Capitulo 2: Miedo a la oscuridad

Tweet Mis niñas nuevo capi de este fic!!, espero que les guste, ¿¿esta autora merece unos cuantos comentarios??... ustedes dirán, BESOTES!!!

Capitulo 2: Miedo a la oscuridad

Diario de Bella a la edad de 8 años…

Querido diario…

Hoy te vengo a contar algo horrible que me pasó mientras dormía, algo que a ninguna niña tendría que sucederle, pues es muy escalofriante y de tan solo recordarlo se me erizan los cabellos de la nuca…

Desperté a la mitad de la noche porque tuve un sueño raro, llamé a mi papi con gritos y llorando a más no poder pero él no corrió a mi lado como otras veces y eso me pareció extraño de él… muy extraño, porque siempre estuvo allí para cuando yo tenía mis horribles pesadillas. Mis ojitos se abrieron llenos de lágrimas y no podía dejar de llorar… estaba en el medio de la oscuridad de mi habitación recordando los horribles ojos rojos de ese perro y me estremecí del miedo, mi cuerpecito temblaba y mi vos salía entrecortada llamándolo, lo busqué pero no logré verlo, a demás mi llanto me nublaba la vista. Si hubiese despertado con mi papi a mi lado en ese momento él ya me hubiese tenido entre sus brazos acunándome dulcemente mientras cantaba una linda canción de cuna para volverme a dormir… pero no estaba, mi papi no me escuchaba.

En mi sueño un perro grande me perseguía por el bosque, un perro negro y enorme que tenía los ojos rojos que me miraban enojados, llamé a mi papi mientras corría por los árboles pero él no me contestó y me sentía muy solita y asustada. El perro que me perseguía se parecía al gran lobo que mi papi relataba de esos cuentos que mis abuelos me mandaban casi siempre, el de Caperucita Roja solo que este me perseguía a mí y no había nadie que pudiera ayudarme. Cuando me cansé y ya no podía respirar me detuve sosteniéndome en un árbol, el aire me faltaba y mi corazoncito parecía querer salirse de mi pecho. Entonces vi a mi papi un poquito lejos de mí y le grité llamándolo… él estaba en el medio de ese claro llamándome también, parecía no poder verme ni escucharme… corrí hasta él en el momento justo cuando el enorme perro saltaba encima de mi papi, me asusté y me detuve, comencé a gritar mirando cómo el perro mordía a mi papá, sus enormes colmillos se clavaban en su brazo y luego en su cuello mientras que yo estaba allí, parada frente a ellos sin poder hacer nada, pues… era pequeñita y lo más que podía hacer era pegarle patadas al lobo, aunque con su enorme pata no iba hacerle ni pizca.

_¡Vete Bella!...corre hija!_ me decía papá mientras yo comenzaba a llorar y gritar con desesperación, mi sueño terminó cuando ya no pude ver más a mi papi sufriendo y mis manos taparon mis ojitos. Abrí los ojos esperando verlo frente a mí diciéndome las dulces palabras que siempre decía pero no lo ví, al darme cuenta de eso el miedo hizo que mi corazoncito latiera rápido y me costara respirar, temblé de pies a cabeza y me di cuenta que mi cama estaba mojada por la transpiración.

Llamé a mi papi pero no vino a mí como lo hacía otras noches. Solo atiné a salir de mi cama y caminar con miedo hacia su habitación buscándolo pero no estaba, lo busqué luego en la cocina y tampoco lo encontré.

_Papi… papito…_ llamaba entre hipidos, pero su dulce voz no me calmó. Me dio mucho miedo… mucho, no podía soportar que mi papi me abandonara. Cuando vamos a pasear al pueblo veo a los hombres y mujeres caminar de la mano por el parque, abrazándose y dándose besos, pero él siempre va conmigo… ¿y si me había dejado sola para ir con alguna mujer?, ¿y si mi papi quiere caminar de la mano de algunas de ellas y por mí no lo hace?... tal vez yo lo molesto y mi presencia no lo deja ser el hombre enamorado que él quisiera ser, después de todo no soy más que una niña, por eso tal vez anda viéndose a escondidas con alguna mujer.

Tal vez solo quiere darse besos con esa mujer a escondidas para que yo no lo vea, como tío Emmett lo hace con la tía Rosalie o mis tíos Jasper y Alice… ellos siempre andan por la casa haciendo esas cosas asquerosas con sus bocas, mi abuelita los regaña por andar dándose besos delante de mí, pero a mí me causa gracia por la carita de tristeza y enojo que pone mi tío Emmett al mirar a mi tía Rose. Ella solo hace rodar sus ojos y me dice al oído “no le hagas caso a tu tío, él solo necesita cariños de la tía rose”… me gusta mi tía rose, me hace reír.

Cuando ellos nos visitan a veces los pillo dándose besitos, me río y me escondo se ven tan dulces… pero nunca se me ocurrió que tal vez mi papi quisiera hacer eso también.

Me senté en el medio del oscuro salón con mis brazos alrededor de mis piernas apretándolas con fuerza y mi cabeza escondida entre mis rodillas, tuve miedo… mucho miedo y comencé a llorar… me sentía tan solita. Me tumbé de lado como un ovillito en el suelo y de tanto llorar cerré mis ojos y me quedé dormida.

No sé cuánto tiempo estuve allí, acostadita sobre el fío suelo y en el medio de la oscuridad, pero al cabo de un rato sentí que unos brazos fríos me levantaron del suelo… se sintió lindo, eran fríos como el suelo donde había estado durmiendo pero eran cómodos y familiares.

_Duerme mi niña… perdóname por favor pequeña_ me dijo al oído esa voz de ángel mientras me arrullaba en sus brazos, me dejó suavemente en mi cama y me cantó mi nana… la que mi papi había hecho para mí … mi papi… ¡al fin estaba junto a mí!

_¿Papi?..._ dije medio adormilada, mis ojitos me picaban como si hubiese estado llorando por largo tiempo,

_Si mi niña… aquí estoy princesita, duerme…_ me dijo suavemente con esa vos que era para mí como un dulce arrullo de amor.

_No me dejes papi… por favor_ dije despacito a punto de dormirme y abracé su cuello fuerte, fuerte, fuerte… como si fuera el poste al que debía aferrarme ante un poderoso golpe de viento.

_No hija… nunca te dejaré…_ prometió acariciando mi cabello con sus largos dedos.

Me dormí sabiendo que iba a estar segura en sus brazos, los únicos que me hacen sentir que nada podía pasarme, ningún perro vendría por mí y ningún sueño malo me iba a volver a asustar… no mientras él este, mi caballero de reluciente armadura.

Después del sueño feo de anoche desperté entre sus brazos cuando el sol estaba apenas saliendo, una cobija me cubría y al abrir los ojitos me encontré con los suyos hermosos, que me miraban con dulzura y preocupación…

_Papi!_ dije mientras lo abrazaba y escondía mi cabeza en su fuerte pecho, sentí que sus manos acariciaban mi cabello mientras repartía besos mariposas por mi frente,

_No lo haré nunca más mi niña, lo siento._ susurró triste, yo no lo quería ver así… fue duro no encontrarlo, pero comenzaba a comprender que él también tenía su vida, no podía estar al pendiente de mí todo el tiempo, eso pasaba por no tener una mamá que cuidara de mí. _Vuelve a dormir mi niña, yo estaré aquí… es temprano aún_ dijo mientras sus brazos me sostuvieron fuerte en su pecho y mis manitas se agarraban a su camisa como si no pudiera dejarlo escapar otra vez. Me acunó tarareando una dulce nana y nuevamente me quedé dormida.

Cuando el sol estaba alto en el cielo sentí unos dedos fríos posarse en mis mejillas recorriendo el caminito que habían dejado mis lágrimas al secarse, mi papi me despertó y me llevó en sus brazos hasta mi silla habitual en la mesa acariciándome la espalda. Me tenía preparado un rico desayuno… waffles con jugo de frutas y miel, mis favoritos.

_Bella… hija, ¿me perdonas por no haber estado anoche?_ me dijo con tono preocupado, yo le respondí que si y comí un pedacito de mi waffle…

_Papi… ¿anoche fuiste a ver a tu novia?_ le pregunté con curiosidad, yo a veces veo cuando visito a mi amiga Jane que su hermano Alec va a buscar a su novia para llevarla a pasear, me gustaría saber si mi papi hace lo mismo, si tiene novia me gustaría conocerla…

_Bella… no hija, ¿de dónde sacaste eso?, creo que ves mucha televisión…_ rió mi papi mientras me acarició una mejilla.

_Bueno pa… Alec lo hace y su mamá lo deja, yo te dejo…_ le dije a mi papi alzando los hombros, él se rió más y lo miré con cara de “¿de qué te ríes?”

_Pequeña… no volverá a pasar eso seguro, anoche yo tuve que salir_ me dijo mirándome con esos ojitos lindos del color del sol, _yo solo… me hacía falta algo que tuve que ir a buscarlo, pero cuando volví y te vi allí solita en el suelo, se me desgarró el alma… no tengo perdón mi niña, fui un tremendo tonto amor_ realmente pude ver en sus ojos que lo lamentaba, que sus palabras tenían tristeza y sus ojitos dorados me decían que me querían. Salté de la silla, corrí hacia la suya y salté sobre su regazo abrazándolo lo más fuerte que pude, él me acomodó en sus rodillas y seguí comiendo mi desayuno.

A la tarde me llevó a casa de Jane a jugar… es muy divertido!, su mami hace panes deliciosos y siempre me da unos para que lleve a casa y coma en el desayuno, jugué a las muñecas y a la casita con Jane , su hermano Alec nos molestó un rato pero su madre lo mandó a ordenar su habitación, amo a su mamá… ella es como quisiera que mi mamita fuera si la hubiese tenido conmigo.

Mi papi de vez en cuando me lleva a algún parque o plaza para jugar en los juegos y comer algodón de azúcar, pero esto es solo algunas veces cuando el sol no brilla tanto, un día me contó que le tiene alergia al sol y que si sale cuando el sol brilla su piel puede tomar un color raro. Yo sé que no es así o tal vez sí, pero una vez cuando yo salí fuera de casa a jugar en el jardín ví que él me miraba desde la ventana y un rayito de sol le dio en el brazo, waauuu… la piel de mi papito brillaba!, como miles de diamantitos pequeños o como los granos de arena de una playa bajo la luz del sol… fue hermoso verlo, pero también fue la única vez que sucedió. Cuando le conté lo que había visto se rió y me dijo “Tonta Bella…haces volar mucho tu imaginación” y por más que se lo he pedido muchas veces, nunca me deja ver su piel cuando el sol brilla… él es tan hermoso!, es el papá más lindo que una niña pudiera tener… ¡soy tan afortunada!.

¿Sabes que?... hace unas horas, cuando yo estaba cenando mi tía Alice llamó… estoy tan feliz! ¡¡Viene a vernos con mi abuelita Esme!!.

Ya estoy preparada para recibir todos sus regalos, mi tía es muy divertida y siempre está alegre y mi abuelita siempre con su sonrisa tierna en su hermoso rostro. La última vez que vino trajo muñecas y libros, ¡un montón!... sabe que me gusta leer y es muy gracioso verla revolviendo mi closet buscando ropa que va quedando pequeña y reponiéndolas con otras que ella misma compra… me río mucho cuando la escucho decir “si yo estuviera aquí contigo pequeñita… no te pondrías esta ropa una y otra vez… serías mi pequeña Barbie personal!” Me imagino como Barbie y no me gusta nada… mi papi dice que yo no soy una muñeca, que soy una personita muy especial y que lo más especial en mí es mi corazón, lo que una muñeca no tiene.

Esta noche espero no soñar feo… y si lo hago, espero que mi papi este allí a mi lado. Amo a mi papi más que a nadie en el mundo y me tranquiliza que él me quiera a mí. No me imagino otro padre para mí, aunque si me hubiese gustado tener una mamá.

Al menos esta noche espero soñar con ella… con esa linda mujer de cabello como el mío y ojos color chocolate que sostiene la mano de mi papi en mis sueños, ¡con cuanto amor se miran cuando los sueño! se parece dos ángeles … con la piel tan blanca como la mía, esta noche solo espero soñar con ella otra vez…

____

Edward

Cuando tomé mi última caza en el bosque emprendí la vuelta a toda velocidad, algo me llamaba a regresar, algo me urgía sin saber qué podía ser … o solamente sería la intuición primitiva que un hombre tiene al cuidar a un ser amado, no lo sé… pero mis piernas no respondían a mi mente sino a mi corazón.

Cuando llegué a la entrada de casa y abrí la puerta vi a mi niña echa un ovillo en el medio de la oscuridad y en la mitad de la sala, ¿qué le había sucedido?... corrí hasta ella y la levanté del suelo frío, su cuerpecito temblaba. Con mi contacto ella se desperezó un poco sin llegar a despertarse,

_Duerme mi niña… perdóname por favor pequeña_ le dije sin disimular el dolor en mi voz… sus mejillas estaban mojadas, señal de que había estado llorando, me maldije internamente rodeándola con mis brazos y llevándola a su cuarto. La sentía tan frágil y pequeña que tenía miedo de romperla al igual que cuando solo tenía tan solo unas semanas de vida, Bella había logrado transformarme por completo… podía ser cuidadoso y suave cuando quería y luego fuerte y explosivo cuando la situación lo requería.

Cuando la puse en su cama comencé a cantarle su nana y logré calmarla, me pidió que no la dejara y prometí que nunca lo haría… su atormentada vocecita me decía que mi niña estaba asustada y dolida. Jamás volvería a ser tan descuidado… no debía herirla de nuevo, mi vida estaba anclada a ella… debo pensar en su futuro, lo sé… pero era imposible pensar siquiera en alejarme de ella, era mi hija y yo ya le había entregado el alma cuando sus ojitos marrón chocolate se habían posado sobre los míos hace tan solo ocho años… ¿cómo había sido tan estúpido de dejarla?, ¿cómo no había podido ver las consecuencias?...

Debía encontrar una manera de alimentarme sin dejar que ella quedara sola, no sería fácil, no teníamos amigos ni mucho menos familia que supiera de mi condición. La mía estaba muy lejos de aquí y los únicos amigos que teníamos eran los Raylis, los padres de Alec y Jane y ellos no sabían nada de mí. Debía por sobre todas las cosas mantener mi secreto a salvo, para la seguridad de Bella.

Mi Bella me hacía reír, me dijo que yo tenía novia y que por eso la había dejado sola en casa esa noche. Nada más lejos de la verdad, yo no podría tener a nadie… mucho menos con mi hija en casa, ella era mi única preocupación ahora y nadie iba a interferir en eso… no por ahora, tampoco conozco a alguien que quisiera interferir… pero si existiera yo no la dejaría hacerlo, primero que nada estaba mi hija.

Lo único que tenía claro hasta ahora era que mi objetivo era cuidarla a como de lugar, cuidar de la vida de mi pequeño tesoro… ni James, ni ningún otro vampiro y mucho menos un humano iban a poder tomar su vida, no mientras yo esté con ella…no mientras ella sea mi niña.

Ese día a horas de la tarde recibimos una excelente noticia, mi madre y hermana vendrían a visitarnos. Era hora de que mi niña recibiera la visitas de su abuela… ella la amaba tanto que cuando estaba un tiempo con nosotros para luego marcharse, mi niña sufría tanto por la falta de ella que pedía a llantos poder acompañarlas, Alice, bueno… mi hermana era un caso especial, Bella y ella eran como hermanas más que tía y sobrina, charlaban, se vestían, jugaban y hasta dormían juntas…

La visita era como una refrescante brisa de verano. Con ellas en casa ningún miedo podía atormentar la dulce alma de mi princesa. Su familia llegaría a casa.