Capitulo 9: Feliz maldito cumpleaños Bella!

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Feliz maldito cumpleaños Bella!

Fue como sacarme un gran peso de encima, le dije toda la verdad sin importar las consecuencias… aunque estas me mataran, no importaba… mi niña tenía derecho a saber todo de mí.

Esa tarde caí en la cuenta que Bella es más inteligente y sagaz de lo que yo creía, todo este tiempo solo la subestimé pensando que ella no iba a poder ser capaz de tolerar una verdad de tal peso… ¡Que equivocado estaba! ¡Qué idiota y ciego había sido! Por supuesto que ella era capaz de hacerlo… si ella misma me había sacado la venda de los ojos, ella misma creía que siempre hubo algo raro en mí, si tan solo me hubiese percatado de eso antes… la verdad hubiese salido temprano a la luz.

_Siempre me pregunté por qué yo no había salido tan hermosa como tú…_ susurró mi Bella esa tarde al recorrer mi rostro con sus frágiles dedos, cerré los ojos disfrutando de su toque sin responder esa verdad que era más grande y más dolorosa aún,

_Siempre fuiste hermosa_ murmuré sin abrir los ojos _siempre lo serás mi princesa_ ella rió suavemente sin apartar sus dedos de mí,

_Eso lo dices porque eres mi padre… y se supone que los padres le dicen eso a sus niñas_ sonreí abriendo los ojos, Bella estaba aún sentada en mis piernas y acariciando con la yemas de sus dedos mi fría y dura piel… ¿cómo es que a ella eso le parecía hermoso?, un monstruo con piel de ángel,

_Bella… ¿no te asusta lo que soy?, ¿a caso no sientes temor ahora que sabes mi naturaleza?_ pregunté en un hilo de voz, ella arrugó el entrecejo y luego de pensar unos segundos que a mí me parecieron eternos una sonrisa se dibujó en sus labios,

_No papá, tú no das miedo…_ dijo como si eso fuera una verdad indiscutible _tú me has protegido, cuidado y amado por sobre todo, aún quedándote solo conmigo… no me abandonaste y me diste lo mejor ¿por qué habrías de ser peligroso?_ sus ojitos marrón chocolate me escrutaban como si pudieran traspasar mi piel y mirar mi mente, Bella quería comprender…

_Hija… se supone que los vampiros somos peligrosos, los cuentos y las leyendas dicen cosas muy aterradoras de nosotros, las cuales a veces son innegables hasta cierto punto_ ella suspiró mirando mi regazo con gesto cansado,

_Sé lo que dicen esas leyendas, esos cuentos… me he leído bastante de eso como para saber que tú no eres así, que no te creo capaz de matar a nadie para beber su sangre_ ante esas palabras no pude más que cerrar los ojos y dejar caer mi cabeza hacia delante, apoyé mi frente en el hombro de ella y sus manos enseguida me rodearon el cuello acariciando mi nuca. ¡Si ella supiera que si lo había hecho! ¡Que en mi época de rebeldía le había quitado la vida a unos cuantos mal nacidos que andaban sueltos por allí!... ¡Cuánto me arrepentía ahora de haberlo hecho! No pretendía ser una santo ante sus ojos, porque de ninguna manera lo era, pero… solo deseaba que ella no me viese como un asesino.

_Calma papi…_ susurró en mi oído, mi pecho temblaba con sollozos ahogados, el miedo que había estado angustiando había encontrado su vía de escape, un llanto sin lágrimas… _papito, no… yo te amo. Nunca, sea lo que seas, dejaré de hacerlo_ susurró con su vocecita entrecortada ¿qué estaba haciéndole a mi hija? ¿Por qué no corría de allí para ir a descargar mis frustraciones a otros lados? ¿Por qué la estaba arrastrando conmigo en este sufrimiento?

Levanté la cabeza y ella también lo hizo, sus lágrimas recorriendo sus mejillas color crema eran la prueba irrefutable de que la había hecho llorar con mi estupidez. Acerqué mi rostro al de ella y con suaves besos fui limpiando el camino de su llanto, sus lágrimas saladas colmaban mis labios quemándolo con su enloquecedor sabor… el sabor de mi niña,

_Perdóname hija_ susurré recostando mi frente contra la de ella, una sonrisa tímida curvó sus labios y sus dedos temblorosos limpiaron una lagrima que había quedado en la comisura de mis labios, ella sorbió su nariz y sonrió avergonzada…

_Me pregunto algo papi…_ musitó casi inaudiblemente, yo la miré y asentí dándole la señal a que prosiguiera _mi… madre… ella ¿era ella vampiro?_ preguntó en un suave susurro, separé mi frente para mirarla bien y sonreírle apenado, no podía mentirle… pero tampoco podía decirle la verdad, ya había sido demasiado duro ese día como para también añadirle un peso más a su pequeña y tan frágil mente,

_No…_ murmuré mirando sus manos entre las mías _ella… era humana_ sus ojitos revolotearon hacia los míos con un suspicaz brillo y una sonrisa bailó en sus labios,

_Eso explica el que yo sea humana también…_ dijo con cierta ilusión, sabía lo que se venía ahora, una larga interrogación acerca de su madre… un que yo no podía responder _papá… ¿mi mamá…_

_Bella_ murmuré para llamar su atención, ella detuvo su pregunta y vi la curiosidad en sus ojos _deseo mostrarte algo_ ella sonrió aún más y eso embargó mi corazón, parecía feliz… parecía contenta _hija… quiero llevarte a un lugar en el que solía ir años atrás, antes de que llegaras a mi vida_ ella asintió entusiasmada y saltó de mi regazo buscando sus zapatos debajo de la cama, reí ante su torpeza… tenía el edredón enredado entre sus piernas y casi tropieza cuando se paró levantado en alto sus zapatos,

_Pero me llevarás corriendo conmigo entre tus brazos ¿verdad?_ dijo parándose con sus pequeñas manos en puños a cada lado de su cadera… tan… a lo Alice. Debía despegar a mi niña un poco de su tía, no quería que se le pegaran sus manías.

_Si lo haré... si eso te gusta_ musité riendo, la llevaría en andas de aquí por el resto de su vida si eso la hacía feliz,

_Lo amo!!_ gritó dando pequeños saltitos, definitivamente la tenía que alejar de Alice.

En cuanto ella terminó de colocarse sus zapatos la tomé entre mis brazos, la euforia bullía en mí y parecía como si la vida se me presentara ahora ante mis ojos como una experiencia inigualable de vivir junto a ella. Corrí escaleras abajo con ella entre mis brazos, sus manos se aferraron a mi camisa dejándome ver que aún tenía miedo a ciertos movimientos… los cuales pronto se acostumbraría.

Salimos hacia fuera a toda prisa, el aire cálido de la primavera en Forks pegó de lleno en mi rostro y sus cabellos revolotearon hasta mi nariz regalándome su aroma, su más dulce fragancia, eso fue suficiente combustible para mí y me eché a correr… a baja velocidad al principio y luego, al ver que ella lo estaba disfrutando a juzgar por su risa cantarina, aumenté la velocidad casi hasta de pasar de ser percibido por los pocos animales que encontramos en el bosque. No quería asustarla ahora que había logrado que me aceptara tal como soy, solo quería verla reír, gozar de la libertad que yo sentía tantas veces al correr sin contenciones a través de los árboles.

Y ella reía aferrada a mi camisa y yo no pude contemplar mayor felicidad que escuchar su dulce vos retumbando en mi frío pecho, como si pudiera atravesar mi piel de granito y llegar a calentar mi muerto corazón,

_Papi! Eres mi héroe!..._ gritó aferrandose a mi cuello, me estremecí al escuchar eso, por supuesto que yo no era ningún héroe… era más bien el chico malo tratando de recomponer su situación, luchando minuto a minuto contra su propia naturaleza y frustrado ante la tentación insatisfecha de nunca saciar su sed eterna con lo único que tentaba su autocontrol… su hija.

Besé sus cabellos cuando estábamos aproximándonos al lugar que compartiría con ella, que alguna vez fue mío y que de ahora en más sería nuestro,

_Bella… hija, mira_ me detuve en seco a la orilla del prado en el que más de una vez había venido a luchar contra esos fantasmas que mi naturaleza me imponía, ella levantó la vista de mi pecho y se fijo entornando los ojos por la luminosa tarde, un jadeo de sorpresa salió de entre sus labios y se revolvió en mis brazos para poder bajar.

_Es hermoso…_ susurró asombrada mientras la dejaba en el suelo, me aferré con ambas manos de su cintura para que no perdiera el equilibrio si llegaba a marearse y la sostuve mientras ella observaba maravillada todo el lugar.

Agradecí haberla llevado en esa época del año, donde las flores silvestres adornaban todo el lugar y la luz del sol no escaseaba, donde la brisa suave de primavera revolvía su cabello haciendo que su esencia se entremezclara con la de las flores, donde el compás suave de su corazón formaba una hermosa armonía con el trino de las avecillas… donde Bella era solo eso… hermosa, única y bella…

Me descubrí mirándola embelesado recogiendo flores por el prado mientras jugaba con las mariposas que revoloteaban a su alrededor sin percatarse de mi presencia… su risa cantarina llenaba mi pecho como si eso fuera lo único que mi corazón necesitaba escuchar para poder vivir…

_Papi! Ven!... esto es hermoso!_ reía feliz entre las flores. No quise ensombrecer tanta belleza con mi presencia así que me mantuve recostado en el tronco de un árbol observándola jugar, como si fuera un vil fisgón persiguiéndola entre las sombras. Entonces ella, insistente como siempre, vio que no me acercaba y corrió hasta mí entre la fronda

_Papi…_ murmuró suplicante tomando mi mano y jalando de ella _ven, no seas amargado… vamos a recoger flores para la abuela Esme_ y la seguí… ¿cuándo sería capaz de decirle que NO a algo?... nunca.

Caminé, saliendo de las sombras, con ella jalando de mi mano pero nos detuvimos abruptamente en cuanto Bella volteó a mirarme sonriente, se quedó mirándome como si jamás me hubiese visto y con su pequeña boca formando una perfecta “O”, entonces me vi reflejado en el cristalino de sus ojos…

_Pero… si eres… wau!_ jadeó llevando una de sus manos a mi mejilla y tocándola suavemente, el brillo de mi piel se reflectaba en sus ojos y supe lo que la había maravillado _eres hermoso…_ murmuró para sí misma.

_No más que tú…_ salió de mis labios, tragué en seco por la sinceridad de mis palabras… solo había pensado en voz alta, pero… ¿por qué avergonzarme si era totalmente cierto?. A ella no pareció importarle mis palabras porque continuaba acariciando mi piel.

_¿Todos brillan así?_ murmuró frunciendo el ceño _¿mi tía Alice y mis abuelitos también?_ asentí quedadamente, Bella tomó mis manos entre las suyas admirando el brillo que estas emitían con un gesto de preocupación en su rostro… sus mejillas se tiñeron levemente de un exquisito color escarlata y sonrió tímidamente sin mirarme… ¡Por dios cómo me hubiese gustado leer su mente!

_¿Qué es Bella?_ me preocupaba demasiado su manera de actuar, esperaba ser un confidente para ella no un extraño…

_Es… que_ frunció los hombros levemente y finalmente me miró _es que te amo demasiado papi… gracias por mostrarme esto_ suspiré aliviado y sonreí.

_Yo también mi niña…_ susurré _ yo también te amo_ su rostro se iluminó visiblemente y saltó en puntillas para rodear mi cuello con sus brazos y reímos mientras yo daba vueltas en mi lugar haciendo volar sus piernas por el aire… la tenía, me amaba y con esa me bastaba.

Diario de Bella a la edad de 15 años

Uff… no sé qué me pasa hoy, estoy nerviosa, distraída, enojada no sé… después de todo lo que viví con mi papá viene y me hace esto…De todos modos…

Ángela me invitó a su casa para poder terminar el trabajo de biología, pero… es que no quería ir. Verla allí a ella a los besuqueos con Ben… ujj… me daba repugnancia, ellos lo más embelesados mirándose y yo allí como mal tercio. Consideré quedarme en casa… papá me habría ayudado y mi abuelo igual, con su montón de libros que tiene! Con sus años de medicina!... Pero no, papá se traía algo entre manos, en realidad toda la familia lo estaba haciendo… me olía mal, aunque decidí dejarlo pasar, después de todo era mi cumpleaños número 15! Conociendo a mi tía sería una fiesta sorpresa o algo por el estilo. Lo sospeché desde que me levanté temprano a la mañana y como por arte de magia todos parecieron haberlo olvidado, con una sonrisa reprimida me fui a clases.

Aún recuerdo ese día en que supe la verdad de mi familia, fue lo más fascinante que pasó en mi vida, es decir… ¡Mi padre vampiro!. ¡Y con las habilidades que él tenía!, pensé que era un sueño en cuanto llegué a casa esa noche dormida entre sus brazos, pero él se encargó muy bien de hacerme recordar quién era cada día. Siempre corría conmigo hasta el Instituto cuando los días estaban lindos y el sol brillaba, pues a mí me fascinaba ver su piel bajo los rayos del sol… aún me siento fascinada cuando lo veo y aún me lleva en brazos a nuestro prado… es maravilloso sentirme protegida entre sus brazos mientras esquiva con gran agilidad los árboles, es increíble la fuerza que tiene y su… belleza.

Me contó esa misma noche que otra de las cosas que podía hacer era leer las mentes… todas menos la mía, aunque no sé qué tendrá la mía de especial que no puede hacerlo. De todas maneras es gracioso ver jugar a mi tío Jassper y a mi tío Emmett al ajedrez, mi papi tira por la borda todas sus estrategias y yo me río de las muecas que pone mi tío Emmett hasta que tengo que salir corriendo al baño antes de cometer algo vergonzoso delante de ellos… ya sabes… los pocos beneficios de ser humana.

Aún no entiendo cómo él puede ser mi padre, es decir… ¿en qué cabeza cabe que yo, una simplona, sea hija de Edward Masen Cullen? En ninguna cabeza cabe… porque yo no soy ni la mitad de bonita de lo que él es, no tengo su cabello cobrizo tan rebelde y desprolijo, los que me dan ganas de hundir mis dedos y revolverlos aún más, no tengo su voz tan suave y aterciopelada, la cual puede calmar mi ansiedad, nervios o hasta el más terrorífico de los miedos y la que sigo llamando por las noches para que me tarareé mi dulce nana, no concibo vivir sin ella…. Y por sobre todo no tengo nada de ese bello rostro, nada… es decir. Haber salido parecida a mi mamá no me molesta en absoluto, sé que salí a ella porque mi él mismo me lo dijo alguna vez a demás mi abu dice que mi madre era hermosa, aunque nunca lo pude comprobar porque mi papá nunca me mostró una fotografía de ella… nada y cada vez que le saco el tema lo esquiva olímpicamente. Más allá de eso… ¿por qué no saqué sus labios? ¿su mentón?, que aunque sea varonil, me llama a querer tocarlo cada vez que estoy cerca de él… uff… sus labios, tan… hay, no lo sé… amo cuando sonríe como solo él sabe hacerlo, esa sonrisa de lado que me paraliza, cuando besa mis cabellos y mi frente cada vez que me ve, cuando los frunce cada vez que esta leyéndole la mente a alguien… esos labios… uff, no.

¿Qué tengo diario? No puedo pensar esas cosas de él, es decir, es mi papá… que tonta que soy, siempre fantaseo que llega un chico nuevo al Instituto y que es un calco de mi papá, no concibo la existencia de alguien tan hermoso o más que él. Que idiota soy…

De todas maneras, tuve que ir a casa de Ángela para hacer de una buena vez el trabajo de biología… si no lo hacíamos nos ganábamos un buena reprimenda de mi padre y los suyos y no era buena idea provocarlos,

_Te vendré a buscar en unas dos horas más ¿está bien?_ preguntó mi padre mientras me abría la puerta del Volvo aparcado en la casa de Ang.

_Si… igual, no te preocupes, el papá de Ang me puede llevar_ dije sin darle mucha importancia, él negó con la cabeza y tomó mis mejillas entre sus manos como cada vez que tenía que decirme algo de suma importancia,

_Bella… yo vendré por ti y punto ¿si?_ rodé los ojos y asentí, lo malo de tener un padre vampiro era eso… sobreprotección total… auggg. Me besó en la frente y luego de un “te quiero” me dejó ir.

Cuando entré a la casa de mi amiga, me sorprendí al encontrarme a su madre y padre contentos de poder verme, recibí abrazos y felicitaciones y subí a la habitación de Ángela, al entrar, mi querida y mejor amiga, me recibió con una enorme caja entre sus manos,

_Feliz cumpleaños Bells!_ suspiré resignada, ¡Claro que Ángela no se iba a olvidar de mi… día especial!.

_Ang… no te hubieses molestado, sabes que no me gusta que me den obsequios_ murmuré sosteniendo la caja entre mis manos, ella se balanceaba sobre sus pies con una gran sonrisa en sus labios,

_En realidad me ayudó a elegirlo tu prima Alice ya sabes… ella sabe mejor que yo de éstas cosas_ murmuró con un leve levantamiento de hombros, jadeé sorprendida ¿mi tía?... por supuesto ¿quién más estaría detrás de todo esto?. Por obvias razones Ángela estaba convencida que Alice era mi prima, era impensable para cualquier persona que Edward fuera mi padre, así que a los ojos de los demás él y yo éramos algo así como hermanos, mis tíos y tías eran primos cercanos y mis abuelos, mis padres. Estaba bien, pero… no me gustaba ir por allí sin poder gritar a los cuatro vientos la unión con mi papá… no me gustaba negarlo aunque era necesario hacerlo.

_Gracias Áng… supongo_ murmuré desganada, me apresuré a abrir la caja y jadeé sorprendida al encontrarme con su contenido, un vestido de una especie de tela azul brillante y suave que se sostenía de unos tirantes que se unían en el cuello y unos zapatos de taco medio del mismo tono era lo que mi tía Alice y Ángela me habían regalado,

_Yo elegí los zapatos! Alice el vestido!... ¿no son hermosos?_ yo la miré sosteniendo entre mis manos el delicado vestido y reí nerviosa,

_Si Áng… es hermoso… pero, no vale la pena ¿cuándo podré usarlo?_ ella sonrió como si esperase esa pregunta,

_Fácil… esta noche que es tu cumpleaños_ murmuró sonriente _hagamos el trabajo y una vez que terminemos nos vestimos y Alice nos vendrá a buscar_ reí negando al sospechar lo que se habían armado, allí caí en la cuenta de que mi sentido de la observación me había fallado ese día,

_No, no, no Áng…_ murmuré negando con la cabeza _primero que nada, mi pa… hermano… Edward… vendrá a buscarme_ dije nerviosa, casi había dicho una estupidez _segundo, ni loca voy con estas fachas a mi casa, me da… vergüenza_ murmuré pensando en las fastidiosas bromas que tendría mi tío Emmett a costa mío, sin nombrar que mi papá nunca me había visto vestida así, ni siquiera tía Alice se había atrevido aún a ponerme un vestido así… hasta ahora. Como sea, mi papá es algo sensible con lo que respecta a mi crecimiento, para él sigo siendo una pequeña niña… su niña.

_Eso no es problema, te están esperando… ¡cumples quince años Bella!... ¿desde cuándo debería darte vergüenza que uses un vestido en tu cumpleaños número quince?_ murmuró casi enojada _deberías vestirte con esta ropa más seguido, es hora de que salgas Bells, ya tienes edad para ir a alguna disco o para salir a conocer chicos, yo tengo a Ben, pero ¿tú a quién tienes?_ debería haberme dolido sus palabras pero… Ángela tenía razón, yo no tenía ningún pretendiente, en realidad no me interesan. Está Jacob, que a pesar de ser mi amigo nunca había pasado más de eso… bromeamos en el colegio y siempre me lanza indirectas pero supongo que es para bromear, está ese chico nuevo llamado Mike, que me parece un total y completo idiota, siempre invitándome a tomar un helado a la salida del Instituto o por un paseo en el parque, pero no me llama la atención… ninguno.

_No me importa tener a alguien_ murmuré con la cabeza gacha, en verdad dolían las verdades _lo único que me importa es mi familia, supongo que soy demasiado joven todavía para pensar esas cosas_ miré a Ángela de nuevo, ella estaba revolviendo su closet buscando ropa que supuse que sería para ella, me miró con extrañeza y rodó los ojos,

_Bella, tengo tu misma edad y mis padres no tienen ningún problema en que tenga a Ben, sé que tu familia es muy sobreprotectora… pero apuesto que si le dices que saldrás conmigo ellos no tendrán ningún problema, a demás le puedo pedir a Ben que te presente algunos de sus amigos de los cursos superiores…_

_No Áng… no te vistas de casamentera porque no te va, a demás… no quiero salir con nadie, me basta con ver tu felicidad amiga_ murmuré dedicándole una enorme sonrisa, ella asintió sonriente y se acercó para contenernos en un fuerte abrazo, hablar con Ángela es tan fácil, ella se había convertido en mi mejor amiga luego de que el pesado de Jacob me buscara tanto, al final terminé aceptándolos a los dos…

Hicimos el trabajo de biología y las dos horas se pasaron rapidísimo, tan pronto como guardé mis cuadernos en mi mochila Ángela me tomó de la mano y me jaló hasta el baño, me obligó a desvestirme y me di un baño reconfortante que me espabiló. Al salir del baño ella ya me estaba esperando vestida con un lindo pantalón negro brillante, unos tacones negros del mismo material y una camisa blanca de seda o algo por el estilo,

_Hey! ¿Cómo es que tú no vas con vestido?_ pregunté realmente enojada, ella me estaba dejando que hiciera el ridículo yo sola,

_Pues porque la cumpleañera eres tú…_ me dijo como si eso fuera lo más obvio _a demás tú tienes mejor cuerpo que yo para usar vestidos, mira tus curvas!_ dijo señalando mi cuerpo enfundado por la toalla. Rodé los ojos, Ángela siempre decía lo mismo y de alguna manera eso me molestaba, es decir… ¿mi cuerpo? ¿Un lindo cuerpo, con las proporciones adecuadas y eso?... no lo creo…

El resto de la noche decidí obedecer a mi amiga, me vestí como ella me lo indicó y ella misma puso sus manos a la obra en lo que llamaba “maquillando a Bella”, luego me sentó nuevamente en el taburete de tortura y me peinó delicadamente, a la media hora ya me había dado permiso para verme y me llevó a un espejo de cuerpo entero que había en la habitación de sus padres,

_Te ves hermosa Bella…_ dijo ella señalándome en el espejo _ya tienes un hermoso y buen logrado cuerpo de una jovencita de quince años_ miré con grandes ojos a la ¿mujer? Que me miraba desde el espejo. Si esa hermosa niña que estaba allí era realmente yo… ¡valla que había crecido!. El vestido se ceñía a mi cuerpo de manera única, como si hubiese sido creado a medida, era corto y el escote de estraples se sostenía por dos finos breteles que se ataban en la parte posterior del cuello, mi pequeño busto, aún en desarrollo, dejaba entrever dos redondas cimas que se acentuaban con el corte princesa del vestido, que caía en aireados volados debajo del busto hasta las rodillas… mis zapatos eran azules como el vestido y de tacón medio… nada peligroso para mí, podía lidiar con ello. Mi cabello se veía genial, Ángela había hecho un buen trabajo al recogerlo hasta la mitad de la nuca, dejándolo caer en cascada detrás de mi espalda, las suaves ondas naturales se resaltaban con mi pálida piel de la espalda y las pequeñas piedritas azul profundo que Áng había colocado en mi cabello le daba un toque singular… precioso. Simplemente me sentía cómoda…

Estábamos bajando las escaleras cuando los reconocibles bocinazos del auto de mi tía se hicieron presentes, riéndonos salimos de la casa y nos montamos en el porshe amarillo canario de mi excéntrica tía,

_Hay pero que linda están!_ aplaudió mirándonos con su ojo crítico _gracias Áng! Gracias por hacer que esta chica testaruda se dejara vestir así… tan ¡bonita! _ saltó en el asiento aplaudiendo, rodé los ojos… en realidad podía jurar que ese era el sueño de mi tía Alice, ver a su querida sobrina vestida como ella tanto ansiaba vestirme.

_¿No es que iba a venir Edward?_ murmuré a mi tía Alice _él me pidió que lo esperara_ mi tía frunció el ceño enseguida como si algo la molestara y arrancó el auto con una fuerte acelerada,

_A Edward se le presentó algo, no pudo venir así que me envió por ti_ dijo casi con ¿sarcasmo?, miré al frente y me limité a charlar con Ángela que miraba a través de la ventanilla del auto ajena a nuestra conversación.

Mi loca tía condujo a toda velocidad a la casa tarareando entre dientes una canción desconocida, se veía feliz… pero al mismo tiempo preocupada por algo, lo dejé pasar en el momento en que ya cruzábamos el camino de entrada de la casa de mi familia,

_¿De quién es ese auto Alice?_ pregunté al darme cuenta de un auto blanco aparcado en la entrada de la casa, parecido al que conduce mi tía Rose pero en color blanco,

_Es de un invitado de último momento Bells_ murmuró mi tía entre dientes, fruncí el ceño y traté de recordar que otros amigos tenían la familia Cullen pero no pude recordar ninguno. Extrañada y con ansias de saber de quién se podía tratar bajé del auto, Ángela iba a mi lado y mi tía delante nuestro, al llegar a la puerta ella apoyó el oído sobre la madera como tratando de escuchar, sabía que lo hacía para disimular ante Ángela, ya que me tía así como el resto de mi familia podían escuchar a kilómetros de distancia,

_Shh_ musitó apoyando su dedo índice entre sus labios fruncidos en una sonrisa, Ángela rió y yo rodé los ojos, entonces mi tía abrió la puerta de un solo tirón.

_¡Sorpresa!_ murmuró un coro de voces cuando puse mi pie en la entrada, entonces fingí sorpresa. Mi tío Emmett rió ante mi falta de talento para la actuación y en seguida me rodeó con sus brazos,

_Oh mi pequeña ya cumple sus quince años!... a tus pies princesa de la casa_ dijo poniendo una rodilla en el suelo y haciendo una reverencia con una de sus manos,

_Felicidades mi niña_ oí la voz de mi abuelo Carlisle mientras me carcajeaba de las ocurrencias de mi tío, enseguida di media vuelta y abracé a mi abuelo con todas mis fuerzas,

_Gracias ab… pá!_ murmuré al darme cuenta que Ángela aún estaba a mi lado _¿cómo les permitiste hacer esto?_ murmuré haciendo un ademán con la mano,

_Ya sabes… Alice_ rodó los ojos en el mismo momento en que mi abuela se adelantó a abrazarme,

_Preciosa, mi niña… que seas feliz hija!_ ella sí que decía las palabras correctas sin necesidad de fingir, era mi madre del alma y no pude más que abrazar a mi abuela por tanto amor que me daba.

_Felicidades pequeña Bella…_ murmuró mi tía rose detrás de mí, volteé para abrazarla a ella y mi tío Jassper que estaba a su lado, en seguida sentí un regocijo enorme…

_Tío… basta!_ le dije pegándole cariñosamente en el brazo, él rió y me dejó libre…

Levanté la mirada para ver si había dejado a alguien sin saludar y los ví… el único que me faltaba saludar… mi papá. Se acercó lentamente a mí con alguien detrás de él, sus ojos café dorado me miraban como siempre lo hacía cada vez que se sentía feliz o contento conmigo… con adoración, con un total embelesamiento… una sonrisa amplia surcó su rostro y sus ojos revolotearon a mi vestido, me sentí cohibida no sé por qué y mis mejillas se tiñeron vergonzosamente.

_Hija… amor, Feliz Cumpleaños preciosa_ murmuró con su suave vos de terciopelo y mi mundo solo fue él, como cada vez que él acaparaba mi atención dejé de escuchar las voces de alrededor solo para oí atenta la de él, él sonrió de lado y se acercó a mi frente para depositar allí un suave beso,

_Quiero presentarte a alguien_ murmuró sin dejar de mirarme, yo solo asentí embelesada admirando su hermoso rostro. Entonces de atrás de él salió una mujer que yo nunca había visto, jamás… y de repente me sentí lo más insignificante del mundo, de nada había servido vestirme con ese hermoso vestido azul, ni esos zapatos tan elegantes, ni ese peinado… porque frente a mí tenía el significado de la belleza,

_Ella es Tanya… una amiga_ dijo mi padre señalando a esa hermosa mujer de cabello rubio rojizo, con ojos color del sol como los de mi padre, lo cual solo significaba una cosa, alta y con un bien formado cuerpo… me avergoncé de mis ridículas e insignificantes curvas y mi autoestima quedó deshecha en cenizas a mis pies,

_Hola Bella… que gusto al fin poder conocerte_ murmuró con una voz que la sinvergüenza seguramente le había robado a los ángeles, solo tuve fuerzas para asentir porque mi voz pareció haber desaparecido en cuanto ella enredó su manos en uno de los brazos de mi padre…

¡Feliz quince años Bella!... Aquí está tu regalo, una rubia colgada del brazo de tu padre… ¡Feliz maldito cumpleaños!

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Hola amores, aqui dejandoles este capi... algo tarde, pero ustedes saben que los sábados es horario libre ja ja. Bueno, espero que no me maten, ya llevo dos capis pidiéndoselo ja ja... ahora creo que esta situación que sucede en este capi hará reaccionar a Bella de alguna manera ¿qué creen?, aclaración... la primera parte que relata Edward Bella es aún una niña de 12 años, en la parte del diario de Bella ella ya cumple 15. Bueno, besotes y nos vemos el lunes, las amooooooo mucho y déjenme sus lindas palabras!

Merezco tus palabras??? gracias!!!....