Capitulo 28: El último soplo de tu corazón

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El último soplo de tu corazón

La tenía entre mis brazos, la tenía al fin…

La acuné protegiéndola antes de que el amanecer nos sorprendiera y le tatareé muy suave una dulce canción de cuna, una diferente a la de su madre pero que había surgido en mi interior con total naturalidad como esa. Ella me miraba con sus enormes orbes marrones que poco a poco iba cerrando nuevamente, el sueño la embargaba y finalmente durmió una vez más, la acuné por el resto de la noche sin dejar de entonar los suaves acordes que le habían dado paz.

Temprano por la mañana mi niña se removió en mis brazos y abrió sus ojitos, me miró nuevamente trabando sus orbes marrón chocolate en los míos como aquella primera vez que la vi. Parecía tan lejano ese momento, tan inverosímil e increíble que lo único que me daba la certeza que en verdad había sucedido era la hermosa niña que tenía entre mis brazos y mi esposa que seguía con su proceso de transformación, tan silencioso y estático pero aún así tan cierto.

Renesmee Carlie Cullen había dormido toda la noche en mis brazos, el calor que desprendía su cuerpo aún más potente que el que Bella me proporcionaba, había dado un poco de calidez a mi fría piel y los sueños que esa pequeña mente formaba me habían deleitado todas esas horas, básicamente soñaba con quienes había visto a lo largo de su primer día… en primer lugar Bella y yo, seguidos por Jacob y Rosalie, su mente compleja podía retener todos los detalles aún con su corta edad, los distintos timbres de las voces, los lugares por los que había estado, los ojos chocolate de su madre y la sonrisa débil que había visto en ella, mi mirada de sorpresa y embelesamiento cuando la había visto por primera vez, los ojos atentos y llenos de devoción de Jacob… ¡Maldito perro! ¡Hasta en sus sueños se colaba!

Durante la noche había pensado en esa extraña relación que había entre mi niña y el chucho, mientras los ronquidos de éste se escuchaban desde debajo de la escalera, decidí que el mejor remedio era dejar que Bella supiera la verdad de sus labios, él tendría que ser el encargado de decírselo… sentía euforia al saber que tal vez Jacob perdiera su amistad por esa horrible manera de unirse dos almas, pero al mismo tiempo sentía compasión por mi esposa, ella perdería a quien creyó su amigo y verla lastimada iba contra mis principios.

Salí de mis cavilaciones cuando sentí una pequeña manita posarse sobre mi mejilla, mi niña me transmitía sus pensamientos y aunque yo podía leerle la mente, ella no sabía ese pequeño detalle de su padre y sonreí al ver las imágenes que cruzaban por su mente… tenía hambre, o mejor dicho sed, parecía sentir la misma sensación de quemazón en su garganta, tan propio de los vampiros.

_Rosalie_ murmuré, mi hermana estaba en el piso de abajo mirando feo a Jacob que dormía a un lado de la puerta _Renesmee necesita alimentarse_ dije al momento que ella subía las escaleras rápidamente,

_Bien… dámela y le daré su biberón_ dijo sonriéndole a mi niña en mis brazos, mi hija la vió y supo que con Rose venía el alimento, mi hermana no perdía tiempo en ese aspecto. En ese momento llegaron a mí las inquietudes de mi padre,

“Edward, hijo…” pensó desde el piso de abajo mientras preparaba todos los instrumentos necesarios para examinar a mi niña “con respecto al alimento, Renesmee tiene su parte de vampiro bien definida, pero… también tiene parte humana y deberíamos probar en alimentarla con comida humana, parte de su organismo también depende de ese alimento”

_¿Qué tienes pensado para probar?_ dije mirando a mi bebé removerse en mis brazos para ir hacia los de Rosalie, ésta me dirigió una mirada extraña y frustrada al no ser partícipe de la singular conversación que manteníamos mi padre y yo,

“He mandado a comprar a Emmett y Esme una solución especial para niños, empecemos por allí y veremos cómo reacciona a la comida humana”, en verdad podía existir la posibilidad de que mi niña tuviese mejor gusto inclinándose por la alimentación humana, no quería para ella el dolor de la sed y la tortura de no poder tener humanos cerca… quería para ella la mejor opción.

Rosalie se llevó a mi niña escaleras abajo, quise seguirlas pero era mucho más fuerte el deseo de quedarme junto a mi esposa, verla evolucionar, sostener su mano, acariciar su cálida y tersa piel tal vez por ultima vez como humana, una piel que ya comenzaba a sanar de sus heridas gracias al efecto de mi ponzoña y quería estar allí en cuanto ella despertara, sabía que aún faltaba tiempo y que el cambio aún no terminaba, pero quería estar allí con ella mientras tanto su corazón siguiera latiendo.

Bajo la atenta mirada de Jacob que había despertado cuando se percató de la presencia de mi niña, mi padre examinó a su nieta. Le midió la longitud de su cuerpo con su cinta para medir, luego hizo lo mismo con el perímetro craneal y la longitud de sus extremidades, vi cada número… cada centímetro de más, cada mueca y preocupación de mi padre y vi lo mismo cuando la puso sobre la balanza para pesarla.

“Son cuatro centímetros más que ayer… y al menos dos kilos más” pensó, me aturdió la información que me estaba dando,

_¿Eso quiere decir…?_ esperé su respuesta,

_Eso quiere decir que Ness… Renesmee, está creciendo de manera más acelerada que un normal crecimiento… su organismo está acelerando sus estadíos de crecimiento y lo hace a paso apresurado_ habló con un marcado tono de preocupación,

_Hable claro doc_ la voz del chucho me descolocó ¿qué tenía que estar pidiendo explicaciones sobre mi niña?, un siseo de advertencia salió de entre los labios de mi hermana y un gruñido resonó en mi pecho, Jacob estaba advertido…

_Es innecesaria esa hostilidad Edward, rubita… Nessie me preocupa tanto como a ustedes y grúñanme todo lo que quieran, muéstrenme sus dientes si eso desean, nada me hará dejar mi lugar… mi deber es cuidar de ella_ murmuró aproximándose a mi niña, mi cuerpo se tensionó ante ese movimiento y sin poder evitarlo y en actitud defensiva caminé hasta la puerta a paso rápido, vi a través de los ojos de mi Renesmee y vi su anhelo por estar en brazos del sucio perro,

“Jacob”…

“Jacob”… repetía en su mente una y otra vez como si esa fuera su primera palabra aprendida, levantó sus bracitos y Jacob le sonrió tomándola por primera vez entre sus brazos, un gruñido escapó de mi pecho, animal, salvaje, territorial… mis ojos veían rojo por la furia, sentía unas irrefrenables ganas bajar esas escaleras y romperle el cuello al estúpido perro, mis manos se aferraron al marco de la puerta de la habitación astillándola, resquebrajando la madera debajo de mis dedos, tenía la ciega certeza de que al soltarme bajaría como un rayo a decapitar al maldito lobo, pero unos fuertes brazos me tomaron por la cintura y me jalaron dentro de la habitación.

“No lo hagas más difícil Edward…” una sumisa calma me embargó, una calma que no quería, que no deseaba, Jassper me sostenía de la cintura mientras Alice tomaba mis mejillas y me miraba fijamente, yo bufaba como un toro embravecido, estaba ciego viendo cómo Jacob la cargaba feliz y ella reía bajo la mirada incrédula de los demás

_Mírame_ murmuraron frente a mí _Hey! Mírame!_ unos chasquidos de dedos resonaron frente a mí haciéndome reaccionar _¡Mírate!_ murmuró mi hermana, en seguida una imagen proveniente de su cabeza llagó hasta mí, era yo… con el rostro surcado por el odio, una mueca terrible y temible de hostilidad, desgarrado por el rencor, el rostro de un salvaje asesino…

_¿Es que acaso quieres que tu hija tenga este recuerdo de su padre?_ escupió Alice, mis brazos y mi lucha por salir de esa prisión se relajaron, mi pecho agitado subía y bajaba acaparando el aire innecesario, miré al suelo avergonzado y dejé que Jassper proyectara su calma en mí,

_Lo… lo siento_ fue lo único que salió de mis labios antes de que Jassper me soltara y en seguida caminé cabizbajo hacia la mesa de operaciones donde cambiaba mi esposa, me senté a su lado y tomé su pálida mano,

“Dame fuerzas amor… por favor, dame fuerzas para aceptar esta aberración” pensé mirando sus hermosas facciones, sentí una mano en mi hombro y supe enseguida que era mi hermana,

_Edward… ignora todo eso y concéntrate en tu esposa_ dijo acercándose a la mesa para mirarla

“Ella será hermosa… concéntrate en ella como siempre lo hiciste, Renesmee estará bien… Rose está con ella y Emmett y Jassper no dejarán que nada malo le suceda, cuando Bella despierte veremos…” asentí a regañadientes, nada me alejaría de ella, ni siquiera la estupidez del chucho, debería dejarlo correr… mientras tanto.

“Solo espero que me perdones”… pensó cabizbaja, la miré y sostenía la mano de mi Bella como también pidiéndole perdón

_¿Por qué?_ murmuré confundido, ella sonrió y fijó los ojos en mí… la veía triste, su alegría nublada por una sombra de amargura

“Por no haberlo visto” pensó haciéndome entender… suspiré despeinándome el cabello con una de mis manos,

_Tú no lo podías ver, era más una tortura estar cerca de ellos… no tienes porqué pedir perdón_ musité despacio, ella hizo un leve movimiento de cabeza y miró a mi esposa nuevamente… su preocupación desapareció súbitamente, tan a lo Alice…

_Debes dejarme hacer algo_ dijo mi hermana con un entusiasmo repentino, su mente de pronto estuvo bloqueada, sus intenciones y sus raras ideas ya no podía verlas y eso me daba una extraña incertidumbre.

_¿Qué Alice?_ pregunté desganado,

_Déjame vestirla, por favor!..._ entonces se puso a dar brinquitos a mi lado _tengo el vestido perfecto para ella y los zapatos… del resto ella se encargará, será tan hermosa y deslumbrante que no hará falta arreglarle el cabello nunca más… no lo podrá creer cuando se mire al espejo!_ bufé inquieto ¿cómo podía tener una hermana tan maniática?

_Alice ¿no te has puesto a pensar que tal vez lo menos que Bella desee al momento de despertar será verse en un espejo?..._ lo sabía por experiencia, lo primero y más urgente que iba a sentir Bella iba a ser su sed quemante y torturante, un hierro ardiente que sentiría en su garganta…

_Lo sé, pero es solo un momento lo que te pido, uno solo…_ rogó

“No le des el gusto, no sabemos cuál será su temperamento al despertar o cómo va a reaccionar ante los cambios” mientras Jassper me advertía en sus pensamientos Alice me miraba con esa mirada de cachorro herido, cerré los ojos vencido y cansado,

_Alice, solo un momento y luego de saber sus reacciones, luego que Carlisle la revise y Jass la mantenga calmada_ murmuré resignado mientras ella iba formando una sonrisa en su rostro, mi hermana podía ser muy persuasiva cuando lo quería.

_Si!... ya verás que no te arrepentirás_ dijo antes de salir corriendo de la habitación, la sentí correr a paso rápido hasta el segundo piso y encerrarse en su habitación, no me dejó ver nada, ni sus pensamientos, ni lo que tenía preparado, nada… me arrepentí de haberle dado esa oportunidad. Jassper que aún estaba a mi lado me dirigió una mirada acompañado de un

“No digas después que no te lo advertí” luego miró a Bella que seguía sin dar muestras de ningún acontecimiento que se estuviera bullendo en su interior,

_ ¿Por qué no reacciona como lo esperaba?_ murmuré incapaz de comprender,

_No lo sé… tal vez se deba a que ella sabía lo que la esperaba o tal vez la reacción es ajena a ella, la morfina puede estar actuando de tal manera que la mantiene sosegada_ murmuró pensativo _de todas maneras lo sabremos cuando despierte_

Me concentré una vez más en lo que estaba sucediendo en el piso de abajo, no podía evitarlo, mi hija estaba allí, mi niña… y en brazos de ese perro pulgoso. Suspiré resignado, tendría que dejarlo correr y ver la reacción de Bella ante la nueva hazaña de su amigo.

Jacob la sostenía mientras mi padre trataba de darle un biberón que contenía esa solución para bebés, un polvo blanco diluido en agua caliente que parecía ser nada apetitoso, o al menos eso creía mi Renesmee. Rosalie miraba la escena con desprecio, al menos para Jacob que reía ante los intentos de mi padre,

“No puedo creer que sea tan hipócrita, un momento quería matarla y ahora… la mira como si su vida dependiese de la de ella… perro hediondo”, ofuscada cruzó los brazos sobre su pecho. En el mismo momento en que mi hija manoteaba el biberón con esa cosa blanca derramándola sobre toda la alfombra de mi madre, Alice aparecía en la habitación con unas bolsas en las manos, su rostro denotaba amargura… como si quisiese evitar lo que sucedía allí abajo…

_Bien… fuera necesito vestirla_ murmuró apuntado con su pequeño dedo la puerta,

_Ni creas que me iré de su lado_ dije aferrándome a la mano de mi Bella, ella replicó con la punta de su zapato sobre el suelo como si estuviera perdiendo la paciencia, Jassper me miró y con el seño fruncido y conteniendo una sonrisa se fue camino a las escaleras,

_Está bien, quédate… pero la tendrás que ver desnuda_ murmuró acercándose a la cama y sacando de un solo tirón la sábana que cubría el cuerpo de mi esposa… ¡Maldita Alice!, volteé la cabeza hacia la puerta y mi dirigí hacia allí luchando contra la tentación de mirarla.

_Apresúrate, esperaré afuera_ dije apretando los puños al salir, escuché la risita cantarina de Alice mientras que, por suerte, mantenía su mente bloqueada. Me alerté cuando me recargué sobre la pared del corredor, escuché las risas sofocadas de Emmett

_Esa enana la hará enojar, ya quiero ver eso_ dijo mientras miraba un juego de futbol americano por la televisión

_Yo apuesto que otra cosa la hará enfadar peor, no creo que unos tacones y un vestido le molesten… ya sabes_ Jassper estaba a su lado pensando en qué la iba a hacer estallar… Jacob.

_Chicos…_ murmuré en tono de advertencia, odiaba que apostaran a costa de mi esposa,

_Ok, ok… apuesto 500 dólares a que el chucho la hará estallar, no pasará seis horas sin que mate a alguien y ese será… él_ el inmaduro de Emmett dijo lo último con un tono de voz más alto y indicando con su dedo índice a Jacob que lo miraba irritado.

_Es un trato!_ murmuró Jassper mientras chocaban las manos en el aire, rompieron en risas mientras Jacob rechinaba los dientes tratando de calmarse, debía reconocer que su temperamento licántropo se había aplacado un poco desde que mi hija había nacido, eso debía agradecérselo, no quería a un lobo impulsivo cerca de mi niña.

_Hey! Chicos… basta de sus vergonzosas muestras de inmadurez_ replicó mi madre desde la puerta de la sala que daba al patio _vamos a poner en su lugar los muebles que acaban de llegar, aún falta pintar la recamara de Nessie… esto, Renesmee_ Emmett se levantó del lugar como si hubiese tenido resortes en su parte trasera y corrió tras mi madre que cruzaba a toda carrera el prado hasta el río. Mi madre estaba algo así como obsesionada con su nuevo proyecto, lo había comenzado hacía varias noches con ayuda de Alice, siempre a su regreso veía en su mente los avances de su proyecto y reía para mis adentros, ella cuidaba de cada detalle, cada objeto, cada decisión, alentada por Alice que le daba las visiones de la reacción de Bella y de la casa perfecta para ella. Más tarde se sumó la ayuda de Emmett y Jass y esperaban tenerlo listo para cuando despertara mi Bella, era principalmente un regalo para ella.

“Puedes entrar” la voz mental de Alice llegó hasta mí y entré rápidamente, mi hermosa esposa estaba tendida aún en la misma posición en que la había dejado, parecía que Alice no hubiese movido ni un cabello de su lugar, tan solo un vestido, que parecía ser de una fina seda, se ajustaba al su cuerpo y un par de zapatos satinados vestían delicadamente sus pies, zapatos que Bella nunca usaría siendo humana. Me acerqué a ella embelesado por el resplandor que su piel emitía bajo el efecto del vestido, la luz del sol de la mañana no le hacía ninguna justicia

_Te lo dije_ la voz de Alice parecía provenir de algún lugar cerca de mí, pero mi mirada no podía apartarse de ella, de su imperecedera belleza, de cómo esa crisálida se convertía en una hermosa mariposa. Sentí que mi hermana me había dejado solo en la habitación, no solo… con mi esposa a mi lado, dormida, en su constante cambio, imperceptible al fin pero presente. En ese cuarto me sentía acompañado aunque estuviera solo, por el constante y rápido latir de los corazones que me hacían sentir vivo… sin miedo a nada, el de Bella… que lo hacía dejando su último resquicio de vida y el de mi hija, tan fuerte, nuevo y veloz… como el de un ave. Mi hija se removía en los brazos de Jacob en el piso de abajo, tenía cucharas en la manos y al parecer jugaba con ellas, las doblaba y las volvía a su forma original, su mente sorprendida por este nuevo descubrimiento la hacía maravillarse, parecía no comprender que algo de tan bello color y hermoso ante sus ojos fuera tan rompible, tan delicado… aún así seguía haciéndolo provocándole risitas ocasionales.

Mi padre en su despacho preparaba el instrumental para examinar nuevamente a mi Renesmee… por tercera vez en el día, un montón de libros sobre su escritorio me decían que había investigado largo y tendido sobre el extraño caso de mi hija, no sabíamos nada de una semivampiro como ella, el único vestigio que había sobre ello era solo basado en leyendas y supersticiones, como todo lo que nos rodeaba.

Las sombras que el sol del atardecer proyectaba sobre las paredes del cuarto fueron marcando los minutos, las horas, cuando miré mi reloj y ya estaba por pasar otro día, la luna nos alumbraba desde la lejanía en el bosque… otro angustiante día en el que mi esposa solo estaba allí recostada sobre la mesa de operaciones sin nada más que el latido de su corazón que me decía que seguía viva, pero ¿dónde estaba su sufrimiento?... ¿cuánto tiempo más ella seguiría en ese estado?, no era que quería que ella sufriera, eso siempre fue una de mis prioridades, evitar su sufrimiento, pero… un gemido, un jadeo, una palabra, un grito de dolor era todo lo que prefería antes que nada y la incertidumbre era cada vez peor, cada vez más dura de sobrellevar. Pero a pesar de toda esa angustia y ese dolor que la situación me embargaba, allí estaba… fiel y perenne a su lado, para recibirla cuando ella decidiera abrir los ojos.

Mi padre guardó sus instrumentales después de haber comprobado que ciertamente mi Renesmee crecía de manera acelerada, había ganado ya dos centímetros y medio más que esa mañana y sus facciones ya no eran las de un bebé recién nacido, ahora eran más estiradas y regordetas, como la de un niño de tres meses. Carlisle apareció por la puerta de la habitación donde mi Bella yacía y se acercó a ella al ver la preocupación en mis ojos, tomó su pulso como si no fuera capaz de sentir su corazón que latía raudo hacia su final resonando contra las paredes de la habitación,

_¿No ha habido ningún cambio?_ murmuró,

_Ninguno_ afirmé, ¡Qué más quería yo que mi esposa al menos hubiese hecho algún movimiento! ¡Algo que me permitiera saber que aún estábamos en la misma dimensión!... ni siquiera un salto de su corazón, nada…

Carlisle se acercó a ella, a la altura de su cuello y aspiró,

_No queda ningún resto de olor a morfina_ murmuró confirmando algo que yo ya había notado durante la tarde, si Bella podía sentir ahora que la morfina no tenía efecto… el dolor sería insoportable, sin embargo estaba allí, inmóvil como si nada sucediera dentro de ella…

_Ya lo sé_ musité embargado por la angustia

_Bella ¿puedes oírme?_ dijo cerca de ella, mi oído no percibió ningún sonido en particular, ninguna palabra anhelante por salir de su garganta, ningún gorgoteo o señal en particular, entonces la desesperación me inundó ¿y si no era capaz de responder por sus propios medios?... ¿y si yo en vez de ayudarla le había hecho daño de por vida?. Me acerqué a ella rápidamente inclinándome cerca de su rostro

_¿Bella? ¿Bella, amor? ¿Puedes abrir los ojos? ¿Puedes apretarme la mano?_ murmuré con angustia y dolor presionando sus dedos suavemente, derepente al caer en la cuenta de que la morfina ya no la protegía un dolor punzante sobrevino en mi pecho… ¿¡Cómo es qué ella podía soportar?!...

_Quizá, Carlisle, quizá haya llegado demasiado tarde_ dije con voz contenida, no podía ser que ninguna respuesta de ella llegara hasta mí, algo podría haber salido mal sin que nos percatáramos en ello… tal vez…

_Escucha su corazón Edward, late con más fuerza que el de Emmett en su momento_ murmuró recordando en las condiciones que Rosalie había llevado a Emmett por aquellos días, destrozado y casi muriendo… _nunca había escuchado nada tan lleno de vida. Ella va a estar perfecta_ dijo dándome un apretón en el hombro,

_¿Y la… la columna?_ musité, esa había sido la pora herida que Bella había recibido de la batalla contra su niña,

_Su heridas no eran peores que las de Esme, así que la ponzoña la curará igual que a ella_ miré de nuevo el rostro apacible de mi Bella y supe que si se hubiese aparecido Charlie allí a verla, no se hubiese dado por enterado por lo que su hija había pasado… simplemente casi no había rastros de la lucha que había tenido por su vida hacia ya dos días atrás, solo unas profundas ojeras y su piel blanca con un leve tono azulino…

_Pero está tan quieta. Debo haber hecho algo mal_ dije aún preocupado por esos cambio sutiles,

_O quizá algo bien, Edward. Hijo haz hecho lo mismo que hubiese hecho yo y más. No estoy seguro de que yo hubiera tenido la persistencia, la fe que ha sido necesaria para traerla de vuelta. Deja de reprocharte a ti mismo, Bella va a estar bien_ agaché la cabeza ante los recuerdos y musité con vos quebrada,

_Debe estar pasando un verdadero calvario_ oí el rápido y constante latido de su corazón, aún escapando… buscando una salida de su perseguidor… la muerte.

_No lo sabemos. Ha tenido una gran cantidad de morfina en su sistema y no conocemos qué efecto habrá causado en su experiencia de la transformación_ esa era la mayor de las dudas y me causaba una incertidumbre tal que rayaba en dolor, me aproximé a ella acariciando con la yema de mis dedos la cicatriz de mis dientes que se podía ver en el pliegue de su brazo,

_Bella te amo… Bella lo siento_ musité con total remordimiento, si le había hecho daño de alguna manera, por mínimo que fuera, no iba a poder ser capaz de vivir con ello…

Desde el piso de abajo, venían a mí pensamientos de felicidad que no eran más que los del chucho, cargando a mi niña con total devoción, mirándola como si fuera la luz de los ojos, incomprensiblemente y para mi desgracia lo era… Rosalie bufó exasperada por el derroche de amor que los ojos del perro destilaban, Emmett la sostenía de la mano preventivamente, él conocía tan bien como yo sus reacciones agresivas…

“¿Qué piensas hacer con él cuando Bella despierte? Bajemos a hablar con él para que desaparezca por un tiempo hasta que ella sea conciente de la situación” pensó mi padre que había estado atento a todo,

_No, yo me voy a quedar aquí… con ella_ susurré _Ya se las apañarán como puedan_

_Una situación muy interesante_ replicó mi padre _Y yo que pensé que lo había visto todo ya_ por su mente desfilaron las imágenes que esta misma mañana había visto al revisar a Renesmee, la actitud Jacob, su extrema preocupación, la manera en cómo seguía cada uno de los movimientos de mi hija como si no quisiera perderse ningún detalle, su pujante reclamación lobuna…

_Me ocuparé de eso más tarde. Nos ocuparemos_ remarqué presionando la palma de mi esposa

_Estoy seguro que entre los cinco podemos evitar que esto desemboque en un derramamiento de sangre_ murmuró pensando en la posible reacción de Bella cuando sepa el motivo por el cual Jacob era tan reacio a dejarla, suspiré frustrado… en realidad no sabía lo que quería, quería que el chucho pague por su inescrupulocidad y al mismo tiempo no deseaba su mal, después de todo era quien había dejado todo para protegerlas…

_No sé de qué lado ponerme. Me dan ganas de azotarlos a los dos. Bueno, más tarde_ dije apretando los dientes, quería una reprimenda para ambos a Jacob por atreverse a llevar a cabo esa ridícula reclamación y a Renesmee por… por simplemente centrar su atención en él… tan frustrante

_Me pregunto qué pensará Bella sobre todo esto_ eso quería verlo ella siempre hacía lo más inesperado y de seguro que así sería en esta situación, no pude evitar ahogar un risa, ella sin duda me sorprendería

_Estoy seguro de que va a sorprenderme, siempre lo hace_ mi padre movió la cabeza sonriendo y salió de la habitación dejándome solo con mi esposa.

La luna se escondía entre los abetos, había cruzado todo el cielo nocturno marcando las horas, los minutos de la larga espera y por más que la mirara y tratara de encontrar algo, un sutil cambio más de los que su cuerpo había hecho, no podía encontrar nada… ni una nueva palpitación, un leve movimiento, un pestañeo, ni un musculo tenso… nada

Alice apareció por la puerta ligeramente, sus ojos brillaban por la anticipación… aunque la sombra aún estaba allí, ella parecía anhelar más que yo su despertar,

_¿Cuánto tiempo más queda?_ pregunté con ansiedad,

_No debe ser mucho ya_ murmuró con una sonrisa bailando en las comisuras de sus labios _¿no ves cómo está más clara su piel? La veo mucho mejor_ era verdad, la piel de Bella era casi satinada en contraste con el vestido que le había colocado,

_¿Todavía sientes un poco de amargura?_ musité suavemente

_Si, gracias por recordármelo_ gruñó ella _tú también deberías sentirte humillado, si te dieras cuanta de que estas atado de manos por tu propia naturaleza. Veo mejor a los vampiros porque soy uno de ellos, también veo a los humanos porque alguna vez lo fui. Pero… no puedo hacer lo mío con estas razas mestizas porque no son nada de lo que yo haya experimentado… hay!_ apretó los puños a su costado refunfuñando,

_Concéntrate Alice_ musité para calmarla, ella respiró y se tranquilizó,

_Bien, Bella se ve ahora muy bien_ dijo mirándola, observé a mi Bella, su piel tenía una tonalidad más brillante que la de hoy a la mañana, mucho más níveo y sedoso, parecía un hermoso ángel allí recostada en esa pira que más que eso parecía su nube, donde esperaba apaciblemente que le dieran la orden de despertar… mi Bella durmiente.

Cuando ella era humana era agraciada, atractiva por ella misma, era mi ángel de la pureza y mi deidad, pero ahora… esa belleza estaba amenazando en convertirse en algo más irresistible aún. ¡Con cuánto esplendor me iba a encontrar cuando su despertar llegara!

Suspiré aliviado, ella estaba sanando en todos los aspectos,

_Parece en verdad que ella se está recuperando_ musité con una pisca de alegría en mi voz, una felicidad que no estaría completa hasta el momento de su despertar, mi hermana me aseguró que era así… ella estaba sanando.

_No eras tan optimista hace dos días_ dije recordando el tortuoso parto, los ojos de mi hermana al momento de buscar a Rosalie eran de total desesperanza, no había hecho falta una visión para saber que ella no había tenido esperanzas ese día,

_No podía ver bien hace dos días. Pero ahora que ella está libre de todos esos puntos ciegos, la puedo ver bien_

_¿Podrías concentrarte un poco por mí? Sobre el tiempo…_ supliqué, mi hermana me miró con el ceño fruncido y rodó los ojos,

_Qué impaciente. Bueno… dame un segundo_ ella cerró los ojos y lo pude ver… En su visión la luna todavía continuaba en el cielo que parecía límpido como el de esa noche, aún resonaba el juego de los Mariners en la televisión de abajo y yo sostenía la mano de Bella que abría los ojos por primera vez… sería esa noche, en cualquier momento,

“Dos o tres horas” me dijo Alice en mi mente,

_Gracias Alice_ murmuré por lo bajo, ella volvió a observar a mi Bella… mi ángel, mi salvación…

_Se va a convertir en una belleza deslumbrante_ dijo admirándola, yo gruñí por lo bajo, parecía que nunca la vió como Bella realmente era,

_Siempre lo ha sido_ gruñí, Alice resopló…

_Ya sabes lo que quiero decir. Mírala_

Por supuesto que la miraba… estaba allí frente a ella mirándola, no sabía hacer otra cosa. Y sabía en lo que ella se estaba convirtiendo, la veía… no hacía falta que Alice me lo recordase o me lo hiciera notar… Bella se estaba convirtiendo en una deidad, más que eso, porque por más que rebusqué en mi mente por una palabra adecuada para describirla, no la encontré… debería haber una palabra única para describir la belleza maravillosa de mi esposa, una única palabra que solo fuese de ella…

Bella parecía irradiar luz desde ella misma, desde su centro. Si así se veía dormida, esperando porque su corazón diese su último latido, se me hinchaba el pecho al imaginarme cómo se vería cuando ella despertara.

Mi hermana se había ido mientras yo observaba embelesado a mi ángel personal, pronto ella se unió al resto de la familia que estaba abajo sentados expectantes en los sofás… Renesmee se removía en los brazos de Jacob, tenía sueño, pero el excesivo calor del chucho la incomodaba…

_Es mi turno_ inquirió Rosalie, ella quería hacerla dormir en sus regazo, quiso acercarse para tomarla en sus brazos pero Jacob gruñó,

_Oye tú…_ Emmett siseo protegiendo a mi hermana que ya sostenía a mi niña entre sus brazos ante la mirada iracunda de Jacob, moví la cabeza en negación… lo que le esperaba al perro mugroso en cuanto mi esposa despertaba lo haría huir con el rabo entre las piernas y el muy campante allí abajo haciendo gala de sus reclamos.

No supe el tiempo que llevaba allí mirándola, recorriendo con mis ojos sus torneadas piernas, su busto bien formado y perfecto, sus brazos finos y fuertes, su cintura que anhelaba rodear con mis brazos posesivamente pero un cambio me hizo fijar mi vista en su rostro nuevamente, un cambio que había esperado desde hace dos días atrás. Los latidos de su corazón, ya de por si demasiado rápidos, incrementaron el ritmo a un latir casi frenético… como el fuerte retumbar de un tambor, como la corrida furiosa de una tropilla de caballos salvajes,

_Carlisle_ murmuré hacia el oído atento de mi padre, pronto él entró a la habitación con Alice a su lado,

_Escuchen_ musité con la mirada fija en mi esposa, ellos prestaron atención y sus rostros parecieron iluminarse con un gesto de alivio

_Ah… ya casi ha terminado_ murmuró mi padre, el pecho se mi infló en ese momento, pronto la tendría nuevamente a mi lado,

_Muy pronto_ convino Alice con impaciencia _Traeré a los otros, ¿debo hacer que Rosalie…?_

“se quede con la bebé allí abajo?” terminó su pegunta en mi mente,

_Si…_ musite considerando las posibles reacciones de Bella _es preferible que mantenga al bebé alejado_ en ese mismo momento pude captar con mi vista periférica un leve fruncimiento de los dedos de la mano de Bella, la habitación contuvo el silencio por un segundo… inevitablemente mis dedos respondieron a ese sutil movimiento y apreté con ellos la mano que Bella había movido,

_¿Bella? ¿Bella, amor?_ esperé por unos segundos alguna respuesta, un gemido, un pestañeo, algo… Bella se rehusaba a despertar,

_Haré que suban ya_ murmuró mi hermana, la hora que Alice había predicho estaba cerca, los Mariners resonaban en la televisión de abajo, la luna recorría su camino hacia el horizonte perdiéndose entre las ramas de los Abetos y mi mano sostenía la suya, mi pecho quería gritar eufórico, sabiendo que en cualquier momento ella renacería de sus cenizas, sabiendo que ella me vería y nos encontraríamos por segunda vez para estar juntos hasta el final de los tiempos. Entonces su corazón decidió usar sus últimas fuerzas, el latido constante y frenético se formó en un único latido agónico resonante en su pecho, un latido que anunciaba el final, el último suspiro…

Mi familia miraba ya expectante desde la puerta de la habitación, Emmett y Jassper flanqueaban la entrada de la puerta como dos centinelas bloqueando la única salida de Bella hacia su niña… hacia el único corazón palpitante y apetitoso en esa casa, detrás de ellos miraban Esme y Alice con impaciencia, mi niña con sus protectores abajo y Carlisle a mi lado para recibirla. No percibí nada más, el momento culmine había llegado, su corazón desesperado activó el alerta en su cuerpo e hizo que Bella arqueara su espalda por sobre la mesa de operaciones, como si alguien desde arriba arrancara su corazón del pecho, como si éste se aferrara del cuerpo de mi amor con uñas y dientes. De un momento a otro un golpeteo sordo se escuchó como un eco en la habitación… el cuerpo de mi esposa cayó laxo sobre la mesa y en su pecho un último sonido solitario como un eco de lo que alguna vez había sido un latido vigoroso se oyó… el último soplo de su corazón.

Luego sobrevino el silencio… el más profundo y lacerante silencio donde nada se oyó y la angustia se hizo presente en mi pecho como recordatorio de que jamás lo volvería a escuchar… la confirmación de que lo extrañaría, de que gracias a él la había conocido, gracias a ese corazón que bombeaba el más dulce de las tentaciones y que ya había dejado de latir ella se había convertido en mi obsesión dejándome como consecuencia el más dulce y puro amor.

Entonces la miré y como si fuera una noche después de un reconfortante sueño, mi Bella volvió a abrir sus ojos…

Volvía a mí…

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Amigas! Sii super temprano, es que más tarde se me hace imposible actualizar así que lo hago ahora y me quedo tranquila. Bueno ¿Qué les pareció???... Amé hacer este capi, espero que no se me haya escapado ningún detalle de lo que Edward me susurraba al oído al momento de escribirlo. Besotes miles y déjenme sus palabras, las amo!!

Merezco tus palabras?? Gracias!!