Aunque no te pueda ver, Capitulo 14:Actitud positiva

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Actitud positiva

Actitud positiva Bella…

Esas eran las palabras que venía repitiéndome durante los últimos siete días cada vez que abrí los ojos por la mañana y me daba cuenta que no tenía prisa para levantarme de la cama, hacer el desayuno, tomarme un baño y salir hacia la casa de los Cullen a trabajar.

Mi padre se había enterado de la noticia y llamó a la mañana siguiente que hablé con Emmett, me dijo que él presentía que algo así iba a suceder… “Ya sabía yo que era demasiado bueno para ser verdad” él era demasiado optimista, creía que todas las personas eran buenas y valían la pena hasta demostrar lo contrario.

Que razón tuvo…

Solo que Edward tubo una razón para hacer lo que hizo y por más que me doliera, sus acciones eran justificadas. Yo me había involucrado demasiado sentimentalmente con esa familia y había salido perdiendo a la primera dificultad.

Si… dejé que Jasper me besara.

No… no quería ser besada por él.

¿Qué sucedió entonces que no lo detuve? No lo sé… la culpa y mi autocompasión me carcomió por días luego de ese día, pero solo después comprendí, gracias a las palabras del mismísimo Jasper, que yo no había tenido la culpa, solo no supe como reaccionar al ser tomada por sorpresa. Y Noah tuvo la mala fortuna de ver mi ínfimo error, no haber previsto las intenciones de Jasper.

Él me había llamado por teléfono cuatro días después de haberme ido de casa de los Cullen, sus palabras eran de arrepentimiento y aflicción. Nos citamos en una cafetería que había en el centro de Chicago, yo había tenido que salir a pagar mi servicio de cable e internet con los últimos dólares que me quedaban de mi último salario. Había decidido guardar mi liquidación junto a mis ahorros en el banco, eso me serviría por las dudas que no pudiera encontrar un puesto en alguna escuela pronto.

A Jasper  le di media hora, estaba frustrada, enojada y llena de resentimiento hacia él, después de todo fue el que dio el primer paso sin pensar si quiera lo que podía suceder. Estaba arrepentido, no lo podía negar, pero era demasiado tarde, sin embargo se disculpó.

--No tengo palabras Bella… yo se que me odias— parecía avergonzado y afligido, como también parecía sincero.

--No te odio… no me agradas mucho en este momento—dije tomando un sorbo de mi café. Tenía en la punta de la lengua las preguntas que quería hacerle, pero me contuve, no estaba aquí por mí, estábamos aquí porque él necesitaba sentirse menos culpable y al parecer este paso debía dar para hacerlo.

--Lo sé, sé que arruiné toda posibilidad… ¿no?—me miró como cordero a punto de ser degollado… acaso, ¿él insistía?

No…

Saqué unos dólares de mi bolso y los dejé sobre la mesa, cuando me levanté de la silla sentí una mano cerrándose en mi muñeca,

--No Bella! No, no, perdón, no diré nada mas—miré a Jasper –por favor, prometo no decir nada mas… mierda—maldijo exasperado, peinó su cabello rubio con su mano y miró por la venta a su lado.

Me senté de nuevo… igualmente no me había dado las respuestas que quería y yo no tenía por qué huir, aquí el de ideas imposibles era él.

--Noah, ese niño te extraña Bella—dijo sin mirarme, su mirada parecía lejana y algo triste, aunque el remordimiento aún estaba allí y se podía palpar. Al nombrar a Noah un nudo apretado y asfixiante se comenzó a formar en mi garganta, oh dios… mi niño, mi precioso bebé.

--¿Cómo está?—dije sin poder disimular mi voz temblorosa. Jasper volteó a mirarme y sonrió con tristeza,

--Dentro de todo lo que sucedió, te pide… por las noches te anhela, aún… aún puedo irlo gritar tu nombre y luego despertar llorando—

--Oh dios—dije llevando mis manos a mi boca. ¿Mi niño tenía pesadillas? ¿Había retrocedido en su tratamiento? Él pocas veces había tenido pesadillas antes, ahora parecían ser constantes a juzgar por lo que decía Jasper.

--La distancia con su padre se hizo mayor y Edward… no es capaz de poder tolerarlo—mi corazón se estrujó –él se encierra en su habitación o en su estudio, no sale, Ángela le lleva las comidas y lo he oído mas de una vez despotricar contra ella, gritarle y romper platos. La mayoría de las veces Ángela vuelve con las bandejas llenas como las subió y maldiciéndolo… nunca lo vi maldecir a Edward—una suave sonrisa asomó en sus labios.

Dejé caer mi espalda en la silla admirada por todo lo que Jasper me estaba contando. Por un lado lo creía, la rabia se había apoderado de él y el dragón había salido a bufar. ¿Cómo podía hacer eso? Él mismo sabía lo que le había costado entablar relaciones con su propio hijo ¿y ahora no quería verlo? ¿Qué era lo que le sucedía?

--Ellos te necesitan—dijo Jasper, nuevamente me envaré.

--No… no Jasper!—dije entre dientes –ellos no me necesitan, ellos se necesitan entre ellos. Lo sabes. De nada sirve mi presencia si nunca habrá reconciliación entre ellos. Edward necesita sanar, necesita despojarse de sus culpas y dejar de creer que su mundo es el único que se derrumbó—pasa esa altura ya estaba llorando – él necesita a Noah para lograr eso ¿por qué lo pone a distancia?... por dios—puse mis codos en la mesa y recargué mi cabeza entre mis manos. –Noah no puede hacerlo sin un apoyo, su papi es lo que él necesita. Oh dios… me duele tanto, me duele no poder estar ahí para ayudar, pero es demasiado Jasper, Edward necesita despertar y ver, ver! No de la forma que él quiere, de la forma que lo necesita—gemí y con movimientos bruscos saqué mi paquete de clínex de mi bolso, saqué un pañuelito de papel de él y soné mi nariz. –No volveré para arreglar su lio, él debe hacerlo solo, a demás… él fue el que me echó—

--Por mi culpa—dijo él casi en un susurro.

--No—levanté mi mano y le mostré mi palma deteniéndolo –no me hables de mas culpas porque suficiente tengo con ese hombre y su hijo, no añadas mas, tú eras consciente de lo que hacías—

--Lo siento—dijo avergonzado una vez más. Alcé mis cejas y suspiró asintiendo,

Nos quedamos allí en silencio, él mirando hacia la ventana, una tormenta parecía acercarse. Yo miraba la gente pasar…

--Él sigue con su terapeuta y Noah igual… Esme, mi tía volverá la semana que viene, ella está preocupada por tu ausencia y seguramente vendrá para tratar de arreglar todo… como siempre.

Oh dios… no quería volver, no hasta que las cosas realmente hayan caminado hacia adelante, no hacia atrás. ¿Más familia Cullen para mí? No… gracias, con los que ya había suficiente.

--¿Y Rose?—murmuré bajando la mirada hacia mi regazo.

--Rose se esta encargando del niño hasta que encontremos una nueva… tutora—dijo vacilante. Asentí y traté de que esa noticia no me rompiera el corazón definitivamente. ¿Una nueva tutora?... ok, yo sabía que iba a suceder, pero… dolía.

--Noah tiene muchas ganas de verte Bella… hace cuatro días ya que saliste de casa y él te llama, te pide, qué harás con respecto a él?—

Oh mi niño…

Jadeé imaginándome su carita triste, sus ojitos llamando la atención de quienes los rodean, eran tan expresivos, qué lástima que Edward es el único incapaz de ver eso, de ver nada en él… no ver con los ojos, ver con el corazón de padre.

--¿Qué piensa Edward? ¿Es capaz de dejar que su hijo me vea?—pregunté vacilante y con un poco de reproche en mi voz.

--Bella, en este momento es imposible dialogar con él… tal vez, tal vez si tú lo llamaras y le preguntaras si—

--No quiero hablar con él… no quiere hablar conmigo y definitivamente no me voy a humillar pidiéndole que me deje ver a su hijo— dije bajando la mirada a mi regazo.

--¿No lo harías? ¿Ni por Noah?—preguntó casi incrédulo –él tiene pesadillas a causa nuestra, a causa de su padre y porque tú dejaste de ser una parte importante en su vida Bella! Él te quiere ahí y te necesita y en una mente tan frágil como la suya, eso es… doloroso al punto de lo extremo. No me gusta ver a mi sobrino así, odio sentirme como una verdadera y real mierda cada vez que veo cuanto le haces falta… y ahora me duele pensar que prefieres no humillarte ante Edward antes de ver al niño que tanto te anhela.--

Por dios que tenía razón!... ¿En que clase de persona me estaba convirtiendo a causa de Edward? ¿En una llevada por el rencor? No… no, no quería ser esa clase de persona pero, no podía evitarlo, Edward me causaba esa reacción.

--Jasper él me dijo cosas que me dolieron—dije casi débilmente.

--Él dice cosas a diestro y siniestro a todo el mundo y duele… duele como la puta madre Bella, ¿pero sabes qué?. En llegado a la conclusión de que tiene razón, al menos conmigo… y no sé si alguna vez mi primo pueda perdonarme, no sé si alguna vez pueda llegar a ser ese joven que alguna vez fue, antes de que todo se fuera a la mierda cuando se casó con Tania. Pero lo deseo… porque está, ese Edward está en su interior, si no fuera así, hace cuatro días me hubiese echado de su casa… y sin embargo no lo hizo—

--Pero me lo hizo a mí—dije con una sonrisa triste.

--Lo sé… te lo hizo a ti, pero entonces dime Bella ¿por qué está tan encabronado con todo el mundo, incluso con él mismo? ¿Pensaste si realmente quería hacer eso? ¿Realmente quería que salieras de su vida o solo fuiste tú la que lo hizo más fácil? Pienso y pienso y creo que él esperaba que tú pelearas con él y por él, con uñas y dientes… y no lo hiciste. Obedeciste, tomaste tus cosas y te marchaste—

Negué con la cabeza… ¿el esperaba eso?

--El fantasma de Tanya sigue en su vida… y no sé si pueda contra ello—murmuré encontrando una excusa patética a la que aferrarme. –él se siente culpable, él… de alguna manera la sigue amando, él aún siente la pérdida--

--Si Tanya no se hubiese muerto, Edward iba a ser el infeliz más grande de la tierra. Ella lo manipulaba, lo manejaba a su antojo, ella era una mala madre, no estaba ni siquiera a tu altura, tú Bella… fuiste mejor madre para Noah que lo que Tanya hubiese alguna vez podido ser—

--No hablemos mejor de un muero Jasper—dije retractándome y arrepintiéndome de sacar ese tema a la luz. Sabía por testigos directos cómo fue Tanya, con eso me bastaba.

--Pero lo hacemos, porque ambos sabemos que ahora todo es una jodida mierda gracias a ella—asentí ausente –por eso Bella, debes pelear… si no quieres hacerlo por Edward, hazlo por ese pequeño que te espera, que te anhela. Él te necesita Bella—

Pelear

¿Podría pelear por Noah si ganarme aún más el odio de su padre? Si lo que había dicho Jasper era cierto y Edward había esperado que peleara por él… bueno, tal vez lo haría por su hijo, pero solo si pelear por Noah significaba ayudar y no empeorar las cosas.

Esa tarde llegué a casa cansada y pensante. Me dejé caer en el sofá y hundí mi cabeza entre mis manos… ¿qué tenía que hacer? Edward nunca daría el primer paso y Noah me necesitaba… ¿y si lo daba yo?

Tardé un día para dar ese paso. Y traté de prolongarlo lo mas que pude.

Me levanté temprano, desayuné mirando las noticas mundiales en mi laptop, salí a hacer las comprar para hacer el almuerzo y pasé por una florería a comprar un ramo de margaritas. Hice el almuerzo y luego lavé mi único plato y vaso para irme a la escuela de arte y literatura a dejar mi curriculum, con suerte y mi experiencia, me llamarían para una entrevista, luego fui a la Fundación “Florecer” y dejé mi curriculum también, ese lugar tenía una escuela especial para niño con problemas madurativos y autismo, sería una gran oportunidad trabajar allí, por lo que crucé dedos y acepté el “la llamaremos durante la semana” que la jefa de recursos humanos me dio.

Mas tarde llamé a papá y hablé con el casi por una hora, me habló de su novia y de Jake, él lo estaba haciendo bien, se había incorporado a la comunidad yendo a la preparatoria como un niño normal y estaba muy contenta por él… quería ir a Forks y visitarlo algún día. Me habló de Emmett y sus perros, había llevado un dogo de Burdeos a casa para curarse, lo había encontrado abandonado y en muy mal estado, más tarde supieron gracias a las investigaciones de papá, que en Porth Ángeles se estaban practicando peleas ilegales de perros, por lo que la policía local más la de Forks, actuaron en conjunto y detuvieron esas prácticas.

Finalmente cuando el reloj marcó las 6 pm, me senté en el sofá con mi taza de café, tomé mi teléfono y marqué el número de los Cullen.

--Residencia Cullen buenas tardes, habla Ángela--

--Angy, soy Bella— dije antes de dar un sorbo a mi café.

--Bella!... oh que sorpresa—bueno… al menos ella parecía contenta de escucharme –estaba esperando tu llamada, bueno, no yo precisamente… lo sabes ¿no?—

--¿Noah?—dije con una sonrisa

--Si, él. Te extraña Bella— dijo con tristeza.

--Lo sé, yo también lo extraño mucho—dije sintiendo el característico nudo en la garganta como cada vez que hablaba de mi niño --¿cómo está?—

Ella suspiró –Dentro de todo bien, pero parece cachorrito perdido—dijo ella con voz triste –te extraña, a veces lo veo tomar sus juguetes de Stars Wars e ir hacia el jardín, se pone a jugar solito y se ausenta, mira la reposera donde siempre te sentabas para leerle y deja de jugar, solo… se queda mirando—

Oh dios… mi niño

--Quiero verlo, yo también lo extraño… ¿Cómo está Edward?—quería cerciorarme antes de hablar con él.

--Mira, eso ya es un caso aparte… está tan cabrón que en serio he considerado renunciar—jadeé, Ángela era más dura que yo, ella había soportado tanto y sabía como manejar los arranques de Edward… ¿y ahora quería renunciar? –lo he pensado, pero no… ese cabrón no me puede vencer. ¿Sabes lo que me hizo hoy a la mañana?—no esperó mi pregunta –encontró el café demasiado dulce y me lo aventó por todo el cuarto… hijo de su…. Aghh—

Oh mierda, pobre Ángela.

--¿Me puedes pasar con él?—murmuré cerrando los ojos, hora de afrontarlo. Oí un jadeo del otro lado de la línea seguido de una maldición,

--Estas loca! Me va a tirar el teléfono por la cabeza—quise reír a pesar de la situación, era tan irrisorio todo. –A demás, esta encerrado en su despacho, dijo que nadie lo moleste—

--¿No pasa tiempo con Noah? ¿no juega? ¿no le lee?— pregunté tratando de aferrarme a alguna esperanza.

--No, nada. Se la pasa de su habitación a su estudio, a pesas sale al balcón y no habla con nadie desde que te fuiste, ni siquiera con sus primos. Noah tuvo un episodio la noche que te fuiste, hizo un berrinche llamándote… luego de eso, Edward subió a su habitación y no ha salido—

--Como siempre tratando de ocultarse de los problemas ¿no?—reí sin gracia y con mucha rabia. Una vez más había dejado solo a su hijo. –Pásamelo por favor, dile que quiero hablar con él sobre Noah  y que si no me atiende iré a verlo—

--Bueno, entonces prepárate para decir que no quiere hablar contigo, porque sé que este hombre se muere por verte—

Oí sus pisadas suaves en el suelo subiendo la escalera, un toque leve en alguna puerta y la apertura de esta,

--Edward, hay alguien que quiere hablarte por teléfono—la voz de Ángela sonaba ahogada, seguramente sostenía su teléfono contra su cuerpo.

--Te dije que no quiero ser molestado, déjame solo…-- oh su voz! Gruesa y enojada, sin emociones. Fría.

--Pero Edward—

--Dije que no quiero hablar con nadie! Vete!—oí maldecir a Ángela cerca del auricular,

--Es Bella, quiere hablar contigo sobre Noah ¿lo tomas o lo dejas?—

Oí solo el silencio y rogaba cruzando los dedos que él me atendiera, podía luchar… yo podía luchar.

Después de largos segundos de sulencio, oí un bufido y un ajetreo pequeño hast que oí su voz.

--¿Es sobre Noah, Bella? ¿A caso mis empleados no fueron capaces de decirte con lujo de detalle lo bien que estamos? Me sorprende por ellos, sé que no pierden el tiempo para hablar... ¿qué mas quieres? ¿Llamaste acaso porque te cansaste de esperar que te llamara para rogarte que vuelvas?—oí una risa sarcástica y supe allí que él se había tornado todo un cabrón, tal cual Jasper y Ángela lo habían descrito.

--Quiero saber si me das permiso para verlo, quiero que venga a mi casa a visitarme y quiero ser capaz de ser su amiga— dije de corrido y con voz firme.

--No—respondió con firmeza. –Noah está bien aquí, no necesita que te vea haciendo tu vida—

--No quiero que me vea haciendo nada, quiero verlo, solo eso, jugar con él, pintar juntos, leer, esto que esta pasando ahora no está bien, él necesita una transición, alguien que lo acompañe. Está tan solo que me sorprende que, si es como dices que tus empleados no paran de hablar, no oigas que tu hijo la está pasando mal.—

--Si algo está sucediendo en esta casa no es de tu incumbencia—su voz era firme y sin una pizca de emociones --Noah y yo resolveremos las cosas, no necesitamos de tu “piedad” para funcionar Bella. No vuelvas a llamar, no quiero que me molesten—

E inesperadamente cortó la llamada. ¿Qué mierda?

Pegué un grito ahogado y gruñí aporreando el teléfono contra la almohada de mi sofá… ¿quién se creía?

Luego de aquello, no había recibido noticias de los Cullen, sin embargo si había recibido noticias de la Fundación “Florecer”, querían una entrevista de trabajo y no podía estar más feliz por ello. Llamé a papá y le di la noticia, él por supuesto estaba feliz por mi y cruzando dedos… no podía esperar para ir a la entrevista!

--Por lo que, ¿ya no volverás con Cullen?— murmuró con cautela mientras yo esperaba frente a mi microondas a que mi pollo con arroz se calentara.

--No, ya es definitivo—dije sin querer dar muchos detalles, él suspiró y se aclaró la garganta.

--Me caía bien Noah—refunfuñó como niño pequeño, sonreí negando con la cabeza. Mi padre era incorregible, siempre que esperaba que saliera con algo, se salía por la tangente arrojando al aire algo totalmente distinto y hermoso, como esto.

--A mí también me cae bien Noah—acordé –el otro día llamé a Edward para ver si puedo verlo, me dijo que no, pero obviamente no me voy a rendir—dije aferrándome a mi actitud positiva.

--¿Los extrañas?—

Pensé por un segundo, inevitablemente extrañaba a Noah… ¿extrañaba a Edward también? Bien… lo hacía, más allá de sus palabras hirientes, lo extrañaba.

--Si—dije sacando mi almuerzo del microondas –mucho, especialmente a Noah… ese niño es mi debilidad y lo sabes—

--Lo sé hija, lo sé—él suspiró –pero también sé que eres una Swan y eres fuerte, perseverante y no te dejas intimidar por un niño rico caprichoso—

Ese era mi padre…

--Edward no es un niño rico caprichoso, es un ciego lleno de culpas que recibió la bofetada de su vida y ahora no sabe cómo reaccionar… tú lo sabes— dije

--Mierda, lo sé… pero odio que lastimen a mi hija, él habrá vivido lo peor en este último año, pero eso no le da derecho a portarse prepotente y soberbio con las personas, esos son rasgos que venían de antes, la ceguera y las culpas vinieron después— por supuesto que sí.

--Papá mira… yo no sé qué va a suceder, solo… espero que estén bien los dos, si la solución es que me aleje de sus vidas, pues, haré eso. Por lo pronto Edward está siendo desconsiderado con su hijo, quiero ayudar y por más que él me lo niegue, Noah me necesita así que no me rendiré hasta verlo.—

--Esa es mi hija… concentra toda tu atención es Noah amor, ya verás cómo de a poco las cosas se irán solucionando—

Sonreí, las palabras de mi padre eran un aliciente para seguir intentándolo.

--Gracias papi—

--De nada nena, oye!... Emmett dice que enciendas Skipe… ya sabes, te quiere mostrar su nueva mascota—me lo imaginé rodando los ojos.

--Ok, ahora enciendo—caminé hasta la notebook –te amo papi, nos vemos—

--Adiós hija, cuídate—

Encendí mi aparato y me fui a la cocina a buscar una botella de cerveza, como siempre cuando hablaba con mi hermano. Me acomodé en la silla y mientras la abría inicié sesión en Skipe.

Subí mis piernas en la silla y tomé un sorbo esperando…

Lo primero que oí fueron ladridos, muchos de ellos, luego apareció la imagen y no pude evitar largar una carcajada al ver la escena. Emmett sostenía a Marley del collar, su golden retriever, que saltaba y ladraba a  otro perro igual de grande que tenía un oso de peluche entre sus quijadas y jugaba con él… pronto ese oso iba a ser historia.

--Freddy! Suelta eso! Ya!—gritó mi hermano con voz de comando, el perro lo ignoró totalmente y continuó jugando con el oso de peluche de Marley… uhuh problemas en el territorio.

Vino papá con su paso lento y tomó a “Freddy” ¿de dónde había sacado ese nombre?, del collar y tiró de él llevándolo al patio.

--Marley echado!—Emmett tenía sus mejillas coloradas, aja! Le gustaba tener perros que ahora los soportara. Me hubiese gustado estar allí para verlo lidiar con ambos.

--¿Problemas en el paraíso?—pregunté cuando él soltó a Marley que ya estaba entretenido en el suelo con un hueso de cuero duro.

--bueno… algo así—dijo secándose el sudor de la frente con el dorso de la mano. –Generalmente Freddy duerme afuera, es más salvaje, pero lo entré para presentártelo… mierda—

--Otro día me envías una foto de él… ¿por qué Freddy?— pregunté dando otro sorbo de mi cerveza, Emmett caminó hasta la notebook y se sentó dejándose caer elegantemente sobre la silla. Largó un suspiro y tomó de su propia cerveza que reposaba a un lado de la mesa.

--Freddy Mercury, ya sabes—dijo como si fuera muy obvio. Ahora lo entendía, mi hermano era fanático de la música de los 80´

--Claro—asentí con una sonrisa –dime hermanito, ¿Cómo va tu vida? ¿Alguna novia?—

Él negó con la cabeza y sonrió despacio, --Esperaba que tú me presentaras alguna amiga que hayas conocido allí, no lo sé—

--No tengo muchas amigas aquí Emm—dije mirando la botella entre mis manos. Si me ponía a mirar mi vida a través de un espejo iba a descubrir que en mi vida las únicas personas importantes estaban lejos de mí, en Forks. Mientras que las otras que llenaban mi corazón, eran quienes habían fallado.

--Lo sé—dijo él asintiendo –creo que ahora puedes darte cuenta de lo poco que has vivido nena, ¿no?. Es decir, no tengo nada contra nadie, pero siempre pasaste tu vida preocupándote por los demás mientras que tu vida pasaba por la carretera de al lado—

Dios, que tenía razón.

--¿Qué puedo decir?—dije alzando los hombros –amo mi trabajo—

--Al igual que yo—repitió él –solo que no me lo tomo a pecho como cierta persona hace—me señaló no tan sutilmente.

--No, pero te traes los perros a casa, eso en mi entender es llevarse el trabajo—dije con una sonrisa. Amaba pelear con mi hermano.

--Hey! Freddy no es trabajo, es mi perro—alzó la cerveza a modo de brindis y tomó un sorbo.

En ese momento sonó mi timbre… ¿quién sería? No esperaba visitas a esa hora, eran casi las seis de la tarde,

--¿Me esperas Emm? Tocaron la puerta—me levanté de la silla y corrí hasta la puerta, el corredor estaba oscuro pero me permitió ver a través de la mirilla una cabeza rubia mirando hacia abajo. Fruncí el ceño y abrí,

--¡¡Bella!!—un par de brazos atraparon mis piernas en un intenso y fuerte abrazo y di un grito ahogado. Noah estaba allí, en la puerta de mi departamento abrazando mis piernas.

--¡¡Noah!!—grité agachándome a su altura, tomé su cuerpito pequeño y lo abracé con toda mi fuerza, oh cielos… gracias, gracias, gracias, repetía una y otra vez en mi mente. –Bebé! Oh mi niño, mírate—lo separé de mí y lo miré –que guapo estas— podía sentir las lagrimas en mis mejillas.

Alcé mi mirada y vi a Rose con las mismas lágrimas, solo que ella las secaba en seguida, me sonrió tímida,

Se alzó de hombros, --Él te necesitaba—

--Gracias—dije con sinceridad, si antes me caía más o menos bien rose, ahora era mi heroína.

--Bella! Bella! mira mi hombre araña! lo hice con papa-- alcé la mirada hacia Rosalie y levanté una ceja. ¿Edward?... 

--Edward le leyó un cuento del hombre araña en braille, Noah lo quería dibujar para ti-- aclaró ella.

--Oh-- miré el papel que Noah me tendía y vi al famoso hombre araña con una chica a su lado, curiosamente se parecía a mí... a juzgar por el color de su cabello.

--Mira, esa eres tú, que te estabas cayendo de la casa del árbol, eres torpe-- dijo como si eso fuera suficiente explicación, sonreí y asentí al mismo tiempo --y adivina quién es el hombre araña?—

Fingí pensar mientras lo tomaba entre mis brazos y me paraba, caminé hacia el sofá y por el rabillo del ojo vi a Rose en la puerta, dudando si tenía que entrar o no.

--Pasa Rose, por favor-- dije con una sonrisa amable, ella dio un paso hacia la sala. Miré a Noah --mmm... ¿Peter Parker?—

--Nuhu-- dijo mi niño negando con la cabeza.

--Ya sé! tú!—

--No Bella! yo soy pequeño-- dijo riéndose como si eso hubiese sido un pensamiento tonto. Seguí pensando... 

--Emmett!-- dije iluminada.

--Bella!... Emmett es El Capitán América!-- dijo con un regaño --es papi, el hombre araña es papi. Él quiere abrazarte y por eso te salvó—

Oh…

Lo miré son poder decir nada, él era un niño ¿cuánto más perceptivo podía ser? Dios…

--¡¿Quién anda ahí Bella?!—

Oh por dios…

--Emmett!—grité volteando la cabeza, mi hermano aún estaba en el videochat, por la pantalla de la notebook podía ver su enorme sonrisa, él tenía un excelente panorama de mi sala y veía todo lo que estaba sucediendo.

--Emmett—Noah saltó de mi regazo y corrió hacia mi laptop –Noah! Donde está Marley?!-Caminé detrás de mi niño y me paré detrás de la silla del escritorio, podía sentir a Rose a mis espaldas aproximándose, llevada por la curiosidad.

Marley ladró y Noah rió, miré a Rose que se colocó a mi lado, ella miraba curiosamente a Emmett en la pantalla,

--Es mi hermano Emmett—dije en voz baja solo para ella, sin dejar de mirar la pantalla sonrió y asintió al mismo tiempo.

--Emmett, ella es Rose—dije mirando a mi hermano que miraba embelesado la pantalla de su notebook, uff… bueno, ahí lo tienen, química pura. –Rose es la tía de Noah, prima de Edward—

--hola Rosalie—dijo mi hermano con una sonrisa ladeada y todo su encanto desplegado.

--Hola Emmett—contestó Rose, que a pesar de estar en una sala con gente, parecía abstraída  hacia algún lugar.

--Bella! Cuelga tu dibujo en el refrigerador!—gritó Noah. Lo tomé de la mano y caminé fuera de la sala hacia mi cocina, no era muy grande, pero tenía lo necesario. Tomé un par de imanes del refrigerador y colgué el dibujo del hombre araña y yo en la puerta.

--Es hermoso cariño, gracias—dije mirándolo para luego tomarlo de las axilas y alzarlo para que se siente en el desayunador. Lo miré por un segundo, parecía estar bien, al menos físicamente, pero sus ojitos verdes lucían afligidos, tristes y a la misma vez alegres, una extraña mezcla. --¿Cómo estas Noah? Te extrañé mucho—

--Yo también te extrañé—dijo alzando su manito para ponerla sobre mi mejilla –mi papi también te extrañó. Él… está triste—

Oh mi amor…

--Él no dice nada, pero sé que no le gusta que no estés en casa, vuelve Bella, vuelve…-- dijo con sus ojitos llenos de lágrimas –prometo portarme bien y hacer mis tareas, no me gusta que tía Rose me cuide, ella no juega conmigo—

--Oh bebé—susurré abrazándolo para fundirlo contra mi cuerpo. –Te quiero mucho, mucho, no sabes cuánto—

Pero no puedo volver…

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Hola nenas!!! lo prometido es deuda... Edward esta en su peor momento y Bella, solo le queda tener paciencia ¿podrá con él?

Gracias a todas por la espera infinita por este capi y por sus comentarios, significan mucho para mi.

Recuerden participar en el Aniversario del blog! El concurso estará bueno, vamos... anímense! Leí ya algunos que me enviaron y aaayyyyy me encantaron! 

Besotes!!!