Capitulo 3: Conociéndote...

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Hola mis niñas!, aquí nuevo capi... decidí obedecer a la mayoría de mis lectoras que si quieren este fic... así que ya saben, cada una de ustedes decide si leerlo o no, solo no me pidan que deje de publicarlo porque no lo haré, este blog no es un hoby o pasatiempo... es mucho más, no se imaginan cuanto... por eso no me pidan que deje de publicar porque me estarían pidiendo que caye a mi corazón. Besos y abrazos a todas las que me apoyaron en esto, son muchas y nunca me lo imaginé... sin palabras, solo LAS QUIERO!!

Conociéndote...

Soy un hombre… obviamente y ante todo, ¿qué más podía esperar?, ¿ser inmune... pues no… soy un hombre. Siempre pensé tener un corazón firme y sin debilidades… creí ser digno de alzarme ante los devotos en una iglesia y poder llevar la palabra sin remordimientos y con pureza en el corazón… eso creí. Bien que equivocado estaba, luego de levantar mi mirada para comenzar el ensayo para la boda de mi hermano me di cuenta que soy solo un hombre… tan débil y vulnerable como cualquier otro, me di cuenta que existen sucesos que cambian la vida a las personas y que yo no estoy exento de ellos, nadie lo está… me creí digno y capaz de creer tener la verdad de las cosas, pues no… la verdad no es la que todos creemos, o algunas personas piensan tener… todos, absolutamente todos somos frágiles y humanos… nadie es perfecto ni aspira a serlo, todos cometemos nuestros errores y caemos en el pecado… y yo caí, lo estoy haciendo aún sin proponérmelo. Esos ojos fueron todo lo que necesite para que mi fuerte convicción se derrumbara, solo su mirada.

Luego del ensayo lo único que atiné a hacer fue bajar del altar avergonzado de mi mismo, escabullirme como el cobarde que era… debía huir, salir fuera de allí y no dejarme tentar más, aunque ella no me estaba provocando, ella solo estaba allí… inocentemente parada frente a mi mientras yo la devoraba con los ojos… ¿cómo se puede llegar a sentir algo tan intenso con solo una mirada?... ¿o fue a caso todo lo que vi en ella lo que me alucinó como un ciego que ve por primera vez el sol?... sus ojos, su boca… su cabello y su tersa y blanca piel, definitivamente fue todo en ella lo que me perdió. ¿Por qué justo ahora?, ¿por qué no antes?... ¿por qué no nunca?. Tendría que haberle dicho no a mi hermano cuando me pidió celebrar su boda, tendría que haber previsto esto de alguna manera… tendría que no haber venido, porque ahora después de verla no iba a encontrar manera para sacármela de la cabeza… si al final de todo, era un simple y llanamente un hombre… que ahora debía luchar contra sus propias tentaciones y tratar de olvidar, ignorar, dejar pasar… ¿pero cómo?, si la tenía que volver a ver en la boda, en la fiesta… Debía tomar una decisión, cuando todo pase y termine la ceremonia me disculparé con Emmett y me marcharé de vuelta a Washington, debía hacer eso… no tenía otra opción.

Me dirigí hacia uno de los laterales de la capilla, allí en una de las puertas había un pequeño cuarto donde los sacerdotes se vestían para la misa. Abrí la puerta, entré, cerré y me recargué en ella como si pudiera salvarme de esa… hermosa tentación, ¿cómo había caído tan fácil?... siempre fui conciente de la belleza de algunas mujeres aún cuando Emmett, mi propio hermano, trataba de tentarme con ellas, pero esta vez fue diferente… ella, sus ojos… trasmitían millones de sensaciones diferentes… era hermosa, no podía negarlo… aún más hermosa que cualquier mujer que Emmett me había puesto delante, que irónico… mi propio hermano puso frente a.mí a la única mujer que si pudo tentarle y lo hizo sin proponérselo… si supiera.

Respiré profundo llenando de aire mis pulmones y sacudí la cabeza, como si con ese movimiento pudiera alejar su imagen de mi mente… volví a salir, seguro de mi mismo, para encontrarme de nuevo con mi familia. Ignorar… dejar pasar…

_Edward… te estábamos buscando,_ escuché la atronadora voz de Emmett que hacía eco en la capilla abovedada, _en casa nos espera una pequeña recepción que organizaron Rosalie y Esme_ asentí mientras lo veía venir hacia mi que me encontraba alejado del pequeño grupito de mujeres que se encontraban ya encaminándose a la salida, sabía que esos ojos andaban por allí y yo tenía que evitar que se posaran en mi de nuevo.

Salí de la capilla y fui directamente a mi Volvo,

_Edward!..._ gritó Alice desde la entrada de la capilla mientras yo buscaba las llaves en los bolsillos de mi pantalón, _no planeabas dejarme ¿no?_

_Alice…_ dije suavemente _sabes que no me iría sin mi hermanita pequeña…_

_Lo sé… pero parecías muy distraído hace un rato…_ la miré de reojo sabiendo que había sido siempre muy intuitiva, me miraba seriamente mientras yo fruncía el seño en busca de una respuesta,

_mmm… no creo… solo estaba concentrado en la ceremonia_ patética excusa…, volví a mirarla solo para cerciorarme que la había convencido.

Conduje en silencio un tiempo metido en mis propias cavilaciones cuando Alice volvió a hablar,

_¿Qué te pareció Rosalie?... ¿no que es simpática?_ dijo sonriente, _mañana iremos de compras al Centro Comercial… será genial_ bien…mi hermana de 17 años al parecer había encontrado una muy conveniente cuñada, tal vez adicta a las compras como ella.

_Compras en grupo… sus amigas llegaron ayer así que oficiaré de guía turística para mostrarles Seatlle…_ siguió entusiasmada,

_¿Sus amigas?_ no pude evitar preguntar,

_Si… la madrina y sus damas de honor_ dijo como si fuera lo más obvio del mundo, sabía muy dentro mío que no debía continuar con esta conversación… pero la continué…

_Entonces… ya te hiciste de nuevas amigas…_ dije más como una confirmación, conocía muy bien a mi hermana,

_¡Si!... son muy simpáticas… estudian en la universidad con Rosalie, no pensé que en Alaska hubiera Universidad… ¡ni siquiera gente!, pero aquí están mostrándome una vez más mi ignorancia…_ rió y me reí con ella, pero no podía dejarlo pasar,

_¿Así que Alaska?_ mencioné aparentando indiferencia,

_Si… vinieron para acompañar a Rose, son muy buenas amigas… Ángela dice que adora Seattle y que quiere quedarse un poco más, ya verá…_ dijo mi hermana mirando hacia la ventana, el interior del auto quedó en silencio a la espera de que uno de los dos lo rompa, decidí ser yo…

_Y… ¿esa tal Ángela es la madrina?_ pregunté recordando a la dueña de esos ojos,

_No… la madrina es Bella, Ángela y Kate son las damas de honor…_ dijo distraídamente, qué irónico… hasta a su nombre le hacía honor.

No pronuncié palabra hasta llegar a casa, cuando lo hicimos ya habían varios autos aparcados en la calle, Alice bajó entusiasmada a penas detuve el Volvo y yo lo hice sin ningún apuro, si debía verla de nuevo quería prolongar el encuentro y por sobre todas las cosas debía ser fuerte y confiar en mi fe… no me haría flaquear de nuevo, no debía.

Me dirigí hasta mi casa y al entrar me recibió Esme y me tomó del brazo,

_Emmett quiere presentarte a unas personas…_ me dijo inclinando su cabeza hacia mí, tenía una idea de quienes podían ser esas personas… pero no confiaba en mi hermano. Llegamos hasta el salón donde algunas personas estaban sentadas en el sofá, Emmett y Rosalie se encontraban parados conversando animadamente con ellos,

_Edward… te quiero presentar… ven_ me dijo mi hermano cuando me acerqué, respiré hondo y con una sonrisa me acerqué,

_Carmen, él mi hermano Edward_ indicó a una mujer, ella se paró y estrechó la mano que le extendí, _Edward, ella es una amiga de Rosalie_ me explicó Emmett

_Mucho gusto señora_ contesté a lo que ella asintió.

_Él es Eleazar su esposo…_ indicó mi hermano señalando a un hombre que estaba al lado de la mujer, repetí el saludo y seguí saludando al resto de las personas que Emmett me presentaba, pero no vi a la dueña de esos ojos. Estreché mi mano con 5 personas en total en el salón, dos eran compañeros de Emmett en el estudio donde trabajaba y el restante era casualmente el hermano de ella, un chico rubio y mirada penetrante, algo reservado ya que solo se limitaba a observar, Jassper parecía ser muy tranquilo. Mantuve una conversación muy cómoda con Eleazar, parecía saber mucho de religión y me confesó que le gustaba leer mucho de teología, Carmen estaba sorprendida, abiertamente me dijo que le parecía sorprendente que alguien tan joven y buen mozo haya elegido ese camino y que mi fe debía ser muy grande para haberlo seguido… ciertamente lo era… hasta hace poco. En un momento Rosalie salió del salón y se adentró en la cocina seguida por Esme, pude escuchar unas risas provenientes de allí, no me percaté de quienes eran hasta que las vi salir, eran las amigas mi cuñada… un nudo se formó en mi estómago involuntariamente ante la expectativa, sabía que la volvería a ver y algo me decía que baje la mirada, pero no lo hice y seguí esperando a que apareciera esa visión ante mis ojos, ¡que poco autocontrol tenia! Por Dios…

Y Allí estaba… ante mi vista y la de los demás, por un momento al ver su perfecto rostro no pude darme cuenta de nadie más, nuestras miradas una vez más se atrajeron y ya me encontraba perdido en ese denso mar color topacio de su mirada, Emmett afortunadamente me sacó de mi ensoñación, en tanto yo no podía estar más avergonzado de mi mismo.

_Edward…_ me llamó, yo bajé la mirada sabiendo que había sido atrapado por mi hermano mirándola detenidamente, lo miré y él me señaló con una mano a cada mujer que había allí, _Ellas son Ángela, Kate y Bella_ me levante del sofá para estrechar la mano con cada una de ellas, cuando estreché la de Bella me sobresalte… ella me sonrió y me prometí a mi mismo, contra mi voluntad, hacerla sonreír de nuevo… pero no dejé pasar el hecho que hizo que mi piel se erizara, su mano estaba fría a diferencia de las de las otras mujeres y al tocarla una corriente eléctrica recorrió mis dedos hasta llegar a mi columna vertebral… me senté mirándola hasta que Rosalie habló,

_Bueno… podemos pasar al comedor… ya está todo listo_ mientras todos se paraban yo solo me quede sentado allí, tratando de poner en orden mi cabeza… cerré mis ojos y suspiré, pronto mañana ya estaría de regreso a Washington y esto habría acabado, solo debía soportar unas horas más sabiendo que esto era solo una prueba más que se me ponía en frente, solo una prueba más…

_ ¿No vienes?_ preguntó una voz, nunca me imaginé el canto de los ángeles, pero parecía estar haciéndolo…o escuchándolo… levanté la mirada para toparme con esa mirada dorada,

_Si… ¿tú no vas?_ estaba sentada en el sillón frente a mi y me miraba sonriendo…

_Si… solo que no tengo mucha hambre_ parecía pensativa, luego se paró y yo agaché la mirada mientras también me paraba… no quería ir más allá, no quería recorrer su cuerpo con mi mirada… ella comenzó a caminar y la seguí, el hermoso tapete de mi madre parecía ser muy interesante para mi en esos momentos. Llegamos al comedor y el almuerzo estaba servido, solo habían dos asientos desocupados… casualmente los dos juntos, miré a mi alrededor buscando a Emmett, sabría si él había tendido algo que ver en esto pero estaba hablando entretenidamente con Rosalie, suspiré profundo y me senté… Bella lo hizo a mi lado.

Hubo un pequeño brindis anticipando la boda de mañana y los invitados comenzaron a servirse, de soslayo vi que Bella solo se servía un poco de ensalada de verduras y pensé que tal vez era de esas chicas que cuidaban obsesionadamente su figura, aunque no tenía por qué hacerlo tenía un hermoso cuerpo… ¿qué estoy diciendo?...

Me sentía nervioso, no se por qué… pero me sentía nervioso, estaba a centímetros de la mujer que había puesto en duda mi fe hace tan solo hace unas horas, había pensado con determinación evitarla, pero no… por haber sido un rezagado me encontraba a su lado, si tan solo hubiese venido antes a la mesa…

_Así que… eres hermano de este grandulón…_ dijo la voz de ángeles a mi lado, volteé y la encontré mirándome divertida, sonreí y me estremecí ante la cercanía… pude oler su perfume, no era artificial… olía a fresias y era exquisito.

_Si… ¿se nota el parecido?_ bromeé, inexplicablemente podía sentirme cómodo hablando con ella

_No… sinceramente si no me lo hubiera dicho no sabría que fueran hermanos, puedo intuir que son de personalidades diferentes…_ dijo mirando su plato, el cual no había tocado…

_Si lo somos… entre Alice, Emmett y yo reunirías personas completamente diferentes_ reí, _aunque si me preguntas… Alice y yo nos parecemos más._

_Emmett entonces sería el que desentona…_ me dijo sonriendo _no sé por qué no me sorprende_ reímos juntos, al parecer conocía lo suficiente a mi hermano como para saber a que se estaba refiriendo.

_Gracias a él conocí a Rosalie…_ me contó y me estremecí al pensar en una posible relación entre Bella y mi hermano, _digamos que entre Emmett y yo tenemos un amigo en común… éste nos presentó, y aunque nos habíamos visto en algunas clases de la universidad nunca nos habíamos hablado, así que un día coincidimos todos en una salida y conocí a Rose… terminó siendo una de mis mejores amigas_ dijo mirando a la futura esposa de mi hermano.

_¿Estudias en la universidad de Alaska?_ pregunte recordando las palabras de Alice,

_Si… estoy estudiando Literatura, supongo que en un año más termino la carrera… estoy realizando mi tesis._ dijo orgullosa, se veía que le gustaba su carrera… tenía la seguridad y fortaleza que a mí en ese momento me faltaba,

_Te felicito… serás una buena profesional._ dije sonriéndole, por un momento me perdí en sus ojos topacio y ella en mis verdes… cómo perdía sentido la realidad cuando ella tenía el poder de sostener mi mirada, cómo se venía abajo mi convicción cuando ella era todo lo que veía… no sé ni los segundos, ni los minutos… pero alguien que carraspeó nos sacó de nuestro transe y bajé la mirada avergonzado, pero no arrepentido… me perdería mil y un veces más en sus ojos. Cuando levanté la mirad me encontré con mi madre mirándonos,

_Edward hijo… ¿quieres postre?_ no sabía si se había dado cuenta o no, ni quería saberlo… negué con la cabeza sin ser capaz de hablar…

_¿Tú querida?_ le preguntó a Bella, ella también negó. No nos miramos más ni nos dirigimos la palabra en el resto del almuerzo.

Cuando pasamos una vez más al salón ya era hora en que Rosalie y sus amigas volvieran al hotel, mañana tenían un largo día y hoy debían hacer los últimos preparativos, Emmett, Carlisle y yo salimos a despedirlas junto a Esme y Alice que iban con ellas adelante nuestro, ya en la calle junto a sus autos se despidieron de nosotros… Bella se me acercó, yo solo esperaba con las manos en mis bolsillos y un poco alejado detrás de mis padres,

_Nos vemos Edward… fue un placer hablar contigo_ sonrió, las palabras se me atoraron en mi garganta y solo asentí sonriendo… se acercó despacio, se recargó en uno de mis brazos y parándose en puntillas de pie besó la comisura de mis labios, muy cerca, muy cerca de mis labios… tan cerca que pude sentir su dulce aliento sobre mis labios y logró por un instante voltear mi mundo de cabeza,

_Adiós…_ susurré casi inconcientemente y ella sonrió, me soltó y sentí el vacío que dejó su mano en mi brazo, subió a la Hammer de Emmett y se fueron. Mis padres entraron, Alice fue tras ellos y yo… yo no tenía cara de mirar a mis padres a los ojos, no después de los pensamientos que tenía con esta chica… no después de haberme perdido en su mirada y haber probado la dulzura de su aliento, no después de caer de nuevo. Di media vuelta y me alejé en dirección al patio trasero de la casa hasta donde comenzaba el bosque, me adentré entre los árboles y me dejé caer a los pies de uno, tenía vergüenza y culpa… mucha culpa, había sido débil de nuevo y había dejado entrar a quien causaba esa debilidad, ¿por qué era tan difícil alejarme?, no debería haberme sentado a almorzar, no debería haber hablado con ella… y menos, mucho menos… jamás debí haberme perdido en su mirada, porque aunque no lo admitiera y tratara de olvidarlo y pidiera perdón por mis pecados… yo sabía muy en mi interior que ya estaba perdido.