Capitulo 21: Dolorosa espera II

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Mis amigas!! aquí con nuevo capi. Repito lo que dije en el c-box, ofrezco mi blog, para todas aquellas autoras anónimas que escriben y que quieren publicar sus OS pero no tienen donde este 5 de Marzo. Los recibiré en mi correo y lo corregiré, si existen errores y lo publicaré con el nombre de la autora. Besos y gracias por la confianza.

Ahora... espero COMENTARIOS!!!! Las amo...

Capitulo 21: Dolorosa espera II

Miré una vez más por la ventana de la sala mientras el día se iba inevitablemente. Otro día se estaba yendo, una horas más de vida ya se estaban esfumado… escurriéndose como agua entre los dedos. Menos fuerzas… más debilitamiento, más dolor…

Sentí los pasos de alguien asomarse por el corredor hasta la gran venta que daba al patio trasero de la casa, Seth venía hacia mí con intención de despedirse… al parecer había terminado su comida. Bella realmente disfrutaba de su compañía y había pasado unas largas horas conversando con Seth sobre la gente de La Push, contando leyendas Quiloutes y otras cosas, las cuales solo a Bella encontraba sentido.

_Edward… me marcho, Jake debe estar esperándome al igual que Leah… realmente la comida estaba buena y quería darte las gracias po…_

_No es necesario Seth_ interrumpí _ya oíste lo que mi madre dijo y es precisamente lo que yo comparto, no debes agradecer nada_ dije resuelto. Él asintió apenado y yo volteé a mirar nuevamente hacia el bosque.

Oí la sofocada risa de Bella desde el salón y pude verla a través de los ojos de Rosalie que custodiaba su costado de manera firme y persistente. Bella parecía feliz y si no hubiese sido por ese extraño color de su piel, la manera en que esta se pegaba a sus huesos y la luz apagada de sus ojos hubiese creído que Bella, mi esposa era una mujer de rebosante salud. Su temperatura había sido controlada con los constantes aportes de Seth y de mí mismo… nos alternábamos para darle frío o calor según ella lo necesitara… no había razón alguna que explicara los constantes cambios de temperatura, pero según había dicho mi padre, podía deberse a las constantes nauseas que Bella aún tenía,

_Lo sé papá, yo también te extraño_ decía mi Bella al teléfono, su padre había llamado como lo había hecho otras veces y esta vez, como su voz denotaba fortaleza y mejoría, Bella quiso responderle, empeñada en hacerle falsas ilusiones a su propio padre… _Si papá, no necesito nada, los Cullen me cuidan bien… a demás ya estoy recuperándome, tú avíale saludos a Billie de mi parte, pronto te veré.._ dijo con su mejor voz, hacerle creer a su padre preocupado que estaba bien de salud y en vías de recuperación era la canallada más grande que Bella podía hacerle. Ella sabía que aún saliendo airosa de este embrollo, tendría que esperar meses y tal vez un año entero para poder verlo sin querer tirársele encima para tomar su sangre.

Aún tenía la presencia de Seth a mi lado, viendo hacia el horizonte como yo, pude ír en el piso de arriba, las discusiones que tenían mi padre y Jassper, tratando de encontrar un camino viable para salir a cazar sin tener que poner en riesgo a la familia.

“Lo mejor sería que vallan por el perímetro este, a través del río…. Solo para estar seguros”, capté los pensamientos de Seth, él escuchaba las mismas conversaciones que se desarrollaban en el piso de arriba y su mente alerta realmente desarrollaba rápidamente un plan a seguir,

_¿Crees que eso es lo mejor?_ dije sin mirarlo, él volteó hacia mi lado y dudoso asintió

_Si…_ respondió luego de cavilar por unos segundos _Sam no querrá dejar el perímetro oeste, por ahora la línea divisoria del tratado es más importante para él… si va a jugar sus cartas las jugará de aquel lado._ dijo resuelto.

Mi padre y Jassper estaban considerando el plan de Seth, habían escuchado atentamente al lobo y la nueva idea en sus mentes había comenzado a tomar forma.

_Aunque si vemos por el lado más seguro, el norte les conviene más._dijo con una pregunta rondando por su cabeza,

“Conveniente para huir si se presenta la oportunidad… me pregunto ¿por qué aún no lo han hecho?” pensó nervioso. “Allí tienen su otra familia que seguramente gustosa los ayudará si se presenta el caso”, la sagacidad de Seth era admirable, pero solo hasta cierto punto. El motivo claro del por qué no nos íbamos estaba delante de sus ojos…

_Si… están ellos, pero no podemos irnos. Carlisle tiene el mejor equipamiento para Bella aquí disponible, a demás tiene acceso al hospital por si necesita cualquier cosa. Es indispensable quedarnos, al menos hasta que…_ mis palabras se ahogaron en mi garganta, era tan difícil decir lo que era inevitable. _A demás Bella está muy débil para movilizarse, ella no lo resistiría_ dije apesadumbrado, era duro pensar en eso y mucho más decirlo.

_Entiendo…_ se apresuró a decir Seth.

Algo en la sala me alarmó, oí a Bella darle el saludo a su padre despidiéndolo casi rápidamente, el corazón se le había acelerado abruptamente y le costaba respirar, su garganta luchaba por tomar bocanadas de aire entre jadeos guturales de dolor, corrí rápidamente hasta el lugar donde ella se encontraba en el preciso instante en el que un chasquido volvía a sacudir su cuerpo, me arrodillé frente a ella justo cuando su cuerpo se doblaba profiriendo un torturante grito de dolor.

_Bella…_ la tomé por los hombros mirándola ansioso _respira, respira cariño_ dije mientras mi padre aparecía a mi lado para sostenerla, Rosalie la tomaba por los costados tratando de que no se doblara sobre su vientre diciéndole cosas incoherentes a mi esposa en el oído

_Descuida Bella, él se esta moviendo, es todo… respira_ dijo con palabras de ánimo. Era capaz de acecinarla en ese preciso instante, ¡maldita entupida egocéntrica!... ¿como podía ser capaz de ser tan egocéntrica?. Me concentré en mi esposa y la levanté entre mis brazos ignorando por completo los siseos de Rosalie,

“Llévala arriba, veremos qué es esta vez” pensó mi padre preocupado. La llevé conmigo hacia la planta alta mientras le besaba la frente calmándola con palabras desesperadas que salían de mis labios, ella respiraba dificultosamente y su rostro denotaba dolor aunque no emitiera sonidos, ella trataba de mantenerse calma a pesar del sufrimiento. Mis movimientos extremadamente controlados para no causarle más dolor del que ya tenía parecían ser insuficientes. Con sumo cuidado la deposité en la camilla de rayos x y le acaricié el rostro mientras ella trataba de dar bocanadas de aire dificultosamente,

_Tranquila mi amor, respira suave, hazlo suave…_ traté de sonar lo más calmo posible, pero sabía que ella podía percibir la desesperación en mis palabras.

Sus ojos me gritaban lo que su boca no decía y era solo dolor, dolor inexplicable y de una fuerza abrasadora, acaricié su mejilla con suavidad pensando que hasta ese gesto de cariño podía llegar a ser doloroso para ella en esos momentos.

Mi padre se apresuró a hacerle los estudios pertinentes, las radiografías habían dado con una nueva costilla rota.

_ Tranquila Bella, te vendaré y tratarás de moverte lo menos posible_ dijo Carlisle a mi esposa, ella asintió entre jadeos profundos encontrando la manera de respirar un poco mejor.

Mi piernas respondían mecánicamente, todo mi cuerpo lo hacía… mi cerebro estaba conectado a mi cuerpo a través de un filo hilo que parecía querer romperse y dejarme caer, eso era yo… una marioneta que se movía mecánicamente. Estaba allí por ella y solo por ella, no había razón posible más que ella. Y solo ella era capaz de romper esos hilos, cuando lo hiciera… yo estaría preparado para dejarme ir.

La deposité nuevamente en el sofá, hubiese preferido una cama, algo más mullido para ella, para que descansara mejor… pero mi terca Bella quería gozar de la compañía de la familia y hacer de esto algo más llevadero para todos.

Seth, luego de vivir todo lo acontecido, señaló que se iría a patrullar así Leah podría descansar.

_Gracias Seth…_ susurró mi esposa cansinamente _mientras él se acercaba poniéndole la palma de su mano un instante en la frente.

_mmm… no me necesitas_ dijo con una sonrisa, en ese momento Bella tenía fiebre _házmelo saber si lo haces_ dijo sonriente mientras Bella también se esforzaba por sonreír, aunque lo hacía débilmente.

_Dile a Jake que vuelva a visitarme_ dijo antes de que el lobo saliera por la puerta,

_Dile que yo también ansío que venga_ se escuchó la voz tintineante de Alice desde unos de los pisos de arriba, él asintió riendo y cerró la puerta tras él.

_Solo con fines terapéuticos, estoy cansada de andar en el ático dando vueltas como un murcielago_ agregó resignada, sonreí ante el hecho de que mi hermana necesitaba lo que jamás siquiera se le podría haber cruzado por la cabeza, la presencia de un lobo.

Me senté a un lado de mi esposa pasando mi brazo por sus hombros, necesitaba de mí para apaciguar su fiebre. Su rostro denotaba cansancio y el dolor casi había desaparecido de él, tal vez gracias a los medicamentos que mi padre le suministraba. Recostó su cabeza en mi hombro y cerró los ojos largando por sus labios un corto suspiro,

_Estas agotada cariño, duerme_ murmuré cerca de su oído, ella sonrió ligeramente y con las yemas de mis fríos dedos acaricié su mejilla sonrojada producto de su estado febril. Casi de manera inconsciente acerqué mi nariz a sus cabellos que olían a fresas, cerré los ojos instintivamente y me sumergí en su embriagadora escancia… Bella sabía a gloria, la sangre que estaba ingiriendo la revitalizaba y dejaba que su efluvio fuera aún mucho más concentrado, más tentador y supremo. Su pequeña y frágil mano se recostó en mi estómago y pude sentir su calor al máximo, ella ardía.

_Te amo Edward_ dijo en un suave susurro casi inaudible hasta para mí, sonreí mientras le plantaba un suave beso en la frente. Ella me amaba, aún después de no querer a la criatura que ella llevaba dentro, aún después de planear matarla, aún después de darle la vida que le estaba dando… aún después de todo eso ella me amaba y yo no podía ser más feliz por ello. Aunque siempre supe más allá de mi egoísmo extremo que ella necesitaba alguien más, alguien que la hiciera feliz de una manera menos torturante… alguien que la amara siempre sin intentar matarla en todo momento como lo hacía yo, pero por alguna razón misteriosa de la vida yo… y solo yo fui el maldito afortunado, aún sin merecerla yo la tenía conmigo. A pesar de todos los intentos del destino de querer separarme de ella, a pesar de James, de Victoria, de Laurent, de Jacob… a pesar de la muerte que la había acechado en todo momento después de conocerme… yo la tenía.

Su respiración poco a poco fue acompasándose, había caído en un momentáneo tranquilizador sueño… su cuerpo lánguido descansaba del dolor al menos hasta que otra vez renovara fuerzas y volviera a castigar a mi Bella otra vez.

“¿Haz decidido que hacer cuando se acerque el momento?” el pensamiento de Carlisle llegó hasta mí en ese momento, provocando que un cúmulo de sensaciones recorriera mi cuerpo, no quería prolongar ese instante pero era necesario tener un plan en el cual apoyarse cuando sucediera lo inevitable.

Mi cabeza hizo un recorrido rápido por la las opciones que teníamos, las cuales se reducían a dos… la más agónica y torturante era dejar morir a mi esposa, dejar que su vida se trunque, la otra… obviamente la que ella prefería, era morderla.

No podía vivir sin ella y ella sabía eso y por eso gozaba de tranquilidad, sabía que haría hasta lo imposible para no dejarla ir, para tenerla conmigo… me conocía lo bastante bien como para no dar crédito a mi egoísmo. Ella sabía que lo iba a hacer… de alguna manera confiaba en mí y de alguna manera yo debía retribuir esa confianza.

_ No lo sé… aún no sé si es lo mejor_ dije simplemente, tratando de dejar mis decisiones para mí mismo, aunque en caso de hacerlo mi padre estaría presente como un firme apoyo. Solo por si acaso… después de todo Bella seguía siendo mi cantante, su sangre aún me llamaba invitándome a beber hasta la última gota y si no podía detenerme mi padre o alguien que pueda ser capaz de persuadirme en ese momento de éxtasis y locura, debía estar presente preparado para sostenerme y alejarme de ella, matarme si era necesario.

El tiempo transcurrió entre la incómoda densidad del silencio, mi esposa durmiendo cómoda bajo mi brazo y con su fiebre ya casi atenuada, mi padre cavilando con las diferentes posibilidades… empeñado en encontrar una nueva e inexistente solución, parecía querer hacer surgir a la fuerza una tercera posibilidad… posibilidades que ya no existían. Alice caminaba en el piso de arriba, lejos del mortificante dolor de cabeza y cerca de la ansiada calma, Jassper y Emmet veían aparentemente entretenidos una película en la sala de entretenimientos y Esme revoloteaba en las habitaciones de arriba tarareando una de mis composiciones, Rosalie… centinela de mi esposa, por no decir de la criatura que la estaba matando, siempre a su lado o sentada a sus pies. Para ambos era inimaginable e inconcebible alejarnos de Bella… ella por la criatura y yo… porque la amaba.

“Solo ten en cuenta hijo, que si debes hacer algo debes actuar rápido” pensó mi padre mientras miraba por el amplio ventanal que daba hacia el patio trasero de la casa “debes estar seguro de ti mismo y confiar en ti, la amas demasiado y ese amor será la fuerza suficiente para empujarte a hacer lo que debes hacer…” pensó.

“Confío en ti Edward, lo harás mejor que cualquiera de nosotros… insisto, la amas demasiado.”

Mi padre era digno de admirar, él confiaba en mí más que en cualquier otro de sus hijos. ¿En qué momento se le ocurrió pensar que yo era tan admirable o de tan alta moral como para actuar así de noble?... tratándome como un hombre sin deficiencias, sin errores e idealizándome así de profundo no iba a lograr sacar el asesino que dormía en mí.

Mi dulce ángel comenzó a removerse en su lugar… tan perdido en mis pensamientos estaba que no me había dado cuenta que su temperatura ya había bajado lo suficiente como para despertar de frío. Separé el brazo que había a su alrededor y la besé sutilmente en la frente, ella me miró con sus grandes ojos chocolate y sonrió avergonzada,

_Necesito ir al baño…_ susurró haciendo una mueca de incomodidad, iba a hacer el intento de tomarla entre mis brazos pero ella prefirió la compañía de una mujer,

_Rose… ¿me acompañas?_ dijo a mi hermana, ella la alzó cuidadosamente entre sus brazos, acunándola como un bebé, sin embargo aún con el cuidado con la que la trataba mi hermana, Bella se puso blanca y apretó los labios tratando de contener los quejidos de dolor dentro de ella… sufría, mi esposa sufría aún con el más sutil movimiento.

Dejé caer mi cabeza entre mis manos, frustrado ante la impotencia de no poder hacer nada más de lo que ya estaba hecho, queriéndomela arrancar por lo torpe y descuidado que había sido yo desde un principio… hacerla sufrir de esa manera no estaba entre mis planes de hacerla feliz, ¿por qué había sido tan estúpido al exponerla de esa manera?, ¿por qué ella?… mi dulce Bella... ¿por qué sufren quienes menos daño hacen?, el dolor y la ira bullían en mi interior y fluían por mis venas como torrentes de lava caliente, ¡maldición! ¡Quién tendría que sufrir de esa manera y de peor forma era yo mismo!... ¡A mí deberían arrancarme una a una las extremidades y quemarlas en fuego abrazador… solo a mí!.

Sentí una pequeña mano alrededor de mis hombros tratando de calmar la tensión que mi cuerpo estaba generando,

“Calma hijo… debes tratar de estar bien, Bella debe verte bien, se que estas sufriendo… demasiado, pero solo simula estar bien un tiempo más… ella te necesita”… la voz de Esme trató de hacer lo imposible, sosegarme… calmar la tempestad que estaba formándose dentro mío, serenar al monstruo…

El efluvio a perro llegó hasta mí, el efluvio de un perro en particular… el que sufría, en menor medida que yo y por la misma razón. Atravesó la puerta y su mirada voló por toda la habitación buscándola, estaba preocupado y ya se estaba imaginando lo peor,

_Ella está bien_ dije en tono bajo sin levantar la cabeza _o igual, debería decir_

Mi madre le dio las gracias por haber vuelto, Alice se sumó a su saludo y con tono de reproche dijo que a ella también le complacía su presencia…

_Mmm oye, ¿Dónde está Bella?_ dijo aún preocupado

_Baño… ya sabes, es sobre todo una dieta de fluidos_ contestó Alice que se situaba cerca de Jacob, cerca de su medicina… _a demás de todo lo que el embarazo te hace, lo escuché por ahí_ dijo como si fuera poca cosa.

_Oh maravilloso_ se quejó Rosalie saliendo del baño con Bella en brazos, me incorporé rápidamente haciendo caso a las palabras de mi madre _ahora ya se porqué olía asqueroso_

Bella lo miró y su rostro se iluminó como sucedía siempre con la presencia de Jacob, era amistad solamente… ella reaccionaba así porque lo quería cerca, no deseaba que se fuera nuevamente, la reconfortaba su presencia… al menos eso era lo que mi corazón quería creer, al menos era eso lo que Bella me demostraba… las palabras de amor me las decía a mí.

_Jacob, viniste_ dijo en un hilo de voz, él la saludó quedadamente. Me levanté del sofá junto a mi madre para dejar lugar a mi esposa, que cuidadosamente era depositada allí por Rosalie, a pesar de sus cuidadosos movimientos mi esposa fruncía la boca para no dejar escapar ningún dejo de dolor, su rostro era blanco y a pesar de que ella lo intentaba disimular, el dolor se reflejaba en él.

Me senté a su lado y deposité mi mano en su frente para saber su estado, era frío… acaricié su cuello y me percaté que su pulso era débil y discontinuo, su temperatura corporal estaba bajando.

_¿Estás fría?_ le pregunté

_Estoy bien_ sentenció tratando de no preocupar a los demás

_Bella sabes lo que te dijo Carlisle, no debes jugar con esto… no nos ayudas a cuidarlos a ambos_ dijo mi hermana, a pesar de todo ella tenía razón, no valía de nada tratar de simular estar bien, esos cambios bruscos de temperatura no le hacía bien.

_Está bien, tengo algo de frío._ murmuró finalmente, ¡Cómo le costaba admitir algo! _Edward, ¿me pasa una cobija?_ murmuró.

_¿No es esa la razón por la que yo estoy aquí?_ reclamó el lobo todavía parado en la puerta de la sala,

_Acabas de llegar, después de correr todo el día seguramente. Descansa un minuto probablemente me caliente en un instante_ dijo mi esposa, cómo siempre preocupándose primero por los demás antes que ella misma. Jacob la ignoró rodando los ojos, la conocía tan bien… Se sentó a su lado cuidadosamente, viendo lo frágil que mi Bella estaba, contemplando su debilidad. Puso su mano contra la de ella y la otra sobre su rostro, mi esposa le agradeció…

Resignado me fui a sentar a los pies de mi esposa, en el suelo… siempre mirándole el rostro, temía que una vez más fuera a sufrir otra rotura o su corazón colapsara, jamás quería perderla de vista…

El estomago de Jacob resonó de hambre, difícilmente el lobo había tomado bocado de lo que Esme le dio y sabía que para él tal vez le era difícil comer crudo al estilo perro, por más que no lo admitiera y su orgullo no lo dejara aceptar la comida que nosotros le ofrecíamos, Jacob debía ingerir algo para mantenerse fuerte, para no debilitarse y luchar con toda vitalidad de llegar el caso.

_Rosalie ¿por qué no le traes algo a Jacob de la cocina?_ dijo Alice desde detrás del sofá, sentada tras el respaldo disfrutando de la leve calma que Jacob le ofrecía aún sin siquiera intentarlo. Rosalie miró al lugar desde donde había provenido la voz de Alice sin creerlo, Jacob se apresuró a hablar,

_Gracias de todos modos Alice, pero no creo que quiera comer algo que la rubia escupa. Estoy seguro que mi sistema no tomaría muy gentilmente el veneno._ dijo Jacob en tono de agradecimiento mezclado con ironía

_Rosalie jamás avergonzaría a Esme mostrando tanta falta de hospitalidad._ replicó mi pequeña hermana,

_Por supuesto que no_ dijo dulcemente Rosalie, Jacob desconfió de su tono y sus palabras, algo en lo que yo estuve de acuerdo… Rosalie se levantó y salió de la habitación hacia la cocina,

_ Me dirás si lo hace ¿verdad?_ me preguntó desconfiado Jacob, le contesté que sí… a lo que él me creyó, por alguna extraña razón pensaba él, creía en mi promesa.

Vigilé a Rosalie que experimentaba en la cocina, puso un poco de comida que había preparado yo para Bella y Seth en un recipiente de metal y lo dobló de manera tal que quedara como un plato para perros, luego con su uña marcó la palabra “Fido” en un costado… sonreí ante su ocurrencia, jamás se calmaría su odio despectivo hacia el perro que ahora custodiaba nuestras vidas. Volvió con una sonrisa cínica entre sus labios y le dio el plato a Jacob que lo tomaba incrédulo,

_Disfruta mestizo_ le dijo socarronamente.

_Gracias rubia_ dijo Jacob siguiéndole el juego a mi hermana._ Oye, sabes cómo se le dice a una rubia con cerebro?_ preguntó _un Golden retriever._ dijo rápidamente, me aguanté las ganas de reír, no sería apropiado hacerlo… sin embargo sentí las risitas ahogadas de los chicos en la sala de entretenimiento.

_También escuché ese_ dijo mi hermana seriamente.

“Mataré a este chucho y a Emmett por reírse…” pensó.

_Seguiré intentando_ dijo alzando los hombros y comiendo un bocado de su comida mientras Rosalie ofuscada volteaba con el control remoto de la televisión y comenzaba a cambiar de canal rápidamente. Daba gracia verlos así a esos dos, se llevaban mal, era cierto, pero parecía ser que a través de Bella iban a comenzar a aclarar diferencias…

Luego de unos minutos Jacob ya había terminado su comida, él estaba considerando pasarle la lengua al plato solo para darle motivo a Rosalie para refunfuñar cuando Bella tomó su cabello de la nuca y lo jaló lo más fuerte que ella podía,

_Hora de un corte ¿no?_ dijo sonriendo a su amigo _te estás poniendo un poco lanudo tal vez_

_No gracias, estaré bien… por un semana más_ dijo recordando lo que ella iba a durar, estúpido chucho… yo planeaba que Bella durase mucho más que eso, de eso me encargaría yo mismo.

_Entonces… ¿cuál es la fecha?_ preguntó al recordarlo _ya sabes del nacimiento del pequeño monstruo_ si supiera el maldito chucho que esa fecha se acercaba impetuosamente, ¿tenía que recordármelo?... Bella le volvió a jalar el cabello de la nuca casi tan fuerte como si fuera a sacar los pétalos de una flor.

_En serio, quiero saber cuánto tiempo más estaré acá_ dijo sin miramientos,

_No lo sé_ susurró mi esposa seriamente, _No exactamente. Obviamente, no vamos con el modelo de nueve meses acá y no podemos hacer un ultrasonido, así que Carlisle esta estimando por cuán grande estoy. La gente normal se supone que debe ser de 40cm acá_ pasó sus dedos justo sobre el bulbo de su estomago _Cuando el bebe crece completamente. Un centímetro por cada semana. Tenía 30 esta mañana y he ganado casi 2cm por día, a veces más…_ explicó mi Bella.

“Dos meses por día, los días volaban. Su vida acelerando al máximo. Cuántos días eso le daba, si ella estaba contando sobre 40, ¿cuatro?”… se preguntaba Jacob en sus pensamientos. Tenía razón… a mi bella, mi ángel, mi credo personal… le quedaban cuatro días de vida, al menos de esta vida.

_¿Estás bien?_ le preguntó mi esposa a un Jacob desconcertado.

Éste no respondió, temiendo por el tono de voz que le saldría si lo hacía. Aparté mi mirada de ella, quemándome por dentro… muriendo cada día a la par de ella, esperando ese tan ansiado día en el que ambos pudiéramos encumbrarnos juntos sabiendo que jamás nos separaríamos, solo esperaba que todo saliera según mis planes… solo necesitaba de mi droga, mi Bella, solo ella me podía dar las fuerzas necesarias para seguir con esto, para sentarme a su lado sin remordimientos ni culpas, solo ella podía ser capaz de matarme… lenta y tortuosamente y revivirme con una sonrisa o con una palabra de amor… era mi ángel, mi Bella, la mujer que cuidaba mi vida y al mismo tiempo me destrozaba.