Capitulo 10: ¿Pesadilla o realidad?

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¿Pesadilla o realidad?

Alice había organizado una fiesta sorpresa para Bella, al menos esa fue su intención. La noche anterior había sido noche de películas, Alice había conseguido la última película de Harry Potter que Bella ansiaba tanto poder ver y la vimos en familia. La verdad que me causó gracia la pobre imitación de mago pero, si eso era lo que a mi niña le gustaba la vería mil veces más con tal de ver sus ojos brillar ante la expectación y el suspenso. Se comió todo el recipiente de palomitas que yo le había preparado, aunque tuve que soportar sus apuestas contra Emmett para ver cuántas palomitas podía masticar antes de poner cara de asco… fue sumamente repugnante pero soporté hasta dar con el número que ella había apostado solo para ser testigo de su felicidad. Luego de la película ella quedó jugando al x-box con su tío Jassper y Emmett, tenía Instituto a la mañana siguiente así que solo le permití ese gusto por ser el día de su cumpleaños al otro día… yo mientras tanto me dirigí a mi piano a tocar silenciosamente para ella, todo ese día había dado vueltas en mi cabeza una melodía acompasada y delicada que le pertenecía, cada sonido y cada nota era entera para ella…

Era increíble como quince años habían pasado ya, cuan veloz y efímero había sido el tiempo y con cuantas cosas nos habíamos topado desde esos primeros momentos que habíamos vivido juntos, un James que no había vuelto a aparecer, gracias a dios, distintos lugares en los que nos habíamos tenido que refugiar, distintos hogares, escuelas… amigos. Con cada nota melodiosa un recuerdo de su vida venía a mi mente, sonreí al recordarla en mis brazos tomando su biberón mientras su ojitos marrones me miraban atentos, su manita aferrándose a mi dedo índice, su primer cumpleaños, las primeras papillas, su primer dientito, las noches de llanto por dolores que yo conseguía aliviar gracias a que en ese entonces le podía leer la mente, las tardes que la llevaba dormida entre mis brazos luego de un paseo por la playa o el parque… sus primeros pasos.

Recordé, allí tocando el piano para mi pequeña mujercita de quince años, cuando apenas ella tenía un añito, esa tarde la había dejado junto a su tía que nos había ido a visitar en la cuidad en que nos encontrábamos en ese momento, cuando regresé de mi tarde de caza y entré a mi hogar para encontrar a mi pequeña, me sorprendí al verla avanzar hacia mí con pasitos firmes y algo torpes… tan sonriente, aplaudiendo con sus pequeñas manitos y los bracitos en alto pidiendo que yo la alzara entre mis brazos.

La melodía continuó embargando el aire del lugar, la casa estaba sumida en un profundo silencio, podía jurar que iba con tanto sentimiento que cada uno de mi familia veía las imágenes que mi mente rememoraba. Entonces sonreí cuando la escuché por primera vez decir su primera palabra concreta… papá. En el momento en que la escuché me quedé petrificado mirándola,

_¡Papá!...¡Papá!_ decía ella sin dificultad, mientras agitaba sus bracitos en el aire y yo frente a ella obnubilado mirándola mientras tenía del otro lado del teléfono a mi madre

_¿Hola? Hola! ¿Hijo estás ahí?_ yo no le podía responder, tenía la garganta atascada por un sinfín de sensaciones… nervios, felicidad, ansiedad, ganas de gritar de alegría, pero sobre todo adoración por aquella personita que allí, sentada sobre su sillita de comer agitaba sus bracitos llamándome papá.

La melodía terminó con una suave nota al aire, sonreí satisfecho… ya tenía su regalo de cumpleaños además del que ya tenía guardado para ella. Me paré del piano y me dirigí al salón. Emmett y Jassper aún estaban entretenidos jugando al x-box pero encontré a mi niña acostada en el sofá, se había quedado dormida. Su cabello enmarcaba su rostro dándole un aire angelical y sus ojos reposaban tranquilos con una respiración suave y acompasada. Me acerqué a su lado y la vi sumida en un profundo sueño, en momentos como ese solo deseaba poder leerle la mente, algo que al parecer no iba a volver a suceder… así que tan solo me conformé con poder verla, con tenerla.

_ Se durmió escuchándote tocar_ murmuró Jassper poniendo en pausa el juego, una sonrisa se me instaló en el rostro sabiendo que aún mis nanas tenían efecto en ella.

_La hice pensando en ella, era obvio que iba a hacer efecto_ dije embelesado viéndola dormir,

_Valla, hermano_ murmuró Emmett con tono burlón _esa niña si que te tiene en sus manos y eso aún es decir poco…_ reí ante su comentario pero solo me limité a murmurar por lo bajo “y no sabes de qué manera”…

Me incliné sobre mi hija y la alcé suavemente entre mis brazos para llevarla a su habitación, ella en seguida como si de un acto reflejo se tratara, escondió su cabeza en mi pecho y refunfuñó. Al llegar a su habitación la sostuve con un brazo para, con el otro, poder levantar la sabana y acostarla… ella se quejó en sueños al momento en que su cabeza tocó la almohada…

_Mmmm… deja de molestar Jake_ dijo entre dientes sumida en sus sueños, la miré con el ceño fruncido. Sabía que Jacob era su compañero del Instituto… aquel que no se cansaba de molestar con sus acercamientos desde que ella comenzó a asistir a clases, sabía que sentía atracción por mi niña, pero… ¿aún seguía molestándola?... tendría que vigilar a ese mocoso.

Le saqué los zapatos y los calcetines para que pudiera dormir más cómoda, la miré con detenimiento sin ser capaz de sacarle sus jeans, iba a dormir incomoda si no lo hacía… y si no iba a tener que despertarla para que se pusiera el pijama, lo cual era la opción más plausible a seguir, pero Bella era capaz de desvelarse si la despertaba así que con un suspiro profundo la acomodé sobre la cama y desabotoné los botones de sus jeans, tragué en seco al ver la orilla de sus… bragas… ¡Maldición! ¿Qué estaba haciendo?, me sentí de repente un corrupto de menores, pero ¿por qué?... porque simplemente le estaba sacando la ropa a mi niña para que se sintiera más cómoda para dormir… ¡Por eso!... ¡maldición, si soy su padre! ¿por qué me tendría que avergonzar?.

Tragando en seco por segunda vez tomé la orilla de sus pantalones y los fui jalando hacía abajo dejando al descubierto la suave y blanca piel de mi Bella, por más que lo intenté no pude evitar ver con mi vista periférica unas bragas color rosa que hacían que su piel se viera aún más hermosa, la suavidad de sus piernas, que capté por el roce de mis dedos, fue lo que me llevó a cerrar los ojos fuertemente… ella hizo un sonido que perturbó mis sentido, una especie de gemido…

Me apresuré a sacar sus pantalones para salir rápidamente de allí y la cubrí con sus sabanas, cuando me paré y me estaba dirigiendo hacia la puerta la volví a escuchar,

_Edward… mmm…_ voteé a verla y la vi removiéndose entre sus sábanas _amor…_ me quedé pasmado en el lugar… ¿acaso?... ¿a caso ella dijo…?... no, no lo pudo haber dicho.

Me jalé el cabello con mis dedos casi temblorosos, suspiré profundo tratando de desanudar el nudo que tenía en la garganta y me aproximé a ella… ¿por qué estaba empeñado en quedarme?,

_Ed… papi, no me dejes_ musitó tan bajito que si no hubiese tenido un sentido del oído tan desarrollado no la hubiese escuchado, una molestia sentí en el pecho ¿por qué seguía pensando que algún día la dejaría? ¿A caso no ve que no tengo la fuerza suficiente para hacerlo?...

Me acerqué y lenta y suavemente para que no despertara, me acosté a un lado de ella y con uno de mis dedos le acaricié la mejilla. Amaba verla dormir, amaba escucharla entre sueños, la mayoría de las veces solo musitaba incoherencias pero, mi nombre en sus labios solo habían sido pocas y todas ella luego que se dormía junto a mí.

Me quedé junto a ella velando sus sueños hasta temprano en la mañana, la desperté con un desayuno para hacerle saber que ese era su día especial y que yo no me había olvidado como Alice había tramado hacer. Luego la llevé al Instituto y la dejé besándola en la frente como siempre, no me fui del aparcadero hasta que no la vi perderse dentro de las puertas del edificio, después del incidente que había tenido a los doce años con esa furgoneta no me permití perderla otra vez de vista, así que me tomaba con mucha responsabilidad el tema de su seguridad.

Al llegar a casa Alice estaba insoportable, nos ordenó a Emmett y a mí a buscar un pastel que había encargado personalmente en uno de los mejores restaurantes de Port Ángeles,

_Alice…_ le dije saliendo de la casa junto a Emmett _la mitad de los invitados no comen, no sé por qué te empeñas en poner tanta comida si hasta Bella va a ser difícil que lo coma_ ella me lanzó una mirada de reproche y cruzó sus pequeños brazos sobre su pecho,

_Mira Edward Cullen, tú cierra esa boquita linda que tienes y ve a buscar lo que te dije_ escupió entre dientes. Sin más discusiones me metí al Volvo y fuimos con Emmett a buscar el dichoso pastel.

No nos llevó mucho tiempo en realidad, el restaurante era de esos elegantes y quedaba en el centro de la ciudad, Alice había elegido cuidadosamente los sabores que sabía que le gustarían a mi hija y los colores para la decoración. Al salir de allí con el pastel sobre el asiento trasero del Volvo pasamos a una florería para llevarnos unos cuantos ramos de jazmines y lilas, las flores favoritas de Bella.

Llegamos a casa con cierto retraso, pero no demasiado… Bella ya había regresado del Instituto y se estaba preparando para ir a visitar a su amiga Ángela, visita estratégicamente armada por Alice… así que con la ayuda de Emmett sacamos las cosas del auto para entrarlas por la puerta trasera de la casa. La llevé con el Volvo y la dejé en la puerta de la casa de su amiga sin antes dejarle un beso en la frente y pedirle que me esperara, que yo la pasaría a buscar cuando concluyeran su trabajo.

Camino a casa se me ocurrió una idea, quería regalarle a demás de lo que ya tenía para ella en casa, una cámara de fotos personal… para hacer retratos de su cumpleaños. No perdí tiempo y me dirigí al centro comercial, a esa hora era apabullante estar en ese lugar, pero pronto pude dar la sección artículos de fotografía y video. Había mucho para elegir pero yo quería lo mejor para mi niña, ella se merecía lo mejor… así que opté por probar con una Cannon y una Nikon,

_La Cannon tiene mayor calidad de vida útil de la batería y la Nikon trae el estuche y el trípode de regalo_ murmuró el joven empleado de la sección cuando me vio algo indeciso.

El joven se tomó la molestia en sacar otros modelos más de las mismas marcas mientras yo probaba el foco de la lente de ambas y comparaba los megapixeles. Finalmente me decidí por la Cannon, de todas maneras si a mi niña no le gustaba siempre podía venir por la otra también.

Estaba ocupado eligiendo un estuche adecuado para la cámara fotográfica cuando quedé estático al sentir un efluvio conocido… demasiado conocido

_Valla… pero con quién me vengo a encontrar…_ rezó una voz lo suficientemente conocida para mí, volteé sorprendido para encontrar parada detrás de mí a quien me había acompañado en mis días de rebeldía hace ya tanto tiempo,

_Tanya…_ murmuré en un hilo de voz. Allí estaba ella tan hermosa como aquél entonces, tan grácil…

_Edward…_ musito acercándose a mí _que adorable sorpresa_ sonreía mientras me plantaba un suave beso en la comisura de los labios,

_Es verdad, qué grata sorpresa Tanya…_ dije saliendo de mi aturdimiento. Luego de que retorné con los Cullen, el lugar al que pertenecía, jamás en todos esos años la volví a ver, parecía increíble que esa misma chica, que me había entregado algo más que su amistad, estuviera parada frente a mí en ese instante.

_¿Estás con los Denalli?_ pregunté sabiendo que ella pertenecía por aquellos años a aquél clan,

_Si… aún estoy con ellos, pero… tú sabes, me conoces… mi espíritu es libre, no me gusta estar atada a un aquelarre en particular_ asentí sabiendo que era cierto,

_Señor, aquí esta su regalo_ dijo la voz del joven empleado, volteé enseguida para tomar el la cámara envuelta en un hermoso papel de regalo, musite un “Gracias” y volteé a Tanya,

_mmm… debo irme_ dije dudoso, recién la acababa de encontrar y me parecía una descortesía de mi parte alejarme así sin más,

_Ya veo… así que ¡que festejas cumpleaños!_ dijo divertida señalando el paquete, sonreí ante la imagen mental que estaba dando, un vampiro con un paquete de regalo en medio del centro comercial…

_Es que es el cumpleaños de… Bella, ella es…_ de repente dudé en decirle mi relación con mi hija, pero estábamos hablando de Tanya… ella había sido mi confidente por muchos años ¿por qué no contarle? _Bella es mi pequeña… es mi hija, es difícil de contar y algo complicado, pero en resumidas cuentas es la luz de mis ojos_ dije sonriendo, Tanya asintió extrañada,

_Bien_ murmuró mirando su reloj de pulsera _tiempo es lo que me sobra_

Sonreí ante el hecho de haberla encontrado, era tan fácil hablar con ella, tan parecida a mí y al mismo tiempo tan distinta, que me abrumaba ese reencuentro. Cuando estaba con ella hace tantos años atrás no tenía por quién velar, a quién entregarle mi alma, a quién darle todo mi amor y había sido muy fácil haberle dado todo eso a ella, aunque no era verdadero amor lo que yo le daba… era no más que una profunda amistad, con ciertos derechos podría decirse. Pero ahora que tenía a Bella era todo distinto, mi amor le pertenecía siempre, no podía cambiar eso… pero era eso, un amor fraternal, nada comparado con lo que había tenido con Tanya.

Me entretuve toda la tarde con ella, hasta fuimos juntos a cazar… algo que no había hecho hacía mucho tiempo en compañía. Recordamos viejos tiempos entre charlas y risas y el tiempo inevitablemente se escurrió entre mis dedos.

Estábamos sentados en un tronco caído en el bosque cuando recibí una llamada que me llevó de nuevo al mundo, al mirar el identificador supe que era mi hermana y entonces miré mi reloj, ya era la hora para ir a buscar a Bella a lo de los Weber,

_¿Alice?_ musite alarmado,

_Edward ¿se puede saber quién es?... olvidaste buscar a Bella, yo vine por ella sabiendo que no vendrías, te vi con ella… ¿quién es?_ inquirió mi hermana molesta.

_Alice, se me olvidó… me encontré con una vieja amiga y solo se me pasó el tiempo ¿Bella está allí?_ murmuré revolviendo mis cabellos con la mano… ¿qué clase de padre era al haberme olvidado de mi hija?

_No, aún no sale… estoy esperando fuera de la casa de los Weber_ dijo mi hermana ofuscada _mira Edward, si no quieres que a tu hija se le rompa el corazón por no verte en la fiesta de su cumpleaños, ya!... pero óyeme bien ¡Ya comienza a correr para llegar a tiempo!_ luego de eso cortó la llamada. Me puse de pie y miré a Tanya con disculpa en la mirada,

_Debo irme… Bella, es su fiesta… debo ir_ dije disculpándome, ella asintió y en ese mismo momento se me ocurrió una idea _Tanya ¿quieres ir?... es decir, así conoces a mi Bella_ ella sonrió entusiasmada y sin dudarlo me siguió. Cada uno fue en su auto, ella siguiéndome hasta mi casa con su descapotable blanco. Por suerte habíamos llegado a tiempo, pues Bella aún no había llegado, seguramente Alice venía en camino hecha una fiera. Ya dentro de la casa mi familia se sorprendió al ver a Tanya, hice las presentaciones correspondientes con mis padres y hermanos a quienes Tanya les había caído bien, sentían curiosidad por aquella vampira que me había acompañado en mis años de exilio.

De un momento a otro escuchamos el auto de Alice rechinar en la entrada del garaje, Emmett nos obligó a quedar en silencio mientras estaba expectante a la puerta, ¡cómo si Bella no se diese cuanta!

“Más te vale que remedies esto con tu hija Edward. Ella no la conoce y ni siquiera te pusiste a pensar en ello antes de traerla” me dijo la voz mental de Alice desde el otro lado de la puerta. Sabía que había hecho mal al traer alguien a casa a la que Bella no estaba familiarizada y me lo reprendía internamente, pero era Tanya… era mi amiga, mi confidente ¿qué podía salir mal?.

En ese momento Bella entró a casa seguida de Ángela y Alice, ésta última me miró con sus ojos lanzándome puñales pero no le di importancia, todos saludaron a mi niña hasta que llegó mi turno, avancé abriéndome paso entre quienes estaban allí y la vi…

Por un minuto… no, por un segundo, una milésima de segundo desee no haber sido nunca su padre, tal vez… un primo, un hermano, un amigo… tal vez nada. Ella me sonreía con esa sonrisa que solo guardaba para mí, sus ojos brillaron como solo sucedía conmigo, sus mejilla se tiñeron de un hermoso escarlata cuando sin poder evitarlo mi mirada viajó por su cuerpo, que ahora estaba enfundado por ese delicado vestido azul que… que resaltaba cada una de sus insipientes curvas, cada detalle que me gritaba que mi niña se estaba convirtiendo en mujer, en una muy hermosa mujer…

No fui consciente de mis pies, ni de la gente que tenía a mi alrededor, ni de nadie… solo sé que llegué a ella y que mi mundo ya no fue mundo, solo fue ella una vez más… siempre ella… y solo ella.

_Hija… amor, Feliz Cumpleaños preciosa_ dije a duras penas, ella sonrió y suavemente me acerqué para depositar un dulce beso en su frente. La volví a mirar embelesado,

“Preséntale a tu amiguita” dijo la voz irónica de Alice sacándome de mi semiinconsciencia, entonces recordé que Tanya estaba detrás de mí

__Ella es Tanya… una amiga_ dije haciéndome a un lado para dejar a Tanya a la vista,

“Es muy hermosa Edward, tienes una linda hija” dijo ésta en su mente.

_Hola Bella… que gusto al fin poder conocerte_ murmuró Tanya ante la mirada atenta de mi niña, entonces como si hubiese reaccionado simplemente asintió ante el saludo de Tanya,

“Edward… dale tu regalo” dijo la voz mental de Tanya mientras enredaba su brazo alrededor del mío, pero lo que no esperaba era la reacción de mi Bella ante ese simple gesto. Bella dio vuelta sobre sus talones y miró a su tía Alice,

_Alice! Música…_ exigió Bella con un entusiasmo repentino, Alice asintió lanzándome una mirada de advertencia, sabía que después me la tendría que ver con ella. La música comenzó a sonar momentos después mientras mis hermanos bailaban con Bella y Ángela, la mano de Tanya aún me sostenía… lo cual era bueno, de no haber sido así ya me hubiese lanzado a acaparar a mi niña para toda la noche,

_Hey guapo… ¿vamos a bailar?_ dijo Tanya acercándose a mi oído, asentí y la tomé de la mano para llevarla a bailar. Sentí la mirada de mi familia pero no me importó, yo estaba con Tanya y no pensaba arruinar la noche de mi niña molestando su diversión, los padres no arruinan la diversión de sus hijas… o al menos no deberían.

Diario de Bella a la edad de 15 años:

Tengo las ganas de sonreír, de a pesar de todo mantener la compostura, pero querido diario… estoy destrozada. Tendría que estar feliz ¿verdad?, es decir tenía que ser algo divertido festejar mi cumpleaños número quince ¿no?... pero ciertamente estaba pensando qué era lo que me podía poner feliz para reacomodar un poco la noche que había comenzado torcida. Tenía muchas ganas de arrastrar cierta rubia por el suelo aunque me costara mi vida cuando mi tía Alice vino hacia mí.

_Pequeña ¿estás disfrutando tu fiesta?..._ dijo dando pequeños saltos al compas de la música

_Si Alice…_ dije mientras yo intentaba bailar al ritmo de tío Emmett y Ángela_ gracias, está todo muy bonito!_ dije realmente agradecida, la verdad es que el único sostén que parecía tener en ese momento eran mis tíos y abuelos, ya que mi padre que por un minuto creí que iba a acercarse a hablarme al menos, no lo había hecho en toda la noche… parecía pegado a esa… Tanya, por dios! Que nombre más ordinario!

Mi tía se fue a los saltitos y agitando los brazos entre medio de quienes estábamos bailando, era muy cómica de verdad… solo se le veía el cabello subiendo y bajando y los brazos al aire.

Me detuve por un poco de oxigeno y les dije a Ángela y mi tío Emmett que iría por algo para tomar, realmente estaba sedienta… bailar con el tío me había dejado exhausta. Miré hacia el salón mientras me tomaba mi coca cola y sin poder evitarlo posé mi mirada en mi… padre, que bailaba lo más cómodo con esa… Tanya, ella realmente era hermosa, no tenía nada que envidiarle a mi tía Rose ni a ninguna modelo top del mundo, ella realmente se veía bien junto a papá, era una belleza más otra belleza. Mi ego se fue hasta el suelo y quedó pisoteado en cuanto la vi, entonces me di cuenta que mi papa podía tener ojos para alguien más a parte de mí… era lastimoso y horrible pero era así, cierto. Sentía temor a la pérdida, sentía que ahora si podía irse y dejarme, de todos modos yo ya era una joven y sabía que si le daban a elegir entre ella, con todo lo que ella significaba y entre su hija… obviamente mi papá la elegiría a ella.

_Hija… mi niña_ murmuró mi abuela acariciando mi espalda mientras yo seguía mirando en dirección a mi padre, ella siguió mi mirada _Bella… Tanya es amiga de tu padre, la conoció hace mucho tiempo…_

_No me interesa abuela_ dije sabiendo que él podría estar escuchando las explicaciones que mi abuela me estaba dando _amiga o no parece ser feliz junto a ella_ en ese momento esa Tanya tomó las manos de mi padre y mi corazón se comprimió _creo que esta vez sí puede ser realmente feliz, que bien! Que sea feliz con ella!_ sentí unas ganas repentinas de llorar y no sabía por qué, dejé mi refresco sobre la mesa y me fui al baño debajo de la escalera.

Abrí la puerta en el mismo momento en que un sollozo salía de mi garganta, ¿por qué me sentía así?... ¿por qué me sentía morir?, cerré rápidamente la puerta con pestillo y me recargué sobre la ésta abatida, ahogué todos mis sollozos o la mayoría de ellos, no quería que mi familia vampiro se preocupara, aunque a esas alturas ya se debían haber enterado de mi escándalo.

¡Maldición! ¿Por qué me sentía así?... la opresión en el pecho se hizo más grande y mis piernas ya no querían sostenerme y a duras penas caminé hacia el lavabo, abrí la canilla de agua fría y mojé mi rostro para espabilarme, suspiré varias veces mirándome en el espejo…

“Bella… por favor, cálmate… solo es una cualquiera que quiere pasar el rato, no te preocupes, no te sacará a tu padre” pensaba mirándome en el espejo, sorbí la nariz y me sequé el rostro con una toalla y suspiré viéndome en el espejo,

“Ya no eres una niña… no lo eres, ¿él desea rehacer su vida?, ok… lo entiendo. Tú también eres capaz de buscar tu propia vida, ¿él tiene novia?... ok, tú también puedes, ya tienes edad” me dije en el espejo. Me forcé a sonreírle al espejo a la niña que dejaba de ser niña esa noche, a una renovada Bella… porque eso era lo que iba a salir de ese baño esa noche, una renovada Isabella. Solo esperaba que mi resolución fuera duradera y que no volviera a derrumbarme en cuanto lo viera con esa, la verdad… la verdad era que yo quería que mi papá fuera feliz, pero nunca pensé que verlo buscar esa felicidad fuera tan doloroso.

_Bells…_ me apresuré a limpiar las nuevas lágrimas que brotaban de mis ojos cuando escuché la voz de mi tía Alice al otro lado de la puerta,

_Ya voy tía… estoy retocando mi maquillaje_ dije tratando de sonar normal,

_Bella… por favor ábreme, ¿quién mejor que yo para hacerlo?_ dijo cerca de la puerta, suspiré vencida… no había fuerza que detuviera a mi tía así que di un paso a la puerta y abrí dejándola entrar.

_Bella…_ dijo mirándome por un momento para luego abrazarme, ¿cómo podía…?... ¿Cómo podía detener ese llanto traicionero? No podía encontrar manera para hacerlo…

_Per… perdóname tía… arruiné la fiesta_ sollocé en su hombro desconsoladamente… ¿por qué dolía tanto?!

_Está bien pequeña… cálmate mi niña, calma Bells… no vale la pena que llores_ decía ella acariciando mi cabello y mi espalda

_Arruiné t-todo, la nochee, tu… ropa, la… mía, el maqui… llaje… pero de… todos modos… ¿de qué vale estar b-bonita si…?_ no pude continuar con lo que iba a decir, mi tía no tenía la culpa de mis celos infantiles.

_Bella… no arruinaste nada ¿cómo quieres que te lo diga?... allí afuera te está esperando tu familia, tu amiga, no puedes fallarles, saben que te sientes mal, bueno… tal vez no Ángela, pero ellos te aman y debes estar bien por y para ellos ¿si?_ ella se separó de mí mirándome con esos ojos dorados que tanto amo, le sonreí y asentí… en seguida me apresuré a limpiar mis lágrimas y ella a maquillar lo que mis lágrimas habían corrido,

_Estás hermosa, Ángela hizo un buen trabajo… pero ya sabes, no hay quién como tu tía_ dijo riendo, yo reí con ella con mi pecho un poco más liviano, todavía no podía respirar profundo porque dolía pero al menos podía respirar.

_¿Tía?_ musité mientras ella arreglaba los mechones de cabello que se habían escapado _dime… mi papá, él… ¿mi papá amo mucho a mi mamá?_ dije con un nudo en la garganta, mi tía se detuvo en seco y me miró a través del espejo con la mirada sorprendida,

_Eso mi niña… se lo tendrás que preguntar a él. Él debe decirte todo lo referido a tu madre Bella_

_Pero él jamás me dice nada, siempre que le pregunto… cambia de tema o ignora mi pregunta_ dije indignada _nunca vi una foto de mi mamá en casa, nunca me mostró nada de ella, nunca me habló… lo poco que sé lo sé de mi abuela_ cerré la boca una vez más, mis ojos picaban y no quería llorar ahora que estaba bien maquillada,

_Bella…_ mi tía suspiró profundo y me miró con pena _perdóname mi niña, no puedo decir nada de tu mamá, porque en realidad no la conocí… tu papi sabe mucho más y estoy segura que él puede sacarte de dudas_ dijo antes de acomodar el último mechón en su lugar _Bien hermosa, estás lista… vamos a bailar, aún debes cortar el pastel!_ dijo con su habitual entusiasmo. Asentí resignada… _¿Me prometes que tratarás de disfrutar?_

_Si tía… lo prometo_ le aseguré tratando de sonar segura.

Salimos del baño para encontrar a la familia aún sumida en la fiesta, mi tío Emmett y tío Jassper estaban olisqueando unas bebidas que habían sobre la mesa, tomaban uno que otro sorbo para luego escupirlo con cara de asco, tía Rose y Ángela estaban sumidas en una conversación mientras cambiaban de música, mi abuela y abuelo bailaban como dos adolescentes en medio de la sala, lo cual me causó risa y mi papá…

Mi papá…

_Tía… ¿dónde está mi padre?_ dije volteando a ver a mi tía Alice, su sonrisa decayó y me miró con ¿lastima?

_Bells… tu papá quería que tuvieras una fiesta en paz, ésta es tu noche…_

_¿Dónde está?_ dije asustada, no quería saber… pero quería al mismo tiempo, necesitaba saber de él _dime por favor…_ murmuré en un susurro

_Él se fue… con Tanya_ dijo vacilante, se me revolvió el estómago al escucharla… tragué en seco pero traté de mantener la compostura, después de todo le había prometido a mi tía que disfrutaría la fiesta. Asentí reteniendo las lágrimas y sonreí como pude,

_Bien…_ dije carraspeando, suspiré y proseguí _ vamos a bailar tía_ la tomé de la mano y se dejó llevar por mi fingido entusiasmo, nada arruinaría esta noche, de lejos la peor de mi vida…

Luego de cortar el pastel y de despedir a Ángela me despedí con un beso de todos los integrantes de mi familia, mi papá no había llegado por lo que supuse que la estaría pasando mejor en otro lado, mejor que aquí con una niña de quince años. Me metí a mi habitación y luego de darme una confortante ducha me puse el pijama y me acosté agotada, a pesar de la tristeza que tenía pude cerrar los ojos y tratar de dormir, después de todo mi tío Emmett más la energía de Alice era igual a agotamiento.

No sé en qué momento me sumí en un profundo sueño, tan profundo que soñé que alguien llegaba a un lado de mi cama… tan nítido que sentí su dulce aliento rozar sobre mi rostro, yo estaba llorando eso lo sabía porque hasta en mi sueño podía sentir el sabor salado de mis lágrimas aunque no veía el motivo del por qué lo hacía. De un momento a otro sentí en mi mejilla un cosquilleo, como si una pluma la estuviera acariciando… era sumamente extraño, era frío y suave, pero era… tranquilizante a su vez,

_Perdóname…_ dijo una voz que no supe reconocer, en mi sueño sonaba diferente, como a campanas o casi como a un coro de ángeles, aunque inconscientemente sabía que era imposible que un grupo de ángeles estuvieran cantando para mí… _te amo princesa, si supieras cuanto…_

Quise despertar, juro que quería hacerlo, pero por algún motivo mi mente se rehusaba a hacerlo, quería ver de quién era esa voz tan hermosa, aún sentía su aliento sobre mí… y esas palabras, tan bellas y tan tristes al mismo tiempo parecían que podían contagiarme su tristeza,

_Lo único que quiero es que seas feliz… pero no puedes serlo conmigo…_ susurró esa suave voz a mi oído, mi pecho comenzó a latir fuerte, como si un tambor resonara en su interior y lo sabía… sabía que ese hermoso sueño se estaba por convertir en una horrible pesadilla, como siempre mi pecho se apretujó y sentí que pronto me comenzaría a faltar el aire…

_Lo siento preciosa…_ quise gritar pero tenía la voz atascada en la garganta, no podía emitir sonido… jadeaba por aire pero no podía llegar a mis pulmones y eso era desesperante. Un gemido salió de mis labios, una queja de agonía, porque gracias a ese sueño me sentía morir… sentía que caía en un pozo profundo del que no tenía escape, entonces como si mi garganta dejara de ser obstruida desperté con un jadeo, me senté rápidamente mirando a mi alrededor y todo seguía tal cual estaba antes de haberme quedado dormida. Pero algo faltaba…

Faltaba mi papá cantándome mi dulce nana, faltaba su abrazo seguro, su voz tranquilizante, faltaban sus ojos y sus labios besando mi piel, me faltaba él…

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Amigas! aquí sana y salva al fin! Les dejo este capi que espero que les haya gustado. Espero que ese Edward se de cuenta de una vez que la amaaaaaa, ya me está cansando ja ja. Bueno, besotes hermosas... nos vemos en la próxima...

Ah! para quienes leen mi fic con Coka, Crónicas Universitarias ya está el cuarto capi en el blog de coka... besotes!!!

Merezco tus palabras?? GRACIAS!!