Os de regalo para Johana, Raptada.

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Raptada

_Ayy…_ gemí cuando sentí unas picaduras en mis muñecas al querer alzarlas. Me sentía rara, bah… rara no era la palabra que lo calificaba, más bien me sentía… adolorida, magullada, atada y sedienta. Tentativamente tiré de mis manos y me di cuenta de que estaban amarradas en una cuerda o algo parecido. Entonces me alerté y me quedé quieta repasando con mi mente lo que había sucedido y porqué había acabado allí, ¡¡Cómo mierda había acabado allí?!

_¿Dó- Dónde estoy?_ pregunté con recelo, mi voz hizo eco en las paredes de donde fuera que estuviera y nadie me contestó _¿Hola? Por favor… suéltenme_ dije un poco más alto. Mi respiración se tornó errática y dificultosa y parecía como si fuera a entrar en pánico en cualquier momento. Volví a sacudir mis manos que estaban unidas sobre mi cabeza, mi espalda sobre u duro colchón y los bellos de mis brazos se erizaban con el frío leve que se sentía allí… o tal vez era la proximidad de alguien…

_Shhh_ chistó alguien casi a mi lado, era increíble la manera en que mis demás sentidos se intensificaban cuando mi vista estaba truncada. Temblé de pies a cabeza y mi respiración se tornó meramente errática _no te muevas Johana, de nada te servirá más para dañarte a ti misma_

Esa voz…

Lo primero que hice al oírla fue buscar en mis registros mentales para ver si la había escuchado alguna vez anterior, vagamente pude reconocer el tono pero no tenía ni idea de donde la había oído.

_Desátame, suéltame…_ exigí valientemente, sentí su dedo posarse sobre la piel de mi brazo y me tensé, recorrió desde mi hombro y hasta mis manos que aún se sostenían atadas.

_Solo espera un poco_ murmuró suavemente _quiero resolver algunas dudas antes de desatarte.

¿Dudas?... oh dios, ¿qué quería tanto de mí? Yo… no tenía nada para ofrecer.

_Mira, soy inútil, no tengo dinero… mi marido tampoco y mis hijos me están esperando en casa, deben estar asustados y preguntando por mí. Tengo un trabajo medio y no entiendo sinceramente por qué me tienes aquí, en lugar de otra que puede servirte mejor que yo… suéltame, por favor_ mi intento de negociación era tan desesperado.

_No quiero dinero_  dijo rotundamente. _ tus hijos están bien y tu marido no te merece… no hay nadie que te merezca, tu Johana, mereces lo mejor_

¿De qué estaba hablando? Me quedé quieta sobre la cama tratando de comprender sus palabras, ¿qué quería él de mí entonces?...

Abrí y cerré varias veces mi boca tratando de encontrar las palabras, pero solo salió… nada. Traté de recordar mi día, tal vez si hacía un esfuerzo y me concentraba podría verlo en mis recuerdos. Lo último que había hecho ese día fue ir de compras al supermercado, allí no vi nada fuera de lo común… al menos que yo recuerde. Era un día más de mi vida.

_¿Te conozco?_ me animé a preguntar. Él hizo un ruido sordo con su garganta, como si reprimiera un bufido.

_No… supongo_ dijo suavemente _yo te conozco pero tú no creo que sepas que siquiera existo… todavía_

_¿Te he visto antes?_ dije para aligerar las cosas _hum… ¿de dónde te conozco?_

_Fui contigo a la Universidad, pero ya te repito… tú no me conoces, al parecer. Volví a esta ciudad hace unas pocas semanas y te  conocí… o mejor dicho te reconocí en el hospital. Johana, siento decirte que mi curiosidad enferma me hizo seguirte, acecharte y vigilarte como un enfermo, no te asustes de mí… no sería capaz de hacerte daño, pero no me pidas liberarte porque ambos estamos ya metidos en esto… no tuve otra opción que secuestrarte_

En la Universidad… dios! Había pasado algo de tiempo y no recuerdo más que a mis compañeros cercanos, amigos… esta voz sin embargo la había escuchado en otro lugar.

_¿Eres médico?_ pregunté con la ansiedad a flor de piel, ya sabía que él no me haría daño, pero… aún estaba atada de manos y pies.

_Si_ murmuró cerca de mí, su voz hizo que mi piel se erizara _nos graduamos juntos, pero tú no me veías… nunca me viste, excepto por una única vez_

_¿Por qué?... disculpa, no entiendo… yo-

_Tú estabas concentrada en otras cosas supongo, tu marido, siempre me resigné a verte desde afuera desde esa única vez, pero Johana, me cansé de ser invisible para ti. Nunca alguien había causado tal efecto en mí con su manía de ignorarme y tú, tú hiciste que pasara la mayoría de mi edad adulta obsesionado con que tú me notaras_

_Perdóname_ ofrecí, nunca pensé que había tenido tal efecto con alguien.

_Bueno, tendrás que ganarte mi perdón_ dijo con voz… ¿sugerente?

En ese momento sentí que se sentaba a un lado de la cama mullida y llegaba a mi venda con sus manos, de repente mis ojos fueron descubiertos. Parpadeé carias veces para aclarar mi visión y lo vi.

Él estaba cerca de mí, sentado precisamente a mi lado, sus ojos profundos y brillantes me miraban con expectación, a pesar de la oscuridad pude notar un brillo verde en su mirada, sus labios entreabiertos era finos pero armónicos a la vez… y tentadores y su cabello, bueno, estaba peinado en un intento de hacerlo parecer domado, pero parecía rebelde y de color cobrizo… él era hermoso y nunca lo había visto.  ¿Cómo no lo había visto? ¿En serio este hermoso hombre había quedo fuera de mi visión por todos los años en la universidad? ¿por qué?

_Dime tu nombre_ exigí… tal vez con el nombre lo recordaría, ojalá.

_Edward… Edward Cullen_ alzó su mano tentativamente hacia mi mejilla y la acarició suavemente _eres hermosa_ su voz sonaba casi ausente, como su hubiese confirmado algo.

_No te recuerdo_ dije antes de que pudiera planear qué decir. Él sonrió alzando  las cejas,

_Lo harás…_ murmuró acercándose a mí. Mi respiración se volvió superficial en cuanto lo tuve a unos centímetros, su boca entreabierta a centímetros de la mía y aún más cerca… tragué saliva y de repente me pregunté… ¿me había lavado los dientes antes de salir? ¿Tenía buen aliento? ¿Tendría que arriesgarme a un beso con lengua o algo simple como un toque de labios?... hay!

Pero mis pensamientos entupidos se fueron por el aire cuando sus labios tocaron los míos, cerré los ojos y traté de relajarme para recibir su suave toque que llenaba de mariposas mi estómago, hacía mucho que no sentía esa sensación y me perturbó por un momento. Él fue suave… al principio.

_Oh Joha, extrañé estos labios_ murmuró separándose ligeramente… ¿los había extrañado?... pero ¿Cuándo-

Me distraje nuevamente cuando él tomó mis mejillas con fuerza con ambas manos y sus labios chocaron con los míos duramente, su lengua invadió mi boca sin contemplaciones y gemí cuando sentí su gusto, era dulce y delicioso. Tiré de mis cuerdas que ataban mis manos y gemí de frustración al no poder recorrer su cabello con mis dedos, quería sentirlo, pero no creía tener tanta suerte como para que él confiara en mí y me soltara. Decidí disfrutar.

Él se trasladó sobre mi cuerpo y se colocó entre mis piernas mientras me besaba duramente, en ese momento me di cuenta que yo estaba usando falda, sentí la tela de sus pantalones rozando mis muslos desnudos y me estremecí.

_Suéltame_ exigí nuevamente. Él negó con la cabeza tocando mis labios con los suyos que esbozaban una sonrisa haciéndome notar que disfrutaba de mi situación. Alcé mis caderas y él me miró a los ojos sorprendido.

_Joha, no recuerdo que hayas sido tan osada en la Universidad_ dijo antes de empujar su cadera contra la mía fuertemente, sentí la dureza creciente en sus pantalones y cerré los ojos lanzando un silbido entre mis dientes… él estaba excitado, demasiado…

_No te recuerdo_ dije firmemente. No lo hacía… había tenido muchas experiencias universitarias, pero si una de ellas hubiese sido con él seguramente lo hubiese recordado.

Él rió entre dientes y se sentó en sus rodillas, sus manos me tomaron los tobillos y fue arrastrándolas por mis piernas hasta subir mi falda hasta mis caderas, sus ojos no dejaban de mirar mi piel que iba quedando expuesta y la calidez de sus manos me estremeció. No estaba acostumbrada a ser tratada como una mujer a la que miraban con adoración y menos aún admiración, pero eso era lo que reflejaban sus ojos.

_Tu piel tan suave… tal y como lo recuerdo_ dijo en un susurro. _Alza tu cadera _ demandó. Lo hice. Alcé mi cadera sobre la cama y él siguió arrastrando mi falda hasta que mis bragas quedaron al descubierto.

Oh mierda!... ¿me había puesto esta mañana bragas sexys o las de algodón que parecían de señora grande? ¿me había depilado?... hay!

Pero supe las respuestas cuando él tomó con sus pulgares las tiras de mis bragas y las jaló para sacarlas de mi cuerpo. Su respiración se trabó y una mano llegó hasta mi centro para acariciar entre mi parche de vellos, se mordió el labio y yo suspiré entrecortadamente cuando su pulgar apretó mi clítoris sin vacilaciones.

_Ábrete más de piernas, quiero verte_ dijo exigente. Lo hice… ¿por qué mierda hacía todo lo que me decía?... oh sí! Porque estaba secuestrada.

Él apretó nuevamente mi botón hinchado y comenzó a acariciarlo en círculos, no pude evitar cerrar los ojos y jadear mientras apretaba mis manos contra la sábana… ¿podía disfruta de esto con mi captor?... bah! Sí…

_Edward_ gemí arqueando mi espalda, abrí aún más las piernas y lo oí gruñir ahogadamente, cuando abrí los ojos logré ver, entre la bruma de mi placer, su mano en su entrepierna tocándose lentamente  sobre el pantalón, mientras su mirada estaba clavada directamente sobre mi sexo.

_Déjame verte_ dije entre jadeos, él alzó su mirada y sonrió. Con su mano libre maniobró para desabrocharse su cinturón y luego su pantalón, se alzó en sus rodillas y bajó su boxer para exponer su pene duro y erecto ante mí. Una pequeña gota de excitación brotaba de su hendidura…

_Oh dios… no, aún no te recuerdo_ dije frenéticamente. ¿Cómo carajo pude olvidar algo así?

_Me recordarás_ prometió una vez más antes de hundir un dedo dentro de mí.

_Ahhg!_ grité con la fuerza de su penetración.

_Eso es linda. Grita… extrañaba eso también_ murmuró mientras movía sus dedos dentro y fuera de mi entrada. No pude despegar mi mirada de su pene, lo había comenzado a acariciar con su mano y eso me hacía aún más caliente. _¿Te gusta?... ¿lo quieres dentro de ti para hacer lo que hacen mis dedos y aún más?_

Asentí sin pensarlo dos veces. Él sacó sus dedos y se inclinó hacia mí para apoyar una mano en mi costado, la otra posicionó su miembro en mi entrada y  empujó con fuerzas hasta entrar en mí hasta la base. Grité por la intrusión.

_Oh mierda_ dijo Edward entre dientes sosteniéndose con ambas manos a cada lado de mi cuerpo, cerró los ojos con fuerza y moví la cadera hacia él para incitarlo a moverse… lo necesitaba. Su mano detuvo mi movimiento y jadeó abruptamente, abrió los ojos y me miró con un dejo de pánico en ellos.

_No- te- muevas_ dijo con énfasis _ me harás correrme _ jadeó.

Esperé un poco, no podía hacer otra cosa con las manos aún atadas, él se separó un poco de mí y jadeó entrando nuevamente esta vez despacio, disfrutando su penetración en mi carne.

_Oh dios, Edward… se siente tan bien_ gemí alzando mi cadera para llegar a su encuentro. Él gimió parecido más bien a un gruñido y envistió contra mí una vez más, sus ojos se fijaron en los míos y pensé que con esa mirada podía correrme fuerte y duro, así que cerré mis ojos y me dediqué a gozar.

_Mírame, abre tus ojos Johana_ exigió deteniéndose por completo, no lo hice… si lo hacía me vendría _hazlo!... mírame_

Oh mierda..

_Edward_ refunfuñé, abrí los ojos y me topé con sus ojos color musgo, tan verde como un brócoli. Él agitó su cadera contra la mía y gemí rodando los ojos hacia detrás de mi cabeza, él se arrodilló una vez más sin dejar de moverse y alzó mis piernas una encima de su hombro y la otra la flexionó contra mi cuerpo hasta que la rodilla tocó mi mentón,

_Eres flexible_ admitió.

Se comenzó a mover una y otra vez contra mi carne caliente y gemí, su mirada estaba clavada en la parte que nuestros cuerpos se unían y no pude evitar levantar la cabeza para ver lo que tanto miraba. Oh cielos…

Su pene hinchado y mojado entraba y salía en un movimiento continuo, dentro y fuera de mi entrada… mi excitación se escurría contra mis muslos y gemí más fuerte cuando sus movimientos se tornaron más exigentes e intensos.

_Oh! Edward… ahh_ gemí dejando caer mi cabeza en la almohada. Sus manos fuertes sujetaban mis piernas mientras me penetraba cada vez más duro.

_Grita Johana!... grita y recuérdame maldita sea!_ gimió empujando frenéticamente contra mí, parecía que podía romperme en dos, pero solo sentía placer abrumador que trastornaba todos mis sentidos. _Mírame y dime que… me recuerdas Joha!... mírame preciosa!... aah_

_Edward!_ grité mientras iba sintiendo ese placer abrumador que tanto había anhelado desde que su boca tocó la mía _

_Edward, Edward… más, más, más…ajhh_  tiré de mis manos inútilmente, pero estaban atadas. Segundos más tarde las sentí libre y abruptamente Edward me llevó hacia él empujando sus manos en mi espalda. Terminé cabalgándolo sosteniéndome ante su rudeza, con mis brazos en su cuello… las suyas en mi cintura, ayudándome a subir y bajar contra su erección.

_Eso es… córrete Joha_ dijo entre dientes, sentí su pene palpitar y entonces cerró los ojos y con un último choque de nuestros cuerpos él gruñó tirando su cabeza hacia atrás y yo gemí frenéticamente mientras sentí su pene derramarse en mi interior con fuertes pulsaciones, mi espasmo de placer me dejó aturdida y continué gimiendo suave mientras él se lamentaba suavemente contra mi cuello.

_¿Me recuerdas?_ preguntó segundos después mientras nos mecíamos lentamente sobre la cama, aún unidos y sudorosos. Acoplados y fundidos en un abrazo.

Repasé su rostro en mi mente una vez más… sus palabras. Pero aún no encontraba nada que me diera alguna leve idea siquiera, negué con la cabeza…

_Bien_ dijo separándome de él _te haré recordar aunque sea lo último que haga esta noche y si aún mañana no logras hacerlo, te retendré aquí hasta que seas capaz de aprender de memoria mi nombre y sepas cada rincón de mi cuerpo… Joha, ponte sobre la cama, boca abajo y abre las piernas, dame ese hermoso culito para mí…_

Oh cielos…

_¿Qué esperas?... me lo darás… otra vez_

Entonces la luz vino a mí. Edward!... mi primer experiencia sexual, mi primera entrega total. Mi consejero estudiantil… Edward.

Oh dios… ¿cómo había podido olvidarlo?... si él me había poseído, había sido el único que me había tenido entera como estaba por hacerlo ahora una vez más… Edward…

_Te recuerdo_ dije ecplisada por mi momento de reconocimiento, él tomó mi rostro con ambas manos y recostó su frente contra la mía…

_Lo sabía_ suspiró con alivio _ahora… haz lo que te dije mi amor, reviviremos toso lo de esa noche_

Oh sí, estaba más que dispuesta.

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FELIZ CUMPLEAÑOS NENA!! FELICIDADES... 

Nos vemos el lunes!!