Capitulo 13: De limón y chocolate

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De limón y chocolate

Se sentía bien…

Soñaba estar cerca del sol, el calor me envolvía haciéndame morir de sed, los ojos me picaban y ardían al verlo fijamente y mis manos quemaban al querer alcanzarlo, estaba cada vez más cerca pero no lo suficiente como yo quería, mi deseo era llegar a él y alcanzarlo finalmente poniendo fin a mi soledad… pero estaba aún tan lejos. Sentía que flotaba a su alrededor como algún pequeño planeta perdido que había encontrado su órbita junto a él… y de alguna manera eso me gustaba, no era tan perfecto como poder abrazarlo y tocarlo… pero estar cerca de él de esa manera era suficiente para mí, siempre sería suficiente. Entonces, como si el universo se burlara de mí, sentí que poco a poco me iba a alejando, justo cuando estaba por llegar a él, justo cuando parecía que iba a poder tomarlo entre mis brazos y tenerlo solo para mí.

Entonces la oscuridad me envolvió y la luz del sol se alejó, llevando la calidez y la sensación de abrigo y protección lejos de mí, dejándome vacío, frío y soledad nuevamente… y yo lo quería tanto, tanto pero tanto que habría dado todo por estar cerca de él, pero lo había perdido y no sabía por qué.

Entonces mis ojos volvieron a picar, pero ahora era diferente… llevé mis manos a la cara y tallé mis ojos, traté de abrirlos y sentí los rayos de sol dando directamente sobre mi cara. Gemí y hundí mi rostro en la almohada, entonces recordé… porque su olor estaba allí, justo encima donde mi nariz estaba escondida, levanté levemente mi cabeza y en el otro lado de mi cama estaban las sábanas revueltas …

_Fue real…_ dije para mí misma. Extendí mi mano hacia ese lado de la gran King size y si, aún podía sentirse su calor, no hacía mucho que se debió haber levantado, tal vez antes de que saliera el sol para no levantar sospechas con la servidumbre. Sonreí y rodé hacia el lado vacío para atrapar con mi cuerpo el poco calor que allí quedaba… había dormido con Edward Cullen.

Entonces las imágenes comenzaron a venir a mi mente a raudales, él regalándome otro orgasmo impresionante sobre la alfombra de mi sala de música, él cargándome entre sus brazos hasta mi habitación… el acostándose a mi lado y tapando mi cuerpo con las sábanas y dándome un último beso apasionado antes de envolver mi cintura con sus brazos y caer en un sueño profundo junto a él. Desnudos los dos… acariciándonos mutuamente hasta caer en un último suspiro de satisfacción y cayendo ambos en la espiral de nuestros sueños.

En mi vida relegada de un montón de cosas a pesar de tenerlo todo… fui incapaz de tener experiencias sexuales tan intensas como las que había vivido con Edward. En pocas horas él me había hecho vivir todo lo que en mi vida se me había negado a pesar de tener todo en la palma de la mano. Y lo mejor de todo y que nunca iba a olvidar… con él, solo con él había tenido mi mejor interpretación de chelo, su pasión me contagiaba, su confianza en mi hacía crecer la mía… mi seguridad, su intensidad se hacía mía y había logrado tocar junto a él de manera increíble.

Edward Cullen me tenía colmada…

Sentí unos golpecitos en la puerta momentos después, luego de dormitar un poco, así que me apresuré a tapar mi cuerpo desnudo antes de musitar un “pase”, Loise apareció detrás de la puerta con una bandeja que contenía mi desayuno,

_Loise… ¿qué es eso?_ pregunté sentándome levemente con una mano sosteniendo la sábana que cubría mi cuerpo, ella arqueó las cejas sutilmente y caminó hasta mi lado. Fruncí el entrecejo, ella nunca traía mi desayuno a mi habitación a menos que yo lo ordenase,

_Señora, el señor Cullen me pidió que le trajera el desayuno a su habitación por ordenes suyas, ¿prefiere tomarlo en el balcón?_

¿Edward había ordenado que trajeran el desayuno para mí?, me mordí el labio al caer en la cuenta de que él había pensado en mí luego de acostarnos juntos… ¿él se preocupaba por mí?, mandar traer mi desayuno no era realmente su trabajo… pero él lo había hecho y eso hizo que mi pecho se oprimiera de satisfacción… valla…

_¿Señora Isabella?_ la voz de Loise aún a mi lado me sacó de mis pensamientos,

_Ehmm… solo ponlo sobre la cama y retírate_ dije ensimismada.

Loise hizo lo que le pedí y dejó la bandeja sobre mi cama, a los pies de ésta… miré su contenido y había hasta tostadas con mermelada y crema para el café, sonreí… hacía mucho que no disfrutaba de un desayuno con todas sus letras, por lo general solo eran trozos de frutas y café.

Por el rabillo de ojo vi a Loise alejarse y salí de mi aturdimiento, _¿Y dónde está Edward?_ mi pregunta sonó con una inesperada desesperación y contaba con la pronta respuesta de mi ama de llaves, pero también rogaba para que ella no hiciera conjeturas

_El señor Cullen está haciendo algunas llamadas señora, luego dijo que iría hasta la caseta de seguridad para ver que todo andaba bien_ murmuró ella desde la puerta.

_Bien, le dices que lo necesitaré hoy… debo salir de compras… y dile a Sam que Edward conducirá el Mercedes hoy_ titubee para no parecer tan ansiosa. Ella asintió y salió de la habitación.

En cuanto ella se fue salí de entre las sábanas y entré al cuarto de baño, abrí la ducha y mientras esperaba que el agua se templara me miré en el espejo. Mi rostro había cambiado, mis labios estaban enrojecidos e hinchados y esta vez sonreí al recordar sus besos, mis mejillas arreboladas y llenas de vida me sorprendieron… ¿andaría así todo el día?, mis ojos tenían un brillo inusual y mi cabello era una maraña… hermosa…

Valla, Isabella Swan tienes la mejor cara post sexo de tu vida reflejada en el espejo…

Reí tontamente y suspiré como adolescente luego de su primera vez, ciertamente había sido algo así para mí y me sentía… feliz, por así decirlo.

El agua caliente corrió por mi cuerpo y lamenté que se llevara al drenaje su olor, sus sudor en mi piel, su semilla… era como si estuviera limpiando mi piel de sus besos, de sus caricias, de su cuerpo… pero de alguna manera me reconforté al pensar que tal vez pronto lo tendría de vuelta, eso esperaba y no quería pensar en la triste posibilidad de que él se hubiera arrepentido de lo sucedido o que simplemente lo hubiese considerado un desliz o sexo pasajero con su patrona… me dio asco pensar en eso porque ciertamente había sido mucho más que eso para mí.

Mi café estaba frío así que solo me limité a comer mis tostadas con mermelada, mi jugo exprimido y las galletas de vainillas que nunca había probado, que por cierto eran exquisitas. Me vestí rápidamente después… tan solo un vestido liviano blanco ajustado a mi cuerpo y acampanado en la falda, recogí mi cabello en una coleta y me calcé unas sandalias blancas de tacón bajo y bajé por la escalera para comenzar con mi día.

Pasé la mirada por el vestíbulo y no había nadie allí, caminé por la sala y estaba vacía, así que me dirigí a la cocina. Pocas veces la visitaba, pero tenía la esperanza de encontrar esos ojos verdes allí al menos, a medida que me iba acercando mi corazón comenzó a latir frenéticamente en mi pecho, su voz al menos era inconfundible para mí… y estaba allí.

_Lo sé Alice… y lo siento, pero sabes que es mi trabajo_ su voz era tranquila y suave y al entrar en la cocina lo encontré mirando hacia el patio por los ventanales, Claire estaba cocinando algo sobre las cocinas en un extremo mientras Sam parecía querer meter la mano para robar algo de comida, me hubiese reído de la situación si no fuera por qué mis sentidos estaban puesto en él,

_Prometo que estaré en casa en cuanto pueda…_ dijo oprimiendo el puente de su nariz entre su pulgar e índice _lo sé… y siento no poder estar ahí y dejarte sola con todo, prometo ir a la noche un momento…_ pareció sonreír cerrando los ojos _mmm… delicioso, no me lo perderé_

¿Alice? ¿Quién era Alice?... él parecía afligido por haberla dejado sola, ¿sería su novia? ¿su amante? ¿su esposa?... un montón de imágenes de Edward con alguien más cruzaron por mi mente y sentí que se me revolvía el estómago. La puerta que daba al patio trasero estaba abierta así que caminé hasta el frízer y lo abrí…

_Señora Isabella ¿necesita algo?_ preguntó Claire al percatarse de mi presencia, claramente sorprendida de mi incursión a la cocina,

_No Claire, solo sacaré un agua mineral del frízer_ murmuré tomando una botella y mostrándosela, ella asintió y me encaminé hacia el ventanal abierto que daba al patio, me fijé en Edward que me miraba impávido aún con celular en su oído. Pasé a su lado dándole una última mirada y salí hacia el patio,

_Sam… prepara el Mercedes, saldré en unos minutos_ dije desde afuera. Me encaminé hacia el garaje mientras sorbía un poco de mi agua mineral. La fragancia a rosas que llenaba el lugar hizo rememorar el tiempo en que las planté, tiempos donde parecía que todo podía ir bien, donde yo hacía el esfuerzo porque este matrimonio sin amor funcionara y donde Benjamin era más condescendiente conmigo… antes de que todo se fuera al carajo.

Ese tiempo en que intentábamos armar una familia, creyendo estúpidamente que los niños harían todo más fácil, imponiéndome la idea que si teníamos hijos nos traería la estabilidad que necesitábamos, por suerte nunca sucedió. No podría imaginarme tener hijos solo para mejorar nuestro matrimonio, no funcionaba así… siempre soñé que si iba a tener un hijo sería el fruto del amor con alguien, no como una solución a un problema que no tenía solución alguna… no sin amor.

Pasé mis dedos por los retoños de los rosales que habían esparcidos por allí, eran apenas pimpollos, brotes de las rosas blancas de mi jardín que me sumían en una sensación de nostalgia que oprimía mi pecho… tal vez debería hacerlas sacar del jardín y plantar otra cosa en su lugar, antes ese lugar solía ser mi refugio… ahora no eran más que objetos que quería eliminar de mi vida.

Arranqué un pequeño pimpollo de su rosal y acaricié sus pétalos que apenas salían a la vida, ¿cómo hacer desaparecer algo tan precioso?...

Me sobresalté cuando unos brazos rodearon mi cintura, unos brazos que había aprendido a reconocer por su calor, por su fuerza,

_¿En qué piensas?_ susurró en mi oído, su aliento me estremeció y cerré los ojos levantando la flor entre mis manos,

_En esto… es… demasiado hermoso para ser tan pequeño_

Él apartó una mano de mi cintura y tomó el retoño, acomodó su mentón en mi hombro y la miró,

_Si… es hermoso, pero yo tengo en mente algo más hermoso aún_ sonreí con sus palabras, era sabido que un hombre difícilmente encontrara la belleza profunda en una flor, _la mujer entre mis brazos._ inclinó su cabeza hacia mi cuello y dejó un suave beso en mi piel, _es tan hermosa que a penas la vi aquí en el jardín supe que estaba hipnotizado por la más bella flor_

Una risa suave salió de mis labios y él volvió a apretarme con sus brazos,

_Iré a prepararme… nos es bueno si no llegan a ver aquí… y así_ dije dándome vuelta, él recostó su frete en la mía y sonrió con esa sonrisa que me gustaba tanto… sus labios sensuales a un lado tentándome y haciendo temblar mis piernas. Levantó la cabeza para mirar hacia la casa y volvió a mirarme, en menos de lo que me di cuenta sus labios estaban sobre los míos moviéndose con ansiedad y de manera frenética, gemí cuando su lengua se enredó con la mía y se separó abruptamente,

_Vamos ¿Señora Isabella?_ sus voz volvía a parecer como esa sin emociones con la que tanto había tratado e hice una mueca, amaba más su voz mientras me susurraba cosas al oído, gemía junto a la mía… y me decía Bella.

Llamé a Rosalie mientras Edward iba conduciendo y reprogramé el almuerzo que íbamos a tener juntas para mañana, ahora que Benjamin no estaba ella quería pasar tiempo decorando su nuevo hogar con mi ayuda, pero yo ciertamente tenía mis nuevos y propios planes,

_¿Dónde vamos?_ murmuré luego de cortar con Rosalie, tuve que hacerlo mucho antes de lo que pensaba ya que ella había comenzado a preguntar si el motivo era Edward…

_Humm… solo déjate llevar Bella ¿sí?, quiero que sea una sorpresa_

Se lo había preguntado por enésima vez desde que subimos al auto y por enésima vez él se había negado a contestar. Me senté entre los dos asientos delanteros e incliné mi cuerpo hacia adelante para abrazar con mi brazo derecho su pecho, mi mano acarició a la altura de su corazón por encima de su camisa y recosté mi cabeza en el asiento, cerré los ojos y disfruté el paseo sumida en mis pensamientos… debajo de mi mano podía sentir latir su corazón,

_En un momento más llegaremos_ su voz estaba teñido por una sonrisa, sentí que ponía la mano que no estaba sobre el volante contra mi mano, _¿sientes eso?... hoy es feliz_ sonreí ante sus palabras y solo me quedaba decir que el mío se encontraba en iguales condiciones…

_Hoy se trata de ti Bella… quiero que este día sea tu día_ su voz me hizo reaccionar y abrí los ojos, en seguida me incorporé en mi asiento al reconocer el lugar a donde nos dirigíamos. Por segunda vez Edward estaba dispuesto a compartir su lugar conmigo,

_Dios, tenía tantas ganas de venir aquí contigo…_ murmuré mientras él aparcaba a un lado del camino, mis ojos recorrían insistentemente la profundidad del agua que le daba ese color turquesa a la playa, tan inusual en Seattle, mis oídos se deleitaron solo escuchando… nada, silencio absoluto y reconfortante que me hacía establecer esa intensa conexión con el universo _en este lugar encontré la paz_

Edward bajó del auto y sin darme cuenta, en un momento él estaba abriendo la puerta trasera tirando de mi mano, salí al exterior y el sol del mediodía pegó de lleno en mi rostro, cerré los ojos y alcé la cabeza para recibirlo gustosa. Una suave brisa arremolinaba mi cabello alrededor de mi cara y mí vestido blanco acariciaban mis piernas,

_Diablos Bella… eres tan hermosa_

Sonreí y bajé la cabeza abriendo los ojos, Edward me observaba ya debajo del pequeño terraplén que separaba la playa de arena crema del improvisado camino de grava, me acerqué a él y me tendió una mano para ayudarme a bajar, dejó en el suelo una canasta que tenía en la otra mano y tomó mi cintura, de un pequeño salto estaba parada frente a él,

_¿Día de campo señor Cullen?_ él se inclinó hacia la canasta sin decir palabras pero con una sonrisa suave en sus labios, sacó un sombrero de ala ancha y lo acomodó suavemente en mi cabeza,

_No quiero que el sol le haga daño señora Isabella_ él me siguió el juego, sonreí y retuve mi sombrero con una mano para que la pequeña brisa no lo volara. El siguiente movimiento de Edward me paralizó, se arrodilló frente a mí y tomó uno de mis pies, me sostuve recargándome en uno de sus hombros, sacó con coordinación y destreza mis dos zapatos de medio taco y se paró con ellos colgando de sus dedos, él sonrió y tomó la canasta colocando los zapatos sobre la manta que la cubría… ¿cómo podía ser que cada uno de sus movimientos fuera tan… hipnotizante?...

_Ven… te mostraré un verdadero almuerzo_ dijo jalando mi mano. Caminé dejándome llevar por él, amaba como se sentí la arena en mis pies desnudos, se sentía tan suave y caliente.

Edward se detuvo bajó el gran árbol en el que alguna vez nos habíamos sentado a hablar, desplegó una manta sobre la arena y cuando ya estaba acomodada comenzó a sacar cosas de la canasta, él me miró y palmeó el lugar a su lado,

_¿Dónde conseguiste todo esto?_ pregunté mientras me sentaba a su lado, en la manta había de todo. Él sonrió recordando algo y negó con la cabeza,

_Si te dieras una idea de la cantidad de cosas deliciosas que Claire guarda en esa cocina_

_Oh… bueno, puedo darme cuenta de ello…_ musité tomando un trozo de pastel que Edward había cortado con un cuchillo y acomodado dentro de un pequeño cuenco, _mmm… esto está… muy bueno_ dije tratando de que no cayeran las migas de mi boca, sabía a masa crocante y manzanas, él rió entre dientes y sacó una botella de jugo de naranja ofreciéndomela.

Mientras tomaba de la botella ví cómo él se llevaba un pequeño rollito de algo que parecía delicioso a la boca y se me contrajo el estómago al oírlo gemir mientras masticaba, debo reconocer que sentí una punzada en el pecho al verlo gemir mientras comía algo que otra mujer había cocinado… me sentía como una tremenda inútil.

_Prueba estos_ dijo sacándome de mis pensamientos, _¿te gusta el atún y las nueces juntos?..._ mordí el emparedado que él acercó a mi boca y asentí sin poder hablar… realmente sabía muy bien, iba a tener que considerar aumentar el sueldo de Claire.

_Y dime… ¿hace mucho tiempo que tocas chelo?_ él me miró intrigado quitándome la botella y tomando el jugo, una gota se escurrió por su quijada y miré hacia otro lado para contenerme de las ganas enormes de pasar mi lengua para limpiarlo.

_Mmm… desde los 18 años, aprendí cuando estudiaba en el Colege De Santa Bárbara en Londres_ él alzó las cejas, tal vez sorprendido…

_ ¿Estudiaste en Santa Bárbara?_ preguntó tomando un poco más de jugo,

_Si… estudié un magister en Literatura y chelo, aunque ninguna de las dos cosas ejercí profesionalmente… luego de salir de allí contraje matrimonio con Benjamin_

Mis ojos se trabaron en el suave oleaje del mar tratando de reprimir esos momentos, pero él parecía no querer hacerlo…

_¿Y cómo es que terminaste estudiando allí siendo americana?... las pocas vacantes que otorgan son solo para jovencitas europeas…_

_Bueno si, tal vez porque tuve un benefactor muy generoso…_ dije entre dientes, él arrugó el entrecejo meditabundo _¿sabes?... prefiero no hablar de esa época de mi vida, solo te puedo decir que de buenas a primeras a penas terminé la preparatoria fui enviada allí y al otro minuto me casé con Benjamin… esa fue mi vida feliz ¿si?... prefiero olvidarlo_ susurré lo último más para mí misma, él no dijo nada… pero su rostro pensativo me dijo todo.

Comimos en silencio mientras oíamos el arrullo de las aguas a metros de nosotros, él se había sacado la chaqueta y aflojado la corbata mientras sus ojos recorrían el horizonte frente al mar, flexionó levemente las piernas y apoyó los codos en sus rodillas juntando ambas manos… él parecía sumido en sus pensamientos. Recorrí con mi mirada la longitud de sus brazos y sus piernas, él era un hombre tan bien formado que parecía irreal, su mandíbula me atraía para besarla y acariciarla al hacer esos movimientos mientras masticaba, su cabello sacudido por la suave brisa me tentaba, pero él parecía tan en otra dimensión… ¿en qué estaría pensando?... ¿en quién?... ¿en lo que le había contado?, bueno, no era muy importante que digamos, fue la corta y presurosa parte de mi vida poco importante.

Suspiré al saber que ese hombre tal vez pertenecía a alguien más y él solo estaba relegado aquí conmigo para hacer su trabajo, después de todo le pagaban para cuidarme… Yo no tenía por qué reclamarle, pero no iba a permitir que me mintiera… ni a mí, ni a ella. Era muy diferente a lo que me sucedía con Benjamin, porque Edward seguramente amaba a esa mujer y esa mujer a él… pero yo no amaba a mi esposo, ni él a mí.

_¿Comerás postre? Claire adjuntó también un poco de helado… por aquí_ dijo revolviendo en la canasta con el ceño fruncido,

_No… no quiero Edward…_ repliqué…

_Si… es el postre y no puedes decir que no, es helado de limón y chocolate… Claire dijo que eran tus sabores favoritos_

_Edward en serio… no tengo ganas de…_

_Shh Bella, solo disfruta este día…_ tomó un pequeño recipiente térmico blanco y sacó la tapa, tomó una pequeña cuchara y recorrió suavemente la superficie del helado cargando la cuchara con helado de chocolate, _prueba…_ acercó la cuchara a mi boca y suspiré frustrada, abrí la boca y él adentró la cuchara dejando el helado en mi lengua. Estaba delicioso… no podía negarlo, pero de repente era como si se me hubiese ido todo el apetito.

_Gracias pero no quiero más_ murmuré cuando el helado se hizo liquido en mi lengua, el sonrió divertido y negó con la cabeza, tomó otro poco de helado y lo acercó a mi boca _dije que no quiero más!_ grité exasperada, él bajó la cuchara y pude ver el desconcierto en su rostro mezclado con desilusión,

_Bella…_ susurró suplicante, negué con la cabeza, este hombre no solo me impacientaba sino que rompía con las barreras haciéndome ablandarme para luego ponerme en mi lugar con un solo cachetazo. Hice un ademan para levantarme pero sentí su mano envolver mi muñeca deteniéndome,

_Por dios Edward ¿Qué parte de “no quiero más” no entiendes?_ dije sarcásticamente, me dolía tratarlo así… no era como yo quería tratarlo, pero me sentía tan usada… tan sola después de todo, era como si fuera su obligación estar conmigo y hacerme sentir bien… y recordaba esa conversación con quién sabe quién y me estremecía… por supuesto, como le dijo a ella, yo era su trabajo.

_¿Qué sucede Bella?_ murmuró él impaciente, ¿qué a caso no me vió en la cocina mientras hablaba con su “Alice”?, reí de lo bien que se hacía el ingenuo,

_Te gustan los postres ¿no?_ señalé el cuenco de helado, _pues Edward, no quiero ser el postre de nadie y ni quiero que tú sientas que eres el mío… no tendría que haber sucedido lo que sucedió, no quiero ser la mujer con la que te acuestes mientras alguien más te espera en casa… suficiente tenemos con que yo sea casada_

_¿De qué hablas?... ¿crees que yo tengo a alguien más?_ preguntó incrédulo _Bella, te lo dije cuando tuvimos la entrevista, no tengo novia ni esposa… la última mujer que he tocado en el último año eres tú_

_¿A no?_ dije perpleja ¿cómo se atrevía a mentir? _¿Quién es Alice entonces?_

Él me miró incrédulo por un segundo… en seguida cambió su actitud y rió tomando su cabello con la mano y cepillándoselo con los dedos nervioso,

_Bella… por dios, Alice es mi hermana_

….

¿Qué?...

Lo miré por un segundo y moví frenéticamente la cabeza recordando la conversación…

_No… no puede ser, le hablabas… le hablabas como si estuviera esperando por ti en casa… como si… como si…_

_ Alice Mary Cullen es mi hermana menor de 18 años_ dijo sonriendo mientras dejaba el pote de helado a un lado sobre la manta _ es hija de Carlisle, mi padre y Esme mi madre_ comenzó a avanzar hasta mi como un león acechante, sus ojos verdes y brillantes fijos en los míos y su cabello arrebatadoramente despeinado _estudia diseño gráfico en la Universidad de Seattle y es la que me espera con la cena hecha al final del día_ no tuve otra opción que recostarme en la manta mientras él se cernía sobre mí, no tocaba mi cuerpo, pero se sostenía a cada lado de mi cabeza con las manos en el suelo y sus piernas entre las mías, jadeé cuando acercó sus labios a los míos… lo tenía tan cerca que moría por probarlo _Nunca he deseado a nadie más que a ti desde que te conocí, me vuelves loco cada día Bella…_ susurró mientras acercaba sus labios y depositaba un suave beso en mis labios… tan suave que fue solo un roce, _... y no creo que alguien más cause los efectos que tú tienes en mí… nunca más_

_Edward…_ susurré anhelante, él evadió mis labios y besó mi mejilla bajando hacia mi cuello con su lengua, cerré los ojos cuando comencé a agitarme y gemí mientras su lengua hacía cosas deliciosas en la base de mi cuello, _dios… Edward… oh…_

Sus manos comenzaron a bajar por mi contorno y arqueé la espalda para que tuviera espacio, sus dedos hábiles bajaron la cremallera del vestido que se ubicaba en la espalda.

_Tan suave_ musitó sobre la piel de mi cuello, sus dedos recorrieron el camino de vuelta hasta llegar a una de las tiras del hombro. Él se separó de mí y se sentó a horcajadas sobre mí sin dejar caer todo su peso. Por un momento pensé que no iba a hacer nada… que tal vez se estuviera arrepintiendo, pero luego de unos segundos sonrió y se mordió el labio mientras me observaba _tan hermosa…_ murmuró.

Sus manos acariciaron la extensión de mis brazos hasta mis hombros y bajaron suave y lentamente… como casi una tortura, las tiras de mi vestido. No tenía sostén por lo que mis pechos quedaron al descubierto con mis cimas erectas hacia él, sus ojos se oscurecieron y se fijaron en mis pechos como si fueran lo único que importara. Entonces lentamente recorrió con sus pulgares cada pezón, estimulándolos hasta que me hizo gemir y arquear la espalda como una posesa

_Edward... ahh…_ entonces sentí su lengua… enredándose en mis pezones, chupando, lamiendo y acariciándolos sin tregua,

_Son tan… sabrosos_ dijo exhalando aire sobre ellos, me estremecí y me removí debajo de él, mi centro lo buscaba… ardía por un poco de fricción, lo deseaba tan desesperadamente… _¿me pregunto cómo sabrán si…?_

Él se separó de mí y luego de unos segundos jadeé repentinamente cuando sentí algo frío en uno de mis pezones, abrí los ojos y miré a Edward que ponía helado en él, esparciéndolo con la parte de atrás de la cuchara, cerré los ojos y reí tirando la cabeza para atrás,

_Estás loco…_ murmuré entre risas…

_Tú lo provocas…_ murmuró con voz áspera. Mi risa poco a poco se fue convirtiendo en gemidos cuando sentí el calor de su lengua derretir el helado de chocolate al lamer mi pezón,

_Oh dios…_ gemí arqueando mi espalda.

Tomé el cabello de su nuca con mis manos y tiré de él para tenerlo más cerca, no era suficiente tenerlo allí comiéndose mis pechos… lo necesitaba, tanto… que juntaba mis muslos para calmar el dolor. Él sintió eso, sintió el dolor de mi necesidad por la manera en cómo me retorcía debajo suyo,

_¿Dónde me necesitas Bella?_ murmuró levantando levemente la cabeza, sentí su mano recorrer mi vientre hacia abajo hasta llegar al hueco de mi rodilla, alzó mi pierna y recorrió el camino de vuelta acariciando mi muslo, sentía cada vez más cerca su mano de donde lo necesitaba y gemí,

_Oh Edward… por favor… tócame_

Sentí su mano sobre el hueso de mi cadera enganchando la tira de mi tanga en sus dedos,

_Oh Bella… no sabes lo que me haces_ dijo entre dientes,

Tomó con su otra mano la otra tira y jaló de ellas hasta sacar mi tanga por mis piernas rápidamente, subió la falda de mi vestido hasta mi cintura y lo vi mirarme con la misma lujuria y deseo con el que había mirado mis pechos. Una media sonrisa se extendió por su rostro y subió sus ojos hasta los míos,

_Abre las piernas para mí Bella…_

_Oh… dios…_ tragué en seco e hice lo que me pidió,

_Cierra los ojos_ ordenó.

Me mordí el labio al saber que pronto lo sentiría, lo necesitaba justo donde sentía palpitar, sonde me sentía tan húmeda… quería su lengua caliente justo ahí. Pero contrariamente a lo que yo quería… sentí frío,

_Mierda Edward!_ grité queriendo juntar las piernas, sus manos me retuvieron sosteniéndome de las rodillas y entonces sentí su lengua calmar un poco el congelamiento súbito de mi clítoris,

_Quería saber cómo sabía el helado de limón con tu jugo Bella_ dijo suavemente para luego seguir lamiendo. Así como había llegado el frío se había ido, su lengua barrió con él subiendo y bajando por mi cavidad hasta mi clítoris. _¿Te gusta?_ preguntó calentando con la fricción de su lengua toda esa zona,

_S… si Edward, ah… sigue por favor_ murmuré a duras penas, lo sentí sonreír mientras chupaba mi botón hinchado y no pude evitar gemir con intensidad, era tan dolorosamente placentero sentirlo allí… me sentía tan colmada de placer, cada poro de mi cuerpo parecía querer estallar mientras su lengua acariciaba lugares recónditos que nunca pensé que me darían tanto gozo. Entonces cuando sentía que no iba a poder más y mi garganta dolía de tanto gemir, sentí como adentraba un dedo en mi interior… o dos… no lo sé, había perdido el sentido.

_¿Te gusta Bella?... dime que te gusta así bebé_

Oh dios…

_Ah… mhhmm… hhmmm… si_ logre mascullar,

Con mi mente seminublada intenté recordar la última vez que había sentido algo parecido al menos, ¿pero por qué estaba gastando energías en tratar de recordar algo inexistente?... estúpida!.

Oh diablos, el más hermoso hombre que había conocido jamás estaba dándome placer a manos llenas y yo repasando la historia de mi pobre vida sexual…

Dejé mis pensamientos de lado y mi cadera comenzó a levantarse sobre la manta haciendo chocar mi centro contra su boca una y otra vez, ya había perdido el sentido de la orientación y el espacio, solo veía estrellas, sentía su lengua y oía su voz junto con los sonidos de sus dedos entrando y saliendo de mi centro mojado.

_Ahh… Edwardd_ él arqueó su dedo contra la pared frontal de mi vagina y sentí que mi vientre se contraía y grité por el placer abrumador…

_Oh si… justo ahí_ masculló antes de atrapar nuevamente mi clítoris con sus labios y antes de que pudiera pensar en lo que estaba pasando, el hilo que me sostenía al mundo se cortó…

El grito que salió de mi pecho no fue suficiente para expresar el intenso momento que había experimentado, parecía que me habían lanzado al cielo y que estaba cayendo a toda velocidad… mis palpitaciones a mil resonando en mis oídos y mis gemidos continuos haciendo eco en el aire… tampoco parecía suficiente para dar crédito a lo que había sucedido. Solo me quedé allí… perdida y partida en dos tratando de recuperarme y sintiendo el placer puro recorrer mi piel.

Luego de haber dejado de estremecerme y de que pequeñas convulsiones retorcieran mi vientre abrí los ojos… y él estaba ahí… mirándome atento arrodillado entre mis piernas.

_... Y sabe tan bien el limón con el jugo de tu lujuria que temo que me haré adicto_ su pecho subía y bajaba y con el dorso de su mano limpió la humedad de su barbilla y me fue difícil no mirar el bulto en su entrepierna,

_Tú… no…_

_Hoy se trata de ti Bella… no te fijes en mí hermosa, esto hará más fuerte el deseo por ti y la noche será inmejorable…_ sonrió de lado,

Oh claro…

_Creo que no siento mis… piernas_ logré decir cuando mis neuronas comenzaron una vez más a funcionar, ¿los orgasmos mataban a las células cerebrales?... porque si era así, varias… miles habían pasado a mejor vida.

_Déjame llevar todo al auto y regreso por ti_ se acercó a mí y besó mis labios, gemí cuando sentí mi sabor y el sabroso limón en su lengua. Él se separó de mí y se alejó para juntar las cosas… supuse. Yo solo me quedé allí… a la espera de mi custodio, con mi sexo hinchado embriagado de placer, mojada, pegajosa y aún estremecida… Suspiré sonriendo inevitablemente sin abrir los ojos, el sol brillaba aún y quemaba en mi piel y la arena bajo mis pies desnudos se sentía bien, mis músculos se quejaron cuando levanté mis brazos para tapar mi torso, estaba sudorosa y solo un poco más cansada… y solo sentí cuando mi fuerte hombre me alzó en sus brazos…

_Descansa preciosa… pronto estarás en casa_

Y luego de un último beso en los labios me sumí en un sueño con limones por doquier…

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Amores! ¿les gustó?... me lo hacen saber, desde ahora esos son mis sabores favoritos, ja ja. Se vienen cosas nuevas amores y una propuesta en la que espero me acompañen para festejar el cumpleaños del blog, que será el 28 de Septiembre, ya les contaré durante la semana y también presentaremos los proyectos nuevos que se vienen.

Estoy muy entusiasmada por lo que se viene...

Besotes y nos vemos pronto!!!