Capitulo 25: Confesiones

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Hola!! Aqui nuevamente con Amor prohibido, espero que hayan pasado un lindo fin de semana largo, las extrañé!!! Bueno... ya digo para las que siguen Cuando tu corazón deje de latir que en mi muro de facebook puse un adelanto! Ya lo quiero publicar, lo tengo listo desde el viernes. bueno... calma, tranquila Lu je je, besotes a todas y espero sus comentarios, gracias!

Confesiones

Perdido en sus ojos topacio viajamos en el porsche de Alice, ambos en la parte trasera tomados de la mano y mirándonos como si no nos conociéramos. Solo la veía a ella, sus manos en las mías, sus ojos brillantes y su boca, esa tan deliciosa que ansiaba probar… alcé la mano y toqué su mejilla perdido en la suavidad de su piel.

_Sí, estoy aquí…_ murmuró sonriendo para luego morderse el labio, reprimí un jadeo… eso me parecía tan endemoniadamente sensual y ella lo sabía,

_Lo sé, no es que no me lo crea_ dije sonriéndole _es que extrañaba tocarte_ ella sonrió aún más y luego se acercó con sus ojos fijos en mis labios, tomé su nuca y terminé por acercarla a mí. Fue un beso suave, dulce y tranquilo, apasionado si… pero medido porque ambos estábamos conscientes de que no estábamos solos, teníamos a mi hermana de espectadora curiosa, además teníamos que guardar la pasión para cuando ya no hubiera peligro para ella.

_Por mí no se preocupen_ canturreó Alice desde el asiento del conductor _mis castos ojos ya se acostumbraron a sus muestras de amor_ rió, Bella y yo reímos juntos y seguimos deleitándonos con nuestro beso.

No nos percatamos del momento en que habíamos llegado a casa hasta que Alice habló, se podía decir que mi hermana sabía donde y cuando decir palabras sabias,

_Edward…_ dijo obligándome a separarme de mi diosa, la miré interrogante _ sabes lo que debes hacer, yo y Bella estaremos en mi cuarto…_

_No_ dijo Bella al escucharla _yo estaré con él, yo tengo gran participación en la decisión que él ha tomado y quiero acompañarlo_ sus ojos se fundieron en los míos y le sonreí agradecidamente,

_Gracias amor, pero… prefiero hablar a solas con mi padre primero. Hay muchas cosas qué aclarar_ le dije acariciándole el mentón _tú ve con Alice, estoy segura que ella encontrará con qué entretenerte en mi ausencia_

Ella me miró con el entrecejo fruncido dándome a entender que no le agradaba para nada la idea,

_Hay! Si…_ murmuró mi hermana dando pequeños saltitos _vamos Bella, me ayudarás a hacer las invitaciones para mi fiesta de graduación_ entonces en cuanto me di cuenta mi hermana arrastraba a mi Bella por el porche de entrada, ganándome una mirada de reproche por parte de esta última . Yo respiré para tranquilizarme, hablar con mi padre era lo último que debía hacer para convertirme en alguien nuevo, totalmente diferente a lo que hasta ahora había sido y eso, aunque estaba muy seguro de mí mismo, me provocaba una constante molestia por no saber cómo él reaccionaría, obviamente me esperaba su desilusión, su enojo y frustración… pero no quería que gracias a mi decisión le sucediera algo malo.

Avancé por el porche de entrada y al cruzar la puerta sentí los pasos rápidos de mi madre acercándose,

_Hijo!... ¿tan pronto por casa?... ¿qué sucedió?_ murmuró preocupada mientras me abrazaba

_Si madre, vine a hablar contigo y mi padre_ dije tranquilizándola, ella me miró por un momento con el ceño fruncido por la preocupación

_¿Pasó algo en la Iglesia?... ¿Te sucedió algo hijo?_ preguntó inquieta

_No madre, bueno… si, a decir verdad, me gustaría hablarles sobre eso con mi padre presente, es algo que ambos deben escuchar_ ella me miró entonces seriamente por unos segundos, luego asintió y forzó una sonrisa,

_Tranquilo hijo, le haré saber a tu padre que necesitas hablar con nosotros… tú espéranos en su despacho_ dijo apartándose para ir hacia la cocina.

Subí las escaleras para dejar mis maletas en mi habitación, todo estaba como siempre y no pude evitar recordar lo que había sucedido allí la última vez que la había habitado, con una sonrisa tonta salí de allí para bajar las escaleras, me vi tentado a caminar hasta el cuarto de Alice para ver a mi amor, al menos por unos segundos, pero desistí cuando asumí que mientras más pronto hiciera lo que había ido a hacer más rápido llegaría el momento de no separarme de ella nunca más.

Bajé las escaleras presuroso y me dirigí al estudio, al abrir la puerta fui recibido por mi padre que miraba a través de la ventana la blanca y redonda luna que subía entre las nubes y mi madre con gesto preocupado, sentada en uno de los sofás del despacho. Al percatarse de mi presencia mi padre volteó a verme y con una leve sonrisa en sus labios me indicó con su mano que me sentara en unas de las refinadas sillas de cuero. Lo hice…

_Hijo, de veras es bueno tenerte por aquí pero no deberías descuidar tus obligaciones en la Iglesia_ dijo mi padre luego de haberse sentado frente a mí,

_Padre, precisamente de eso debo halarles_ murmuré mirando alternadamente a mi padre y madre, ellos me miraban atentos,

_Edward, ¿sucede algo malo?_ preguntó mi madre, yo le sonreí en un intento de calmarla negando con la cabeza,

_No es nada grabe, yo…_ me detuve buscando las palabras adecuadas para comunicarles mi decisión _ Bueno, yo… he conocido a alguien_ dije bajando la mirada como cuando se confiesa un acto de infidelidad ¿por qué el suceso de mayor dicha y felicidad tenía que ser contado de esa manera, como si fuera un tremendo acto de atrición?

_¿Has…? Edward, a qué te refieres con que has conocido a alguien?_ dijo mi madre ansiosa, levanté mi mirada para toparme con esos hermosos ojos color miel y sentí la fuerza necesaria para seguir con eso…

_Madre, padre_ dije mirándolos a ambos, mi padre permanecía con la mirada en el suelo… tal vez presintiendo lo que iba a decir _ es que… he conocido… a una mujer_ dije de una buena vez. En ese preciso momento me sentí realmente libre, sin miedos y sin ataduras… solo sus rostros de extrema consternación me decían que el acto que estaba confesando era realmente controvertido y podía entender su tribulación de alguna manera. Entonces mi padre me miró,

_Has renunciado a la Iglesia_ pareció ser una confirmación más que una pregunta. Yo suspiré sonoramente y asentí bajando la mirada,

_Si, me he enamorado_ confesé, se oyó un jadeo de mi madre mientras se llevaba una mano al pecho, la miré para confirmar que sus ojos no denotaban tristeza ni decepción, estaban tranquilos mirándome como si quien tenía frente a los ojos fuera el ser más admirable de este mundo. Me sonrió y satisfecho le devolví la sonrisa

_¿Quién es?_ preguntó mi padre _Edward… ¿sabes lo que significa eso?_ su voz era contenida y firme

_Si lo sé_ murmuré con firmeza en mi voz _significa que no iba a permitir seguir engañándome a mí mismo padre, que a pesar de todo sigo siendo un hombre que se auto subestimó y que inevitablemente se enamoró_ dije mientras él tomaba su cabeza con ambas manos en gesto de frustración,

_No…_ murmuró _significa que te manchaste, que tu alma ya no tiene posibilidad de ser salvada, que cometiste traición de la peor manera y a nuestras espaldas, a espaldas de la Iglesia_ dijo ofuscado, mi madre se levantó de su lugar para situarse a un lado de mi padre, puso un mano en su hombro y habló,

_Carlisle, déjalo hablar… enamorarse no es ningún pecado y lo sabes_ dijo para luego dirigir su mirada hacia a mí. Él hundió su cabeza entre sus manos como si estuviera sufriendo todo el peso de mi propio pecado,

_Padre… ella es mi nueva razón de vivir y no hay nada que me haga cambiar de opinión, ya es tarde_ murmuré con tono cansino

_Puedes retractarte, la Iglesia podrá comprender tu flaqueza, tu debilidad… la tentación es algo que los sacerdotes deben superar_

_Carlisle…_ murmuró mi madre llamando su atención _No eres el más indicado para decir eso, no seas hipócrita_ me quedé pasmado ante sus palabras, no supe por qué pero había algo allí de lo cual yo no me había enterado,

_¿Quién es?_ preguntó mi padre nuevamente, yo bajé la mirada… no quería inmiscuir a mi Bella en esto pero era necesario para que nos dejaran ser,

_No importa quién es… ella solo apareció en mi vida y fue lo mejor que me pudo suceder, no tiene la culpa de haberme enamorado profundamente de ella… solo sucedió_ dije sin mirarlo a los ojos,

_¿Tanto la amas que ocultas su nombre de nosotros? Somos tus padres Edward y nos debes esa al menos_ dijo mi padre molesto,

Pensé en decirlo, pensé mil veces en ello… si lo hacía Bella perdería la confianza de la familia, prefería mantener oculta esa información, al menos hasta después que transcurriera un tiempo antes de alejarla de mi madre, Alice y Emmett que tanto la querían,

_No… lo siento pero…_ unos suaves golpes en la puerta me detuvieron, mi madre caminó hasta la puerta y al abrirla lo supo, se hizo a un lado con una leve sonrisa dejando entrar a Bella. Cruzamos mirada por un momento y cerré los ojos enterrando mi rosto entre mis manos, sabía que ella iba a dar sus propias explicaciones,

_Lo siento Carlisle por inmiscuirme, pero tengo bastante que ver en este tema_ dijo Bella con aparente fortaleza, buscó mis ojos y se acercó a mí lentamente

_¿Qué sucede aquí Bella?... es que acaso tú…_ mi padre cortó su frase en cuanto tomé la mano de Bella para entrelazar sus dedos con los míos,

_Si padre, me enamoré de Bella_ dije con todo el valor que creía perdido, era increíble cómo ella parecía influir de esa manera en mí, no le tenía miedo al futuro con ella a mi lado, solo ella…

Mi madre nos sonrió a ambos infundiéndonos ese amor inconmensurable de madre, dándonos su apoyo e incitándonos a seguir adelante con esta locura.

_Padre… siento mucho haberte desilusionado, pero… he decidido seguir con ella mi camino_ él me miró entonces con ojos tristes,

_Hijo…_ su voz se oía cansada y frustrada por algo que no pude vislumbrar _haz pecado doblemente, ella tiene ya un hombre…_

_No lo amo_ dijo Bella rápidamente, sabía que eso sería un motivo de discusión _jamás lo hice, cuando conocí a Edward supe lo que era el amor y estoy dispuesta a dejarlo en cuanto salga de aquí_ murmuró dirigiéndose a mi padre que la miraba preocupado, entonces se levantó de su silla para volver a la ventana. Él lo sabía, mi padre estaba consciente de que luchar con los sentimientos era una guerra perdida y extrañamente yo comprendía esos sentimientos,

_Esto es algo que me supera, yo… tenía altas expectativas contigo y ahora vienes con esto que no sé de qué manera manejar_

_Solo acéptalo…_ le corté _solo déjanos ser si acaso quieres mi felicidad._ mi madre acarició su espalda reconfortándolo,

Me paré de mi silla y me dirigí a la puerta arrastrando a Bella conmigo,

_Hijo…no se vallan_ murmuró mi madre suplicante _Quédense a cenar Bella_

Ella miró a mi madre y asintió levemente, mi padre aún miraba por la ventana la noche calma, si pudiera entrar en las mentes de las personas no hubiese dudado en entrar en la de mi padre, me aturdía no saber qué era lo que pensaba con todo eso que había escuchado. No sabía de qué manera iba a procesar esa información y lo que más me angustiaba era saber sus pensamientos hacia Bella, quería saber si la aceptaba o no y aunque no lo hiciera, no iba a ser impedimento para estar con ella.

Salí de su despacho sin ninguna palabra de parte de mi padre, seguramente las cosas se repusieran con el tiempo, no pretendía que comprendiese mi situación de la noche a la mañana pero… necesitaba su perdón, el perdón por haberlo defraudado.

Me dirigí hacia la escalera para subir con mi diosa hasta mi habitación pero ella me jaló de la mano hacia afuera, hasta el porche de entrada.

_Debo irme… tú sabes_ dijo encarándome una vez que habíamos salido afuera,

_No… Bella hoy quédate, por favor_ murmuré tomando sus mejilla con ambas manos,

_No… no lo hagamos enfurecer, no quiero que te haga daño_ dijo acariciando mi pecho por encima de mi camisa, su roce me lo hacía más difícil.

_Amor, por favor, no me hagas esto… quédate conmigo esta noche_ ella me miró con sus enormes ojos ambarinos y me sonrió negando con la cabeza,

_Edward… acabamos de decirles a tus padres sobre lo nuestro, no quiero darles una mala impresión quedándome en tu casa y menos en tu habitación_ murmuró,

_No estarás en mi habitación Bella, usarás la de Alice_ dije dándole una rápida solución, ella rió con esa dulce y cantarina voz,

_Claro… y tus padres nacieron ayer_ dijo sarcásticamente, reí con ella…

_No, pero…_

_Nada Edward. Debo irme y ya_ dijo mirando su reloj

_Ok… solo dime una cosa y te dejaré ir_ murmuré mirando su pálido rostro brillando tenuemente por la luz de la luna, ella asintió mirándome expectante _¿cuándo lo harás?... ¿cuándo me convertirás?_ ella apartó la mirada de mis ojos enfocándolos en el suelo _ sé que es difícil para ti, pero debes hacerlo… quiero que lo hagas, quiero ser como tú, quiero estar contigo… protegerte mi amor y lo haré aunque tú no me muerdas, buscaré otro vampiro y lo haré y lo sabes_ dije denotando la fortaleza que eso me daba.

_Edward_ dijo en tono de reproche _ya pensé el lugar y el momento, solo dale tiempo a tu familia de aceptar lo nuestro y te juro… que lo haré_ dijo aún sin mirarme,

_No…_ murmuré levantando su rostro con mis manos, la quería mirándome sin esconder esos hermosos ojos topacio de mi mirada _ quiero que lo hagas cuanto antes, lo más pronto posible, no quiero perder tiempo sabiendo que aún estás con él_ ella asintió mirándome fijamente y supe que pronto sería su igual.

_Te llevaré_ le dije luego de darle un corto beso en los labios

_No… quédate, tomaré un taxi_ dijo obstinada como siempre,

_De ninguna manera, tú vienes conmigo_ dije tomándola de la cintura posesivamente y besándola de manera desesperada, necesitaba sentir su sabor aunque no fuera conveniente marcarla con mi olor ante tan amenazador novio que tenía. Ese momento era nuestro momento y quería disfrutarlo aunque me tocase esperar para obtener más de ella. Sus manos se ceñían a mi cintura fuertemente y su boca recibí a mi lengua presurosa y caliente degustándola ansiosamente, rompimos en beso solo para respirar…

_Edward, ve… habla con tu padre. Mientras antes tengas resuelto el asunto con él más cerca estarás de convertirte_ dijo separándose de mí, la miré atónito ¿a caso trataba de chantajearme?... ella pareció notar mi reacción y rió,

_Solo es un incentivo amor, solo ve y hazlo comprender_ dijo dándome un último beso en los labios, luego… cuando quise tomar su cintura ya no estaba, solo una ráfaga de viento me había rozado la mano, suspiré frustrado y me adentré a la casa.

Estaba a punto de subir las escaleras cuando la voz de mi padre me detuvo,

_Hijo ¿podemos hablar?_ murmuró a mis espaldas, di media vuelta para encontrarme con su semblante cansado,

_Si…_ dije solamente, él se sentó el sofá y yo me senté frente a él. Se veía nervioso y me preocupó su actitud

_Edward, hijo… perdóname por haber reaccionado de esa manera._ dijo aún sin mirarme _me vi abrumado por la situación._ dijo jugando con sus manos.

_Está bien padre… yo, no pretendía de ninguna manera que lo aceptaras de la noche a la mañana_ él me miró por primera vez y pude ver la tristeza en sus ojos,

_Hijo, debo contarte algo que deberías saber_ murmuró cabizbajo, él volvió a bajar la mirada como si lo que estuviera a punto de decir fuera algo sumamente vergonzoso _ yo… estuve en tu misma situación_ dijo aturdiéndome.

Los segundos pasaron y sin saber qué decir dejé que él acomodara sus ideas para seguir hablando,

_Conocí a tu madre mientras yo estaba recorriendo el tercer año del seminario para convertirme en sacerdote_ dijo mirándome profundamente, yo reprimí un jadeo… no conocía esa parte de su vida, tal vez tan vergonzosa para él que no podía compartirlo con nadie más que con mi madre.

_Fue al principio solo una aventura, unos meses en que nos veíamos furtivamente_ suspiró _yo no era capaz de dejar el seminario por las expectativas que tenía depositada mi familia en mí, pero la amé desde el primer momento y… siempre me pareció una falta de respeto inmenso verla solo esporádicamente… nunca me perdonaré eso_ dijo tristemente agachando la cabeza _dejé todo por ella, por amor, el mismo día que me enteré que estaba embarazada y ese día fue uno de los más felices de mi vida_ murmuró con una sonrisa.

_Fue un error haberte inculcado mis realizaciones frustradas, mis propias inspiraciones cuando ni yo respondí a Su llamado_ dijo acongojado _ espero que puedas perdonarme y en serio deseo que seas feliz junto a ella… mereces esa felicidad._ me levanté en el preciso momento en que él lo hizo y nos estrechamos en un fuerte abrazo, sin tapujos ya… libre como lo había elegido él mismo en su momento. Si todo lo que él había hecho valía nuestra familia, yo lo haría sin dudarlo… renunciaría a eso y mucho más por un futuro junto a ella.

Te regalé mis palabras, ahora déjame las tuyas... gracias!!