Capitulo 3: Deseo Protegerte, Deseo ayudarte

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By Daniela Galeano

Deseo Protegerte, Deseo ayudarte

El día transcurrió sin ninguna dificultad, los chicos eran gentiles y al parecer les simpatice a todos, todos me miraban como si fuera un bicho raro, pero eso debía ser por ahora un bicho raro, me sentí bien impartiendo clases, y eso me dejo gratamente sorprendido, mis compañeros maestros me acogieron gentilmente y me comentaron que el peor grupo era segundo, la verdad no estaba muy convencido, eso mismo me había dicho acerca de primero y tercero y no me lo parecían, recogí mis cosas y me dirigí a clase con segundo, el maestro de historia americana me advirtió que tuviese cuidado con Isabella Swan, pues la chica era de armas tomar, asentí y me dirigí al aula de clases; Al llegar el lugar se encontraba lleno a excepción de una silla que permanecía vacía, me desconcertó que el lugar se encontrara lleno y en casi perfecto orden, ¿Estos eran los revoltosos?, a mi mente llego la respuesta, los chicos tienen curiosidad por conocer a su maestro, me limite a esperar un momento, observe a cada chico con detenimiento, no parecían tan rebeldes como supuse, solo incomprendidos, eran jóvenes, la adolescencia es una etapa difícil, yo podría ser amigo de ellos, después de todo no eran tantos años, 2 chicas miraban impacientes la puerta y supuse que una amiga llegaría tarde.

-Disculpe profesor- Dijo una chica con pelo castaño y de estatura media- Podría disculpar a mi compañera Isabella que aun no llega, supongo que esta con su padre, el señor Charlie.

Mmm… Isabella, su padre Charlie “Ten cuidado con Isabella Swan, es de armas tomar” Charlie Swan, las piezas cayeron en mi rompecabezas mental, la chica rebelde y de armas tomar, era la hija de el coordinador, que irónico, generalmente este tipo de jóvenes son de un carácter intachable.

-No te preocupes, entiendo eso, hace poco era estudiante también-

-Además, ella es la más avanzada de nuestro curso, sabe demasiado español-dijo la chica

-Gracias por la información, parece que tendré una ayudante.-La muchacha rio, como si hubiese encontrado algún chiste en lo pronunciado, tome la lista de asistencia y empecé a llamar a cada uno de los estudiantes, uno por uno los muchachos levantaron su mano, al finalizar, un toque a la puerta interrumpió la clase.

-Adelante- le dije a la chica que llevaba por nombre Jessica

La alumna faltante, Isabella Swan entro al aula rápidamente, su cara giro en mi dirección pero en ningún momento decidió mirarme, aquello me desconcertó, la chica camino directamente hacia su lugar, pero cuando estaba a punto de sentarse la hice venir a mi

-Ven acá por favor-Dije

La chica giro de mala gana, y a regañadientes vino hacia mí, sus ojos por primera vez se posaron con los míos, y en ellos vi tristeza, jamás había visto ojos más tristes, el chocolate derretido de sus ojos parecía estar cubierto no solo por la tristeza, sino también por el odio, la amargura y el resentimiento, el brillo que todos los ojos poseen no parecían verse reflejados en aquellos hermosos, pero tristes ojos.

-Cómo te llamas-dije aun conociendo la respuesta

-Isabella- respondió desviando su mirada, su actitud era distante y frívola, definitivamente esta chica tenía problemas.

-Tu amiga, me comento que seguramente estabas en compañía de tu padre, no hay inconveniente, pero puedo pedirte un enorme favor no vuelvas a llegar tarde a mis clases, me disgusta cuando me interrumpen.

-Lo que ordene señor

-Edward-la corregí-Me disgusta que me llamen Señor, me hace sentir como un anciano sabes-Una sonrisa se extendió por sus labios, le sonreí de vuelta.

-Tu amiga también comento que vas avanzada en español-comente-si no hay inconveniente me gustaría que trabajaras conmigo, podrías ayudar a tus compañeros, Te parece buena idea.

-Eh, Claro- Su sonrisa se hizo más ancha aun y un pequeño brillo destello en aquellos opacos ojos.

-Dame esas cinco compañera -levante la mano en señal, y ella reacciono un poco tarde, pero al final su pequeña mano choco con la mía.

Le indique para que fuera a su lugar, ella asintió y ocupo su sitio, lentamente me pare de mi escritorio y me dirigí a todos.

-Me presento, soy su nuevo maestro de español como lo podrán notar, Mi nombre es Edward Cullen, les pido como un favor que no me llamen señor Cullen, me sentiría como alguien mayor, llámenme Edward, No solo quiero ser su maestro también su amigo, No duden en buscarme cuando necesiten ayuda, si no comprenden algo lo repetiré de nuevo, espero que nos llevemos bien, y podamos ser amigos todos, les parece

Los alumnos asintieron, y me dieron la bienvenida, la clase transcurrió sin dificultad, discutiendo asuntos relacionados con el área, les pedí que me contaran que sabían, así tendría una base para empezar, me sorprendió un poco descubrir que no estaban tan adelantados como yo hubiese querido, pero no importaba, podríamos iniciar de cero si así lo deseaban, después de todo yo estaba para enseñarles ¿no?, Isabella se veía un tanto distraída, sus ojos jamás se volvieron a posar con los míos, pero sin embargo podía recordarlos con detalle, sus ojos eran tristes pero aun así eran los más hermosos que yo había visto, chocolate intenso con esas negras pupilas que hacían ver sus ojos grandes , hermosos, únicos, la observe en la distancia con cuidado de que nadie lo notara y pude ver que cuanto más tiempo transcurría mas opacos y más tristes se ponían sus ojos, descubrí en mi la necesidad de atravesar el espacio que me separaba de ella y borrar con mis manos la tristeza que embargaba su alma, un pequeño cristal rodo por su rostro, aquella delicada lagrima me hizo sentir impotente, debía de hacer algo para combatir su tristeza, me mataba verla sufrir, ¿pero que me pasaba? ¿Por qué me sentía así, tan abatido por la chica?, no debería sentir aquello, jamás había sentido aquello, Acaso un instinto de protección casi paternal, la chica siguió derramando lagrimas silenciosas y ya me imaginaba a mi mismo llegando a donde ella mientras mis manos recorrían sus pómulos y limpiaban sus lagrimas.

El timbre sonó y los chicos empezaron a salir rápidamente, Jessica y otra estudiante miraron a Isabella un momento, esperándola, pero dejaron su labor y se marcharon sin más ni mas, Ella se quedo pasmada como si algo la retuviera allí, sus ojos seguían perdidos en algún lugar y al parecer no saldría pronto de aquel sitio, me acerque a ella dispuesto a sacarla de sus pensamientos.

-Emmm…, Isabella, la clase acabo

-Mmm… ¿Qué?- miro a diferentes sitios y descubrió el aula vacía- waoo lo siento al parecer he estado un poco distraída.

-No te preocupes, entiendo que la primera clase es aburrida, mis excusas por aburrirte hasta tal punto de tener que refugiarte en tus pensamientos-Me incline ante ella haciendo una reverencia un poco teatral- ¿Me disculparas?

Ella rio, el sonido de su risa me hizo sentir bien, lo que tanto desee que ocurriera pasaba justo ahora, con mis torpes palabras eliminaba un poco la tristeza que guardaba en su corazón

-Claro que si maestro Cullen

-Veo que has estado sumamente distraída, acaso no recuerdas que especifique que deseo ser llamado Edward

-Está bien, Edward- se le dificulto un poco tutearme eso note

-Así que vas a tu casa

-Ja! Mi casa, Maravilloso- Note una pizca de resentimiento en su rostro ante la mención de su hogar, no se suponía que se debería sentir bien en llegar a casa?, la tristeza que momentáneamente había borrado volvió a sus ojos marrones.

-¿Quieres que te lleve a algún otro lugar?

-¿Qué?

Tan extraño era para ella que un maestro se portara gentil y amigable?, y la respuesta era si, su comportamiento con todos hacia que ningún colega la soportara, o eso me dio a entender el maestro de historia americana.

-¿Necesitas que te lleve a algún lugar?- la verdad era una gran idea, tal vez así podría conocerla, no entendía porque pero me trastornaba la idea de saber qué problema la abatía

-Eh, No gracias, tengo mi auto allí afuera, Gracias

-Ok-Dije desencantado- lo que necesites ya sabes que puedes decirme, estoy para lo que sea, la verdad no tengo muchos amigos y esta es una escusa perfecta para conseguir muchísimos

-Sí, eso creo.

-Te acompaño hasta el parqueo, mi coche esta allí también, Vamos!

No pronunciamos ni una sola palabra de camino al parqueo, Desee preguntarle que le ocurría, pero sonaría entrometido y no deseaba eso, debería ganarme su confianza primero, ¿Qué me impulsaba a sentir lo que sentía? la chica despertaba extraños sentimientos en mi, ansiaba protegerla, se veía dura por fuera pero sabía que por dentro, era tan frágil como un niño pequeño, tan desprotegido que cualquiera desearía ser su protector, y eso sería, su protector, algo así como su hermano mayor. La acompañe hasta su coche y como un caballero abrí su puerta, sus ojos me miraron de nuevo, en ellos preguntas silenciosas ansiaban por salir.

-Profe…-Dijo cuando estaba a punto de irme

-Si, Isabella

-Bella, me gusta que me digan así- aclaro- Bueno me preguntaba si… No mejor olvídelo

-No, dime, quieres matarme de la curiosidad preguntándome que deseabas saber.

-Bueno, la verdad no quiero llegar a mi casa aun, podría ayudarle en asuntos de la materia adelantar o no sé lo que sea- su voz sonó nerviosa- Bueno si usted quiere.

-Enserio deseas adelantar algo de la materia?- Ella no era de esas chicas que sucedía en su casa, que se veía obligada a realizar algo que seguramente detestaba- No aparentas ser de esas chicas que adelantan trabajo

-La verdad no en cualquier materia, mi favorita siempre ha sido español, solía ser la mejor estudiante, responsable, amable, sincera con mis maestros, amaba estudiar era genial, lo mejor para mi, por favor no se lo digas a nadie arruinaría mi reputación- me sonrió- No quiero parecer débil.

Dudo que si se mostrara como era en realidad fuera débil, ella obviamente traía una máscara puesta, pero debajo de su máscara seguía siendo fuerte

-Soy una Tumba – le sonreí de vuelta- Mira la verdad no hay mucho que podamos adelantar , sabes apenas llevo un día , y he decidido iniciar en un nivel medio, pero si quieres vamos a algún sitio a tomar un café o a comer algo, te parece.

-No lo sé-Dijo dudando- La verdad deseaba enserio adelantar un poco, además no es correcto salir con un maestro si no es para asuntos relacionados con el instituto

-¿Alguien se enterara?, la verdad tu me simpatizas, ¿Acaso un maestro no puede ser amigo de su alumna?

-Es extraño que un Maestro quiera ser amigo mío, Acaso no te han hablado de mi, debes saber que soy la peor alumna de instituto, Todos los maestros me aborrecen, por que ha de ser distinto con tigo.

-No soy como los demás maestros, para empezar no deseaba serlo- sin quererlo revele detalles que no debían ser revelados, mi vieja historia debía ser eso vieja y quedarse en el pasado.

-Ah, No?- Pregunto ella, deseando obviamente conocer más detalles

-No deseo hablar acerca de eso-Dije tajante

-Lo siento Maestro

-Bella, ya te dije llámame Edward.

-Sí, lo que digas Edward, sabes que debería ir ahora mismo a casa, supongo que se enojara mi padre.

-Si entiendo, acepto que adelantemos de la materia luego, que te parece este viernes

-Lo que digas Edward, Me da igual cualquier día.

Su tono de voz y postura me decían que se había enojado con migo, niña estúpida y caprichosa, como se enoja por la estupidez de que no le cuento algo de mi vida privada, aun no éramos amigos y ya se enojaba, ah! Niña tonta.

-Muy bien, nos vemos luego Isabella, Espero que tengas un buen día

Me aleje de ella con paso firme y sin mirar atrás, estaba indignado, ¿Como ella se enojaba por esa tontería?, inevitablemente me critique a mí mismo, estaba comportándome justo como ella, como un niño caprichoso, eso me enojo generalmente era un hombre maduro, nunca me enredaba en tonterías como esas, ni en mis años de adolescencia me comporte así, nunca con nadie, que había de especial con Isabella, ¿Que me hacia ser de forma diferente junto a ella?

Encendí mi coche y pude notar que Bella también, casi tenemos un accidente, ambos deseábamos salir antes que el otro, ¡Estúpido! Más que estúpido infantil, ella se pasó por delante de mi auto con rapidez y acelero dándole gran velocidad a su auto, ella creía que me dejaría atrás, pues no, estaba equivocada, la seguí y puse mi pie en el acelerador para darle alcance, la velocidad en nuestros autos aumentaban a medida que dejábamos el instituto atrás, de repente y sin pleno aviso ella freno, el impacto me hizo reaccionar lento y cuando mi pie se situó en el freno, el auto chillo con un aterrador sonido, mi cuerpo inevitablemente se disparo hacia adelante provocando que mi cabeza impactara fuertemente con el cristal, Mi cabeza daba vueltas dolía como nunca antes había dolido, mis oídos pitaban y no me dejaban reaccionar de el transe en el que en este momento me hallaba.

-Edward- grito Bella sumamente angustiada.

Abrí mis ojos para buscar a la dueña de aquella voz, que en estos momentos parecía el mismo canto de los ángeles para mí, la vi en la distancia corriendo hacia mí con la angustia flotando en toda ella, cuando llego a mi lado su cara denotaba culpa, me sentí mal porque en realidad la culpa era mía, yo no debí seguirle el juego, no debí comportarme como un adolecente cuando no lo era, yo era un hombre, y con mis actos la había provocado, todo lo ocurrido era consecuencia a mis acciones, deseaba decirle que no se sintiera así, pero cuando estaba a punto de hablar ella se acerco a mí y con determinación examino mi rostro, sus dedos se posaron gentiles por mi rostro y con sumo cuidado recorrieron el sitio donde había impactado.

-Auchh- dije

-Lo siento, solo quiero ver que no tengas una contusión, es peligroso

-De donde sabes eso- le pregunte curioso, la verdad notaba que sabía mucho sobre esto pero era inexplicable que una chica de 17 años conociera tanto sobre el tema

-Bueno, siempre he deseado estudiar medicina es mi sueño, hace algunos años fui aprendiz de enfermería, en el hospital necesitaban voluntarios y me ofrecí, la verdad me encanto, desearía volver de nuevo- dijo suspirando- supongo que mi vida mejoraría al menos un poco si volviera al hospital, sería feliz por lo menos unas horas- murmuro mas para sí misma.

Y volvía el instinto de protección, ella era hermosa, joven, talentosa, y seguramente la chica más inteligente en cada una de sus clases, pero se negaba rotundamente a mostrarse, la melancolía y aquel resentimiento que brillaba en sus ojos no le permitía ser quien debería ser, quien quería ser, seguramente ella era una chica dulce, tierna, sincera, respetuosa, y sobretodo fuerte; Como podía ella ocultar la maravillosa mujer que era, estaba seguro que fuera cual fuera su problema no sería lo suficientemente grande como para compararse con la magnífica persona que era ella, pero aun así se portaba exactamente de la forma que no debía, ocultándose, mostrándose como la indomable, tal vez creyendo que así se vería mas fuerte, la intocable, sin sentimientos, la chica uda a la que todos temen, un gatito asustado que trataba de ser tigre y al cual todos le creían su papel.

-Nunca debes dejar de hacer lo que quieres- pensé un momento en lo que quería hacer realmente y suspire- Te arrepientes cuando ya no puedes hacerlo.

-Lo dices de una forma- suspiro- que me desagrada, acaso no te ves, puedes hacer lo que quieras, el cielo es el limite

-lo que en verdad quiero hacer no lo puedo hacer, nunca podre, tu aun puedes, estas a tiempo de hacer lo que en verdad deseas.

-Tan obvio es que no soy feliz, en bueno-se freno- la mayoría de las cosas

-Llevo de conocerte 3 horas y apostaría a que te conozco mejor que tus compañeros del instituto

-Puedes apostar a que si- dijo de nuevo murmurando más para sí misma-Oye perdón, todo lo que paso fue mi culpa.

-No hay problema, estoy en perfecto estado- Me moví un poco cerca de ella para observarla mejor y mostrarle que me encontraba bien, pero mi cabeza dio vueltas y dolió muchísimo- Auchhh- dije de nuevo

-Sí, suponía que esto te dejaría algo mareado, El golpe fue muy fuerte, no sé cómo demonios no se partió el cristal, tuviste suerte.

-Sí, lo se

-Pido disculpas nuevamente, soy una idiota, admito que estaba provocándote, lo que no entiendo- dijo- es como accediste a mi juego

-Soy un adolecente aun- dije jugando- o acaso me veo tan viejo

Ella rio y guardo sus comentarios para sí misma, a que se debía su risa.

-Traeré algunas cosas de mi auto no tardo

La vi correr a su auto y en el maletero busco hasta que encontró un maletín de primeros auxilios, lo cargo con sumo cuidado y lo trajo consigo, vino hacia mí nuevamente y dijo.

-Permíteme- dijo, acomodo el asiento de mi coche de forma que este me permitiera estar casi acostado en él como si fuera una especie de camilla, y nuevamente poso gentil sus manos en mi rostro, con mas delicadeza que la vez anterior toco suavemente el cardenal y presiono allí, un dolor punzante se situó allí, pero no proferí sonido alguno, estaba demasiado ocupado viéndola hacer algo que amaba hacer, su concentración era absoluta, juraría que sonreía en su interior, debía de encontrar alguna forma de ayudarla, paso un algodón humedecido con un liquido extraño y me dijo

-Es un liquido especial, ayudara a que no se inflame el cardenal, Debo aplicarte más de esto mañana.

-No es necesario tranquila Bella, estaré bien- Hubiera añadido mi padre es doctor pero deseaba que ella me curara, lo deseaba con locura

-Lo hare, considérame tu enfermera-alumna

-Toma estos analgésicos, son de efecto inmediato te quitaran el mareo- me entrego dos capsulas y un botellón de agua, cuando tome los medicamentos sentí el efecto inmediato, ella sí que conocía de esto, impresionante.

-Crees que pueda conducir-Dije bromeando

-Eso creo, aunque no estaría mal que te llevara a tu casa-Escuche bien- O acaso te asusta mi forma de conducir.

-Sobre todo después de que casi tengo un trauma irreversible – Bromee nuevamente, al parecer se me daba bien estar con ella

-Ja!, muy gracioso señor Cullen-Comento ella,

-Edward, por dios odio ser llamado así

-Bueno al parecer estas perfectamente, Gracias a mí por cierto

-Gracias

-Fue un placer, además debía reparar mi daño

-Creo que ire a mi casa a descansar- Estaba exhausto

-Si, ve a reposar, si sientes alguna molestia, mareo, dolor agudo, se te hincha..

-Ya se-Dije – Ir inmediatamente al doctor

-Muy bien Maestro, nos vemos mañana

-Si es que no muero Hoy-Dije

-Claro, para hacerme sentir una asesina y llorar por su partida, He de decir que lo haría, es el único maestro que me simpatiza y lo logro en tiempo record – Me entrego una enorme sonrisa que brillo en sus ojos

-Bueno me siento orgulloso

-Sí, los maestros son mis enemigos y al parecer usted es mi amigo, eso me gusta

-Muy bien Bella, también tu me agradas, la verdad ser maestro no es tan malo como creí-Upss de nuevo iba el tema del que no deseaba hablar

-¿Como Creí?-Repitió- ¿Nunca antes habías impartido clases?, Yo pensaba que tal vez un año de experiencia o unos meses al menos, pero no creí que fuera la primera vez

-Si Bueno me dedicaba a otro oficio anteriormente- Recordé lo que tanto amaba y la tristeza inundo mis ojos

-Oh, Tal vez Hablemos de eso luego- vi como se arrepentía de decir aquello

-Claro, algún día hablaremos de aquello.

Sería una promesa que terminaría rota o por el contrario se cumpliría, deseaba contarle mis penas desahogar mi dolor en ella, de ser protector pasaba a desear ser protegido, la hora de partir a casa llegaba.

-Es hora de que vayas a tu casa y descanses, como ya te dije visita al médico si las cosas se ponen feas-le ofrecí mi mano ella la tomo y la apretó

-Nos vemos luego –murmuro volteando y dirigiéndose a su auto.

La vi subirse, encendió su coche y siguió su rumbo, el auto se desapareció en la carretera, pero aun podía verla, Desconcertante sentimiento – murmure- Me sentía extraño, verla partir me puso inquieto, anhelaba ver sus ojos nuevamente, anhelaba hablar con ella, conocer cada uno de sus secretos, sacar a flote la alegría que ocultaba frente a todos, Trabajo arduo te espera Edward, Mostrar a La verdadera Bella será complicado, pero no imposible.

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Hola hermosas! Capi nuevo de Daniela, mi peque ya está mejor, a casa amor y a cuidarse. Besotes a todas y a dejar sus palabras. Nos vemos mañana con custodio mío!!!