nuestro yate, un estilizado y lujoso yate perteneciente a la familia Cullen estaba esperando por nosotros… no era espacioso para nada ya que había sido pensado para correr en las aguas de mar, pero era una pequeña perla entre los otros que se encontraban en el lugar. Salté al yate y me apresuré a dejar las maletas en la cubierta para ayudar a mi esposa a subir, le indiqué que se sentase mientras yo preparaba todo para la salida. Se podría decir que los yates eran mi segunda pasión luego de los autos, todo lo que significara velocidad y adrenalina era de mi agrado. Teníamos a lo largo de la costa atlántica varias adquisiciones que utilizábamos cuando el momento lo requería, yates, lanchas y otros artículos que hacían más placentero el paso por esos lugares. Jassper y Emmett eran los más asiduos a estas actividades cuando salían a vacacionar… esta vez me tocaba a mí. Zarpamos del muelle en dirección este, mi Bella solo se limitaba a observar curiosa… cómo me hubiese gustado saber sus pensamientos, qué se estaría preguntando, cuáles serían sus miedos e inquietudes… sus expectativas, se veía nerviosa y podía asegurar que era por lo mismo que yo, nuestra primera noche juntos. Aceleré el yate tratando de hacer más corto el viaje, mientras antes llegáramos al lugar más rápido pasaría todo, aunque prefería prolongar el momento me ponía nervioso saber cuales serían los resultados.
_¿Falta mucho para llegar?_ preguntó mi esposa que se aferraba fuertemente al asiento y su miraba se dirigía a la oscuridad de la noche tratando de encontrar algo en la lejanía, le indiqué que solo media hora más., estaba ansiosa al igual que yo… Alrededor de veinte minutos después pude divisar la silueta del lugar al que nos dirigíamos, la luz de la luna me dejaba visualizar el gran pico rocoso y la densa selva que tapaba algunos espacios del lugar, las olas chocaban suavemente sobre las playas de arenas blancas…
_Bella mira esto…_ grite por encima del motor, ella volteó y entornó los ojos tratando de ver, dirigí el bote a la parte norte de la isla que era donde se encontraba el muelle de desembarque, mi esposa me preguntó donde nos encontrábamos y yo sonreí ante su intriga y la expectativa y la espera había surgido efecto.
_Esta es La Isla Esme… un regalo de Carlisle, Esme nos la prestó_ le dije, al tiempo que maniobraba para dirigirme al muelle. La Isla era un regalo… uno de los tantos que mi generoso padre la había hecho a mi madre en uno de sus aniversarios. Ojalá Bella me permitiera algún día hacerle un regalo como este, si por mi fuera le regalaría el mundo entero… las estrellas… la luna, lo que me pidiera, pero sería imposible hacer eso con mi esposa, aunque tenía el resto de la eternidad para convencerla de que recibir regalos y sorpresas de mi parte era solo un simple acto más para demostrarle lo mucho que la amaba. Bajé del yate las maletas y las dejé sobre el muelle, luego tomé en brazos a Bella pero ella replicó,
_ ¿No se supone que deberías esperar a que estemos en la puerta?_ dijo, yo sonreí y le indiqué que no me era suficiente con eso solo, tomé las maletas con una mano y con la otra sostuve a Bella y caminé sobre el muelle dirigiéndome hacia el interior de la selva. La cálida luz guiaba mis pasos hasta el interior de la selva, vislumbré la casa que se encontraba ya a casi unos metros y supe que Bella también la había visto cuando su respiración se agitó y pude sentir el rápido latir de su corazón haciendo presión en sus costillas, mi mano lo captó perfectamente. Si mi corazón hubiese estado vivo no tenía duda alguna que en ese momento estaría latiendo tan erráticamente en mi pecho como lo hacía el de ella, me sentía entupidamente nervioso y a la vez preocupado por lo que Bella pensara aunque no me atrevía a preguntárselo, temía su respuesta.
Al llegar a la casa puse las maletas en el suelo para abrir las puertas y miré a mi esposa que se encontraba sin decir palabras en mis brazos. Quería saber si estaba dispuesta a proseguir con esto y cuando me miró lo supe, así que abrí la puerta adentrándonos al interior de la casa. Mi madre se había esmerado demasiado decorando la casa y con todo lo que había hecho había obtenido grandes resultados, llevé a Bella a través del edificio encendiendo las luces a mi paso… podía decir que me sentía como en casa, Esme había logrado captar la esencia de la isla y mantener detalles de nuestro hogar en Forks y había logrado una ambientación que me hacía sentir como en casa. Seguí recorriendo toda la estancia con Bella en mis brazos, podía sentir el intenso latir de su corazón resonando en mis oídos y su entrecortada respiración, aunque no podía asegurar si se trataba por la expectativa a nuestra primera noche o por la impresión que le había provocado la casa.
Por fin llegué al último cuarto, pero no por eso menos importante… de hecho era el que más temía y amaba al mismo tiempo… nuestra habitación, encendí la luz y allí estaba, tan inmaculado como Esme me advirtió que sería, era blanco y con una de las paredes, la que daba a la playa, enteramente de cristal… nuestra cama ocupaba la mayor parte del espacio, era amplia y estaba envuelta delicadamente por un mosquitero, algo que le daba un aire un poco más sublime al momento… por Dios! Si hubiese funcionado mi corazón estaría galopando a mil por minuto, aunque el corazón de Bella lo estaba haciendo peligrosamente por ambos. Decidí moverme y dejé a Bella en el suelo, sobre sus pies diciéndole que iría por las maletas, las cuales había dejado en la entrada. Atravesé la estancia lo más rápido que pude, si debía suceder algo para qué prolongar el momento… cuando volví a la habitación, mi esposa estaba cerca de la cama con su mano a acariciando la tela que la envolvía, me acerqué y pude ver que la Isla estaba causando sus efectos sobre ella, rocé con uno de mis dedos su nuca, por la que bajaba tentadoramente una gota de sudor, llevé mi dedo a mi boca saboreándola… por supuesto era exquisita,
_Está un poco caluroso aquí…_ le dije tratando de romper el silencio _pero… pensé que sería mejor._ no se me ocurrió pensar cuando elegí el destino si esto sería de su agrado o si se sentiría cómoda, aunque esa había sido mi intención precisamente al elegirlo.
_Definitivamente_ respondió tomándome por sorpresa, de mi boca salió una risita nerviosa ante lo que significaban sus palabras,
_ Traté de pensar en todo lo que pudiera hacer esto…. más fácil_ me sinceré ante ella, en verdad estaba haciendo lo posible para hacerlo más fácil, al menos para ella… yo en realidad estaba haciendo lo posible por contener mis instintos y no tomarla allí sobre esa cama, se veía tan nerviosa y tan abrumada por la situación que me negué completamente a hacer algo que ella encontrara incomodo, todo debía ser a su tiempo… solo a su tiempo. Decidí proponerle algo que tal vez sería la solución para calmar su nerviosismo, algo que definitivamente yo también necesitaba…
_Me preguntaba… _ dije nervioso ante su posible negativa _ si… primero… tal vez quisieras nadar en la oscuridad conmigo?_ largué, tomé una bocanada de aire como si lo necesitara y continué _ El agua estará caliente. Esta es la clase de playa que te gusta._
_Suena bien…_ me dijo con la voz nerviosa,
_ Estoy seguro que querrás un minuto o dos para ser humana… Fue un largo viaje_ le dije sabiendo que no siempre mi compañía era buena, tal vez un momento a solas era lo que ella necesitaba para acomodar sus ideas y reconsiderar todo esto. Ella asintió nerviosamente y me acerqué unos centímetros más a ella para rozar con mis labios la base de su garganta, fue un gran error hacerlo ya que su efluvio era aún más intenso en esa zona y se hacía enloquecedor con su nerviosismo, reí ante esto que me hacía aún sin saberlo,
_No tardes demasiado, Sra. Cullen_ se estremeció ante mis palabras y decidí darle un incentivo besando su cuello hasta cerca de su oído, en el que susurré…
_Te esperaré en el agua…_ entonces con todas mis fuerzas me obligué a salir hacia la playa, sin antes desabrochar mi camisa, sacármela y dejándola tirada cerca de la puerta de vidrio que me llevaría hasta la playa… caminé por las arenas blancas hacia la orilla del agua, la luna era una espectadora más en todo esto, nos regalaba su luz haciendo que todo pareciera imposiblemente irreal, dejé mi ropa sobre la rama de un árbol y caminé desnudo hasta que las cálidas aguas mojaron mi piel, dejé que me cubriera hasta mi cintura, se sentía bien… casi tan bien como se sentiría tener a mi Bella calentando mi piel. Debía darle su tiempo, sabía que aunque me lo hubiese pedido miles de veces… este momento que se acercaba abrumadoramente, era un momento especial para ella, no solo para ella sino también para mí. Iba a ser nuestra primera vez para estar juntos en este aspecto y se encontraba todo en juego… mi parte egoísta me decía que la tomara, que al fin y al cabo era algo que ella también deseaba… pero mi parte racional gritaba lo contrario, su seguridad, su bienestar y su integridad eran las cosas que se ponían en juego y era yo, precisamente el hombre que más la amaba en el mundo quien arriesgaba todo eso. Sin embargo… y después de todo, había algo que quedaba claro esta noche… ella sería mía en todos los aspectos, y eso era algo que llenaba mi pecho de felicidad.
La escuché venir a paso lento sobre la arena, no me volteé a verla por más que me muriera de ganas… observarla no era una buena idea en este momento,
la sentía tan cerca que mis sentidos estaba a flor de piel anhelándola, la escuché dar unos pasos cerca de donde yo había dejado mi ropa y escuché claramente que dejó caer una tela en el mismo árbol en el que yo lo había hecho… luego vino hacia mí, no había en ese momento un sonido más hermoso, Bella caminando hacia mí, yo no volteé y solo me limité a mirar la luna que se encontraba de frente a mi. La sentí llegar hasta el agua y se adentró en ella, pequeñas olas que eran provocadas por su andar me indicaron que estaba cerca de mi, sentí su mano posarse sobre la mía que estaba bajo el agua, y por una vez más me di la razón a mi mismo, no había una calidez más embriagadora que la de mi esposa.
_Hermosa_ dijo mirando a la luna, su toque fue mágico y sus palabras ya no estaban cargadas de miedo o inseguridad, eso era todo lo que necesitaba para proseguir con esta noche,
_Todo está bien_ le dije volteando para ver su mirada, estaba cargada con admiración, devoción y amor… demasiado amor…, era toda una visión, la más hermosa que un hombre pudiera tener de la mujer que ama… su cabello suelto enmarcaba su rostro dándole un aire irreal, la luz de la luna iluminaba su piel tenuemente dándole un brillo especial, era un ángel y era un pecado, uno tremendo lo que yo iba a hacerle a ese ángel… se veía irresistiblemente exquisita, tan pura y tan bella, ¿qué había hecho de bueno en esta vida que me hacía merecerla?, ¿a caso el cielo podía jugar conmigo de esta manera regalándome a este ángel sin nada a cambio?... ¿a caso sería tan cruel y egoísta pensar que si me la merecía?. Doblé mi mano para entrelazarla con la suya y las mantuve debajo del agua para que mi fría piel se templara y pudiera así no estremecer la suya que era tan cálida.
_ Pero yo no usaría la palabra hermosa_ le dije con toda sinceridad, _ No comparándola contigo_ ella me sonrió levantando su mano libre y poniéndola sobre mi pecho, a la altura de mi corazón… me sobresaltó su calidez, era un regalo lo que ella me daba al darle un poco de calor a mi frío corazón, la sentía tan cerca e increíblemente tan tranquila que hizo fallar mi respiración… debía relajarme y seguir su ejemplo, no debía tener miedo y dejarme llevar, pero ¿cómo podía hacerlo sabiendo que ella podría resultar herida?...
_Te prometí que lo intentaríamos_ le señalé tensándome de repente ante ese simple contacto que tanto estaba provocándome, _ Si… si hago algo malo, si te lastimo, me debes decir inmediatamente_ sentencié a lo que ella afirmo asintiendo con su cabeza, luego dio un paso hacia mi y recostó su cabeza en mi pecho,
_No tengas miedo_ murmuró _nos pertenecemos._ no había verdad más grande que esa, ambos lo sentíamos… si nuestros corazones hubiesen latido, lo harían llevando el mismo ritmo… nos pertenecíamos estaba seguro de ello y desde antes de nacer. La envolví gentilmente entre mis brazos sintiendo dolorosamente su calor sobre mi frío cuerpo, era en extremo agradable y a la vez electrizante, sentir su piel sobre la mía me hacía revivir cada una de mis fibras nerviosas,
_Para siempre_ le dije. Bajé mi cabeza lentamente espectado el momento y besé dulcemente sus labios, sus manos se ciñeron alrededor de mi cintura acariciando mi espalda y apoyándose más contra mí. Las más inmensas sensaciones recorrieron mi cuerpo, mi piel experimentaba la más exquisita de las quemazones, era deseo, pasión, amor, lujuria, todo junto… era Bella, solo ella la que había logrado despertar todo eso en mí y mi cuerpo resignado no hacía más que reaccionar ante su contacto. Tomé sus manos separándome lenta y dolorosamente de su boca que me tenía preso y mirándola siempre a los ojos la llevé conmigo adentrándonos en el agua, su calidez nos abrazó mientras nos sumergíamos juntos siempre mirándonos a los ojos. Yo no necesitaba respirar por lo que no era problema para mí estar sumergido largo rato, pero ella… mi dulce esposa necesitaba el aire como yo la necesitaba a ella, por eso no me arriesgué a sumergirme más de lo necesario, lo que sentí prudente para ella. La oscuridad nos rodeaba mientras nuestros cuerpos jugaban a encontrarse, la tomé de la cintura y la besé… ella tomó el aire que yo le daba y que había guardado en mis pulmones innecesariamente, seguimos abrazados flotando en la inmensidad del océano mientras nuestro beso llegaba a su fin, me separé y de nuevo la llevé a la superficie. La noche era tranquila y apacible, las aguas se habían mantenido calmas y el aire quieto, cuando caminamos hacia la arena la tomé entre mis brazos admirando cada una de sus curvas, mi nerviosismo había desaparecido y no habían ya miedos ni tapujos, la sentía segura entre mis brazos y me atreví a que mis ojos recorrieran su cuerpo mientras caminaba hasta la casa, su mano y su mirada recorrían mi pecho, le di un suave beso en la coronilla al tiempo que entrábamos y cerraba la puerta de vidrio. La dejé sobre la cama suavemente y la miré a los ojos inclinado hacia ella, sus manos acunaron mi rostro y me llevó su boca hacia la mía dándome un beso que me hacía saber que todos sus temores y expectativas habían desaparecido, era pasión que rayaba en la desesperación, la tenía… su lengua acarició la mía en una lucha encarnizada y sus manos recorrieron cada centímetro de mi pecho bajando hasta mi abdomen, en circunstancias normales no la habría dejado ir más allá… pero era nuestra luna de miel y este era su deseo, el que yo haría realidad. Sin decir palabras me separé alejando sus manos de mi cuerpo gentilmente, pude ver desesperación y dolor en sus ojos pero en seguida le demostré que no era lo que ella pensaba… rodeé la cama y me paré frente a ella admirando su cuerpo. Era algo sublime tener a mi diosa desnuda frente a mi, era pecaminoso mirarla como lo estaba haciendo yo y no sentía culpa alguna en hacerlo. Me incliné subiendo por los pies de la cama y acaricié sus piernas perdiéndome en vista que me estaba dando su cuerpo desnudo, a pesar de la noche y de que ninguna luz estaba encendida en la habitación pude notar su sonrojo y captar su respiración entrecortada, me acerqué a una de sus piernas y le besé su piel, repartí pequeños besos sobre toda la extensión de su pierna mientras que con mi otra mano acariciaba sus muslos, un pequeño jadeo salió de sus labios provocando mi excitación.
_ Siénteme…_ le dije con mi voz áspera por la excitación, mis manos se atrevieron a más y acariciaron sus caderas hasta llegar a su abdomen…
_Edward…_ jadeó arqueando su espalda, ¿a caso esta mujer quería matarme?, ¿no era suficiente con verla desnuda sino que también debía sufrir sus seductores movimientos?... Me dejé llevar por el deseo irrefrenable que me invadía y me incliné para besar su estómago, el aroma de su excitación chocó contra mí haciéndome gruñir… quería probarla, debía probarla…
_Bella… no te asustes… debo probarte_ sentencié, ella se estremeció y entreabrió sutilmente sus piernas invitándome… bajé de nuevo hasta sus muslos y comencé a besar el camino que me llevaba hasta su centro, jadeó ante mi contacto y no pude reprimir un gemido… posé mi lengua entre sus pliegues y cerré los ojos deleitándome con su sabor, ella gimió y se contorsionó tratando de acercar su sexo a mi boca, pasé mis manos por debajo de sus caderas y la levante un poco para tener un mejor ángulo, la besé desenfrenadamente, había tirado ya la compostura a la basura.
_Oh Edward…_ adoré cómo sonaba mi nombre entre sus jadeos, la acerqué mas a mi boca al tiempo que ella llevaba sus manos a mi nuca, sus dedos se perdieron entre mi cabello y yo gruñí de satisfacción al ver lo bien mojada que estaba para mi, ya que no podía tomar su sangre me conformé con tomar el jugo de su excitación, parecía un sediento mientras tomaba agua y lo disfrutaría para siempre. Me separé de ella cuando la sentí tensarse, señal de que llegaría su orgasmo… la anticipación había sido buena, seguí besando su estomago mientras la habitación se llenaba de nuestros jadeos… cuando llegué a la altura de su pecho me detuve a admirar sus pezones erectos los cuales acaricié con la yema de mis dedos y luego tomé entre mis labios, mi lengua desesperada los probaba sin detenerse,
_Edward por favor…_ me decía mi amada, era inevitable prolongar este momento, quería sentirla, conocer su cuerpo detalle por detalle y maravillarme con sus reacciones… y por sobre todas las cosas quería que ella gozara plenamente. Levanté mi cabeza y la miré a los ojos que estaban ya a la altura de los míos, posicioné mi erección entre sus piernas… el roce con su sexo me hizo cerrar los ojos impidiéndome a mi mismo hacer lo que mi cuerpo quería hacer, penetrarla fuertemente.
_Bella…¿estas seg…_ sentí su dedo en mis labios y ella solo asintió con su cara retorcida del placer, llevé una de mis manos hasta su sexo cerciorándome que estaba lista para recibirme, ella jadeó sonoramente mientras yo introducía uno de mis dedos en su cavidad… era tan cálida y tan estrecha que gruñí cuando la sentí,
_Oh Bella… eres perfecta_ dije antes de besarla desenfrenadamente,
_Tómame mi amor… hazme tuya_ dijo entre mis labios, yo obedecí sus ordenes y mi dedo fue reemplazado por la punta de mi dureza, repentinamente la compostura la había tirado al diablo… estaba perdido y era ella lo que lo provocaba, entre suavemente conteniéndome al extremo, frené al toparme con su delicado obstáculo… miré directamente sus ojos y ella los cerró frunciendo el seño, esto estaba mal… quise separarme pero ella rodeó mi cintura con sus piernas impidiéndomelo, abrió los ojos y asintió suavemente… empujé mis caderas hacia ella y lo sentí romperse, al mismo tiempo Bella se tensó gimiendo…
_Perdón…_ susurré con miedo a moverme por si la dañaba aún más… me sorprendí cuando la vi sonreír, luego de esa sonrisa que me había tranquilizado un tanto ella comenzó a mover sus caderas invitándome a seguir, lo hice la penetré aún más gimiendo ante lo placentero de su cavidad. No pude contenerme… comencé a moverme frenéticamente y ella hacía lo mismo debajo mío, me incorporé un tanto para mirar su cara… era de absoluto placer y solo le sonreí, seguí con mis movimientos besando cada centímetro de la piel que podía alcanzar, gruñí por lo delicioso que era su aroma, sus pezones rozaban contra los míos estremeciéndome, apuré mis movimientos al escuchar sus gritos de placer… los gemidos eran ya algo inexpresivo a estas alturas, gemí su nombre al sentir que se estrechaba aún más esto me estaba haciendo perder la cabeza, mis movimientos era incontrolables pero Bella parecía disfrutar con cada una de mis envestidas, en un momento en el que estaba a punto de tocar el cielo junto a ella se volteó mostrándome su cuello, me acerqué peligrosamente hasta la pulsante vena bajo su piel mientras ella enterraba sus uñas en mis espalda,
_Te amo!_ gritó mientras sentí su orgasmo, sus paredes se contrajeron haciéndome despertar de mi ensoñación y cayendo en la cuenta de lo placentero que eran los espasmos que sentía alrededor de mi erección, gruñí al sentirlo venir y me perdí… mordí algo, era blando y suave pero no era mi Bella porque ella gemía aún en mis brazos pero de puro placer… gruñí ahogadamente mientras explotaba en su interior…. Ella besó mi hombro y yo colapsé sobre su pecho tratando de no aplastarla,
_No tanto como lo hago yo…_ le contesté entrecortadamente.
¿Existe algo más grande y sublime que la felicidad?... porque si así era yo lo estaba sintiendo, había logrado lo que cualquier hombre enamorado desea… satisfacer a su mujer y lo había logrado con creces, tenía a mi ángel entre mis brazos y era para quedarse allí… para siempre, como ella había dicho… como uno… porque inevitablemente nos pertenecíamos.
PRIMERA PARTE Capítulo 6: Nos pertenecemos… para siempre
Llegamos al aeropuerto con tiempo de sobra, veía a mi esposa algo inquieta y curiosa por saber el destino de nuestros vuelos, parecía niña pequeña preguntando a donde íbamos a ir… me causaba gracia ver sus reacciones cuando preguntaba y yo contestaba.
_¿Houston?_ preguntó cuando llegamos al aeropuerto en Seattle, su mirada viajaba por los tableros de indicaban los distintos vuelos de la noche, se guiaba por los horarios de salida y el nuestro coincidía con uno de los vuelos, había acertado pero solo le dije que solo era una parada en el camino. Había sido en extremo cuidadoso para mantener en secreto el destino de nuestra luna de miel, toda mi familia sabía el lugar pero les había pedido extremo cuidado para no decirle a Bella ya que deseaba que fuera una total sorpresa para ella, aunque tuve que someterme a mis hermanos para cumplir con ciertas tareas a cambio que mantuvieran su silencio… los muy sinvergüenzas me chantajeaban a cambio de mantener el secreto y sin duda Emmett era el que más disfrutaba de esto, me había obligado a lavar su jeep, tuve que dejarme ganar por él en el x-box y hasta había tenido que soportar su falta de tacto con respectos a ciertos temas, una tarde, en la que Bella se encontraba trabajando en la tienda de los Newton, vino con un libro entre las manos y la más estupida de las sonrisas en su rostro… me tendió el libro diciéndome que lo iba a necesitar, cuando le di un vistazo había resultado ser el libro del Kamasutra… estupido Emmett, tuve que soportar sus idiotas imitaciones de mi cara de cuando vi de que se trataba el libro… hoy puedo decir y justificadamente que odio a mi hermano. Alice me hizo pagar su silencio con algo mucho más sencillo pero no por eso más fácil, me obligó a acompañarla de compras, no fue solo eso… sino que fue el día que fue al centro comercial a comprar la ropa que llevaría Bella a la luna de miel, de más está decir que me torturó mostrándome pequeños y escasas prendas de ropa como camisones, bragas, sujetadores... solo veía encaje y satén por todas partes, ella disfrutaba con mis caras y mi sufrimiento cuando veía en su mente su viva imaginación, mi hermana Alice se imaginaba cómo se vería Bella con ciertas prendas y yo tenía que soportar sus imágenes mentales. Por fin hoy todo eso se terminaba ya que, con mi esposa íbamos rumbo a nuestro lugar en el mundo.
_¿Río de Janeiro?_ preguntó emocionada cuando nos habíamos detenido en el mostrador internacional, de nuevo le contesté que solo era otra parada…
Subimos a nuestro avión y nos acomodamos en los asientos de primera clase, fue agradable volar junto a mi amor rodeada por mis brazos, ella enseguida se sumió en un pacifico sueño mientras yo acariciaba sus cabellos y su espalda, susurré su nana cuando estábamos cerca del aeropuerto de Río… en las ventanillas se veía un exquisito atardecer, entonces mi Bella se despertó y me causó gracia su inusual alerta al saber que nos acercábamos a nuestro destino. Ya en Río de Janeiro salimos del aeropuerto y tomamos un taxi, teníamos que ir hacia la zona de muelles así que atravesamos las congestionadas y nada pacificas calles de Río, enseguida le di las instrucciones al conductor y el auto atravesó la masa de gente y tráfico hasta llegar al muelle, llevé a Bella hasta uno de los muelles donde se encontraba nuestro yate, un estilizado y lujoso yate perteneciente a la familia Cullen estaba esperando por nosotros… no era espacioso para nada ya que había sido pensado para correr en las aguas de mar, pero era una pequeña perla entre los otros que se encontraban en el lugar. Salté al yate y me apresuré a dejar las maletas en la cubierta para ayudar a mi esposa a subir, le indiqué que se sentase mientras yo preparaba todo para la salida. Se podría decir que los yates eran mi segunda pasión luego de los autos, todo lo que significara velocidad y adrenalina era de mi agrado. Teníamos a lo largo de la costa atlántica varias adquisiciones que utilizábamos cuando el momento lo requería, yates, lanchas y otros artículos que hacían más placentero el paso por esos lugares. Jassper y Emmett eran los más asiduos a estas actividades cuando salían a vacacionar… esta vez me tocaba a mí. Zarpamos del muelle en dirección este, mi Bella solo se limitaba a observar curiosa… cómo me hubiese gustado saber sus pensamientos, qué se estaría preguntando, cuáles serían sus miedos e inquietudes… sus expectativas, se veía nerviosa y podía asegurar que era por lo mismo que yo, nuestra primera noche juntos. Aceleré el yate tratando de hacer más corto el viaje, mientras antes llegáramos al lugar más rápido pasaría todo, aunque prefería prolongar el momento me ponía nervioso saber cuales serían los resultados.
_¿Falta mucho para llegar?_ preguntó mi esposa que se aferraba fuertemente al asiento y su miraba se dirigía a la oscuridad de la noche tratando de encontrar algo en la lejanía, le indiqué que solo media hora más., estaba ansiosa al igual que yo… Alrededor de veinte minutos después pude divisar la silueta del lugar al que nos dirigíamos, la luz de la luna me dejaba visualizar el gran pico rocoso y la densa selva que tapaba algunos espacios del lugar, las olas chocaban suavemente sobre las playas de arenas blancas…
_Bella mira esto…_ grite por encima del motor, ella volteó y entornó los ojos tratando de ver, dirigí el bote a la parte norte de la isla que era donde se encontraba el muelle de desembarque, mi esposa me preguntó donde nos encontrábamos y yo sonreí ante su intriga y la expectativa y la espera había surgido efecto.
_Esta es La Isla Esme… un regalo de Carlisle, Esme nos la prestó_ le dije, al tiempo que maniobraba para dirigirme al muelle. La Isla era un regalo… uno de los tantos que mi generoso padre la había hecho a mi madre en uno de sus aniversarios. Ojalá Bella me permitiera algún día hacerle un regalo como este, si por mi fuera le regalaría el mundo entero… las estrellas… la luna, lo que me pidiera, pero sería imposible hacer eso con mi esposa, aunque tenía el resto de la eternidad para convencerla de que recibir regalos y sorpresas de mi parte era solo un simple acto más para demostrarle lo mucho que la amaba. Bajé del yate las maletas y las dejé sobre el muelle, luego tomé en brazos a Bella pero ella replicó,
_ ¿No se supone que deberías esperar a que estemos en la puerta?_ dijo, yo sonreí y le indiqué que no me era suficiente con eso solo, tomé las maletas con una mano y con la otra sostuve a Bella y caminé sobre el muelle dirigiéndome hacia el interior de la selva. La cálida luz guiaba mis pasos hasta el interior de la selva, vislumbré la casa que se encontraba ya a casi unos metros y supe que Bella también la había visto cuando su respiración se agitó y pude sentir el rápido latir de su corazón haciendo presión en sus costillas, mi mano lo captó perfectamente. Si mi corazón hubiese estado vivo no tenía duda alguna que en ese momento estaría latiendo tan erráticamente en mi pecho como lo hacía el de ella, me sentía entupidamente nervioso y a la vez preocupado por lo que Bella pensara aunque no me atrevía a preguntárselo, temía su respuesta.
Al llegar a la casa puse las maletas en el suelo para abrir las puertas y miré a mi esposa que se encontraba sin decir palabras en mis brazos. Quería saber si estaba dispuesta a proseguir con esto y cuando me miró lo supe, así que abrí la puerta adentrándonos al interior de la casa. Mi madre se había esmerado demasiado decorando la casa y con todo lo que había hecho había obtenido grandes resultados, llevé a Bella a través del edificio encendiendo las luces a mi paso… podía decir que me sentía como en casa, Esme había logrado captar la esencia de la isla y mantener detalles de nuestro hogar en Forks y había logrado una ambientación que me hacía sentir como en casa. Seguí recorriendo toda la estancia con Bella en mis brazos, podía sentir el intenso latir de su corazón resonando en mis oídos y su entrecortada respiración, aunque no podía asegurar si se trataba por la expectativa a nuestra primera noche o por la impresión que le había provocado la casa.
Por fin llegué al último cuarto, pero no por eso menos importante… de hecho era el que más temía y amaba al mismo tiempo… nuestra habitación, encendí la luz y allí estaba, tan inmaculado como Esme me advirtió que sería, era blanco y con una de las paredes, la que daba a la playa, enteramente de cristal… nuestra cama ocupaba la mayor parte del espacio, era amplia y estaba envuelta delicadamente por un mosquitero, algo que le daba un aire un poco más sublime al momento… por Dios! Si hubiese funcionado mi corazón estaría galopando a mil por minuto, aunque el corazón de Bella lo estaba haciendo peligrosamente por ambos. Decidí moverme y dejé a Bella en el suelo, sobre sus pies diciéndole que iría por las maletas, las cuales había dejado en la entrada. Atravesé la estancia lo más rápido que pude, si debía suceder algo para qué prolongar el momento… cuando volví a la habitación, mi esposa estaba cerca de la cama con su mano a acariciando la tela que la envolvía, me acerqué y pude ver que la Isla estaba causando sus efectos sobre ella, rocé con uno de mis dedos su nuca, por la que bajaba tentadoramente una gota de sudor, llevé mi dedo a mi boca saboreándola… por supuesto era exquisita,
_Está un poco caluroso aquí…_ le dije tratando de romper el silencio _pero… pensé que sería mejor._ no se me ocurrió pensar cuando elegí el destino si esto sería de su agrado o si se sentiría cómoda, aunque esa había sido mi intención precisamente al elegirlo.
_Definitivamente_ respondió tomándome por sorpresa, de mi boca salió una risita nerviosa ante lo que significaban sus palabras,
_ Traté de pensar en todo lo que pudiera hacer esto…. más fácil_ me sinceré ante ella, en verdad estaba haciendo lo posible para hacerlo más fácil, al menos para ella… yo en realidad estaba haciendo lo posible por contener mis instintos y no tomarla allí sobre esa cama, se veía tan nerviosa y tan abrumada por la situación que me negué completamente a hacer algo que ella encontrara incomodo, todo debía ser a su tiempo… solo a su tiempo. Decidí proponerle algo que tal vez sería la solución para calmar su nerviosismo, algo que definitivamente yo también necesitaba…
_Me preguntaba… _ dije nervioso ante su posible negativa _ si… primero… tal vez quisieras nadar en la oscuridad conmigo?_ largué, tomé una bocanada de aire como si lo necesitara y continué _ El agua estará caliente. Esta es la clase de playa que te gusta._
_Suena bien…_ me dijo con la voz nerviosa,
_ Estoy seguro que querrás un minuto o dos para ser humana… Fue un largo viaje_ le dije sabiendo que no siempre mi compañía era buena, tal vez un momento a solas era lo que ella necesitaba para acomodar sus ideas y reconsiderar todo esto. Ella asintió nerviosamente y me acerqué unos centímetros más a ella para rozar con mis labios la base de su garganta, fue un gran error hacerlo ya que su efluvio era aún más intenso en esa zona y se hacía enloquecedor con su nerviosismo, reí ante esto que me hacía aún sin saberlo,
_No tardes demasiado, Sra. Cullen_ se estremeció ante mis palabras y decidí darle un incentivo besando su cuello hasta cerca de su oído, en el que susurré…
_Te esperaré en el agua…_ entonces con todas mis fuerzas me obligué a salir hacia la playa, sin antes desabrochar mi camisa, sacármela y dejándola tirada cerca de la puerta de vidrio que me llevaría hasta la playa… caminé por las arenas blancas hacia la orilla del agua, la luna era una espectadora más en todo esto, nos regalaba su luz haciendo que todo pareciera imposiblemente irreal, dejé mi ropa sobre la rama de un árbol y caminé desnudo hasta que las cálidas aguas mojaron mi piel, dejé que me cubriera hasta mi cintura, se sentía bien… casi tan bien como se sentiría tener a mi Bella calentando mi piel. Debía darle su tiempo, sabía que aunque me lo hubiese pedido miles de veces… este momento que se acercaba abrumadoramente, era un momento especial para ella, no solo para ella sino también para mí. Iba a ser nuestra primera vez para estar juntos en este aspecto y se encontraba todo en juego… mi parte egoísta me decía que la tomara, que al fin y al cabo era algo que ella también deseaba… pero mi parte racional gritaba lo contrario, su seguridad, su bienestar y su integridad eran las cosas que se ponían en juego y era yo, precisamente el hombre que más la amaba en el mundo quien arriesgaba todo eso. Sin embargo… y después de todo, había algo que quedaba claro esta noche… ella sería mía en todos los aspectos, y eso era algo que llenaba mi pecho de felicidad.
La escuché venir a paso lento sobre la arena, no me volteé a verla por más que me muriera de ganas… observarla no era una buena idea en este momento,
la sentía tan cerca que mis sentidos estaba a flor de piel anhelándola, la escuché dar unos pasos cerca de donde yo había dejado mi ropa y escuché claramente que dejó caer una tela en el mismo árbol en el que yo lo había hecho… luego vino hacia mí, no había en ese momento un sonido más hermoso, Bella caminando hacia mí, yo no volteé y solo me limité a mirar la luna que se encontraba de frente a mi. La sentí llegar hasta el agua y se adentró en ella, pequeñas olas que eran provocadas por su andar me indicaron que estaba cerca de mi, sentí su mano posarse sobre la mía que estaba bajo el agua, y por una vez más me di la razón a mi mismo, no había una calidez más embriagadora que la de mi esposa.
_Hermosa_ dijo mirando a la luna, su toque fue mágico y sus palabras ya no estaban cargadas de miedo o inseguridad, eso era todo lo que necesitaba para proseguir con esta noche,
_Todo está bien_ le dije volteando para ver su mirada, estaba cargada con admiración, devoción y amor… demasiado amor…, era toda una visión, la más hermosa que un hombre pudiera tener de la mujer que ama… su cabello suelto enmarcaba su rostro dándole un aire irreal, la luz de la luna iluminaba su piel tenuemente dándole un brillo especial, era un ángel y era un pecado, uno tremendo lo que yo iba a hacerle a ese ángel… se veía irresistiblemente exquisita, tan pura y tan bella, ¿qué había hecho de bueno en esta vida que me hacía merecerla?, ¿a caso el cielo podía jugar conmigo de esta manera regalándome a este ángel sin nada a cambio?... ¿a caso sería tan cruel y egoísta pensar que si me la merecía?. Doblé mi mano para entrelazarla con la suya y las mantuve debajo del agua para que mi fría piel se templara y pudiera así no estremecer la suya que era tan cálida.
_ Pero yo no usaría la palabra hermosa_ le dije con toda sinceridad, _ No comparándola contigo_ ella me sonrió levantando su mano libre y poniéndola sobre mi pecho, a la altura de mi corazón… me sobresaltó su calidez, era un regalo lo que ella me daba al darle un poco de calor a mi frío corazón, la sentía tan cerca e increíblemente tan tranquila que hizo fallar mi respiración… debía relajarme y seguir su ejemplo, no debía tener miedo y dejarme llevar, pero ¿cómo podía hacerlo sabiendo que ella podría resultar herida?...
_Te prometí que lo intentaríamos_ le señalé tensándome de repente ante ese simple contacto que tanto estaba provocándome, _ Si… si hago algo malo, si te lastimo, me debes decir inmediatamente_ sentencié a lo que ella afirmo asintiendo con su cabeza, luego dio un paso hacia mi y recostó su cabeza en mi pecho,
_No tengas miedo_ murmuró _nos pertenecemos._ no había verdad más grande que esa, ambos lo sentíamos… si nuestros corazones hubiesen latido, lo harían llevando el mismo ritmo… nos pertenecíamos estaba seguro de ello y desde antes de nacer. La envolví gentilmente entre mis brazos sintiendo dolorosamente su calor sobre mi frío cuerpo, era en extremo agradable y a la vez electrizante, sentir su piel sobre la mía me hacía revivir cada una de mis fibras nerviosas,
_Para siempre_ le dije. Bajé mi cabeza lentamente espectado el momento y besé dulcemente sus labios, sus manos se ciñeron alrededor de mi cintura acariciando mi espalda y apoyándose más contra mí. Las más inmensas sensaciones recorrieron mi cuerpo, mi piel experimentaba la más exquisita de las quemazones, era deseo, pasión, amor, lujuria, todo junto… era Bella, solo ella la que había logrado despertar todo eso en mí y mi cuerpo resignado no hacía más que reaccionar ante su contacto. Tomé sus manos separándome lenta y dolorosamente de su boca que me tenía preso y mirándola siempre a los ojos la llevé conmigo adentrándonos en el agua, su calidez nos abrazó mientras nos sumergíamos juntos siempre mirándonos a los ojos. Yo no necesitaba respirar por lo que no era problema para mí estar sumergido largo rato, pero ella… mi dulce esposa necesitaba el aire como yo la necesitaba a ella, por eso no me arriesgué a sumergirme más de lo necesario, lo que sentí prudente para ella. La oscuridad nos rodeaba mientras nuestros cuerpos jugaban a encontrarse, la tomé de la cintura y la besé… ella tomó el aire que yo le daba y que había guardado en mis pulmones innecesariamente, seguimos abrazados flotando en la inmensidad del océano mientras nuestro beso llegaba a su fin, me separé y de nuevo la llevé a la superficie. La noche era tranquila y apacible, las aguas se habían mantenido calmas y el aire quieto, cuando caminamos hacia la arena la tomé entre mis brazos admirando cada una de sus curvas, mi nerviosismo había desaparecido y no habían ya miedos ni tapujos, la sentía segura entre mis brazos y me atreví a que mis ojos recorrieran su cuerpo mientras caminaba hasta la casa, su mano y su mirada recorrían mi pecho, le di un suave beso en la coronilla al tiempo que entrábamos y cerraba la puerta de vidrio. La dejé sobre la cama suavemente y la miré a los ojos inclinado hacia ella, sus manos acunaron mi rostro y me llevó su boca hacia la mía dándome un beso que me hacía saber que todos sus temores y expectativas habían desaparecido, era pasión que rayaba en la desesperación, la tenía… su lengua acarició la mía en una lucha encarnizada y sus manos recorrieron cada centímetro de mi pecho bajando hasta mi abdomen, en circunstancias normales no la habría dejado ir más allá… pero era nuestra luna de miel y este era su deseo, el que yo haría realidad. Sin decir palabras me separé alejando sus manos de mi cuerpo gentilmente, pude ver desesperación y dolor en sus ojos pero en seguida le demostré que no era lo que ella pensaba… rodeé la cama y me paré frente a ella admirando su cuerpo. Era algo sublime tener a mi diosa desnuda frente a mi, era pecaminoso mirarla como lo estaba haciendo yo y no sentía culpa alguna en hacerlo. Me incliné subiendo por los pies de la cama y acaricié sus piernas perdiéndome en vista que me estaba dando su cuerpo desnudo, a pesar de la noche y de que ninguna luz estaba encendida en la habitación pude notar su sonrojo y captar su respiración entrecortada, me acerqué a una de sus piernas y le besé su piel, repartí pequeños besos sobre toda la extensión de su pierna mientras que con mi otra mano acariciaba sus muslos, un pequeño jadeo salió de sus labios provocando mi excitación.
_ Siénteme…_ le dije con mi voz áspera por la excitación, mis manos se atrevieron a más y acariciaron sus caderas hasta llegar a su abdomen…
_Edward…_ jadeó arqueando su espalda, ¿a caso esta mujer quería matarme?, ¿no era suficiente con verla desnuda sino que también debía sufrir sus seductores movimientos?... Me dejé llevar por el deseo irrefrenable que me invadía y me incliné para besar su estómago, el aroma de su excitación chocó contra mí haciéndome gruñir… quería probarla, debía probarla…
_Bella… no te asustes… debo probarte_ sentencié, ella se estremeció y entreabrió sutilmente sus piernas invitándome… bajé de nuevo hasta sus muslos y comencé a besar el camino que me llevaba hasta su centro, jadeó ante mi contacto y no pude reprimir un gemido… posé mi lengua entre sus pliegues y cerré los ojos deleitándome con su sabor, ella gimió y se contorsionó tratando de acercar su sexo a mi boca, pasé mis manos por debajo de sus caderas y la levante un poco para tener un mejor ángulo, la besé desenfrenadamente, había tirado ya la compostura a la basura.
_Oh Edward…_ adoré cómo sonaba mi nombre entre sus jadeos, la acerqué mas a mi boca al tiempo que ella llevaba sus manos a mi nuca, sus dedos se perdieron entre mi cabello y yo gruñí de satisfacción al ver lo bien mojada que estaba para mi, ya que no podía tomar su sangre me conformé con tomar el jugo de su excitación, parecía un sediento mientras tomaba agua y lo disfrutaría para siempre. Me separé de ella cuando la sentí tensarse, señal de que llegaría su orgasmo… la anticipación había sido buena, seguí besando su estomago mientras la habitación se llenaba de nuestros jadeos… cuando llegué a la altura de su pecho me detuve a admirar sus pezones erectos los cuales acaricié con la yema de mis dedos y luego tomé entre mis labios, mi lengua desesperada los probaba sin detenerse,
_Edward por favor…_ me decía mi amada, era inevitable prolongar este momento, quería sentirla, conocer su cuerpo detalle por detalle y maravillarme con sus reacciones… y por sobre todas las cosas quería que ella gozara plenamente. Levanté mi cabeza y la miré a los ojos que estaban ya a la altura de los míos, posicioné mi erección entre sus piernas… el roce con su sexo me hizo cerrar los ojos impidiéndome a mi mismo hacer lo que mi cuerpo quería hacer, penetrarla fuertemente.
_Bella…¿estas seg…_ sentí su dedo en mis labios y ella solo asintió con su cara retorcida del placer, llevé una de mis manos hasta su sexo cerciorándome que estaba lista para recibirme, ella jadeó sonoramente mientras yo introducía uno de mis dedos en su cavidad… era tan cálida y tan estrecha que gruñí cuando la sentí,
_Oh Bella… eres perfecta_ dije antes de besarla desenfrenadamente,
_Tómame mi amor… hazme tuya_ dijo entre mis labios, yo obedecí sus ordenes y mi dedo fue reemplazado por la punta de mi dureza, repentinamente la compostura la había tirado al diablo… estaba perdido y era ella lo que lo provocaba, entre suavemente conteniéndome al extremo, frené al toparme con su delicado obstáculo… miré directamente sus ojos y ella los cerró frunciendo el seño, esto estaba mal… quise separarme pero ella rodeó mi cintura con sus piernas impidiéndomelo, abrió los ojos y asintió suavemente… empujé mis caderas hacia ella y lo sentí romperse, al mismo tiempo Bella se tensó gimiendo…
_Perdón…_ susurré con miedo a moverme por si la dañaba aún más… me sorprendí cuando la vi sonreír, luego de esa sonrisa que me había tranquilizado un tanto ella comenzó a mover sus caderas invitándome a seguir, lo hice la penetré aún más gimiendo ante lo placentero de su cavidad. No pude contenerme… comencé a moverme frenéticamente y ella hacía lo mismo debajo mío, me incorporé un tanto para mirar su cara… era de absoluto placer y solo le sonreí, seguí con mis movimientos besando cada centímetro de la piel que podía alcanzar, gruñí por lo delicioso que era su aroma, sus pezones rozaban contra los míos estremeciéndome, apuré mis movimientos al escuchar sus gritos de placer… los gemidos eran ya algo inexpresivo a estas alturas, gemí su nombre al sentir que se estrechaba aún más esto me estaba haciendo perder la cabeza, mis movimientos era incontrolables pero Bella parecía disfrutar con cada una de mis envestidas, en un momento en el que estaba a punto de tocar el cielo junto a ella se volteó mostrándome su cuello, me acerqué peligrosamente hasta la pulsante vena bajo su piel mientras ella enterraba sus uñas en mis espalda,
_Te amo!_ gritó mientras sentí su orgasmo, sus paredes se contrajeron haciéndome despertar de mi ensoñación y cayendo en la cuenta de lo placentero que eran los espasmos que sentía alrededor de mi erección, gruñí al sentirlo venir y me perdí… mordí algo, era blando y suave pero no era mi Bella porque ella gemía aún en mis brazos pero de puro placer… gruñí ahogadamente mientras explotaba en su interior…. Ella besó mi hombro y yo colapsé sobre su pecho tratando de no aplastarla,
_No tanto como lo hago yo…_ le contesté entrecortadamente.
¿Existe algo más grande y sublime que la felicidad?... porque si así era yo lo estaba sintiendo, había logrado lo que cualquier hombre enamorado desea… satisfacer a su mujer y lo había logrado con creces, tenía a mi ángel entre mis brazos y era para quedarse allí… para siempre, como ella había dicho… como uno… porque inevitablemente nos pertenecíamos.
12 comentarios:
eres increible Lullaby, ohhhh q capitulo mas belloooooo, ayyyyyyy pobre Edward debatiendose entre l deseo carnal y la sed q Bella le provoca.
me encanta como lo describes.
ahora a esperar la semana proxima para conocer sus pensamientos cd descubre el cuerpo de su amada con moratones.
besos
me gusto mucho pobre edward cuando se da cuenta que bella esta herida pero el capitulo te que do de maravilla de verdad guao edward y su deseo por bella cuidate besos.
alex
ME HA GUSTADO MUCHOOOOOOOOOOOOO
ES SENCILLO Y REAL, DE VERDAD QUE TE HA QUEDADO GENIAL
OH MY EDWARD ¡¡¡ me quede sin palabras lullaby es perfectoo, tenias razon es el mejor capi que he leido wua todavia no reacciono fue de una manera hermosa y placentera lo lograstes te superastes LUlly. AH sido genial de veras es magnifico. AMO A EDWARD CULLEN.
QUIERO UNO PARA NAVIDAD ....
besitos desde colombia
*w**w**w**w**w**w**w**w**w**w**w**w**w**w**w*
*w*I love edward*w*
lullaby Wow!!!! te quedo precioso... me encanta .... .. quiero uno asi!!!! sera que navidad no nos cumplen nuestros deseos!!! jijijiji
bueno no sobra felicitarte por tu dedicacion ...
cada vez me enamoro de esta historia
Abrazos
Ada
Hermoso capitulo, sin palabras. Solo puedo decirte que me encanta la forma como escribes. Felicidades.
Uff!! Que calor tengo xD
Me ha gustado mucho Lullaby ^^ me a parecido y todo que estaba viviendolo en persona jejej
Me encanta como escribes =)
Besos
Bárbara
Elevarnos, llegar al cielo y tocar las estrellas, así es como nos haces sentir con tus palabras, tus emociones nos transportan a ese mundo henchido de amor, ese mundo en el que estas tú. Besotes mi ángel.
WAOOOOOOO, SIMPLEMENTE, ENCANTADOR, ME ENCATA COMO ESCRIBESSSSS...COMO AMO A ESE HOMBRE... TAN BELLO... GRACIAS POR DEJARNOS SABER K PENSABA EDWARD EN ESOS MOMENTOS... BESOS... YISELT..
Tu también eres un ángel... me encantó esta capitulo... comenzo siendo un tanto divertido... pobre Edward soportando d Emmett(una bromita muy propia de él) y a Alice y la compra de la lencería... JAJA muy original si.... pero después fue tan dulce... romantico... esquisito...
Gracia...gracias...gracias
Y cuantos sublimes detalles, adoro las descripciones (de los lugares... de los sentimientos...de las sensaciones...)y las tuyas son fantasticas.
Menos mal que yo no tengo que esperar a la semana que viene... leere otro cap más y después me ire a soñar con ÉL.
Este delirio tuyo es el mejor, y teniendo ahora las imagenes de hace unos dias.... guauuuuu que me lo puedo imaginar más, que quiero ser Bella por favor muero 1 y 2 veces por Edward... escribes delicioso, se que este lo hiciste hace mucho, pero no me cansare de darte las gracias!
Lulla eres grandiooooooosssssaaa!
Woooooooooooooow super capitulo llore y llore que bonito describiste la escena donde hacen el amor algo realmente hermoso.
Eres fabulosaaaaaaaaaa........
Saludos y besitos.
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